Editorial: Kailas
Fecha publicación: 2014.
Precio: 17,01 €
Género: Narrativa.
Edición: Tapa blanda con solapas.
ISBN: 978-84-16023-05-9
Autor
Nacido en 1974, Murong Xuecun se convirtió en un personaje famoso en China después de publicar su primera novela, Déjame en paz, en su blog, donde llegó a tener ocho millones de seguidores hasta que fue cerrado por las autoridades debido a las crítica del autor contra la censura en el país. Columnista en The New York Times, es uno de los principales disidentes de China, con una serie de valientes discursos que reclaman libertad de expresión.
Sinopsis
Murong Xuecun, tal vez el más beligerante de los escritores chinos contemporáneos, traza un retrato salvaje y apasionante sobre las presiones de la vida en China, donde abundan la riqueza y el sexo... pero no para todos.
Este disidente y columnista de The New York Times radiografía de forma fiel y divertida el amor y la vida en la China moderna. La novela narra la historia de tres jóvenes, Chen Zhong, Li Liang y Cabezón Wang, y sus tragicómicos intentos por prosperar en Chengdú, la quinta ciudad más poblada de China.
A pesar de sus aspiraciones en la nueva China capitalista, las vidas del trío están marcadas por trabajos sin futuro, deudas de juego, la bebida, las drogas y la prostitución. El protagonista, Chen Zhong, está casado con Zhao Yue. A pesar de que la ama le es infiel con otras mujeres. Pero no es hasta que Chen Zhong descubre que Zhao Yue está teniendo una aventura cuando se da cuenta de lo mucho que puede llegar a perder.
[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]
Última lectura del año y ¡¡oh, horror!! no ha sido lo que esperaba. Confieso que cogí este libro de la biblioteca porque necesitaba una X para completar el reto Autores de la A a la Z, la última letra que me quedaba por cumplir y aunque dudaba entre este ejemplar y El dolor ajeno de Eudald Xalabarder, me quedé con Déjame en paz. En primer lugar porque el título me resultaba simpático y segundo porque, tras leer la biografía del autor, me quedé atónita.
Fijaos, según nos cuenta la editorial, esta novela tiene su origen en un blog y no un blog cualquiera, sino uno con ¡¡ocho millones de seguidores!! ¿Cuántos comentario tendrían sus entradas, dios mío? Y la cosa no queda ahí, sino que Xuecun se convierte en un referente para la juventud, lanza críticas a diestro y siniestro y ¡¡zas!! le cierran el blog. ¿Libertad de expresión?
En fin, no era la primera vez que me enfrentaba a literatura oriental. No hace mucho reseñé Lo bello y lo triste de Yasunari Kawabata y aunque es lógico encontrar cierto choque cultural, especialmente si la narración transcurre mucho tiempo atrás, no deja de ser una delicia acercarse a esa sensualidad característica de la literatura oriental. Ahora bien, Déjame en paz es muy diferente a lo que había leído hasta ahora. Los hechos transcurren en una época muy actual y sus personajes son hombres y mujeres de hoy en día que si bien han evolucionado con el paso de los años y han dejado atrás buena parte de sus rituales ancestrales, aún mantienen ciertos criterios que a los occidentales nos pueden impactar.
Déjame en paz narra la vida de Chen Zhong, un ejecutivo de una empresa de repuestos del automóvil, casado con Zhao Yue y reside en Chengdú. La novela se centra en dos importantes facetas de la vida de Zhong, su trabajo y sus relaciones personales con amigos y su mujer.. La verdad es que en ninguna de las dos es un modelo a seguir.
En lo que se refiere a su faceta laboral, Chen Zhong vive en un mundo donde la corrupción, las traiciones, las venganzas, las zancadillas,... entre el personal está a la orden del día. Y él, por supuesto, no se queda atrás. A pesar de ser un empleado que genera importantes beneficios a la empresa también posee muchísimas deudas contraídas tras solicitar reiterados préstamos y adelantos al departamento de personal. ¿Y para qué? Eso me lleva al segundo gran pilar de la novela: su mujer y sus amigos.
Como esposo, el protagonista es un auténtico golfo. Ese dinero que debe a la empresa se lo ha gastado en juergas, en alcohol, en juegos y prostitutas. Lo curioso es que él ama a su esposa pero piensa que la tiene tan a su alcance que cuando descubre que Zhao Yue puede tener un amante se derrumba por completo. En este sentido Chen Zhong representa ese tipo de personas que parecen muy seguras pero que, en el fondo, son más débiles que nadie. Zhong es un seductor, superficial, desconsiderado, cínico, hipócrita y manipulador que francamente he terminado por aborrecer. Y en cuanto a la relación que mantiene con su mujer es un auténtico depravado. El trato que le otorga no solo a la esposa sino a cualquier mujer es muy despectivo y por eso decía que al personaje le queda algunas reminiscencias de su ancestral cultura en la que la mujer era más una sirvienta del marido que una compañera. Aunque tipos como el protagonista podemos encontrar hoy día en cualquier punto del planeta.
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Chengdú |
A decir verdad, he disfrutado más cuando la narración se centraba en la relación con la mujer, las prostitutas y sus amigos en detrimento de todo lo que le ocurría en el entorno laboral. A mí tanto negocio para arriba y para abajo, tanto tránsito de yuanes (moneda) me han mareado un poco. Me interesaba más ver cómo se comportaba Chen Zhong con aquellos a los que le unía una relación más estrella. Un golfo en todos los sentidos.
Y como la vida es justa en ocasiones, a Zhong se le tuerce la vida como castigo a su perversidad, así que se hundirá en el abismo e iremos viendo cómo le va en sus horas más bajas. Y en esos momentos he disfrutado más porque he llegado a sentir tanto rechazo por el protagonista que todo lo malo que le pasara me hacía sentir mejor. Pero en realidad, la novela no me ha gustado y me ha costado horrores terminarla, tan cargada de referencias sexuales que pierden ese buen gusto que yo he encontrado en otras novelas orientales a la hora de describir escenas de sexo.
Todo esto transcurre mientras que se dejan caer algunas críticas a la sociedad china y sus convencionalismos pero sinceramente, yo he visto más otra parte de la novela, la parte más depravada, la que muestra un ambiente más sórdido con un elenco de personajes tan excéntricos. Aun así, he podido extraer de ella un cúmulo de reflexiones sobre el sentido de la vida o el valor de la amistad.
Solo ahora me daba cuenta de que, aparte de la comida que consumes, nada era fijo. Que lo que más valoras se irá a la mierda. [pág. 197]