Editorial: DeBolslllo.
Fecha edición: noviembre, 2014.
Nº Páginas: 464.
Precio: 12,95 €
Género: Thriller.
Edición: Tapa blanda.
ISBN: 9788490624166
Autor
Toni Hill (Barcelona, 1966) es licenciado en psicología. Lleva más de diez años dedicado a la traducción literaria y a la colaboración editorial en distintos ámbitos. Entre los autores traducidos por él se encuentran David Sedaris, Jonathan Safran Foer, Glenway Wescott, Rosie Alison, Peter May, Rabih Alameddine y A. L. Kennedy. Sus dos primeras novelas, protagonizadas por el inspector Héctor Salgado, se han publicado en más de veinte países y han sido un éxito de venta y crítica: El verano de los juguetes muertos (2011) y Los buenos suicidas (2012). La esperada continuación de la serie dedicada al inspector Héctor Salgado, y cierre de todos los misterios que quedaron pendientes, llega con Los amantes de Hiroshima.
Sinopsis
Sinopsis
En una ciudad que se alza contra los poderosos, hay secretos que siguen bajo tierra.
Mayo de 2011. En una casa abandonada, cerca del aeropuerto, la policía descubre dos cadáveres envueltos en un sudario de flores. Abrazados. Sepultados junto a una gran cantidad de dinero. Podría tratarse de una joven pareja de amantes que desapareció hace siete años. Tras un azaroso juicio mediático, el caso se cerró en falso. Héctor Salgado y su equipo se encargan de la investigación, un rompecabezas con demasiadas pistas.
Mientras tanto, en las principales plazas del país los indignados se proponen desvelar al fin el rostro verdadero del poder. Héctor, unido más que nunca a la agente Leire Castro en la búsqueda de su ex esposa, también tendrá que escarbar allá donde nunca imaginó, hasta llegar al oscuro origen de la desaparición de Ruth, hasta llegar a una verdad de consecuencias trágicas e imprevisibles.
[Información facilitada por la editorial]
Toni Hill pone con esta última novela el cierre momentáneo a la saga protagonizada por el inspector Héctor Salgado. Atrás quedaron misterios sin resolver que ven la luz en esta última entrega y volveremos a ver a Salgado y a su equipo en plena acción, rastreando la pista de nuevos criminales.
Los buenos suicidas, novela anterior, concluyó en un punto de lo más interesante, así que fue cerrar aquel libro para abrir inmediatamente este otro. Como viene siendo habitual en las novelas de Toni Hill, todo se inicia con una escena escabrosa, algún asesinato, algún hecho trágico que zarandea al lector. Ahora que llega la Navidad, sería como enseñarnos el deseado regalo del Roscón de Reyes para luego hacerlo desaparecer ante nuestros ojos y ocultarlo entre más de cuatrocientas páginas que componen la novela.
Cerca del aeropuerto del Prat, una vieja casa abandonada sirve de refugio a okupas y vagabundos. El entorno cada vez se va volviendo más concurrido y hasta allí se acerca la policía municipal para intentar desalojar el inmueble que si bien antes tenía un dueño con nombre y apellidos ahora no está muy claro a quién pertenece. En cualquier caso es una propiedad privada. Pero los policías se encuentran un lugar solitario o casi, porque en sus entrañas, en el sótano, descubren los restos de dos personas. La escena es un tanto dantesca pues los cadáveres han sido colocados uno junto al otro, en un abrazo eterno que ya dura unos cuantos años a juzgar por el estado de los cuerpos, un cúmulo de piel y huesos. Son los restos de Daniel Saavedra Domenech y Cristina Silva Aranda, dos jóvenes adolescentes desaparecidos seis años atrás. No parece que la causa del asesinato haya sido el robo pues junto a la pareja la policía halla una bolsa que contiene diez mil euros.
El resto de la casa demuestra que alguien ha vivido allí o que, al menos, se han desplazado recientemente hasta aquel lugar pues en las paredes de la casa cuelgan grandes lienzos que conducirán a la policía a una escuela de arte donde tres estudiantes, Joel, Diana y Lucas, guardan un secreto vinculado con un escritor, Santiago Mayart, el profesor del taller de escritura al que asistía Cristina, que acaba de publicar un libro titulado «Los inocentes y otros relatos» bastante comprometedor y donde Cristina conoció a Ferran Badia, un joven muy amigo de la pareja.
El resto de la casa demuestra que alguien ha vivido allí o que, al menos, se han desplazado recientemente hasta aquel lugar pues en las paredes de la casa cuelgan grandes lienzos que conducirán a la policía a una escuela de arte donde tres estudiantes, Joel, Diana y Lucas, guardan un secreto vinculado con un escritor, Santiago Mayart, el profesor del taller de escritura al que asistía Cristina, que acaba de publicar un libro titulado «Los inocentes y otros relatos» bastante comprometedor y donde Cristina conoció a Ferran Badia, un joven muy amigo de la pareja.
Este será el nuevo caso al que se tendrá que enfrentar Héctor Salgado y su compañera Leire Castro. Pero como viene siendo habitual en las novelas de Toni Hill, en paralelo a una investigación correrá otra común a las tres novelas y que ya nos fue presentada en la entrega inicial. Me refiero a la desaparición de Ruth, la ex esposa del inspector Salgado.
Decía al principio de la reseña que Los buenos suicidas acabó en un punto de máxima tensión. Justo en el momento en el que Ruth está a punto de desaparecer surge en escena un personaje totalmente inesperado para el lector, alguien a quien no esperábamos de ninguna de las maneras y del que nos cuesta trabajo entender qué motivos lo mueven a actuar así. Tendremos que avanzar unos catorce capítulos en Los amantes de Hiroshima para averiguar qué tiene que ver ese personaje con la desaparición de Ruth, asunto del que se nos dará buena cuenta a lo largo de la novela, llena de misterios y jugadas del destino, quedando totalmente resuelto al llegar al desenlace.
Decía al principio de la reseña que Los buenos suicidas acabó en un punto de máxima tensión. Justo en el momento en el que Ruth está a punto de desaparecer surge en escena un personaje totalmente inesperado para el lector, alguien a quien no esperábamos de ninguna de las maneras y del que nos cuesta trabajo entender qué motivos lo mueven a actuar así. Tendremos que avanzar unos catorce capítulos en Los amantes de Hiroshima para averiguar qué tiene que ver ese personaje con la desaparición de Ruth, asunto del que se nos dará buena cuenta a lo largo de la novela, llena de misterios y jugadas del destino, quedando totalmente resuelto al llegar al desenlace.
Ambas líneas argumentales, la investigación del asesinato de Daniel y Cristina, así como la referente a la desaparición de Ruth, se desarrollan con capítulos que muestran el presente y el pasado. Uno y otro se van alternando por medio de los recuerdos de los personajes que intervienen en esta novela. Los amantes de Hiroshima nos coloca inicialmente en un presente ligeramente confuso pues veremos a Héctor y a Leire en una situación que nos parece peliguada. Ambos hablan de declaraciones, de engañar al sistema, de una supuesta relación,... Cuestiones todas ellas de las que no tenemos la totalidad de la información y que se nos irá desplegando ante nuestros ojos poco a poco.
Los amantes de Hiroshima es casi una novela coral, o sin el casi. Son muchos los personajes que aparecen e interactúan en el argumento. Obviamente, los protagonistas principales seguirán siendo los mismos: Héctor Salgado y los agentes Leire Castro y Roger Fort. De los dos primeros se nos ha facilitado suficiente información en las novelas anteriores. Ya sabemos cómo son, cómo piensan, cuáles son sus miedos e incertidumbres y en esta novela seguiremos profundizando en sus vidas porque, como mencioné en las reseñas de las novelas anteriores, Toni Hill no solo muestra el lado profesional de estos personajes sino también su faceta más personal. De tal modo, seguiremos viendo a Héctor intentando conectar con su hijo Guillermo, el joven taciturno y reservado que vive sin saber qué le ha ocurrido a su madre. Y Leire, que ya ha dado a luz y compagina su trabajo con la crianza de su hijo, tendrá que decidir qué hacer con su vida, si seguir siendo madre soltera o bien admitir al padre de su hijo como parte de su vida.
Igualmente seguirán apareciendo personajes ya conocidos en las otras entregas: Carmen, la casera de Héctor, Martina Andreu, la subinspectora, el comisario Lluis Savall,... Pero el argumento requiere la incorporación de nuevos fichajes. Por un lado, Ginés Caldeiro, un delicuente del tres al cuarto que mantiene a Héctor informado de todo lo que ocurre a pie de calle y como fruto de la investigación de los dos cadáveres encontrados en el sótano de la casa, el autor nos presentará a Ferran Badia, amigo íntimo de la pareja asesinada, un joven misterioso, silencioso, huidizo que actualmente se encuentra internado en un psiquiátrico. También conoceremos a los amigos de Daniel, aquellos que componían el grupo de música en el que él era el vocalista. Sobre Leo, Hugo, Isaac y Nina, amiga de Cristina y pareja de uno de ellos, planea una espesa niebla en la que la palabra «dinero» flota en cada encuentro, en cada pensamiento, en cada diálogo, un asunto que los mantiene en vilo, y del que sabremos muy poco al principio pero que nos conducirá a un barrio muy humilde de Barcelona donde vive Jessy, una joven peluquera que pone a la policía tras la pista correcta.
Junto a todos estos, los tres estudiantes de arte y el escritor Santiago Mayart, todos mendionados más arriba, y un personaje anónimo que aparece y desaparece en la vida de Héctor pero que cuenta con información muy valiosa sobre la desaparición de Ruth.
Los amantes de Hiroshima es casi una novela coral, o sin el casi. Son muchos los personajes que aparecen e interactúan en el argumento. Obviamente, los protagonistas principales seguirán siendo los mismos: Héctor Salgado y los agentes Leire Castro y Roger Fort. De los dos primeros se nos ha facilitado suficiente información en las novelas anteriores. Ya sabemos cómo son, cómo piensan, cuáles son sus miedos e incertidumbres y en esta novela seguiremos profundizando en sus vidas porque, como mencioné en las reseñas de las novelas anteriores, Toni Hill no solo muestra el lado profesional de estos personajes sino también su faceta más personal. De tal modo, seguiremos viendo a Héctor intentando conectar con su hijo Guillermo, el joven taciturno y reservado que vive sin saber qué le ha ocurrido a su madre. Y Leire, que ya ha dado a luz y compagina su trabajo con la crianza de su hijo, tendrá que decidir qué hacer con su vida, si seguir siendo madre soltera o bien admitir al padre de su hijo como parte de su vida.
Igualmente seguirán apareciendo personajes ya conocidos en las otras entregas: Carmen, la casera de Héctor, Martina Andreu, la subinspectora, el comisario Lluis Savall,... Pero el argumento requiere la incorporación de nuevos fichajes. Por un lado, Ginés Caldeiro, un delicuente del tres al cuarto que mantiene a Héctor informado de todo lo que ocurre a pie de calle y como fruto de la investigación de los dos cadáveres encontrados en el sótano de la casa, el autor nos presentará a Ferran Badia, amigo íntimo de la pareja asesinada, un joven misterioso, silencioso, huidizo que actualmente se encuentra internado en un psiquiátrico. También conoceremos a los amigos de Daniel, aquellos que componían el grupo de música en el que él era el vocalista. Sobre Leo, Hugo, Isaac y Nina, amiga de Cristina y pareja de uno de ellos, planea una espesa niebla en la que la palabra «dinero» flota en cada encuentro, en cada pensamiento, en cada diálogo, un asunto que los mantiene en vilo, y del que sabremos muy poco al principio pero que nos conducirá a un barrio muy humilde de Barcelona donde vive Jessy, una joven peluquera que pone a la policía tras la pista correcta.
Junto a todos estos, los tres estudiantes de arte y el escritor Santiago Mayart, todos mendionados más arriba, y un personaje anónimo que aparece y desaparece en la vida de Héctor pero que cuenta con información muy valiosa sobre la desaparición de Ruth.
Las líneas que Toni Hill traza entre los personajes son casi imperceptibles hasta el momento en el que él desvela una cuestión que nos permite ver la conexión existente. Resulta habilidoso cómo teje las relaciones entre unos y otros de tal modo que, en principio, parecen del todo imposible.
¿Quién de todos estos personajes será el asesino? Algo que me encanta de las novelas de este género es la destreza del autor para jugar al despiste con el lector. Toni Hill plantea en Los amantes de Hiroshima un argumento en el que muchos personajes tienen motivos para ser sospechosos del asesinato cometido. Para el lector es como enfrentarse a un pasatiempo genial, a una ecuación compleja tras cuya incógnita hay muchos elementos a despejar. Nos vemos empujados a leer entre líneas, siempre a la caza y captura del verdadero asesino. Os advierto que no será tarea fácil.
Creo haberlo comentado en las reseñas anteriores, el autor se cuida mucho de mantener al lector bien informado y de refrescarle la memoria con frecuencia. No son pocos los pasajes en los que los personajes recuerdan (nos recuerdan) acontecimientos pasados de tal manera que no se nos quede ningún detalle importante en la trastienda de nuestra memoria. En esta novela, Leire se encarga de rellenar las posibles lagunas que pudiéramos tener sobre la historia de Omar, el traficante de mujeres, que apareció en la primera novela y que, más de 700 páginas después - 368 de El verano de los juguetes muertos y 384 de Los buenos suicidas-, sigue siendo importante. Así que por ese lado, no os preocupéis. Eso sí, aunque sean novelas de las que muchos coinciden que se puede leer de forma independiente, yo no lo recomiendo. Mejor empezar por la primera y continuar con las restantes, aunque pase algún tiempo entre una otra. De ese modo creo que disfrutaréis mucho más.
Al margen de toda la trama policial, Los amantes de Hiroshima contiene otro tipo de elementos ajeno a policías, víctimas y delincuentes. Creo que es una novedad en esta entrega la aparición de un componente político-social como es la protesta de los indignados que tuvo lugar en las fechas en las que se desarrolla el argumento. El autor no se adentra demasiado en esta cuestión pues tampoco pretende hacer un análisis de los acontecimientos que ocurrieron en muchas plazas de nuestras ciudades pero sí figura como un velo que, en un sentido u otro, envuelve al argumento y a los personajes.
Otros asuntos de esta índole como los desahucios, o los bebés robados sirven como trasfondo a la trama que Toni Hill plantea en esta novela e incluso, se remonta a tiempos muy lejanos, allá por la época del franquismo, cuando la Brigada Político Social, la conocida Gestapo de Franco, hacía de las suyas, actuando violentamente y abusando de los detenidos. Ya veis que Toni Hill no se limita simplemente a escribir un thriller sin más límites que los que pone el género. En sus novelas, el índice de credibilidad viene respaldado por otras cuestiones que imprime verosimilitud a sus argumentos, algo en lo que la ciudad de Barcelona también tiene algo que ver pues, como ya ocurrió anteriormente, queda muy integrada en la trama, y los que conozcáis la ciudad veréis de forma muy clara, el deambular de los personajes por calles y plazas.
Al margen de toda la trama policial, Los amantes de Hiroshima contiene otro tipo de elementos ajeno a policías, víctimas y delincuentes. Creo que es una novedad en esta entrega la aparición de un componente político-social como es la protesta de los indignados que tuvo lugar en las fechas en las que se desarrolla el argumento. El autor no se adentra demasiado en esta cuestión pues tampoco pretende hacer un análisis de los acontecimientos que ocurrieron en muchas plazas de nuestras ciudades pero sí figura como un velo que, en un sentido u otro, envuelve al argumento y a los personajes.
Otros asuntos de esta índole como los desahucios, o los bebés robados sirven como trasfondo a la trama que Toni Hill plantea en esta novela e incluso, se remonta a tiempos muy lejanos, allá por la época del franquismo, cuando la Brigada Político Social, la conocida Gestapo de Franco, hacía de las suyas, actuando violentamente y abusando de los detenidos. Ya veis que Toni Hill no se limita simplemente a escribir un thriller sin más límites que los que pone el género. En sus novelas, el índice de credibilidad viene respaldado por otras cuestiones que imprime verosimilitud a sus argumentos, algo en lo que la ciudad de Barcelona también tiene algo que ver pues, como ya ocurrió anteriormente, queda muy integrada en la trama, y los que conozcáis la ciudad veréis de forma muy clara, el deambular de los personajes por calles y plazas.
Escrito en tercera persona, en esta novela Toni Hill vuelve a utilizar una estructura concreta. Los cincuenta y siete capítulos quedan divididos en bloques. Tras un prólogo que, como decía al principio muestra una escena escabrosa, el argumento queda desmembrado en cinco partes: Las víctimas, Los supervivientes, Los buitres, Los verdugos y Los descendientes. El primer capítulo del primer bloque irá siendo desarrollado convenientemente en el primer capítulo de los restantes.
Para no alargarme mucho más, Los amantes de Hiroshima es una buena novela de género que supone un cierre muy correcto a los misterios y desvelos desplegados en las novelas anteriores. A mi juicio, esta novela se centra en las relaciones personales, concretamente en aquellas en las que el amor supone el eje principal alrededor del cual todo gira y parejo al mismo, el autor indaga en otras cuestiones conexas como los celos, la frustración, la sexualidad, las infidelidades. Para mí es una novela bien construida, con personajes muy creíbles y terrenales, con sus claros de sol y sus días grises y por lo tanto, ha sido una lectura que he disfrutado mucho.
Lamentablemente, y según palabras del autor, habrá que esperar un tiempo hasta que volvamos a ver a Héctor Salgado en acción pues el autor tiene en mente otros proyectos que lo alejan del inspector. En cualquier caso, yo seguiré muy atenta a lo que publique Toni Hill. Me ha gustado leer sus tres novelas, las he disfrutado mucho, así que os la recomiendo sin atisbo de duda.
Lamentablemente, y según palabras del autor, habrá que esperar un tiempo hasta que volvamos a ver a Héctor Salgado en acción pues el autor tiene en mente otros proyectos que lo alejan del inspector. En cualquier caso, yo seguiré muy atenta a lo que publique Toni Hill. Me ha gustado leer sus tres novelas, las he disfrutado mucho, así que os la recomiendo sin atisbo de duda.
Yo aún no me he estrenado con este autor. No se porque pero me da cierta pereza.
ResponderEliminarYa te comenté en las anteriores reseñas que aún no he leído nada del autor, pero esta saga sí quiero leerla, a ver si consigo hacer un hueco el próximo año
ResponderEliminarBesos
He pasado muy de puntillas. La tengo pendiente y estoy deseando leerla. A ver si acabo algunas cosas que tengo entre manos. Besos.
ResponderEliminarEsta es la que más me llama de las tres por lo de incluir lo del arte y el escritor. Me da un poco de pereza porque creo que para entenderlo bien habría que leer las tres en orden aunque haya esos resúmenes. De momento no me animo.
ResponderEliminarBesos
Paso de puntillas porque es mi actual lectura. Me está gustando mucho
ResponderEliminarBesos
Todavía no me he estrenado con este autor. Y mira que le tengo ganas.
ResponderEliminarBesotes!!!
Lo acabé ayer y la verdad es que se ha superado en esta entrega
ResponderEliminarQué buena reseña Marisa. Estoy deseando leer el desenlace de esta trilogía.
ResponderEliminarBesos.
Me pasa como a Albanta, que me da pereza este autor, pero reseñas como ésta y las anteriores hacen que me plantee animarme.
ResponderEliminarBesos.
Tengo alguna novela del autor en la estantería, así que empezaré por ahí y, si me gusta, exploraré el resto de sus novelas. 1beso!
ResponderEliminarVeo que es una novela con temas muy de actualidad, me gusta
ResponderEliminarPues ya te comentaba, desde hace mucho lo tengo pendiente pero no me he animado y creo que pasaría un par de buenos ratos. Besos :)
ResponderEliminarDefinitivamente después de leer tus opiniones sobre estos libros me ha entrado curiosidad, un beso
ResponderEliminarUn autor y una saga que tengo pendiente, no descarto hacerme con sus novelas pues todos habláis bien de ellas,
ResponderEliminarbesucus
Tengo pendiente todavía Los buenos suicidas y la verdad es que no entiendo con lo que me gustó el primero porqué lo he retrasado tanto
ResponderEliminarBesos