Editorial: Alfaguara.
Fecha publicación: enero, 2009.
Autor
Richard Yates nació en 1926 en Yonkers, en el seno de una familia bastante inestable. Estudió en Avon, Connecticut, donde descubrió su vocación por la literatura y el periodismo. Más tarde se incorporó al ejército y cumplió tareas en Francia y Alemania. Al regresar a Nueva York trabajó como periodista, redactor publicitario y ghost writer -escribió algunos de los discursos del senador Robert Kennedy-, y sus relatos comenzaron a aparecer en distintas publicaciones. En 1961 su novela Vía revolucionaria fue finalista del prestigioso National Book Award y le valió un amplio reconocimiento del público y de la crítica. Luego siguieron, entre otras, A Good School y Las hermanas Grimes (The Easter Parade), y los libros de relatos Once tipos de soledad y Liars in Love. Dio clases en la Universidad de Columbia, en la de Boston y en la de Iowa. Murió en 1992 en Alabama. La película de Sam Mendes, Revolutionary Road, ha motivado una merecida revalorización de su obra en todo el mundo.
Sinopsis
«Ninguna de las hermanas Grimes estaba destinada a ser feliz, y al echar una mirada retrospectiva siempre da la impresión de que los problemas comenzaron con el divorcio de sus padres», así comienza esta magnífica novela, que inspiró a Woody Allen para su película Hannah y sus hermanas, y que próximamente será llevada al cine por Ellen Barkin con Naomi Watts como protagonista. Sarah Grimes se casó por amor y se niega a divorciarse a pesar de la desilusión que la invade. Emily, más independiente y liberada, salta de un amante a otro, y así llega a encontrarse con 50 años, sola y sin amigos. Ambientada en el Nueva York de la década del 30 a la del 70, al que llegan los ecos de la Segunda Guerra Mundial y el psicoanálisis, Las hermanas Grimes narra el viaje de la inocencia a la experiencia.
[Información facilitada por la editorial]
Pasear por los pasillos de la biblioteca siempre es un placer. Una nunca sabe si al pasar el dedo por el lomo de los miles de volúmenes que descansan en los anaqueles va a encontrar la historia de su vida. Y así, vagabundeando, flanqueada a ambos lados por numerosos libros, llegué a la novela que os traigo hoy, Las hermanas Grimes de Richard Yates.
De la sinopsis me llamó la atención no solo el argumento, sino que, como amante del cine que soy, sentí curiosidad por esas referencias cinematográficas a las que la misma hace alusión. Pero buscando más información, resulta que no he podido encontrar nada sobre esa supuesta adaptación al cine interpretada por Naomi Watts, de lo que deduzco que la película no ha llegado a ser rodada. Al menos esa es la impresión que me da, aunque luego la propia editorial, en la ficha que publica sobre este libro en su página web, hace mención a la película Revolutionary Road de Sam Mendes e interpretada por Kate Winslet y Leonardo DiCaprio. Y ahí ya me pierdo. ¿Revolutionary Road es la adaptación de la novela Vía revolucionaria del mismo autor? ¿Es una combinación de dicha novela y Las hermanas Grimes? ¿Es un error en la web de la editorial? Ni idea, la verdad. Si alguien sabe sacarme de este entuerto le estaría muy agradecida.
Richard Yates construye una historia familiar, que se inicia en la década de los 30 en Estados Unidos. Una novela en la que el epicentro son dos hermanas, Sarah y Emily, la primera cuatro años mayor que la segunda. Hijas de padres divorciados cuando eran aún pequeñas, son dos personajes absolutamente dispares con una personalidad bien definida. El padre, Walter Grimes, se gana la vida escribiendo titulares para el Sun de Nueva York. Tanto Sarah como Emily sienten verdadera admiración por él y suelen alardear ante sus amigos jactándose de la garra periodística de su padre. Lástima que al descubrir la verdadera tarea que Walter tiene encomendada en el periódico, se desinfle la admiración de las niñas. Por otro lado, Esther, o Pookie como se hace llamar -jamás permitirá que las niñas la llamen «mamá»-, es una mujer en busca del encanto y el glamour. Su nivel de vida suele estar por encima de sus posibilidades. Ella intenta educar a sus hijas con modales exquisitos, como si fueran dos señoritas de la alta sociedad, quizá en un intento de «colocarlas» bien. Pookie quiere a sus dos hijas pero ¿realmente el amor de una madre es tan equilibrado? Veremos que en esta novela no será así pues Esther, una mujer que se muestra vacía, siendo más fachada que otra cosa, irá decantándose por una de ellas y al final arrastrará un lastre que la hará sucumbir poco a poco hasta el deterioro más absoluto. No será la única.
Pero en Las hermanas Grimes, los personajes realmente importantes son las niñas a las que iremos viendo crecer. Sarah es más valiente y más fantasiosa mientras que Emily es la más realista pero también la más débil. Temerosa y asustadiza, suele ser presa fácil del pánico por lo que no es extraño que también tienda a ser más catastrofista. A ambas, la niñez las conducirá a la pubertad, de ahí a la adolescencia y los inicios en las cuestiones amorosas no se hacen esperar, especialmente en Sarah, una joven coqueta que comienza muy pronto a tontear con los chicos. Serán varios los jóvenes con los que flirtee hasta que llega al matrimonio de la mano de Tony.
Emily ha vivido siempre a la sombra de su hermana. Ella se ha visto siempre como el patito feo de la familia, o tal vez, su madre le ha inculcado tal pensamiento de manera inconsciente. Sea como fuere, la cuestión es que Emily ha anhelado siempre la vida de su hermana, llena de belleza y chicos. En su defecto no se amarra a un solo hombre y tampoco permite que nadie conduzca sus pasos. A los ojos del lector, será la que más partido le saque a su vida llena de independencia y de actividades interesantes. Sin embargo, ¿qué pensará Emily rondando los cincuenta? ¿Creerá haber aprovechado su tiempo?
Y así transcurre el argumento de la novela, en paralelo a la vida de las dos hermanas para conocer cómo será la relación que ellas mantienen con sus padres, el despertar al amor y a la sexualidad, el paso a la edad adulta, época en la que las diferencias entre ambas son insalvables, y momento en el que su autor centra el haz de luz sobre Emily como personaje principal para desgranar su vida amorosa, dejando un poco al margen a las restantes mujeres. Y lo que parece algo simple, se complica cada vez más y temas como el maltrato, la soledad, el deber marital, la enfermedad y el alcoholismo visitan la vida de las hermanas Grimes. Hago hincapié en el tema del alcohol porque curiosamente es un elemento que tiene gran importancia en la novela. De un modo u otro, todos los personajes tienen un flirteo con la bebida, en mayor o menor medida.
Estructurado en tres partes con capítulos numerados y sin títulos, salvo el último que nos golpea como una bofetada, Las hermanas Grimes cuenta con el diálogo justo compuesto por frases cortas y rápidas. Si algo me ha gustado del estilo de Richard Yates es su naturalidad. Todo fluye sin esfuerzo, de manera suave, para conducir al lector a través de las vidas de Sarah y Emily en una narración agradable que discurre con placer.
Las hermanas Grimes no es una lectura para andar con prisas. Es preferible otorgarle el tiempo necesario, con calma y tranquilidad, para conocer a Sarah y Emily. Son mujeres distintas y en esta conjunción no tiene cabida la empatía. El lector no tiene necesidad de decantarse por una u otra, no se trata de entender mejor a aquella que a esta pues ambas tienen un vida llena de ricos matices, por eso no creo que sea una novela para lectores que solo buscan evasión. Sé que algunos lectores consideran esta novela triste, para mí es un reflejo de ese lado menos amable de la vida. ¿Acaso todos nuestros días son un vergel?
Como último apunte, comentaros que mientras leía esta novela, a veces me resultaba inevitable recordar algunas escenas de aquella mini-serie de la que os hablé una vez e intrepretada por Kate Winslet. Me refiero a Mildred Pierce. Ambas se inician en la misma época con una familia desestructurada como eje del argumento. Quizá ahí radica mi conexión.
Puedes adquirirlo en:
Pero en Las hermanas Grimes, los personajes realmente importantes son las niñas a las que iremos viendo crecer. Sarah es más valiente y más fantasiosa mientras que Emily es la más realista pero también la más débil. Temerosa y asustadiza, suele ser presa fácil del pánico por lo que no es extraño que también tienda a ser más catastrofista. A ambas, la niñez las conducirá a la pubertad, de ahí a la adolescencia y los inicios en las cuestiones amorosas no se hacen esperar, especialmente en Sarah, una joven coqueta que comienza muy pronto a tontear con los chicos. Serán varios los jóvenes con los que flirtee hasta que llega al matrimonio de la mano de Tony.
Emily ha vivido siempre a la sombra de su hermana. Ella se ha visto siempre como el patito feo de la familia, o tal vez, su madre le ha inculcado tal pensamiento de manera inconsciente. Sea como fuere, la cuestión es que Emily ha anhelado siempre la vida de su hermana, llena de belleza y chicos. En su defecto no se amarra a un solo hombre y tampoco permite que nadie conduzca sus pasos. A los ojos del lector, será la que más partido le saque a su vida llena de independencia y de actividades interesantes. Sin embargo, ¿qué pensará Emily rondando los cincuenta? ¿Creerá haber aprovechado su tiempo?
Y así transcurre el argumento de la novela, en paralelo a la vida de las dos hermanas para conocer cómo será la relación que ellas mantienen con sus padres, el despertar al amor y a la sexualidad, el paso a la edad adulta, época en la que las diferencias entre ambas son insalvables, y momento en el que su autor centra el haz de luz sobre Emily como personaje principal para desgranar su vida amorosa, dejando un poco al margen a las restantes mujeres. Y lo que parece algo simple, se complica cada vez más y temas como el maltrato, la soledad, el deber marital, la enfermedad y el alcoholismo visitan la vida de las hermanas Grimes. Hago hincapié en el tema del alcohol porque curiosamente es un elemento que tiene gran importancia en la novela. De un modo u otro, todos los personajes tienen un flirteo con la bebida, en mayor o menor medida.
Estructurado en tres partes con capítulos numerados y sin títulos, salvo el último que nos golpea como una bofetada, Las hermanas Grimes cuenta con el diálogo justo compuesto por frases cortas y rápidas. Si algo me ha gustado del estilo de Richard Yates es su naturalidad. Todo fluye sin esfuerzo, de manera suave, para conducir al lector a través de las vidas de Sarah y Emily en una narración agradable que discurre con placer.
Las hermanas Grimes no es una lectura para andar con prisas. Es preferible otorgarle el tiempo necesario, con calma y tranquilidad, para conocer a Sarah y Emily. Son mujeres distintas y en esta conjunción no tiene cabida la empatía. El lector no tiene necesidad de decantarse por una u otra, no se trata de entender mejor a aquella que a esta pues ambas tienen un vida llena de ricos matices, por eso no creo que sea una novela para lectores que solo buscan evasión. Sé que algunos lectores consideran esta novela triste, para mí es un reflejo de ese lado menos amable de la vida. ¿Acaso todos nuestros días son un vergel?
Como último apunte, comentaros que mientras leía esta novela, a veces me resultaba inevitable recordar algunas escenas de aquella mini-serie de la que os hablé una vez e intrepretada por Kate Winslet. Me refiero a Mildred Pierce. Ambas se inician en la misma época con una familia desestructurada como eje del argumento. Quizá ahí radica mi conexión.
(Imágenes tomadas de Google)
Puedes adquirirlo en:
Debió de confundirse la editorial porque Vía Revolucionaria es la verdadera adaptación de la película de Kate Winslate y Leonardo DiCaprio. La verdad es que Revolutionary Road me gustó y probablemente esta también lo hará. Saludos!
ResponderEliminarEs que pasear por una biblioteca es uno de los mayores placeres de esta vida. Pocas veces saco libros, pero me gusta verlos, tocarlos, hojarlos...
ResponderEliminarÉste también lo apunto. Besos.
Esta no termina de convencerme. Besos.
ResponderEliminarRevolutionary road es la adaptación de la novela Una vía revolucionaria (que tengo pendiente de leer).
ResponderEliminarSobre esta novela o su adaptación, no había oído hablar.
No tiene mala pinta, pero primero quiero leer Una vía revolucionaria.
Un beso!
No me importaría leerlo. También me gusta mucho el cine.
ResponderEliminarNo lo conocía y me ha entrado la curiosidad, a ver si me lo encuentro en la biblioteca, besotes
ResponderEliminarLeí Revolucionary después de ver la peli de Kate y Leo y veo que con ata de hoy tiene en común que no hay empatía del lector con los personajes, aun así veo cosas que me pueden gustar mucho así que me la apunto, por la historia en sí y la época.
ResponderEliminarBesos
Siendo una historia familiar ya me había fijado en esta novela pero la tuya es la primera reseña que leo y me mantengo en la idea de leerla, ahora sabiendo que por el tipo de lectura he de buscarle un momento adecuado
ResponderEliminarBesos
Revolutionary Road es la adaptación de Revolutionary Road, ya sabes, no está nada mal esa película. A Richard Yates no lo conozco más que por eso y justamente el otro día me hice con un par de libros pero ninguno era este. Besos :)
ResponderEliminarPues tiene una pinta estupenda. Otro bien apuntadito.
ResponderEliminarBesos.
Si cae en mis manos lo leeré.
ResponderEliminarBesos
Este libro lo estuve mirando el año pasado para tu reto de letras y al final no lo leí, a mi lo de que sea triste no me preocupa, ya sabes de esa vena dramática que me sale. Lo sacaré del cajón de los olvidados, gracias por la reseña.
ResponderEliminarBesos
Buena pinta que tiene esta novela. Y esa referencia a Mildred Pierce hace que me llame aún más la atención.
ResponderEliminarBesotes!!!
Las editoriales son poco fiables, me temo, en cuantos a referencias sobre lo que ellas mismas publican. Investigaré sobre esa adaptación cinematográfica fantasma, aunque sospecho que llegaré al mismo sitio que tú. El libro lo tengo, la curiosidad también, no siempre busco sólo evasión (ya lo sabes) y no me da miedo la tristeza (en los libros, en los libros), soy muy de dramas :) Me quedo con esa pregunta que planea sobre si el amor de una madre puede ser equilibrado. No sé si cuando un sentimiento es tan subjetivo puede ser equilibrado, claro que supongo que depende de lo que entendamos por equilibro.
ResponderEliminarGracias y besos!
No sé si voluntariamente lo buscaría, pero si cae en mis manos tendré en cuenta que tiene profundidad y hay que leerlo con tranquilidad.
ResponderEliminarBesos.
No lo conocía, tomo nota del título por si lo veo en las estanterías de mi biblioteca ;D
ResponderEliminarSin dudarlo me la llevo anotada. Me gustan mucho las lecturas reposadas.
ResponderEliminarUn beso.
Tienes toda la razón. La vida, no sé si por suerte o por desgracia, no resulta ser un cuento de hadas... Me ha encantado tu detallada reseña y me lo anoto en el cuaderno, que ya va escaso de hojas en blanco.
ResponderEliminarBesines,
Pues me la llevo, aunque de momento no sé sacarte del entuerto :-S Un beso!
ResponderEliminarMe lo apunto sin dudarlo, por lo que cuentas creo que me gustaría. Besos.
ResponderEliminarTengo dudas
ResponderEliminar