lunes, 31 de marzo de 2014

LA FAMILIA: ALOJAMIENTO CON TENSIÓN COMPLETA de Señorita Puri.





Editorial: Espasa.
Fecha publicación: Febrero, 2014.
Nº Páginas: 232.
Precio: 16,90 €
Género: Novela
Edición: Rústica sin solapas.
ISBN: 978-84-670-2956-7


Autora

Purificación García (Madrid, 1975) es una empleada de supermercado, madre de dos hijos y autora del libro Te dejo es jódete al revés.

Sinopsis

Señorita Puri, la cajera que se hizo popular con su libro Te dejo es jódete al revés vuelve «a la carga» con sus nuevas aventuras. Ahora con la familia. Desde el surrealismo de una boda hasta las manías de la suegra, pasando por un cuñado sabelotdo, un primo rapero que lleva pantalones cagaos, una tía pija que se saca paluelos con el meñique... Puri nos hará reír con su peculiar visión de las relaciones familiares.

[Información facilitada por la editorial]



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No me puedo resistir. Desde que conocí a Señorita Puri en Te dejo es jódete al revés me hice una fan incondicional de esta cajera de supermercado y poco me importa que muchos cataloguen el género chick-lit como el hermano menor de todos los géneros. A mí este tipo de libros me entretiene, me divierte, me saca de la apatía, me regala sonrisas y momentos hilarantes. 

La familia: alojamiento con tensión completa llevaba algunas semanas en casa y no dejaba de mirarlo de reojo a la espera de encontrar el momento de leerlo. Hace tan solo unos días pude ponerme con él. Lo que me he reído.

En Te dejo es jódete al revés Señorita Puri nos hablaba de su vida en el supermercado, de esos clientes cansinos que se colocan en la caja como si el mundo solo girara a su alrededor, y de su vida personal tras un divorcio que supuso renacer de sus propias cenizas. En esta ocasión le toca el turno a la familia, a ese grupúsculo de hombres, mujeres y niñ@s que vienen de serie, que te asignan desde que naces sin que puedas hacer nada por evitarlo, salvo hacer las maletas y largarte a Alaska. Aunque claro no sé yo si es una medida excesivamente drástica y además con el frío que tiene que hacer en Alaska... 



En la familia de Puri hay de todo: una prima desempleada, un tío divorciado y volcado en el culto al cuerpo, otra prima demasiado vanguardista, unos tíos que a base de currar mucho han escalado puestos en la sociedad, un primo rapero, otro tío manitas,... y en su círculo más cercano, Juan, su marido mexicano y su hijo Pablo que ya tiene dos años, ambos los pilares de su vida. Pero Puri está a punto de ampliar la familia con un embarazo al que poco le queda mientras  sigue lidiando con los clientes del supermercado.

El argumento de esta nueva entrega arranca cuando su prima Ana, la desempleada, comunica a Puri que va a casarse aunque a la pobre no le llega ni para el arroz de después de la ceremonia. A Puri le parte el corazón que su prima, su casi medio hermana, tenga que privarse de una boda en toda regla, con su ceremonia, su traje, su tarta y su luna de miel. A pesar de la precariedad de su propia existencia, acentuada por la llegada de un nuevo descendiente, nuestra protagonista no se queda de brazos cruzados y pone en jaque a toda la familia para organizarle a su prima Ana una boda sorpresa como Dios manda. Y aquí es cuando empieza lo bueno. Cada uno hará lo que pueda, mejor o peor, pero con la mejor de las intenciones. 
Entre los avatares del supermercado y la odisea familiar, el lector se topará con escenas divertidas que se suceden una tras otra y que Puri tendrá que resolver con su particular forma de proceder.

Pero si hay algo que me gusta de estos libros y que, a mi juicio los diferencian de otras novelas chick-lit que he leído, es la carga reflexiva que aportan. Puri nos habla de la relación tan especial que se establece entre los primos hermanos, hará su particular análisis de la crisis actual y de las consecuencias para la población o nos explicará cómo ser madre y no morir en el intento,... Todo visto con su peculiar sentido del humor. Eso que no falte. 


Comentaba en la reseña de Te dejo es jódete al revés que Puri es una superviviente de la vida. Me resulta entrañable encontrarme con un personaje tan humano, tanto que a veces me cuesta trabajo creer que pueda existir alguien así de natural y espontánea. Sigue manteniendo un sentido del humor mordaz y ácido, inteligente, chispeante e ingenioso que le ayudan a enfrentarse a las pequeñas catástrofes de una existencia mundana. Pero también ofrece ese lado tierno y sensible que es el que le induce a volcarse en las personas que más quiere.


La familia: alojamiento con tensión completa, en esta ocasión dedicada a su hija Julia, consta de 24 capítulos con título introductorio más un epílogo. El estilo sigue en la misma línea que en la novela anterior, muy coloquial, fresco, actual,... que corresponde con el de una mujer joven de nuestro tiempo, madre y trabajadora.


En conclusión, yo sigo manteniendo el mismo pensamiento que ya expuse la vez anterior, que estamos ante unos libros del género chick-lit, que si bien no están a la altura de los grandes clásicos universales de la literatura, sí te hacen pasar un rato entretenido y ameno, al mismo tiempo que conectas con una protagonista muy humana, muy buena persona y muy luchadora que te dejará un agradable recuerdo. 


Para mí es una novela recomendable con la que no hay engaños. El lector sabe desde el primer momento con qué se va a encontrar y por lo tanto el entretenimiento sin sobresaltos está garantizado. A mí Puri me sigue gustando mucho y por lo tanto seguiré fiel a sus aventuras.


Puedes seguir sus andanzas a través de Twitter en @senoritapuri e incluso tiene página web.




Agradezco a Espasa el envío del ejemplar.









Retos:

   

sábado, 29 de marzo de 2014

Presentación EL GUACAMAYO ROJO de Manuel Machuca.



Manuel Machuca (Sevilla, 1963) es doctor en Farmacia por la Universidad de Sevilla. Miembro correspondiente de la Academia Peruana de Farmacia, consultor de la Organización Mundial de la Salud y profesor honorario de la Universidad de Buenos Aires. Ha impartido cursos y conferencias en más de veinte países de Europa y América, publicando más de cien artículos científicos y de opinión en revistas científicas y profesionales de repercusión internacional y ha recibido diversos reconocimientos por su labor profesional.

En el mundo literario, Manuel Machuca fue el coordinador de Relatos de farmacéuticos, en el que participaron más de quince profesionales españoles y de América Latina, ha publicado relatos en la revista argentina Motor de ideas y numerosos artículos en Cambio 16 y Cuadernos para el diálogo, colaborando con asiduidad en diarios del grupo Joly. 

Pero si de algo conocemos a Manuel Machuca en nuestro entorno es por ser el autor de un libro que ha sido reseñado en diferentes blogs. Me refiero a Aquel viernes de julio que tuvo tan buena acogida entre nosotros y del que, en este rincón, se dijo que «Machuca nos desvela una prosa ligera y de extrema sencillez a la que otorga fuerza en los acontecimientos finales» y  que supuso «una lectura agradable y liviana, que se hace cercana y que, sin grandes ambiciones, terminas por acunar en tu regazo» 

Pues bien, Manuel Machuca ha vuelto y lo hace con la novela El guacamayo rojo, la historia de tres generaciones de emigrantes españoles, desde el Brasil de las grandes plantaciones de principios del siglo XX hasta el de los Juegos Olímpicos y las favelas.

Sinopsis: Para conquistar un sueño, a veces es necesario arriesgarlo todo sin mirar atrás. en 1904 una familia campesina vende sus escasas pertenencias en Almería para embarcar todas sus esperanzas en una travesía incierta al Brasil de las grandes plantaciones. A principios del siglo XXI el mundo ha cambiado, pero la realidad no es tan distinta. Un joven arquitecto hace en avión el mismo recorrido en busca de las oportunidades que la crisis ha hecho desaparecer en España. Todos, sin saberlo, forman parte de una odisea que se extiende durante más de un siglo, fiel reflejo del afán por construir un futuro mejor en tierra extraña con todos sus éxitos, sus fracasos, sus dudas, sus secretos y sus olvidos.

Anoche, en un acto multitudinario en el que no cabía un alfiler, El guacamayo rojo fue presentado en sociedad. Vio la luz arropado por familiares y amigos del autor en una velada amenizada por las dulces melodías del grupo Chez Luna que llenaron el ambiente de bossa novas y por las intervenciones de John Julius Reel, escritor, Alejandro Mejías, profesor de la Universidad de Indiana, Rocío Muñoz, poeta y Raquel Campuzano, profesora de escritura creativa, que compartieron con los asistentes sus impresiones sobre el libro.

¿Qué nos deparará El guacamayo rojo?



Buen fin de semana a todos.

Ficha técnica

El guacamayo rojo, Manuel Machuca.
Editorial Anantes. Sevilla 2014.
Novela. 456 páginas.
PVP: 22 €
ISBN: 978-84-941015-8-8



viernes, 28 de marzo de 2014

BILBAO - NEW YORK - BILBAO de Kirmen Uribe.



Editorial: Seix Barral.
Fecha publicación: Febrero, 2010.
Nº Páginas: 208.
Precio: 19,00 €
Género: Novela
Edición: Rústica sin solapas.
ISBN: 978-84-322-1280-2

Autor

Nació en Ondarroa, Vizcaya, en 1970, se licenció en Filología Vasca y cursó estudios de postgrado de Literatura Comparada en Trento. Es autor de proyectos multimedia que combinan la literatura con diferentes disciplinas artísticas y ha participado en encuentros literarios en Europa, Asia y América. Ha traducido a Raymond Carver, Sylvia Plath, Anne Sexton, Mahmud Darwish y Wislawa Szymborska, entre otros, y colabora en diversos medios de prensa escrita, incluida la prestigiosa revista The New Yorker. La publicación en 2001 de su libro de poemas Bitartean heldu eskutik (Mientras tanto dame la mano, 2003), supuso, según la crítica, una «revolución tranquila» en el ámbito de la literatura vasca. Traducido al castellano, francés, inglés y ruso, el poemario fue galardonado con el Premio Nacional de la Crítica y elegido finalista al mejor libro de poesía traducido al inglés en 2007 en EE.UU. por el PEN American Center.

Sinopsis

Cuando Liborio Uribe supo que iba a morir, quiso ver por última vez un cuadro de Aurelio Arteta. Pasó toda su vida en alta mar, surcó sus aguas a bordo del Dos amigos y, al igual que su hijo José, patrón del Toki Argia, protagonizó historias inolvidables, caídas para siempre en el olvido. Años después y frente a ese mismo cuadro, el nieto Kirmen, narrador y poeta, rastrea esos relatos familiares para escribir una novela. 

Bilbao - New York - Bilbao transcurre durante un vuelo entre el aeropuerto de Bilbao y el JFK de Nueva York, y desgrana la historia de tres generaciones de una misma familia. A través de cartas, diarios, e-mails, poemas y diccionarios, crea un mosaico de recuerdos y narraciones que conforman un homenaje a un mundo prácticamente extinguido, a la vez que un canto a la continuidad de la vida. 

Con esta novela, ganadora del Premio Nacional de Narrativa 2009, del Premio Nacional de la Crítica 2008 en lengua vasca, del Premio de la Fundación Ramón Rubial y del Premio del Gremio de Libreros de Euskadi, Kirmen Uribe debuta de manera deslumbrante en el panorama narrativo hispánico. Considerado uno de los más destacados renovadores de la literatura actual, se adentra en las aguas de la autoficción con una escritura rica, compleja y sugerente realmente conmovedora.


[Información facilitada por la editorial]



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Kirmen Uribe llega al club de lectura con fuerza. Creo que es la primera vez que leemos a un autor tan joven, tan de nuestro tiempo, de mi generación, algo que resulta llamativo en unas reuniones en las que nuestras charlas siempre giran en torno a escritores de antaño.

Dedicado a su familia, Bilbao-New York-Bilbao se inicia con la presencia de Liberio Uribe, un hombre rural y vasco con una forma muy atípica de encarar una mala noticia. Tras salir de la consulta del médico en compañía de su nuera y saber que le resta poco tiempo de vida, decide acercarse al Museo de Bellas Artes de Bilbao para contemplar, quizás por última vez, un cuadro del pintor Aurelio Arteta del que, si no me equivoco, ni siquiera se menciona su nombre. La belleza contra la muerte.


Reproducción del cuadro incluido entre las páginas del libro.

Cuarenta y cinco años más tarde, en un viaje en avión desde Bilbao a Nueva York, el narrador rememora esa misma pintura, que en un principio figuraba en el salón de la casa de verano del arquitecto Ricardo Bastida en 1922. Durante ese trayecto, el narrador nos hablará de su abuelo Liborio, del que apenas sabe nada, tan solo que era un pescador propietario de una embarcación llamada Dos Amigos, un misterio por resolver. Recordará también a su padre, José Uribe, un marino en el mar del Norte y a través de abuelo y padre llegará a sí mismo, y nos hablará de su vida, de sus miedos, de sus vivencias.

En un principio pensé que Bilbao-New York-Bilbao recogería la historia familiar del autor, desde su abuelo Liborio, pasando por su padre José hasta llegar a él mismo, tres generaciones, y que de ahí no saldría. Sin embargo, adentrándome más en sus páginas, descubro que hay mucho más, una especie de collage narrativo en el que lo mismo su autor se para a contar algo personal e íntimo que atañe a algún miembro de su familia, como serpentea por la vida de otras personas ya sean anónimas o no, como el pintor Arteta o el arquitecto Bastida. De apuntes biográficos pasamos a historias caseras, como la anécdota de la tía Margarita y el anillo de oro, o la vida y las vivencias de los aldeanos durante la guerra civil española y la Segunda Guerra Mundial, o su modo de subsistir a través de la pesca, los pros y los contra de una vida dedicada al mar,  o las leyendas de la tierra que forman parte de la memoria colectiva, hasta incluso pinceladas sobre la historia contemporánea o acontecimientos políticos. Todo esto y mucho más.

Realmente no parece una novela al uso, con su introducción, su nudo y su desenlace. En ocasiones da la sensación de ser una especie de diario un tanto caótico, el día a día que invierte en tomar anotaciones, investigar en el pasado, recopilar información,... Todo ello aparentemente con la intención de construir una futura novela que no es tal porque la novela propiamente es la que tenemos en las manos. 


«Yo no soy capaz de escribir un diario. Anoto las cosas en cuadernos, lo que se me ocurre, lecturas y otro tipo de datos, lo mismo cosas que tengo que hacer que números de teléfono». [pág. 112]

Llegando incluso más lejos, me atrevería a decir que en las primeras páginas, cuando analiza el cuadro de Aurelio Arteta, se asemeja a un libro de arte por el análisis detallado que hace del color, de los trazos, de la disposición de las figuras,... La pintura es una constante a lo largo de todo el libro y también los pintores de los que dice que, a principio del siglo XX, fueron muchos los que se desplazaron hasta Ondarroa (lugar de donde procede la familia del autor) en Cantabria para captar la luz del cantábrico. Maravillosa la anécdota que  narra sobre la musa de Arteta, Benigna Burgos. Y curioso es que una compañera del club sea amiga del nieto de Arteta y haya confirmado la historia.

Bilbao-New York-Bilbao puede resultar una novela extraña para un lector tradicional que no le guste las innovaciones narrativas o el uso de elementos tan poco habituales como entradas de Wikipedia, mails, cartas,... Incluso introduce imágenes que muestran la pantalla de navegación del avión y en el que se aprecia el curso del viaje. El avión avanza hacia su destino igual que la novela lo hace hacia el suyo.

Y como temiendo que el lector no comprenda el por qué de Uribe, el por qué de esta novela y del modo como está contada la historia, él mismo nos explica lo que ha supuesto su construcción. Para ello vuelve a recurrir de nuevo a la pintura y establece paralelismos entre el proceso creativo y su estilo y las técnicas pictóricas que utilizaron maestros del pincel como Bellini, Velázquez, Van Eyck... La explicación no carece en absoluto de lógica y es delicioso llegar a las conclusiones a las que el autor nos dirige, la del creador dentro de su obra. De igual modo que Jan Van Eyck figura dentro su cuadro El matrimonio Arnolfini, así mismo figura Uribe dentro de su novela. Él es el verdadero protagonista.


Bilbao-New York- Bilbao está escrito en primera persona y estructurado en capítulos numerados y con un título que tienen que ver en un sentido u otro con lo narrado. Leer esta novela ha sido una experiencia muy gratificante. El estilo de Uribe me ha permitido deslizarme por sus páginas sin apenas esfuerzo, ávida de curiosidad. Y es que leyendo este libro se aprende mucho y eso es algo que valoro muchísimo en la literatura. No solo conoceremos la vida familiar del autor y todo lo que, de una manera u otra, rodea a ese clan, sino también curiosidades como la del encargo del Guernika, que en un principio fue propuesto a Arteta y posteriormente a Picasso, tras la negativa del primero.

Bilbao-New York-Bilbao me ha parecido un libro original en su planteamiento y en su composición. Para mí es un homenaje a su tierra, a su gente y especialmente a su familia, contando costumbres, la naturaleza de sus habitantes, profundizando en el duro mundo de la pesca y de los marinos. Desde las primeras páginas me enganchó por la manera en la que está narrada como si fuera un cuento, atrapándonos primero con la historia de Liborio y reteniéndonos después con las restantes. Creo que es un libro que puede gustar a aquellos lectores que quieran alejarse de vez en cuando de una literatura convencional. Bajo mi punto de vista es una buena recomendación.

Cierra la novela con un poema dedicado a Unai, el hijo de su compañera. En mi caso, yo voy a cerrar esta reseña con una cita que me encantó: 

«Los momentos más difíciles van marcando nuestras vidas hasta convertirse en medida de nuestro tiempo».[pág. 12]




Retos:

   

jueves, 27 de marzo de 2014

ENTREVISTA a ALMUDENA GRANDES (Las tres bodas de Manolita).

 Autora


Almudena Grandes (Madrid, 1960) se dio a conocer en 1989 con Las edades de Lulú, XI Premio La Sonrisa Vertical. Desde entonces el aplauso de los lectores y de la crítica no ha dejado de acompañarla. Sus novelas Te llamaré Viernes, Malena es un nombre de tango, Atlas de geografía humana, Los aires difíciles, Castillos de cartón y El corazón helado, junto con los volúmenes de cuentos Modelos de mujer y Estaciones de paso, la han convertido en uno de los nombres más consolidados y de mayor proyección internacional de la literatura española contemporánea. Varias de sus obras han sido llevadas al cine y al teatro, y han merecido, entre otros, el Premio de la Fundación Lara, el Premio de los Libreros de Madrid y el de los de Sevilla, el Rapallo Carige y el Prix Méditerranée. Con Inés y la alegría (Premio de la Crítica de Madrid, Premio Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska y Premio Sor Juana Inés de la Cruz) inauguró la serie Episodios de una Guerra Inteminable, al a que pertenecen El lector de Julio Verne (elegido por los lectores de El País como el mejor libro del año 2012) y ahora Las tres bodas de Manolita.



Sinopsis

En un Madrid recién salido de la guerra civil, sobrevivir es un duro oficio cotidiano. Especialmente para Manolita, una joven de dieciocho años que, con su padre y su madrastra encarcelados, y su hermano Antonio escondido en un tablao flamenco, tiene que hacerse cargo de su hermana Isabel y de otros tres más pequeños. A Antonio se le ocurrirá una manera desesperada de prolongar la resistencia en los años más terribles de la represión: utilizar unas multicopistas que nadie sabe poner en marcha para imprimr la propaganda clandestina. Y pretenderá que sea su hermana Manolita, la señorita «Conmigo No Contéis», quien visite a un preso que puede darles la clave de su funcionamiento. Manolita no sabe que ese muchacho tímido y sin aparente atractivo va a ser un hombre determinante en su vida, y querrá visitarlo de nuevo, después de varios periplos, en el destacamento penitenciario del Valle de los Caídos. Pero antes tiene que descubrir quién es el delator que merodea por el barrio.



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No sé si podéis haceros una idea de lo que supone para esta lectora sentarse a una mesa junto a una escritora de la talla de Almudena Grandes para hablar de su última novela, Las tres bodas de Manolita. Hace algunos años la que suscribe soñaba con ver a un autor en la presentación de un libro, en las casetas típicas de las ferias del libro, acercarse, solicitar una firma, intercambiar breves pareceres,... y hasta hacerse una foto. Todo eso me sigue llenando de ilusión pero cuando la vida me pone por delante experiencias como un tú-a-tú con Almudena Grandes, eso supera todas mis expectativas.  

Si hay algo que me gusta en un autor es la cercanía y en esta ocasión he disfrutado mucho de un diálogo cercano, haciéndole llegar a Almudena mis impresiones y también mis curiosidades. Esto fue lo que nos contó:

Marisa G.- Buenos días Almudena, un placer conocerte y estar aquí contigo hablando de tu nueva novela. Creo que ayer la presentaste en la Biblioteca Infanta Elena. ¿Qué tal fue?

Almudena G.- Pues muy bien. Estuvo muy lleno, especialmente teniendo en cuenta que había un derbi, un Betis-Sevilla, pero salió todo muy bien.

M.G.- Un partido muy importante aquí y que arrastra a mucha gente, pero bueno, entrando en materia, me gustaría que nos contaras cómo se te ocurre meterte en un proyecto tan ambicioso como estos Episodios...?

A.G.- Verás, yo estudié Historia en la Universidad, algo que durante años pensé que no me serviría de nada, pero ahora pienso de otro modo. Si no hubiera estudiado Historia está claro que no hubiera podido escribir estos libros, porque aquellos estudios me permitieron familiarizarme mucho con la metodología de los historiados, me  enseñaron a respetar mucho su trabajo y sus reglas... El caso es que, cuando empecé a escribir El corazón helado, decidí leerme un par de libros para documentarme sobre un par de cosas que no sabía, para refrescar un poco mi memoria y lo primero que descubrí es que no sabía nada. Esto es algo que pasa mucho en este país. Hay pocos países que tengan una historia contemporánea tan complicada como esta y casi ninguno donde la gente crea que lo sabe todo. A partir de ahí me enganché a la Historia Contemporánea de España como los niños se enganchan a los vídeos juegos. Empecé a leer sistemáticamente toda clase de materiales sobre la guerra, la postguerra, la república,... Vi todo el cine que pude ver sobre esa época, todas las fotos que pude,.... Hice una especie de inmersión. He estado diez años o más viviendo en una época que no era la mía y durante todo ese tiempo, me fui encontrando con una serie de historias que desde el principio me parecieron que prometían novela pero claro, en aquel momento yo estaba escribiendo una historia sobre el exilio, por lo que la postguerra en la misma novela no tenía cabida. De ese modo, fui coleccionando historias, las fui apuntando en un cuaderno y por pura casualidad y también por puro afán de saber, fui ampliando las que me interesaron más pero sin tener intención de escribir nada al respecto. 

Cuando acabé El corazón helado me quedé como muy parada, sin saber qué escribir. Estuve año y medio dando bandazos sin saber muy bien qué hacer y de repente comprendí que lo que tenía que hacer era escribir novelas con todas esas historias, relatos que ya existían. Ellas fueron las que me eligieron a mí y no yo a ellas. Con toda la documentación recopilada y colocada encima de una mesa, me di cuenta de que me salían seis novelas que me permitían recorrer veinticinco años de la postguerra.

Hay muchas historias que se me han quedado fuera, muchas que no puedo contar y otras que no me han encajado en ningún sitio y mira que lo he intentado. Por ejemplo la muerte de Ramón Franco he procurado meterla en todas las novelas porque es una muerte fascinante y no he podido, la fuga de la cárcel de San Cristóbal en Pamplona tampoco he podido,... 

M.G.- Es que hay muchísima materia como mucha materia hay también en tu libro. Fíjate, Almudena, que la sinopsis que acompaña a la novela es una mínima parte de todo lo que cuentas. Hay muchas más historias al margen de la de Manolita.

A.G.- Sí, esta novela es muy densa. Además tiene una estructura peculiar, distinta a los dos episodios primeros, pero más parecida a la de El corazón helado. Los capítulos impares cuentan la historia de la protagonista en primera persona y los capítulos pares son como retratos, como mini novelas de cada uno de los personajes secundarios, y claro, cada uno de esos personajes tiene una propia historia, vienen de un sitio, han tenido experiencias,... Yo lo cuento aquí porque eso es lo que explica cómo son y por qué intervienen de una forma tan decisiva en la historia de Manolita. Pero todo esto multiplica mucho la dificultad del libro. A mí es que me gusta escribir libros difíciles, con más de un eje y aunque pueda disfrutar mucho de una novela lineal, no me gusta escribirlas. Me gusta mucho más complicarme la vida.

M.G.- Eso te iba a decir, que te las has complicado muchísimo. Sin embargo, el lector creo que lo agradece porque hay mucho donde mirar. Sales de una historia y te metes en otra. Me ha parecido fascinante.

A.G.- Me gusta complicarlo, sí. Además es que yo no me puedo aburrir escribiendo porque, si me aburro yo, se aburren los lectores seguro. Hace años descubrí que la forma de escribir de cada escritor tiene que ver con la manera en la que está organizada su cerebro. Yo no soy nada rápida, yo no soy la que descubre primero la línea más corta entre los puntos A y B, pero te aseguro que cuando llego a B, he estado en G, en H, en I, en M,... Pienso como en espiral y por eso me gustan este tipo de estructuras.

M.G.- Son más interesantes sí. Después de leer tu novela y de investigar un poquito me doy cuenta que la ficción que tú creas tiene puntales reales, como la historia de Isabel Perales, el cura de Porlier, el Orejas,... (Os contaré detalles en la reseña).

A.G.- Sí, esta novela, como todas las de la serie, y por eso se llaman episodios porque siguen un poco la tradición de los Episodios Nacionales de Galdós, recogen hechos reales que yo uso como marcos para meter dentro una historia de ficción. Los personajes reales interactúan dentro de la novela con los personajes de ficción constantemente. Es el modelo de Galdós, él ya lo inventó todo. Es muy curioso como periódicamente se inventa la no ficción en el mundo, y especialmente en este país, cuando resulta que ya hubo un señor que hizo esto en 1900 y lo que yo hago es copiar ese modelo.

Pero mira yo soy ante todo escritora, tengo un compromiso con la literatura y mi obligación es escribir buenos libros y para eso, es fundamental que el escritor se sienta libre pero en una novela como esta hay que guardar un equilibrio entre la libertad y la lealtad a la realidad. Y fíjate que digo lealtad y no fidelidad. La función de un novelista no es ser neutral. Además pienso que la objetividad es una quimera y que los historiadores saben que la objetividad no existe porque escribir es mirar al mundo y contar lo que uno ve y no le puedes pedir a nadie que renuncie a ser él mismo, a tener su concepto del bien y el mal, de lo justo y de lo injusto cuando se sienta a escribir. No tiene sentido. Además, es que ni siquiera es honesto pedir algo de este tipo. Así que, en una novela como esta, la lealtad consiste en no manipular, no mentir directamente. Yo he elegido un punto de vista para contar esta historia, mi elección es legítima, y la cuento desde el punto de vista de los que perdieron la guerra. Podía haberlo contado desde el lado de los vencedores pero yo elijo desde donde lo cuento y lo que cuento. Mi obligación es no distorsionarlo ni manipular. Todo esto es lo más fascinante de este trabajo. Me lo paso muy bien escribiendo, muy bien documentando los libros y es un trabajo muy difícil pero muy emocionante. Merece mucho la pena.

M.G.- Comentabas antes que te gusta mucho complicarte la vida y te la complicas tanto que metes en una misma novela a más de una centena de personajes. ¿Cómo lo haces? ¿Cómo los manejas?

A.G.- Bueno, porque los tengo a todos en la cabeza. Juan Marsé dice que para escribir novelas hace falta tener mucha memoria y ser muy cotilla. 

M.G.- En este caso hace falta un memorión.




A.G.- Bueno, solamente con la memoria puedes escribir tu vida y lo mismo resulta muy aburrida, pero si eres cotilla e indagas en la vida de los demás necesitas de la memoria para acordarte de dónde has almacenado todos los cotilleos. En mi caso, es que tengo mucha memoria, por eso escribo novelas tan largas. 

Una de las cosas que más me gustó de este proyecto, de resucitar el espíritu de Galdós y sus episodios, es lo de compartir personajes.

M.G.- Esta cuestión me gustaría recogerla más adelante.

A.G.- Estas son novelas independientes que empiezan y terminan pero comparten un mismo espíritu, se ordenan de una forma coherente en una secuencia cronológica, que va de un punto a otro, y además comparten personajes. En este proyecto es fundamental para mí controlar los personajes, saber dónde los voy a meter y dónde los voy a colocar en cada momento, entonces es algo a lo que le presto mucha atención. Mi forma de escribir consiste en resolver las novelas en un cuaderno antes de empezar a escribir propiamente. Antes me cuento a mí misma la historia, me cuento cómo son los personajes, hago estructuras,... y el cuaderno siempre lo tengo encima de la mesa pero no lo miro, porque me acuerdo de todo. 

M.G.- En esta novela le haces un guiño a los personajes de los anteriores episodios y en esta ya nos adelantas algunos que aparecerán en el siguiente que creo que aún no has empezado a escribir. Tengo entendido que comienzas este verano, ¿no?

A.G.- Sí, pero ya tengo un cuaderno.

M.G.- Ya lo tienes todo claro entonces ¿no?

A.G.- Todo, todo no, pero tengo resuelto bastante del argumento. 

En este caso, introducir algunos de los personajes fue más bien una casualidad. Desde el principio ese personaje estaba ahí porque es el marido de Rita, la mejor amiga de Manolita, un personaje secundario que va a ser muy importante en esta, en la siguiente y en la quinta novela. Ella se casará con el protagonista de la cuarta. Se me ocurrió incluirlo porque, al final de la novela, que es un como un aquelarre al que llegan todos a llorar pero terminan emborrachándose y riéndose mucho, me di cuenta que sin tocar nada quedaba el último, así que decidí incluirlo en esa lista final de personajes

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