Editorial: Planeta.
Fecha publicación: Abril, 2013.
Nº Páginas: 352
Nº Páginas: 352
Precio: 18,90 €
Género: Novela.
Edición: Rústica con solapas.
ISBN: 978-84-08-05987
Natalia Sanmartín Fenollera es periodista y ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en el ámbito de la información económica. Licenciada en Derecho por la ULC, es Master en Periodismo por la Escuela de Periodismo de EL País y la UAM y cuenta con un PIDD por la Escuela de Negocios ESIC. Ha estado al frente de las secciones de Cinco Sentidos y de Vida Profesional en el diario económico Cinco Días, donde actualmente es jefa de opinión.
El despertar de la señorita Prim es su primera novela. Sus derechos han sido adquiridos por la Editorial Mondadori en Italia, Thiele Verlag en Alemania, Grasset en Francia, en EEUU y Canadá por Atria Books (Simon & Schuster Group), en Reino Unido y Commonwealth por Abacus (Little Brown) y en Polonia por Amber.
Atraída por un sugestivo anuncio, Prudencia Prim llega a San Ireneo de Arnois, un pequeño lugar lleno de encanto cuyos habitantes han decidido declarar la guerra a las influencias del mundo moderno. La señorita Prim ha sido contratada para organizar la biblioteca del Hombre del Sillón, un hombre inteligente, profundo y cultivado, pero sin pizca de delicadeza. Pese a las frecuentes batallas dialécticas con su jefe, poco a poco la bibliotecaria irá descubriendo el peculiar estilo de vida del lugar y los secretos de sus nada convencionales habitantes.
Narrado con ingenio, brillantez e inteligencia, El despertar de la señorita Prim nos sumerge en un inolvidable viaje en busca del paraíso perdido, de la fuerza de la razón y la belleza y de la profundidad que se esconde tras las cosas pequeñas.
Autora
Natalia Sanmartín Fenollera es periodista y ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en el ámbito de la información económica. Licenciada en Derecho por la ULC, es Master en Periodismo por la Escuela de Periodismo de EL País y la UAM y cuenta con un PIDD por la Escuela de Negocios ESIC. Ha estado al frente de las secciones de Cinco Sentidos y de Vida Profesional en el diario económico Cinco Días, donde actualmente es jefa de opinión.
El despertar de la señorita Prim es su primera novela. Sus derechos han sido adquiridos por la Editorial Mondadori en Italia, Thiele Verlag en Alemania, Grasset en Francia, en EEUU y Canadá por Atria Books (Simon & Schuster Group), en Reino Unido y Commonwealth por Abacus (Little Brown) y en Polonia por Amber.
Sinopsis
Atraída por un sugestivo anuncio, Prudencia Prim llega a San Ireneo de Arnois, un pequeño lugar lleno de encanto cuyos habitantes han decidido declarar la guerra a las influencias del mundo moderno. La señorita Prim ha sido contratada para organizar la biblioteca del Hombre del Sillón, un hombre inteligente, profundo y cultivado, pero sin pizca de delicadeza. Pese a las frecuentes batallas dialécticas con su jefe, poco a poco la bibliotecaria irá descubriendo el peculiar estilo de vida del lugar y los secretos de sus nada convencionales habitantes.
Narrado con ingenio, brillantez e inteligencia, El despertar de la señorita Prim nos sumerge en un inolvidable viaje en busca del paraíso perdido, de la fuerza de la razón y la belleza y de la profundidad que se esconde tras las cosas pequeñas.
[Información facilitada por la editorial]
¡Cuántas ganas tenía de leer este libro! Desde que comencé a verlo por los distintos blogs me sentí muy atraída pero no ha sido hasta hace un par de semanas que la señorita Prim se cruzó en mi camino.
San Ireneo de Arnois es una utopía en nuestros tiempos. Una comunidad en la que habitan todas aquellas personas que, cansadas del mundanal ruido, huyen de las ciudades masificadas, con su desenfreno y su pérdida de valores, en busca de un lugar con un ritmo menos vertiginoso y más placentero, en el que una vida más sencilla sea posible.
La verdad es que se trata de un lugar en el que no me importaría vivir, pues cada día me abruma más el ruido (la contaminación atmosférica está dando paso a la acústica, tan dañina como la anterior), las prisas, el desenfreno, la tensión,... y la deshumanización.
A este singular paraje llega la señorita Prudencia Prim en respuesta al siguiente anuncio en el periódico, solicitando postulante a un puesto de bibliotecaria.
Aunque ella no encaja con todos los requisitos solicitados, pues se trata de una mujer con una dilatada formación académica, no se lo piensa mucho y se presenta como candidata. Y es que resulta que la señorita Prim no está muy a gusto con la época que le ha tocado vivir. Cree que nació en el momento equivocado, quizás añorando lo mismo que añora esta lectora, una vida más tranquila y sosegada, naturalmente con sus altibajos, pero en la que el reloj no imponga su mandato, y piensa que ese nuevo puesto es una señal que marcará un nuevo inicio en su vida, un nuevo amanecer, en un lugar donde se mantenga el gusto por la armonía, la belleza y el equilibrio.
Nada más llegar a la casa de su nuevo patrón encontrará una reunión compuesta por 15 niños y dos perros a cuyo frente se haya un hombre sentado en un sillón (al que conoceremos como el Hombre del Sillón en todo momento). En un principio, Prudencia Prim teme que su puesto implique también lidiar con todos esos niños y con los canes, pero pronto sabrá que los pequeños solamente vienen a recibir clases por parte del Hombre del Sillón y que en la casa solo viven Septimus, Téseris, Deka y Eksi, aunque estos no son sus verdaderos nombres.
Decía antes que San Ireneo de Arnois es un lugar distinto a lo que acostumbramos, tiene sus propias normas y eso afecta, entre otras cosas, a la educación que reciben los pequeños de la comunidad. La escuela, tal y como la concebimos en nuestra sociedad, se convierte en San Ireneo en un elemento subsidiario que perjudica a los niños más que los beneficia. La escuela moderna no tiene cabida aquí. Y por este motivo es por lo que las clases se imparten en las distintas casas de la localidad y por distintos profesores, cada uno especializado en un grupo de materias.
A su vez, los negocios y establecimientos son dirigidos especialmente por mujeres, grandes profesionales que abandonaron su vida anterior, con unos horarios que permiten la conciliación de la vida laboral y familiar. Lo que se hace en nuestra sociedad con el trabajo y las mujeres trabajadoras no tiene lugar en la sociedad de San Ireneo, pues vivir para trabajar sin ocuparse de la familia y de los hijos supone una forma de destruir los vínculos familiares.
En un primer momento, todos los elementos que comportan la sociedad de San Ireneo, así como sus costumbres y su modus vivendi, supondrá un shock para nuestra protagonista, pero poner en orden la biblioteca del Hombre del Sillón le llevará el tiempo necesario para conocer con detalle a los peculiares habitantes de este singular lugar, a las mujeres, a los hombres y a los niños y todos ellos, a pesar de las iniciales reticencias de Prim, aportarán algo a su existencia.
Prudencia hará grandes amigas, conocerá a ancianas llenas de sabiduría, descubrirá qué es lo realmente importante en la vida de estas personas, de dónde vinieron, por qué llegaron a este lugar, y lo que también es vital, comprobará cómo unos ayudan a otros. El corazón de Prudencia no quedará al margen de grandes descubrimientos. Tarde o temprano tendrá que reconocer aquello ante lo que pretendía cerrar los ojos.
El final no nos dirá gran cosa o nos lo dirá todo. Es cuestión de lo que busques en esta novela. La autora deja una puerta abierta para que el lector conduzca a Prudencia por el camino que él desee.
En cuanto a los personajes, me gusta el retrato de la señorita Prim. Se trata de una mujer práctica, recta y disciplinada en su actitud, que valora la pulcritud y la belleza. Tiene muy buen concepto de sí misma, considerándose una mujer moderna, libre e independiente que no necesita a ningún hombre a su lado para poder vivir y ser feliz. No tolera la vulgaridad y la falta de delicadeza por eso, cuando las mujeres de San Ireneo, aquellas que constituyen la Liga Feminista, intentan averiguar por qué una mujer como Prim sigue soltera e insisten en buscarle marido, nuestra protagonista se sentirá ofendida por la intromisión en su vida. Pero en San Ireneo no existe maldad, solo buena disposición.
La relación entre la señorita Prim y su patrón no comienza con buen pie y no mejorará con el paso del tiempo. Prim piensa que su jefe es un ser extraño, un anacoreta e incluso un loco. En la localidad todo el mundo tiene buena opinión de él pero ella no la comparte. Para Prudencia, el Hombre del Sillón es prepotente, demasiado exigente y su actitud con los pequeños deja mucho que desear, sin embargo, estos no parecen sentirse ofendidos ni maltratados, ni se muestran temerosos en ningún caso, aunque sí buscan su aprobación y reconocimiento en todo momento.
Ella se siente incómoda ante su patrón, pero el lector intuye que también hay cierta curiosidad. Los diálogos entre ambos están llenos de ironía pero dejan traslucir un flirteo soterrado que me ha recordado mucho al que se produce entre Jane Eyre y el señor Rochester.
Prudencia y su patrón hablan de multitud de temas y jamás concuerdan sus opiniones, consiguiendo el Hombre del Sillón sacar a la señorita Prim de sus casillas en más de una ocasión. En un momento determinado se establece entre ellos un debate sobre la literatura femenina y la conveniencia o no de leer Mujercitas. Este diálogo me ha parecido sublime tanto por la forma de desarrollarlo como por el contenido y la argumentación. Las disputas dialécticas entre uno y otro están llenas de inteligencia, ingenio y seducción camuflada, un juego del cortejo por medio de la palabra que es lo que más me ha gustado del libro.
Otro personaje interesante es Horacio Delàs, un viejo amigo de la familia para la que Prudencia trabaja. Horacio es todo lo contrario al Hombre del Sillón. La señorita Prim lo considera un hombre razonable y sensato, tremendamente encantador, uno de sus mayores apoyos dentro de la sociedad y el único que entiende el desconcierto de Prudencia.
¿Y cómo son los niños? Prudencia considera erróneo la forma de educar a los pequeños a los que cataloga de perturbadores y llenos de misterios pero no puede negar que son extremadamente cultos. Todos los miembros de la comunidad sacrifican parte de su tiempo en ofrecer la mejor formación posible a los niños. Si Prudencia sintió algún recelo con respecto a los más pequeños, ¿terminará por tomarles cariño?
Escrito en tercera persona, El despertar de la señorita Prim, cuyo título hace referencia al renacer de la protagonista, está narrado de una manera elegante, fresca, ágil, con capítulos cortos que se distribuyen en tres partes y un tipo de fuente grande que permite una lectura rápida.
Esta novela te presenta una reflexión tras otra. La sociedad de San Ireneo es tan distinta a la que formamos parte que es inevitable establecer comparaciones. Dignas de mención son las opiniones que tienen algunas mujeres de la localidad en relación al matrimonio y al lugar que debe ocupar la mujer. Estar casada no implica necesariamente dependencia y en realidad no es peor tener un marido que tener un jefe, alegan las componentes de la Liga Feminista.
¿Me ha gustado El despertar de la señorita Prim? Me gustaría decir que me ha encantado pero no sería sincera. Mi interés crecía a veces pero decrecía otras. No se ha mantenido constante y no todos los capítulos me han gustado por igual. En su favor tengo que decir que no se trata de una simple historia sino que entre líneas subyace un mensaje al que llegamos a través de todas las reflexiones que plantea el texto (familia, religión, trabajo, filosofía,...).
Todo es encantador en esta novela, los personajes, las escenas, los ideales, las opiniones y aún así, me ha faltado algo, una chispa de emoción, algo que me pegue a sus páginas sin que levante la cabeza. Creo que el problema está en que llegué a este libro con una idea equivocada y eso ha supuesto un obstáculo en el camino hacia el disfrute. En cualquier caso, El despertar de la señorita Prim es una novela que se deja leer con facilidad, que presenta un grupo de personajes bien construidos y una historia que nos hará plantearnos algunas cuestiones sobre nuestro estilo de vida o sobre lo que realmente tiene importancia en nuestros días.
Como muestra de algunas reflexiones acertadas cito a la señorita Prim:
Hace unos meses leí que esta novela iba a ser llevada al cine, así que, aunque no he podido averiguar cuándo, tendremos versión cinematográfica. Tienes más información aquí.
¡Cuántas ganas tenía de leer este libro! Desde que comencé a verlo por los distintos blogs me sentí muy atraída pero no ha sido hasta hace un par de semanas que la señorita Prim se cruzó en mi camino.
San Ireneo de Arnois es una utopía en nuestros tiempos. Una comunidad en la que habitan todas aquellas personas que, cansadas del mundanal ruido, huyen de las ciudades masificadas, con su desenfreno y su pérdida de valores, en busca de un lugar con un ritmo menos vertiginoso y más placentero, en el que una vida más sencilla sea posible.
La verdad es que se trata de un lugar en el que no me importaría vivir, pues cada día me abruma más el ruido (la contaminación atmosférica está dando paso a la acústica, tan dañina como la anterior), las prisas, el desenfreno, la tensión,... y la deshumanización.
Acuarela de A. Hernández |
«Se busca espíritu femenino en absoluto subyugado por el mundo. Capaz de ejercer de bibliotecaria para un caballero y sus libros. Con facilidad para convivir con perros y niños. Mejor sin experiencia laboral. Abstenerse tituladas superiores y postgraduadas».
Aunque ella no encaja con todos los requisitos solicitados, pues se trata de una mujer con una dilatada formación académica, no se lo piensa mucho y se presenta como candidata. Y es que resulta que la señorita Prim no está muy a gusto con la época que le ha tocado vivir. Cree que nació en el momento equivocado, quizás añorando lo mismo que añora esta lectora, una vida más tranquila y sosegada, naturalmente con sus altibajos, pero en la que el reloj no imponga su mandato, y piensa que ese nuevo puesto es una señal que marcará un nuevo inicio en su vida, un nuevo amanecer, en un lugar donde se mantenga el gusto por la armonía, la belleza y el equilibrio.
Nada más llegar a la casa de su nuevo patrón encontrará una reunión compuesta por 15 niños y dos perros a cuyo frente se haya un hombre sentado en un sillón (al que conoceremos como el Hombre del Sillón en todo momento). En un principio, Prudencia Prim teme que su puesto implique también lidiar con todos esos niños y con los canes, pero pronto sabrá que los pequeños solamente vienen a recibir clases por parte del Hombre del Sillón y que en la casa solo viven Septimus, Téseris, Deka y Eksi, aunque estos no son sus verdaderos nombres.
Decía antes que San Ireneo de Arnois es un lugar distinto a lo que acostumbramos, tiene sus propias normas y eso afecta, entre otras cosas, a la educación que reciben los pequeños de la comunidad. La escuela, tal y como la concebimos en nuestra sociedad, se convierte en San Ireneo en un elemento subsidiario que perjudica a los niños más que los beneficia. La escuela moderna no tiene cabida aquí. Y por este motivo es por lo que las clases se imparten en las distintas casas de la localidad y por distintos profesores, cada uno especializado en un grupo de materias.
A su vez, los negocios y establecimientos son dirigidos especialmente por mujeres, grandes profesionales que abandonaron su vida anterior, con unos horarios que permiten la conciliación de la vida laboral y familiar. Lo que se hace en nuestra sociedad con el trabajo y las mujeres trabajadoras no tiene lugar en la sociedad de San Ireneo, pues vivir para trabajar sin ocuparse de la familia y de los hijos supone una forma de destruir los vínculos familiares.
En un primer momento, todos los elementos que comportan la sociedad de San Ireneo, así como sus costumbres y su modus vivendi, supondrá un shock para nuestra protagonista, pero poner en orden la biblioteca del Hombre del Sillón le llevará el tiempo necesario para conocer con detalle a los peculiares habitantes de este singular lugar, a las mujeres, a los hombres y a los niños y todos ellos, a pesar de las iniciales reticencias de Prim, aportarán algo a su existencia.
Prudencia hará grandes amigas, conocerá a ancianas llenas de sabiduría, descubrirá qué es lo realmente importante en la vida de estas personas, de dónde vinieron, por qué llegaron a este lugar, y lo que también es vital, comprobará cómo unos ayudan a otros. El corazón de Prudencia no quedará al margen de grandes descubrimientos. Tarde o temprano tendrá que reconocer aquello ante lo que pretendía cerrar los ojos.
El final no nos dirá gran cosa o nos lo dirá todo. Es cuestión de lo que busques en esta novela. La autora deja una puerta abierta para que el lector conduzca a Prudencia por el camino que él desee.
En cuanto a los personajes, me gusta el retrato de la señorita Prim. Se trata de una mujer práctica, recta y disciplinada en su actitud, que valora la pulcritud y la belleza. Tiene muy buen concepto de sí misma, considerándose una mujer moderna, libre e independiente que no necesita a ningún hombre a su lado para poder vivir y ser feliz. No tolera la vulgaridad y la falta de delicadeza por eso, cuando las mujeres de San Ireneo, aquellas que constituyen la Liga Feminista, intentan averiguar por qué una mujer como Prim sigue soltera e insisten en buscarle marido, nuestra protagonista se sentirá ofendida por la intromisión en su vida. Pero en San Ireneo no existe maldad, solo buena disposición.
La relación entre la señorita Prim y su patrón no comienza con buen pie y no mejorará con el paso del tiempo. Prim piensa que su jefe es un ser extraño, un anacoreta e incluso un loco. En la localidad todo el mundo tiene buena opinión de él pero ella no la comparte. Para Prudencia, el Hombre del Sillón es prepotente, demasiado exigente y su actitud con los pequeños deja mucho que desear, sin embargo, estos no parecen sentirse ofendidos ni maltratados, ni se muestran temerosos en ningún caso, aunque sí buscan su aprobación y reconocimiento en todo momento.
Ella se siente incómoda ante su patrón, pero el lector intuye que también hay cierta curiosidad. Los diálogos entre ambos están llenos de ironía pero dejan traslucir un flirteo soterrado que me ha recordado mucho al que se produce entre Jane Eyre y el señor Rochester.
Prudencia y su patrón hablan de multitud de temas y jamás concuerdan sus opiniones, consiguiendo el Hombre del Sillón sacar a la señorita Prim de sus casillas en más de una ocasión. En un momento determinado se establece entre ellos un debate sobre la literatura femenina y la conveniencia o no de leer Mujercitas. Este diálogo me ha parecido sublime tanto por la forma de desarrollarlo como por el contenido y la argumentación. Las disputas dialécticas entre uno y otro están llenas de inteligencia, ingenio y seducción camuflada, un juego del cortejo por medio de la palabra que es lo que más me ha gustado del libro.
Otro personaje interesante es Horacio Delàs, un viejo amigo de la familia para la que Prudencia trabaja. Horacio es todo lo contrario al Hombre del Sillón. La señorita Prim lo considera un hombre razonable y sensato, tremendamente encantador, uno de sus mayores apoyos dentro de la sociedad y el único que entiende el desconcierto de Prudencia.
¿Y cómo son los niños? Prudencia considera erróneo la forma de educar a los pequeños a los que cataloga de perturbadores y llenos de misterios pero no puede negar que son extremadamente cultos. Todos los miembros de la comunidad sacrifican parte de su tiempo en ofrecer la mejor formación posible a los niños. Si Prudencia sintió algún recelo con respecto a los más pequeños, ¿terminará por tomarles cariño?
Algo que me ha descolocado por completo: ¿en qué época englobamos esta trama? Sin ningún tipo de referencia temporal (tan solo sabremos que la narración se inicia en el mes de septiembre), la historia me ha obligado a pensar que estábamos a finales del siglo XIX, es la sensación que me transmitía el texto a través de los personajes y los hechos, pero por referencias explícitas e implícitas aquí y allá, terminamos por entender que la coordenada temporal corresponde con la actualidad de nuestros días.
Escrito en tercera persona, El despertar de la señorita Prim, cuyo título hace referencia al renacer de la protagonista, está narrado de una manera elegante, fresca, ágil, con capítulos cortos que se distribuyen en tres partes y un tipo de fuente grande que permite una lectura rápida.
Esta novela te presenta una reflexión tras otra. La sociedad de San Ireneo es tan distinta a la que formamos parte que es inevitable establecer comparaciones. Dignas de mención son las opiniones que tienen algunas mujeres de la localidad en relación al matrimonio y al lugar que debe ocupar la mujer. Estar casada no implica necesariamente dependencia y en realidad no es peor tener un marido que tener un jefe, alegan las componentes de la Liga Feminista.
¿Me ha gustado El despertar de la señorita Prim? Me gustaría decir que me ha encantado pero no sería sincera. Mi interés crecía a veces pero decrecía otras. No se ha mantenido constante y no todos los capítulos me han gustado por igual. En su favor tengo que decir que no se trata de una simple historia sino que entre líneas subyace un mensaje al que llegamos a través de todas las reflexiones que plantea el texto (familia, religión, trabajo, filosofía,...).
Todo es encantador en esta novela, los personajes, las escenas, los ideales, las opiniones y aún así, me ha faltado algo, una chispa de emoción, algo que me pegue a sus páginas sin que levante la cabeza. Creo que el problema está en que llegué a este libro con una idea equivocada y eso ha supuesto un obstáculo en el camino hacia el disfrute. En cualquier caso, El despertar de la señorita Prim es una novela que se deja leer con facilidad, que presenta un grupo de personajes bien construidos y una historia que nos hará plantearnos algunas cuestiones sobre nuestro estilo de vida o sobre lo que realmente tiene importancia en nuestros días.
Como muestra de algunas reflexiones acertadas cito a la señorita Prim:
«- Digo que en cierto modo, somos fruto de nuestras lecturas». [pág. 207]
Hace unos meses leí que esta novela iba a ser llevada al cine, así que, aunque no he podido averiguar cuándo, tendremos versión cinematográfica. Tienes más información aquí.
Aunque no te haya encantado por lo menos la has disfrutado.
ResponderEliminarA veces ponemos tantas expectativas en algo, que después es difícil que se cumplan, pero por uno mismo, ¿verdad? No sé, no me ha convencido mucho la reseña para leerlo, ya veré.
ResponderEliminarLa verdad es que coincidimos. Me pareció un libro amable que deja un buen sabor. no es una obra maestra, pero te hace pasar un rato muy agradable
ResponderEliminarBesos
La comparación con Jane Eyre y la sinopsis me han convencido. No iré con muchas expectativas por si acaso.
ResponderEliminarUn beso.
Aliena pero me recuerda solo en ese flirteo entre empleada y patrón. En lo demás no tiene nada que ver. Besos.
EliminarA mí me gustó mucho y me hizo pensar en varios temas durante su lectura como el sistema educativo que tenemos o el ritmo de vida. Yo también me bajaría de este tren tan acelerado si pudiera.
ResponderEliminarLas expectativas a veces juegan malas pasadas. Yo este libro lo tengo anotado desde que se publicó pero la verdad es que conforme he ido leyendo reseñas he ido perdiendo el ánimo de hacerme con él, aun así si se cruza en mi camino lo leeré. Besos.
ResponderEliminarPues a mi también es una novela que me llama mucho la atención, esperare un poco, una reseña muy completa, besotes
ResponderEliminar¡¡La señorita Prim ha vuelto!! Después de una temporada con muchas reseñas parecía haber pasado la euforia pero parece estar de vuelta. Pues te agradezco tu sinceridad a la hora comentar ese vaivén en la lectura, porque así siempre se ajusta un poco más lo que una puede esperar de la lectura, que en general las sensaciones son irregulares, a lo que parece.
ResponderEliminarBesos
Pues he leído muy intrigada tu reseña porque todavía no sé si animarme a leer esta novela o no. En general, todas las reseñas que he leído sobre ella coinciden un poco en lo mismo: sí pero no. Como si le faltase algo, como si sus promesas se quedasen en nada. Ya veremos, entonces...
ResponderEliminarHas disfrutado, pero... no te ha terminado de volver loca. Seguirá en cuarentena.
ResponderEliminarBesotes.
A mi este libro me molestó un poco, veamos, me gusta la idea de la que parte, ese pueblo, esa vida tranquila, el sistema alternativo pero también me pareció algo excesivo y exagerado e incluso, cerrado. Tampoco me convencieron las relaciones de hombres y mujeres. La señorita Prim no me simpatizó y el señor del sillón tampoco. Cierto, tiene un ritmo ágil, se hace agradable, etc. pero hay un aura que no me gusta nada. Eso sí, coincido en lo del diálogo de Mujercitas, me encantó esa defensa que hace la señorita Prim :)
ResponderEliminarUn besote ahijada
Tengo muchas ganas de leerlo desde hace tiempo, y a pesar de tus peros creo que al final acabaré leyéndola.
ResponderEliminarBesos!!
No me acaba de convencer, me recuerda mucho a "Sucedió algo maravilloso" y no me suelen gustar estos cuentos de hadas tan tan rosas y perfectos. Lo único que me llama son las batallas dialécticas pero mucho me temo que este libro y yo no nos íbamos a llevar bien.
ResponderEliminarBesos
Es una novela que no me termina de convencer. Es verdad lo que dice Norah Bennett en cuanto a "Y entonces sucedió algo maravilloso": la novela me iba enganchando pero la última parte de la misma me descolocó y me dije que este libro no era para tanto. La historia se podía haber aprovechado mejor. Besos.
ResponderEliminarTengo dudas con este libro, al principio me llamaba mucho pero poco a poco se me han ido pasando las ganas y con todo lo que tengo pendiente no sé si hacerle un hueco
ResponderEliminarBesos
Lo tengo en el jindle a la espera de que le toque y con muchas ganas de leerlo, saludos
ResponderEliminarA mi creo que me gustó más que a ti lo tengo pendiente de reseña, a ver cuando le toca el turno... me mantuvo pegada a sus paginas y ese tira y afloja entre Prudencia y el hombre del sillón me hizo sonreir en más de una ocasión y si por mi fuera me instalaba en San Irineo de Arnois, pero me da que me iría sola porque mi marido no lo aguantaría.
ResponderEliminarJejeje Carmina pues qué dilema. O te vas sola o te quedas jejeje. Besos.
EliminarTambién la conocía de las veces que la he visto reseñada el pasado año aunque no me atrajo lo suficiente como para anotarla, no sé por qué. Me gusta lo que cuentas de ella y creo que podría disfrutarla pero lo del final abierto no me convence y el interés creciente y decreciente tampoco. Esta vez lo dejo pasar.
ResponderEliminarBesos!
Yo también tenía mucha curiosidad por esta novela, pero visto lo visto (leído lo leído) creo que la dejaré. Principalmente por esto de que no genere emoción, a una novela tan perfectamente conjuntada en todas sus partes es una pena que no emocione.
ResponderEliminarUn beso.
Hola! Como ya sabes hace unos días que la reseñe en el blog, y a mi tampoco me importaría hacer las maletas para la mudanza inmediata. Un mundo en el que son honrados "el pueblo para el pueblo". Creo que deberían leerla todos los lectores porque te puede gustar mucho o dejarte con nada. A ver qué ocurre con la adaptación! (ya oigo a mi madre histéricamente feliz por la noticia) jajajaja Besotes
ResponderEliminarYo también siento curiosidad por la peli Igone. Veremos. Besos.
EliminarEs de esos libros que leeré si se cruza por mi camino. Que parece que es un libro que se disfruta pero sin ser imprescindible.
ResponderEliminarBesotes!!!
Quiero leer este libro
ResponderEliminarUn beso^^
Yo la tengo apuntada en la lista, he leído reseñas positivas y otras menos,me apetece leerla y sacar mi propia conclusión,haré como sino hubiera leído ninguna reseña así no me dejo llevar.Un saludo
ResponderEliminarEn su día le tenía muchas ganas, pero luego me desinfé por otras opiniones, la verdad es que de momento no me lo planteo, creo que le sacaría más peros que tú. Un beso!
ResponderEliminarLa tengo por casa firmada desde la Feria del Libro y tengo bastantes ganas de leerla. Y no sé por qué me imagino a la protagonista como una especie de Mary Poppins... jaja
ResponderEliminarUn beso!
Jejej no Caminante no es como la Poppins, al menos a mi no me lo pareció porque además es que a esa mujer no la trago. Beso.
EliminarTiene sus elementos que me llaman, esa reclusión combinada con ese componente casi metaliterario de convertirse en biblotecaria, y de aislarse un poco del resto del mundo. Supongo que es una necesidad que todos tenemos en algún momento, y me gusta como idea de partida. Pero, por lo que comentáis todos después, creo que no sería esta una historia para mí.
ResponderEliminarBesotes, Marisa!
Ya casi no me acordaba de esta novela....y tampoco hay un entusiasmo excesivo..yo creo que la dejaré pasar.
ResponderEliminarUn beso!
hola! lo lei hace bastante y a pesar de las opiniones, me gusto mas de lo que esperaba, besotes!
ResponderEliminarLo gané en un sorteo, pero han salido reseñas tan tibias que no me apetece leerlo de momento. 1beso!
ResponderEliminarGracias a tod@s por vuestros comentarios. Besos.
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