Año: 2012
Nacionalidad: Española.
Director: Miguel Ángel Toledo.
Reparto: Gustavo Salmerón, Irene Visado, Ariel Castro, Joan Prades, Ricardo Trenor, Raquel Escribano.
Género: Thriller psicológico.
Sinopsis: En un intento por salvar su matrimonio, Raúl decide pasar las Navidades con su familia en una cabaña aislada en medio de la nieve. Durante la Nochebuena todo parece marchar bien, pero, de repente, la situación da un giro tan inesperado que la vida de sus familiares se convierte en un infierno. De este modo, las placenteras vacaciones se convertirán para Raúl en una amarga experiencia que lo obliga a evocar sus más oscuros recuerdos y a enfrentarse a la realidad de sus actos.
Yo sigo en mis treces de meteros cine español hasta en la sopa. Me acerqué a esta película atraída por su cartelería y por el reclamo que acompaña al título «No puedes esconderte de ti mismo». Leí la sinopsis y, tratándose de un thriller psicológico, me pareció interesante. Esa cena de Nochebuena que acaba mal me tenía intrigada porque todos sabemos que, a veces, esos encuentros familiares terminan como el rosario de la aurora, especialmente si el alcohol tiene presencia importante. Son momentos en los que a uno se le suelta la lengua y no sería la primera vez que los comensales sentados a la mesa se lanzan pullas unos a otros o llegan a mayores al calor de una copa de champán. ¿No soportas a tu hermano/a? ¿Le tienes ojeriza a tu cuñado/a? ¿Tus suegros te hacen la vida imposible? Espera a la cena de Nochebuena y suéltate.
Bromas aparte, porque la película no va en esa línea, este largometraje me resultaba una opción interesante y me dispuse a verla.
La cinta comienza con la escena final por lo que, desde primer momento, sabemos cuál será el cierre de la historia. No es un recurso novedoso, así que hay que seguir con el visionado. Tal y como se dice en la sinopsis, Raúl (Gustavo Salmerón) quiere recuperar a Ana (Irene Visado) y a su hijo Nico. Parece ser que el matrimonio está separado con motivo del profundo tabaquismo que él sufre. Raúl, en un intento de volver a la normalidad, deja el tabaco y le propone a Ana pasar las Navidades en una cabaña aislada en medio del bosque.
Ya en el camino de ida, mientras su familia duerme y estando próximos al lugar, Raúl comienza a ver cosas extrañas, en concreto a un hombre que corre por la nieve, descalzo y en pijama que tiene un inquietante parecido con él mismo. Intenta no darle muchas vueltas. Se olvida de todo y se dispone a pasar unos días felices en compañía de Ana y Nico para recuperar el amor. Pero los planes de Raúl no van bien. La aparición de una cuarta persona, Samuel, el carpintero del pueblo, crea un conflicto enorme en el interior de Raúl. Samuel, con un suave acento argentino, es guapo y apuesto. Enseguida congenia con Ana y Nico. Las sospechas asoman en Raúl primero y enraízan después. Los celos le comen, más cuando la tendera del pueblo le comenta que Samuel suele tener líos de faldas. Raúl comienza a tener pesadillas, alucinaciones y a imaginarse una realidad muy distinta de la auténtica. El desenlace se augura teñido de negro o de rojo, como quieras. No os cuento más.
Quisiera advertir que la película no es fácil de seguir, sobre todo porque muchas de las escenas se ven a través de la mente enfermiza de Raúl, que con tantas alucinaciones como sufre, el espectador se desorienta. A mi juicio, además existen algunos puntos débiles e incongruentes que restan solidez a la cinta. El hecho de que el matrimonio esté separado porque él fume, no sé, me parece un argumento un poco flojo especialmente porque en ningún momento se da a entender una adicción desmesurada. Por otro lado, el padre suele dejar abandonado al niño en la cabaña mientras hace sus investigaciones por el bosque. Tira mucho de engaños y trampas, algo normal en este género, y peca de previsibilidad en alguna ocasión.
En la parte positiva, dos detalles extremadamente originales. Uno, la realidad, es decir, los hechos tal y como ocurrieron realmente se muestran de atrás hacia delante. Me explico. Hacen un rewind de la imagen de tal manera que el espectador puede ir encajando las piezas. Dos, aquel hombre que Raúl vio corriendo por la nieve cuando se acercaba a la cabaña es tremendamente significativo.
En cuanto al reparto, hay que mencionar a Gustavo Salmerón. Lo conocí en Mensaka (1998) y posteriormente lo disfruté en El arte de morir (2000). No es que sea un actor que brille por sus grandes interpretaciones, pero sí lo es en este caso por su semblante y mirada que siempre me han inquietado. Tiene un cierto aire «nicholsoniano», con esa cara de loco, la mirada desencajada,... pero de eso hablaré luego.
No destaco ninguna interpretación más.
Los paisajes son alucinantes. Algunos planos tomados desde la lejanía muestran el aislamiento en el que se encuentra la cabaña donde la familia pasa unos días. Bosques y nieves rodean a Raúl, Ana y Nico, los bosques y nieves de las montañas de Bronchales en Teruel. Imagino el frío que debía de hacer allí.
Me gustaría destacar la música, elemento que siempre juega un papel importante en el celuloide y especialmente en películas de este corte. La banda sonora junto al uso de fotogramas que se reiteran en bucle ayudan a crear la atmósfera de tensión que la escena requiere.
Decía antes que el actor principal tiene un aire a Jack Nicholson en su papel de Torrance pero es que toda la película muestra similitudes con El Resplandor. Lugares aislados en mitad de la montaña y rodeado de nieve, la soledad, las alucinaciones, la familia compuesta por tres miembros en los que uno de ellos es un niño pequeño, personajes que nos hablan desde el más allá... No se sabe muy bien si Raúl ya venía con la esquizofrenia de casa o bien la desarrolla en la montaña como le pasa a Jack Torrance, como consecuencia de que no poder fumar. Ciertos paralelismos que confío en que solo pretendieran ser eso porque ni por asomo esta película está a la altura de la Kubrick.
En fin, que si la primera frase de esta reseña es «Yo sigo en mis treces de meteros cine español hasta en la sopa», reconozco que esta película no es un buen ejemplo. Creo que la idea original no es mala pero no está bien ejecutada. Se intenta llegar a una buena argumentación pero no alcanza la altura necesaria como para brillar. Aún así no deja de ser un largometraje que te permite invertir tu tiempo libre cuando no tienes un buen libro en las manos o cuando deseas darle un descanso a la literatura. Para estas fiestas que se aproximan puede ser una alternativa por aquello de que todo transcurre en Navidad.
Eso sí, desconozco por qué la película se llama La Senda, por más que lo pienso no se me ocurre nada. Se admiten sugerencias.
En definitiva, que le doy una puntuación tan floja como lo es la propia película. Amenazo con volver a traer cine español.
Trailer:
Tendré en cuenta tu opinión por si se me cruza!!Besotes
ResponderEliminarJajajajaajajajajajaja, amenazo con volver a traer cine español!! entre eso y lo de las nochebuenas familiares no veas que risa me ha dado... Bueno, en vista de la desrecomendación no me la llevo. En cuanto al título... La senda es el camino hasta encontrarle sentido... podría ser... :P
ResponderEliminarUn beso
Jejej podría ser sí jejeje. Besos
EliminarEncima con amenazas, jaja, claro mujer, si tiene que haber cosas buenas, no desistas. Pero esta no la veo ni de rebote mientras paso la aspiradora. A ver si hay más suerte la próxima vez.
ResponderEliminarBesos
Con lo bien que pinta, Marisa, y con las ganas que tengo de reconciliación con el cine español y no puede ser, leo lo que falla y lo comprendo, nada... otra ve será. Besos :)
ResponderEliminarSiguiendo tus consejos, esta película no voy a intentar verla. De todos modos tu sigue insistiendo con el cine español, seguro que tarde o temprano encuentras la joya escondida.
ResponderEliminarUn beso.
Con esta no me animaré Marisa, no me llama nada
ResponderEliminarbesos
Pues si se cruza en mi camino intentaré esquivarla jeje Una pena porque tiene muy buena pinta, un besito =)
ResponderEliminarAys, pues me alegro que te hayas desdecido, que ya me estaba diciendo yo ¿pero dónde va esta mujer, con todo lo que tenemos para leer y nos quiere meter películas españolas a saco?!!! ;)
ResponderEliminarBesos
Jejejej... manías de una Ana. Besos.
EliminarY a mi que me parece que puede ser un experimento interesante... me gustan las rarezas, incluso en el cine
ResponderEliminarBesos
No me llama
ResponderEliminarUn beso^^
No me termina de llamar. A ver si con la próxima sí me animo a verla.
ResponderEliminarBesotes!!
mmmmm, la dejo pasar. Me parece bien que sigas con el cine español, of course!! Un beso!
ResponderEliminarJajajaja, de todo hay en el cine español, como de todo hay en Hollywood, claro que sí.
ResponderEliminarJusto he pensado lo mismo que tú cuando he leído lo del tabaquismo en la sinopsis. No me lo trago, no sé, no me llega a encajar como base de la separación de los dos protas.
Al margen de ello, siempre me gustan los thrillers psicológicos y sí que parece beber mucho de aquel filme de Kubrick en muchos sentidos. Supongo que tiene su punto, hay algún aspecto que me llama la atención (esa visión casi desde la paranoia del prota o esa escena final como comienzo) pero no termino de verla del todo, no sé...
Supongo que, si me topo con ella, caerá por puro género. Siempre hay hueco para un buen thriller psicológico en mi pantalla :P
Besotes!
Es una pena que al final se estropeara y con lo del tabaquismo.. ufff, no hay quien se lo trague. besos.
EliminarMe atrae pero se que que me pasaría como a tí.
ResponderEliminarPues me parece a mi que no es de mis primeras opciones a la hora de elegir , además este tipo de pelis españolas me he llevado ya varios chascos este año
ResponderEliminarJejeje, tocaya. ¿Cómo te metes en estos líos? Yo para Navidad solo puedo ver historias de final feliz que no me trastoquen mi "espíritu navideño", qué le voy a hacer :). Suerte la próxima vez. Por cierto, al parecer la que se estrenará el 25, con Mario Casas y Belén Rueda, es bastante buena. Anímate. Abrazos.
ResponderEliminarSíiii me lo han comentado. A ver si la veo pronto porque aunque no me entero de lo que habla Mario Casas, que parece que pronuncia sin ganas, sí me gusta mucho Belén Rueda. Bueno, tampoco me disloca pero sí se deja ver. Besos tocaya.
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