Autor
Marian Izaguirre nació en Bilbao y ahora reside en Madrid, en una casa donde se van juntando amigos, libros y buena música. Licenciada en Ciencias de la Información, ha desarrollado tareas en el campo del periodismo y la publicidad, mientras se dedicaba a la escritura.
Hace veinte años vio la luz su primera novela La vida elíptica, que obtuvo el Premio Sésamo. Desde entonces ha publicado cinco novelas más, de las que destacan El ópalo y la serpiente (1996), El león dormido (2005) y La parte de los ángeles (2011).
Sus obras han sido galardonadas con distintos premios, entre los que se cuentan el premio Andalucía y el Ateneo-ciudad de Valladolid.
La vida cuando era nuestra es su novela más reciente.
Sinopsis
"Añoro la vida cuando era nuestra", comenta Lola mientras trastea en la cocina de su casa. Esa vida, que era tan suya y tan llena de ilusión, antes estaba hecha de libros y de charlas de café, de siestas lánguidas y de proyectos para construir un país, España, que aprendía paso a paso las reglas de la democracia.
Pero llegó un día de 1936 en que vivir se convirtió en puro resistir, y ahora, quince años después, de todo aquello solo queda una pequeña tienda, una librería de viejo medio escondida en un barrio de Madrid, donde Lola y su marido Matías acuden cada mañana para vender novelitas románticas, clásicos olvidados y lápices de colores a quien se acerque.
Es aquí, en ese lugar modesto, donde una tarde de 1951 Lola conocerá a Alice, una mujer que ha encontrado en los libros su razón de vivir. Siguiendo la mirada de Lola y Alice, viéndolas sentadas detrás del pobre mostrador y leyendo juntas el mismo libro, iremos lejos, hasta Inglaterra, y atrás en el tiempo, hacia principios del siglo XX, para conocer a una niña que creció preguntándose quiénes eran sus padres.
La vida cuando era nuestra es un homenaje a la lectura, pero es sobre todo la historia de dos mujeres, una que poco sabe de la vida y otra que quizá sabe demasiado, aunque no pueda hablar. Entre estas miradas cómplices anda el talento de Marian Izaguirre.
Hoy os traigo la última reseña correspondiente al Mes de los Libros. Me había propuesto leer 8 libros en total y al final he cumplido. ¡Un gustazo!
La vida cuando era nuestra es una novela que tenía muchísimas ganas de leer desde su publicación. Leí varias reseñas y si no recuerdo mal, ninguna de ellas tenía un sentido negativo. De este libro me gustó en primer lugar, y para no variar, la cubierta. Me parecía precioso ver a esos pequeños de la postguerra pegados al escaparate de una librería de viejos como si de una pastelería se tratara. Al fin y al cabo, para nosotros, los lectores empedernidos, los libros son nuestras golosinas.
El argumento de La vida cuando era nuestra se desgrana en tres partes. Del pasado nos llega una voz femenina en primera persona de nombre Rose Tomlin. En el presente conoceremos a Alice, una viuda extranjera que lleva viviendo en Madrid 13 años. Igualmente y en la misma ciudad un joven matrimonio compuesto por Matías y Lola conformará la tercera parte de la trama. Tres historias paralelas que convergerán en un punto.
Rose, aficionada a la lectura desde pequeña, relata sus memorias en un libro titulado «La chica de los cabellos de lino». A través de esas páginas sabremos cómo fue su vida desde prácticamente su nacimiento hasta el desenlace final. Rose no conoce a sus padres. Vivirá en muchas ciudades y con distintas familias pero ninguna de ellas las siente como propia. Aún así en su vida habrá personas importantes: los Hervieu, Sarah y James Ferguson, Frances... Algunas de ellas de especial relevancia.
Alice tiene 51 años y es británica de nacimiento. El motivo de su estancia en España no quedará desvelado hasta casi el final de la novela. En Madrid se limita a pasear por su calles y a reflexionar sobre su pasado.
Matías y Lola poseen una pequeña librería en una calle recóndita de Madrid. El negocio es un tira y afloja, subsiste con dificultad en una época en la que todo escasea con lo que los libros pasan a ser un artículo de lujo. Matías regentaba una editorial en la que Lola hacía las veces de traductora, pero la guerra se la llevó por delante como también se llevó por delante las ilusiones y los sueños de un pueblo que malvive con las mentiras, la represión y el miedo.
Matías arrastra una ex esposa que remorderá su conciencia y alguna que otra carga más. Una implicación política lo conduce a la cárcel de la que saldrá por mediación de Lola. Ella, valiente, ingeniosa y entusiasta, pasará un mal trago con tal de volver a fundirse en los brazos de Matías.
La relación entre Alice, Matías y Lola se irá intensificando a medida que avanzamos en la lectura. Primero entre Alice y Lola y posteriormente también con Matías. Desde el principio me intrigó ese acercamiento entre estos personajes. ¿Quién es realmente Alice? ¿Qué esconde esta mujer? ¿Y por qué entabla tanta amistad con el matrimonio?
Creo que Alice ve en la pareja un reflejo de su propio matrimonio. Ella añora al marido muerto, editor al igual que Matías, y quizás ahí está el motivo de esa amistad que Alice quiere alimentar cada día, como si fuera la única manera de aferrarse al pasado e incluso al presente.
Rose será otra incógnita a lo largo de toda la novela pues no queda claro desde el principio qué papel juega en el entramado narrativo. Sin embargo, todo tiene un por qué.
De los tres hilos empezó a interesarme mucho la vida de Rose. El hecho de no saber quiénes eran sus padres y que fuera pasando de mano en mano y de ciudad en ciudad despertó mi interés. Sin embargo, poco a poco, el personaje de Alice empezó a ganar fuerza y fue su vida la que desvió mi atención inicial.
La vida cuando era nuestra es una novela bonita, cargada de sentimientos y sueños pero también alguna mentira que otra porque es importante guardar las apariencias. Aunque me esperaba otro final, he disfrutado mucho de su lectura conociendo a personajes dignos de despertar la ternura del lector. Lola me parece una chica valiente y alegre. A pesar de haber pasado por una experiencia desagradable y no tener un presente muy alentador, el amor que ella siente por Matías será suficiente para levantarse cada día con una sonrisa.
Alice es también un personaje entrañable. Me ha gustado mucho adentrarme en su pensamiento, ver el pasar de los días como si fuera una espectadora ajena al espectáculo. Me gusta la implicación y el apego que llega a sentir por Lola y la manera que tiene de ayudarla y aconsejarla.
En La vida cuando era nuestra la narración navega entre el pasado y el presente sin apenas cambio en el estilo. Existe una mezcla de voz narrativa. A Alice y a Rose la conoceremos de primera mano mientras que la vida de Matías y Lola será narrada en la omnisciencia.
Los capítulos, 57 en total, están numerados y tienen una longitud entre corta y media. Estamos ante una novela que se lee con facilidad, cargada de diálogos que permiten mucha fluidez.
En definitiva, La vida cuando era nuestra es una novela muy recomendable y bastante entretenida. Aviso que la trama discurre por las distintas guerras (Primera Guerra Mundial, Guerra Civil,...) pero no es más que una mera circunstancia y en ningún caso los conflictos bélicos monopolizan la acción.
Os dejo con un par de citas que me han encantado:
Hoy os traigo la última reseña correspondiente al Mes de los Libros. Me había propuesto leer 8 libros en total y al final he cumplido. ¡Un gustazo!
La vida cuando era nuestra es una novela que tenía muchísimas ganas de leer desde su publicación. Leí varias reseñas y si no recuerdo mal, ninguna de ellas tenía un sentido negativo. De este libro me gustó en primer lugar, y para no variar, la cubierta. Me parecía precioso ver a esos pequeños de la postguerra pegados al escaparate de una librería de viejos como si de una pastelería se tratara. Al fin y al cabo, para nosotros, los lectores empedernidos, los libros son nuestras golosinas.
El argumento de La vida cuando era nuestra se desgrana en tres partes. Del pasado nos llega una voz femenina en primera persona de nombre Rose Tomlin. En el presente conoceremos a Alice, una viuda extranjera que lleva viviendo en Madrid 13 años. Igualmente y en la misma ciudad un joven matrimonio compuesto por Matías y Lola conformará la tercera parte de la trama. Tres historias paralelas que convergerán en un punto.
Rose, aficionada a la lectura desde pequeña, relata sus memorias en un libro titulado «La chica de los cabellos de lino». A través de esas páginas sabremos cómo fue su vida desde prácticamente su nacimiento hasta el desenlace final. Rose no conoce a sus padres. Vivirá en muchas ciudades y con distintas familias pero ninguna de ellas las siente como propia. Aún así en su vida habrá personas importantes: los Hervieu, Sarah y James Ferguson, Frances... Algunas de ellas de especial relevancia.
Alice tiene 51 años y es británica de nacimiento. El motivo de su estancia en España no quedará desvelado hasta casi el final de la novela. En Madrid se limita a pasear por su calles y a reflexionar sobre su pasado.
Matías y Lola poseen una pequeña librería en una calle recóndita de Madrid. El negocio es un tira y afloja, subsiste con dificultad en una época en la que todo escasea con lo que los libros pasan a ser un artículo de lujo. Matías regentaba una editorial en la que Lola hacía las veces de traductora, pero la guerra se la llevó por delante como también se llevó por delante las ilusiones y los sueños de un pueblo que malvive con las mentiras, la represión y el miedo.
Matías arrastra una ex esposa que remorderá su conciencia y alguna que otra carga más. Una implicación política lo conduce a la cárcel de la que saldrá por mediación de Lola. Ella, valiente, ingeniosa y entusiasta, pasará un mal trago con tal de volver a fundirse en los brazos de Matías.
La relación entre Alice, Matías y Lola se irá intensificando a medida que avanzamos en la lectura. Primero entre Alice y Lola y posteriormente también con Matías. Desde el principio me intrigó ese acercamiento entre estos personajes. ¿Quién es realmente Alice? ¿Qué esconde esta mujer? ¿Y por qué entabla tanta amistad con el matrimonio?
Creo que Alice ve en la pareja un reflejo de su propio matrimonio. Ella añora al marido muerto, editor al igual que Matías, y quizás ahí está el motivo de esa amistad que Alice quiere alimentar cada día, como si fuera la única manera de aferrarse al pasado e incluso al presente.
Rose será otra incógnita a lo largo de toda la novela pues no queda claro desde el principio qué papel juega en el entramado narrativo. Sin embargo, todo tiene un por qué.
De los tres hilos empezó a interesarme mucho la vida de Rose. El hecho de no saber quiénes eran sus padres y que fuera pasando de mano en mano y de ciudad en ciudad despertó mi interés. Sin embargo, poco a poco, el personaje de Alice empezó a ganar fuerza y fue su vida la que desvió mi atención inicial.
La vida cuando era nuestra es una novela bonita, cargada de sentimientos y sueños pero también alguna mentira que otra porque es importante guardar las apariencias. Aunque me esperaba otro final, he disfrutado mucho de su lectura conociendo a personajes dignos de despertar la ternura del lector. Lola me parece una chica valiente y alegre. A pesar de haber pasado por una experiencia desagradable y no tener un presente muy alentador, el amor que ella siente por Matías será suficiente para levantarse cada día con una sonrisa.
Alice es también un personaje entrañable. Me ha gustado mucho adentrarme en su pensamiento, ver el pasar de los días como si fuera una espectadora ajena al espectáculo. Me gusta la implicación y el apego que llega a sentir por Lola y la manera que tiene de ayudarla y aconsejarla.
En La vida cuando era nuestra la narración navega entre el pasado y el presente sin apenas cambio en el estilo. Existe una mezcla de voz narrativa. A Alice y a Rose la conoceremos de primera mano mientras que la vida de Matías y Lola será narrada en la omnisciencia.
Los capítulos, 57 en total, están numerados y tienen una longitud entre corta y media. Estamos ante una novela que se lee con facilidad, cargada de diálogos que permiten mucha fluidez.
En definitiva, La vida cuando era nuestra es una novela muy recomendable y bastante entretenida. Aviso que la trama discurre por las distintas guerras (Primera Guerra Mundial, Guerra Civil,...) pero no es más que una mera circunstancia y en ningún caso los conflictos bélicos monopolizan la acción.
Os dejo con un par de citas que me han encantado:
«Los libros son mi religión». [pág. 9]
«Cuando te encuentres sola, lee un libro... Eso te salvará». [pág. 331]
Me gustó mucho este libro, es exquisito verdad ;D
ResponderEliminarLa tengo más que anotada y creo que me gustará.
ResponderEliminarMe ha encantado tu reseña, tengo ganas de leerlo, besotes
ResponderEliminarEste libro me llamaba bastante, vi una reseña menos entusiasta (creo recordar que de Mariuca) y bajé un poco el listón, la verdad es que sí, los libros son golosinas :) por eso no la descarto. Enhorabuena por cumplir con tu meta (me encanta que los planes salgan bien, jajajaja)
ResponderEliminarUn besote
Me gusta todo lo que cuentas, la tengo anotada y espero poder leerla.
ResponderEliminarBesos
Veo que te ha cundido bien el mes de septiembre en el reto de libros sobre libros. Esta tiene buena pinta y me la apunto. Yo solo me leí dos novelas para este evento. Besos.
ResponderEliminarEs una novela que tengo muchas ganas de leer y es que todos coincidís en que es una historia bonita y tierna
ResponderEliminarbesos
Otro de esos libros que no me importaría leer, me gusta todo lo que cuentas,
ResponderEliminarbesucus
Me gusta eso de que los enfrentamientos internacionales tan solo sean un telón de fondo. Algo así percibí con La viola de Tyneford House y el resultado fue muy positivo. Me la apunto.
ResponderEliminarUn besito.
La tengo anotada hace ya un tiempecillo, y las opiniones son casi todas del mismo estilo, así que creo que me gustará.
ResponderEliminarUn beso!
La segunda cita me ha llegado al alma Marisa, porque eso me ha pasado a mi muchas veces en el pasado. El libro pinta bien, si tengo ocasión lo tendré en cuenta para leerlo. Besos corazón.
ResponderEliminar¿Verdad Isa? Yo también lo pensé cuando la leí. Besos.
EliminarFelicidades por cumplir el reto. Yo tengo que leer este título sí, o sí :-) Un besote!
ResponderEliminarMe gustó mucho este libro, me resultó una lectura muy dulce y reconfortante. Besos.
ResponderEliminarM egusta muchísimo y sobre todo el tono que imagino que tiene por lo que nos cuentas, esta va a caer sí o sí. Besos Marisa y feliz semana :)
ResponderEliminarParece un libro precioso, y lo tengo anotado, a ver si lo consigo pronto; gracias por la reseña.
ResponderEliminarBesos.
Sumo tu reseña a todas las que he leido positivas y sigue apuntado este libro en mi lista. Espero poder disfrutarlo como has hecho tu, un beso
ResponderEliminarEnhorabuena por el reto!! (mi reto es eterno: vencer a la lista de pendientes). A este libro le tengo ganas desde que lo vi, y además las reseñas no hacen más que empujarme a él. Así que ahí lo tengo en la estantería, haciéndole esperar ;)
ResponderEliminarGracias y un saludo!
La tengo anotada desde hace tiempo y no la dejaré pasar.
ResponderEliminarUn beso.
Esta me la apunto, por la ternura sobre todo. Aunque el final..
ResponderEliminarBesos
Me alegra que hayas cumplido con el reto, que era bastante ambicioso, además! El libro no sé: he leído de todo y ya no sé qué pensar: no creo que vaya corriendo a buscar esta novela, aunque por lo que dices, merece la pena. 1beso!
ResponderEliminarEste libro lo tengo bien apuntadito. Y tu reseña le da un buen empujón en la lista de pendientes.
ResponderEliminarBesotes!!!
Ais, qué ganas tengo de leerlo!!
ResponderEliminarNo he visto una sola reseña negativa y eso me llama más todavía =)
Besotes
Acaban de traerla a la bilbioteca, así que al final si podré leerla
ResponderEliminarGracias a tod@s por vuestros comentarios. Pediros disculpas por no responder a todos vuestros comentarios y encima hacerlo tan tarde pero es que me faltan horas en el día. Espero que sepáis disculparme. Besos.
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