lunes, 30 de septiembre de 2013

LA VIDA CUANDO ERA NUESTRA de Marian Izaguirre.



Autor

Marian Izaguirre nació en Bilbao y ahora reside en Madrid, en una casa donde se van juntando amigos, libros y buena música. Licenciada en Ciencias de la Información, ha desarrollado tareas en el campo del periodismo y la publicidad, mientras se dedicaba a la escritura.

Hace veinte años vio la luz su primera novela La vida elíptica, que obtuvo el Premio Sésamo. Desde entonces ha publicado cinco novelas más, de las que destacan El ópalo y la serpiente (1996), El león dormido (2005) y La parte de los ángeles (2011).

Sus obras han sido galardonadas con distintos premios, entre los que se cuentan el premio Andalucía y el Ateneo-ciudad de Valladolid.

La vida cuando era nuestra es su novela más reciente.

Sinopsis

"Añoro la vida cuando era nuestra", comenta Lola mientras trastea en la cocina de su casa. Esa vida, que era tan suya y tan llena de ilusión, antes estaba hecha de libros y de charlas de café, de siestas lánguidas y de proyectos para construir un país, España, que aprendía paso a paso las reglas de la democracia.

Pero llegó un día de 1936 en que vivir se convirtió en puro resistir, y ahora, quince años después, de todo aquello solo queda una pequeña tienda, una librería de viejo medio escondida en un barrio de Madrid, donde Lola y su marido Matías acuden cada mañana para vender novelitas románticas, clásicos olvidados y lápices de colores a quien se acerque.

Es aquí, en ese lugar modesto, donde una tarde de 1951 Lola conocerá a Alice, una mujer que ha encontrado en los libros su razón de vivir. Siguiendo la mirada de Lola y Alice, viéndolas sentadas detrás del pobre mostrador y leyendo juntas el mismo libro, iremos lejos, hasta Inglaterra, y atrás en el tiempo, hacia principios del siglo XX, para conocer a una niña que creció preguntándose quiénes eran sus padres.

La vida cuando era nuestra es un homenaje a la lectura, pero es sobre todo la historia de dos mujeres, una que poco sabe de la vida y otra que quizá sabe demasiado, aunque no pueda hablar. Entre estas miradas cómplices anda el talento de Marian Izaguirre.



–—˜™–—˜™–—˜™–—˜™–—˜™–—˜™–—


Hoy os traigo la última reseña correspondiente al Mes de los Libros. Me había propuesto leer 8 libros en total y al final he cumplido. ¡Un gustazo!

La vida cuando era nuestra es una novela que tenía muchísimas ganas de leer desde su publicación. Leí varias reseñas y si no recuerdo mal, ninguna de ellas tenía un sentido negativo. De este libro me gustó en primer lugar, y para no variar, la cubierta. Me parecía precioso ver a esos pequeños de la postguerra pegados al escaparate de una librería de viejos como si de una pastelería se tratara. Al fin y al cabo, para nosotros, los lectores empedernidos, los libros son nuestras golosinas.

El argumento de La vida cuando era nuestra se desgrana en tres partes. Del pasado nos llega una voz femenina en primera persona de nombre Rose Tomlin. En el presente conoceremos a Alice, una viuda extranjera que lleva viviendo en Madrid 13 años. Igualmente y en la misma ciudad un joven matrimonio compuesto por Matías y Lola conformará la tercera parte de la trama. Tres historias paralelas que convergerán en un punto.

Rose, aficionada a la lectura desde pequeña, relata sus memorias en un libro titulado «La chica de los cabellos de lino». A través de esas páginas sabremos cómo fue su vida desde prácticamente su nacimiento hasta el desenlace final. Rose no conoce a sus padres. Vivirá en muchas ciudades y con distintas familias pero ninguna de ellas las siente como propia. Aún así en su vida habrá personas importantes: los Hervieu, Sarah y James Ferguson, Frances... Algunas de ellas de especial relevancia.

Alice tiene 51 años y es británica de nacimiento. El motivo de su estancia en España no quedará desvelado hasta casi el final de la novela. En Madrid se limita a pasear por su calles y a reflexionar sobre su pasado.

Matías y Lola poseen una pequeña librería en una calle recóndita de Madrid. El negocio es un tira y afloja, subsiste con dificultad en una época en la que todo escasea con lo que los libros pasan a ser un artículo de lujo. Matías regentaba una editorial en la que Lola hacía las veces de traductora, pero la guerra se la llevó por delante como también se llevó por delante las ilusiones y los sueños de un pueblo que malvive con las mentiras, la represión y el miedo.

Matías arrastra una ex esposa que remorderá su conciencia y alguna que otra carga más. Una implicación política lo conduce a la cárcel de la que saldrá por mediación de Lola. Ella, valiente, ingeniosa y entusiasta, pasará un mal trago con tal de volver a fundirse en los brazos de Matías. 

La relación entre Alice, Matías y Lola se irá intensificando a medida que avanzamos en la lectura. Primero entre Alice y Lola y posteriormente también con Matías. Desde el principio me intrigó ese acercamiento entre estos personajes. ¿Quién es realmente Alice? ¿Qué esconde esta mujer? ¿Y por qué entabla tanta amistad con el matrimonio? 

Creo que Alice ve en la pareja un reflejo de su propio matrimonio. Ella añora al marido muerto, editor al igual que Matías, y quizás ahí está el motivo de esa amistad que Alice quiere alimentar cada día, como si fuera la única manera de aferrarse al pasado e incluso al presente.



Rose será otra incógnita a lo largo de toda la novela pues no queda claro desde el principio qué papel juega en el entramado narrativo. Sin embargo, todo tiene un por qué.

sábado, 28 de septiembre de 2013

LA SOLTERONA de Edith Wharton (Presentación, Editorial Impedimenta)




Por puro azar, visitando una bitácora de la que me he hecho asidua hace bien poco (Escritos de un hereje) me enteré que la Editorial Impedimenta presentaba el pasado martes en la librería Birlibirloque de mi ciudad su nueva publicación. Se trataba de una novela de Edith Wharton titulada La solterona (sinopsis aquí).

Da la casualidad de que este mismo verano me había leído esta obra aunque publicada por otra editorial pues desconocía que Impedimenta la tenía en su catálogo. Como la reseña está a la espera de ser publicada, me interesaba bastante asistir a este acto para saber más sobre la obra y su autora.

A la presentación asistieron  Javier González-Cotta, autor de Estambul, como maestro de ceremonias, Lale González-Cotta (traductora) y Enrique Redel (editor de Impedimenta).


De izquierda a derecha: Enrique Redel, Lale González - Cotta
y Javier González - Cotta
Tras la presentación se abrieron varias líneas de debate. Por un lado Lale nos habló sobre la vida personal de Edith Wharton, sobre esta novela concreta y sobre cómo había sido la labor de traducción. Argumentó que la traducción de una obra literaria requiere una gran responsabilidad pues una mala praxis supone la destrucción total de la obra. Recordó el caso de Benito Pérez Galdós, quien además de ser un gran novelista de nuestra literatura, dedicó un tiempo de su vida a traducir las obras Dickens. El resultado fue un completo desastre. En su caso, nos comentó que le gusta ser perfeccionista, revisar la obra una y mil veces hasta alcanzar una total satisfacción con el resultado.  

Por su parte el editor Enrique Rendel comentó la trayectoria de la editorial Impedimenta y los motivos por lo que decidieron publicar esta novela. Nos habló de la traducción realizada por la Lale que, a su juicio, era perfecta.

Como sabéis los lectores sienten debilidad por las publicaciones de esta editorial,  por el mimo y cuidado con el que preparan sus ediciones. Siempre he tenido curiosidad por saber qué criterios siguen a la hora de publicar una novela por lo que quise formularle la pregunta. Rendel respondió diciendo que ellos publican aquellos libros que les gustan como lectores y aquellos libros que recomendarían a sus familiares y amigos que sean lectores habituales. Comentó incluso que editan obras que, a su vez, les recomiendan personas de su entorno en cuyo criterio confían y puso como ejemplo el libro La buena novela de Laurence Cossé en cuyo interior figura la siguiente frase:

«Los editores quieren asimismo dedicar especialmente esta edición a Isabel Romojaro, librera muy buena que solo vende obras maestras».

La conversación siguió girando alrededor de los libros. Se habló sobre las descargas ilegales, sobre los libros electrónicos, el precio de los libros,... En definitiva, fue un encuentro bastante placentero en el que disfruté muchísimo escuchando de primera mano curiosidades y anécdotas del mundo literario. 




viernes, 27 de septiembre de 2013

LA LIBRERÍA de Penelope Fitzgerald.


Autor

Penelope Fitzgerald, de soltera Knox, nació en 1916. Era hija del editor de Punch, Edmund Knox, y sobrina del teólogo y novelista Ronald Knox, del criptógrafo Dilly Knox y del estudioso de la Biblia Wilfred Knox.

Fue educada en caros colegios de Oxford. Durante la segunda guerra mundial trabajó para la BBC. En 1941 se casó con Desmond Fitzgerald, un soldado irlandés, con el que tuvo tres hijos. Durante algunos años vivió en una casa flotante en el Támesis. Autora tardía, Penelope Fitzgerald publicó su primer libro en 1975, a los cincuenta y ocho años, su biografía del pintor prerrafaelita Edward Burne-Jones. En 1977 publicó su primera novela, The Golden Child, una historia cómica de misterio ambientada en el mundo de los museos. A lo largo de los siguientes cinco años publicó cuatro novelas vagamente autobiográficas, que la consagraron como una de las figuras más importantes de la nueva narrativa inglesa, comparable a Iris Murdoch o a A.S.Byatt. Con La librería (1978) fue finalista del Booker Prize, premio que finalmente consiguió con su siguiente novela, A la deriva (1979). Siguieron Human Voices (1980) y At Freddie's (1982). En este punto, Fitzgerald declaró que ya estaba cansada de escribir sobre su propia vida, y se decantó por la novela que desvelaba hechos y acontecimientos del pasado, desde un punto de vista histórico. La primera de ellas sería Inocencia (1986), desarrollada en la Italia de los años 50 y que narraba la historia de amor de la hija de un aristócrata arruinado y un médico comunista. En 1988, publicó El inicio de la primavera, que tiene lugar en el Moscú de 1913, protagonizada por un pequeño impresor inglés perdido en los albores de la Revolución rusa. Siguieron The Gate of Angels (1990) y La flor azul (1995), centrada en la vida del poeta alemán Novalis. Penelope Fitzgerald murió en Londres en abril del año 2000.

Sinopsis

Novela finalista del Booker Prize, La librería es una delicada aventura tragicómica, una obra maestra de la entomología librera. Florence Green vive en un minúsculo pueblo costero de Suffolk que en 1959 está literalmente apartado el mundo, y que se caracteriza justamente por "lo que no tiene". Florence decide abrir una pequeña librería, que será la primera del pueblo. Adquiere así un edificio que lleva años abandonado, comido por la humedad y que incluso tiene su propio y caprichoso poltergeist. Pero pronto se topará con la resistencia muda de las fuerzas vivas del pueblo que, de un modo cortés pero implacable, empezarán a acorralarla. Florence se verá obligada entonces a contratar como ayudante a una niña de diez años, de hecho la única que no sueña con sabotear su negocio. Cuando alguien le sugiere que ponga a la venta la polémica edición de Olympia Press de Lolita, de Nabovok, se desencadena en el pueblo un terremoto sutil pero devastador.


–—˜™–—˜™–—˜™–—˜™–—˜™–—˜™–—


La lectura de este libro era inaplazable por más tiempo. Un ejemplar de Impedimenta resulta difícil de esquivar pero si encima en la sinopsis se recoge la palabra poltergeist, entonces tengo que caer rendida. 

Las diferentes reseñas que he leído sobre esta obra de Fitzgerald invitaban a visitar la localidad británica de Hardborough, lugar en el que transcurre la acción y donde Florence Green decide un buen día abrir una librería. La idea no parece, a simple vista, muy buena. Por un lado porque el lugar en el que desea establecer la librería, Old House, tiene fama de ser una casa encantada. Por otro, y como bien dice la sinopsis, porque la parte influyente de Hardborough, encabezada por la señora Violet Gamart, tiene en mente otro proyecto para el edificio abandonado en el que Florence ha puesto la vista. Aún así nuestra protagonista sigue en sus treces. Ni un simple poltergeist o rapper (golpeadores) como se le denomina en Hardborough ni una señora manipuladora frenará sus intenciones. Al menos, en un principio.



La librería, que posteriormente quedará complementada con una biblioteca, no gozará de mucho éxito entre el vecindario. Pocos son los curiosos que se acercan a echar un vistazo y menos aún aquellos que se atreven a comprar un libro o tomarlo en préstamo. Para los lugareños, esto de los libros no deja de ser algo raro. En cualquier caso el negocio de Florence seguirá en pie, con más deudas que beneficios, pero en pie al fin y al cabo, hasta tal punto que tendrá que contratar a una ayudante. Christine Gipping, una joven de diez u once años, desarrollará un trabajo ejemplar, atendiendo a los escasos clientes, organizando los pedidos y colocando las mercancías en sus respectivas estanterías. 

Con la publicación de Lolita, la obra más conocida del autor Vladimir Nabovok, y editada por The Olympia Press, Hardborough entrará en ebullición. La novela acarreará algún que otro sinsabor no sólo entre los críticos del momento sino, lo que más afecta a Florence, entre los habitantes locales. Numerosas serán las manifestaciones en contra de tal publicación y especialmente en contra de que tal obra se exhiba sin pudor alguno en los escaparates de la librería. Pero el morbo siempre ha sido una fuerza irrefrenable en la naturaleza humana y, a pesar del sentir colectivo, se verán muchas narices pegadas a los cristales de la librería. 

Y hasta aquí os puedo contar sobre el argumento. Solo me resta por comentar que no podemos jamás subestimar el poder de las ancestrales familias de Hardborough.

La librería es una novela que hará disfrutar al lector, aunque, para mi gusto, la aparición del rapper es escasa y hubiera preferido un mayor desarrollo en este sentido. Creo que Fitzgerald lo usó para otorgar un toque de misterio a la historia pero es más un atrezzo que un elemento vital en la narración. 

jueves, 26 de septiembre de 2013

EL SEÑOR PENUMBRA Y SU LIBRERÍA 24 HORAS ABIERTA de Robin Sloan.

El Sr. Penumbra y su librería 24 horas abierta

Autor

Robin Sloan creció en Michigan y ahora divide su tiempo entre San Francisco e Internet. Es escritor e inventor de medios digitales y formó parte del equipo de Twitter.

Sinopsis

Una divertida y excitante novela sobre una conspiración global, encriptación de códigos, amores de juventud, travesuras y aventuras y el secreto de la vida eterna... que sucede en una pequeña librería de San Francisco.

La crisis económica obliga a Clay Jannon a dejar atrás su vida como diseñador de páginas web en San Francisco y las casualidades, la curiosidad más absoluta y la habilidad de subir escaleras como si fuera un mono le llevan a empezar su nuevo trabajo en la librería permanentemente abierta del señor Penumbra. Después de unos días trabajando, Clay se da cuenta de que la librería es un lugar mucho más extravagante de lo que su nombre indica. Solo hay unos cuantos clientes, pero van continuamente y nunca compran nada. Lo que hacen es llevarse libros prestados, ejemplares misteriosos que se encuentran en los lugares más recónditos de la librería, todo de acuerdo a un trato especial que mantienen con Penumbra. Clay concluye que la tienda no es más que una tapadera para otro negocio y su curiosidad pronto le lleva a ponerse a analizar el complejo comportamiento de los clientes y a arrastrar a sus amigos para que le ayuden a descubrir qué es lo que realmente pasa en la librería. Sin embargo, cuando le llevan sus descubrimientos al Sr. Penumbra, acaban por descubrir que los secretos se extienden mucho más allá de las paredes de la librería...


–—˜™–—˜™–—˜™–—˜™–—˜™–—˜™–—


Siguiendo con las reseñas del Mes de los Libros os traigo hoy una sobre una novela que, desde primer momento, me llamó la atención. La palabra «librería» en el título de un libro siempre ha supuesto para mí un talismán, así que no me lo pensé mucho.

Con un título tan peculiar, lo primero que me pregunté es cómo sería la versión original porque el nombre «Penumbra» no es que sea muy común que digamos, pero fíjate por donde que la traducción al castellano es prácticamente un calco del título original. 

En El señor Penumbra y su librería 24 horas abierta conoceremos a Clay Jannon, un chico actualmente en paro tras perder su empleo en una empresa de bollería. Afortunadamente para él encuentra pronto un trabajo bastante especial. La librería del señor Penumbra permanece abierta las 24 horas del día por lo que se requieren tres turnos para atenderla. A Clay le tocará el turno de noche (de 10 de la noche a 6 de la mañana), algo que no le supondrá mucha actividad porque, teniendo en cuenta el tipo de librería (pocas novedades y mucho libro de segunda mano para préstamos), ya es difícil que un comercio como este tenga clientela durante el día, así que por la noche se supone que menos aún. Clay cree que las noches serán soporíferas pero, aunque es cierto que la afluencia de público no es masiva, sí contará con algunos clientes fijos y nocturnos, ancianos casi todos: Tyndall, Fedorov, Lapin,...

La librería del señor Penumbra es un negocio poco fructífero y con particularidades que dejarán noqueado a nuestro protagonista. Por cada venta o préstamo, Clay tendrá que anotar en un libro de registro datos cómo la descripción del comprador o prestatario, su aparente estado de ánimo e incluso su indumentaria. El por qué de este curioso proceder es algo que iremos descubriendo más adelante. 

La mercancía que se vende o presta en esta librería también tiene su aquel. Estanterías altísimas muestran una colección de libros de aspecto poco habitual que no cuentan ni con ISBN a los que Clay, en principio, tendrá el acceso denegado. En ningún momento puede abrir ni ojear su contenido. Sin embargo, y por mediación de su compañero de piso Matthew Mittelbrand, rarito como él solo, descubrirá que esos volúmenes están llenos de glifos imposible de descodificar.



Movidos por la curiosidad más absoluta Clay dará con una sociedad secreta (El Lomo Intacto) con más de 500 años de antigüedad y que busca el secreto de la eternidad, de la que Penumbra es miembro, una biblioteca subterránea y un enigma por resolver relacionado con un tipo de fuente y su creador, la Gerritszoon. Para ello hará uso de la más actual tecnología ayudado por sus compañeros de piso y por su novia Katt, una programadora que trabaja en Google.

Estamos ante una novela en la que se respira amor por los libros y por la tecnología, incluso me atrevería a decir que más por lo segundo que por lo primero.

Estructurado en 29 capítulos repartidos en tres secciones (La librería, La biblioteca y La Torre) más un Epílogo, esta novela está narrada en primera persona en la voz de Clay con un estilo fresco, joven y actual. Los diálogos son simpáticos pero no considero que sea un libro con una narración brillante, al menos para mi gusto.



A pesar de que El señor Penumbra y su librería 24 horas abierta es una novela entretenida con algo de suspense pero sin llegar a ser adictiva yo no he sabido conectar bien con la historia. He leído muy buenas opiniones de este libro, cuyos enlaces os dejaré más abajo, pero yo me esperaba algo distinto, más amor por los libros, las librerías y los libreros. Quizás el uso de tanta tecnología para resolver el enigma que se plantea y tanta descripción de maquinaria me ha saturado un poco. Se entiende que el autor, que formó parte del equipo de puesta en marcha de Twitter, sabe lo suyo de esta materia pero para una neófita como yo tanto código de programación me resultó pelín aburrido. En cualquier caso y dado que con mis opiniones jamás deseo sentar cátedra, creo que esta novela es idónea para aquellos lectores que busquen una buena aventura en la que se combine pasado y presente, libros y tecnología, con una cierta dosis de intriga y humor. 


Aquí os dejo los enlaces a otras opiniones más entusiastas que la mía:

- Mi realidad de tinta.
- Pluma, espada y varita.
- Serendipia
- Entre montones de libros.







Reto:


miércoles, 25 de septiembre de 2013

COMÚN: EXORCISMO EN GEORGIA.



Año: 2013.

Nacionalidad: EE.UU.

Director: Tom Elkins.

Reparto: Abigail Spencer, Chad Michael Murray, Morgana Shaw, Emily Alyn, Katee Sackhoff,...

Género: Terror. Hechos reales.

Sinopsis: Poco después de instalarse en su nueva casa de Georgia, una pareja descubre que su hija mantiene misteriosos encuentros con personas que sólo ella parece ver. La situación se complica cuando también los padres son testigos de extraños fenómenos alrededor de la casa, que sugieren un escalofriante misterio que se ha mantenido en secreto durante generaciones.


–—˜™–—˜™–—˜™–—˜™–—˜™–—˜™–—


Titular esta película como Exorcismo en Georgia es ir demasiado lejos. Partimos de la base de que el título original es The haunting in Connecticut 2: Ghosts of Georgia (Aparición en Connecticut 2: Fantasmas de Georgia) con lo que, parece ser, que en España quisimos darle un toque efectista. Ocurre también que el exorcismo brilla por su ausencia. Aquí no tenemos vómitos verdes ni niña cuya cabeza gira 360 grados o se suben por las paredes con convulsiones. En esta cinta llaman exorcismo a unos cuantos fotogramas que muestran a un cura lanzando plegarias al aire y echando unas cuantas gotas de agua bendita sobre la frente de una niña ante la atenta mirada de sus padres pero la cosa es puro teatro.



Exorcismo en Georgia está basada en hechos reales. Recoge las vivencias de la familia Wyrick que entre junio y julio de 1993, tras mudarse a una casa en Pine Mountain, Georgia, comienzan a sufrir extraños fenómenos. La casa en la que se instalan está en medio de la nada. En ella viven el matrimonio (Andy y Lisa) y la hija pequeña (Heidi). Justo al lado de la casa hay una roulette medio desvencijada a la que se muda la tía Joyce, hermana de Lisa. Las tres mujeres de la familia, junto con la fallecida madre y abuela, tienen el don de percibir lo que el ojo humano no suele apreciar. Ellas son capaces de experimentar visiones a modo de fogonazos en blanco y negro en las que consiguen ver fantasmas del pasado y oír voces. 

Los terrenos en los que se asienta la casa de la familia Wyrick guardan mucha historia. Los habitantes de alrededor cuentan que en aquellas tierras vivió un buen hombre al que denominaban el jefe de estación. Era un taxidermista viejo y solitario que se dedicaba a mediados del siglo XIX a ayudar a los esclavos fugitivos a cruzar hasta otras tierras donde pudieran llegar a ser libres, por lo que muchos descendientes de aquellos esclavos sienten admiración por aquel hombre y su labor.  Sin embargo, y con la aparición de un hombre al que la pequeña llama Señor Gordy y que sólo ella ve, las visiones que experimentan las mujeres dejará entrever que la historia del jefe de estación va mucho más allá. 



La película, como cabe esperar en los largometrajes de este género, está cargada de clichés: sombras que se cruzan, reflejos en los cristales, luces que se apagan y se encienden, puertas que se abren solas,... Aún así, confieso que algún que otro sustillo me cogió distraída, consiguiendo que me llevara el consabido sobresalto, quizás al ser consciente de que estamos ante unos hechos reales que, aunque cinematografiados, no dejan de tener un velo de verdad, pero ¿hasta qué punto? Lo veremos más tarde. 

Teniendo en cuenta mis últimas experiencias con el cine de terror, tengo que decir que, al menos, el argumento de esta película tiene cierta coherencia, más allá de que esté mejor o peor rodada, con algunas escenas que parecen filmadas en el pasaje del terror y con unas interpretaciones que quedan en el inframundo. No ofrece grandes efectos ópticos pero se deja ver aunque en el final se podía haber esmerado un poquito más. 

martes, 24 de septiembre de 2013

EL AÑO EN QUE ME ENAMORÉ DE TODAS de Use Lahoz.


Autor

Use Lahoz (Barcelona, 1976) es autor de Los Baldrich, novela aplaudida por crítica y público y por la que fue nombrado Nuevo Talento FNAC 2009, y La estación perdida, distinguida con el Premio Ojo Crítico de Narrativa 2012.

Ha publicado los poemarios Envío sin cargo y A todo pasado, y es coautor de Volverán a por mí, obra galardonada con el Premio La Galera Jóvenes Lectores 2011.

Colabora habitualmente en El Viajero, suplemento semanal del diario El País, y en otros medios nacionales y latinoamericanos.

Sinopsis

Esta es la historia de Sylvain Saury, un joven parisino adicto a la vida que se acerca peligrosamente a los treinta y que sufre el síndrome de Peter Pan. Tiene muchas  virtudes: es sensible, bilingüe  y sabe hacer amigos, pero también tiene grandes defectos: en cuestiones de amor no consigue pasar página, tiende a meterse donde le llaman y el verbo "madura" le asusta.

Cuando recibe la propuesta de un trabajo mal pagado en Madrid no se lo piensa: prefiere vivir allí a salto de mata que hacerse adulto en París. Y, además, en Madrid vive Heike Krüger, su exnovia alemana, a quien no ha conseguido olvidar.

Mientras se instala, Sylvain va trazando el plan de reconquista de Heike, pero el inesperado hallazgo de un manuscrito cambiará sus planes y le abrirá una ventana a una historia emocionante, llena de sorpresas y casualidades. Esta lectura trastocará su brújula y le recordará la gran verdad oculta tras la frase con la que le despidió de París su amigo Michel Tatin: «El corazón está para usarlo».

El año en que me enamoré de todas es una comedia romántica, con víctimas y culpables de las relaciones a distancia; una celebración de la intensidad de la vida, la amistad y el amor, llena de personajes luminosos que nos reconcilian con el mundo y nos demuestran que todo es posible.


–—˜™–—˜™–—˜™–—˜™–—˜™–—˜™–—


Durante la primavera de este año se habló bastante del libro que os traigo hoy, volumen que llevaba esperando en mis estanterías algunos meses. Siempre he tenido ganas de leerlo, así que, aprovechando el Mes de los Libros organizado por Libros que hay que leer, Juntando más letras y Momentos de silencio compartido, he querido rescatarlo y traer la reseña.

El año en que me enamoré de todas recoge en primera persona un año de existencia de su protagonista Sylvain Saury, un chico de 28 años, francés, residente en París junto con su madre, periodista de profesión y un profundo romántico. 



La acción se inicia en el taller de Mounsier Tatin, sito en la calle parisina Rue Parrot,  un mecánico de coches pero también de corazones al que tanto Sylvain como su madre recurren cuando han sufrido mal de amores. Sylvain tiene heridas en su corazón provocadas por su anterior novia, una alemana de nombre Heike Krüger, a la que conoció en Florencia mientras disfrutaba de una beca Erasmus. Heike fue su vida, su esplendor, su renacer pero el amor igual que viene se va y ella decidió, tras regresar a Hamburgo, su ciudad natal, dejar el corazón de Sylvain en completa soledad. Será un duro golpe para el francés.

A través de distintos flasbacks que se inician a partir del capítulo 2, el autor nos descubre cómo era la relación entre Sylvain y Heike, cómo fue la convivencia juntos, y la forma en que la relación se enfrió una vez que cada uno vuelve a sus respectivos lugares de origen. ¿Realmente es viable el amor a distancia? Sylvain lo experimentará en sus propias carnes con resultados poco halagüeños. El olvido se hace eterno.

Tras finalizar sus estudios y vagabundear de aquí para allá, le ofrecen un trabajo como corresponsal bilingüe en Madrid, precisamente la ciudad en la que Heike trabaja para un estudio de arquitectura. 


Café Ruiz en Madrid
En Madrid retomará amistades con antiguos amigos a los que conoció en Italia y compartirá piso con Néstor y Daniel. Justo al iniciar la mudanza, Sylvain encuentra en el ascensor del inmueble un sobre que contiene manuscrito titulado Abierto por amor. En un principio decide encontrar al autor para devolvérselo pero, movido por la curiosidad, comienza a leerlo y no podrá parar de hacerlo. 

El año en que me enamoré de todas está estructurado en secciones. La primera finaliza con la aparición de dicho manuscrito que recoge la historia de la familia de Metodio Fournier, desde sus abuelos Alain y Regina Gómez, pasando por sus padres Porfirio y Martina hasta llegar al propio Metodio. 

Hasta ese momento la historia de Sylvain se ha hecho demasiado tenue con un protagonista con el que, si bien se empatiza desde el primer momento por aquello de los corazones rotos, esta lectora no termina de conectar, especialmente en los momentos dialogados entre Sylvain y sus colegas en los que percibe un ligero aire forzado.

Además ocurre que tras la aparición del manuscrito, la historia de Metodio monopoliza toda la atención dejando a Sylvain en un segundo plano. Toda la narración sobre los antepasados de Metodio hasta llegar a la fundación del negocio familiar, las Pastelerías Fournier, me ha gustado muchísimo pues la vida de este personaje está cargada de ternura. Incluso me atrevería a decir que he notado un cambio en el estilo, mucho más fresco y divertido.

En cualquier caso, y aunque se sabe que al coexistir dos hilos argumentales uno tiende a solapar el otro, en esta novela tal disposición sólo se produce durante unos cuantos capítulos. Una vez que pasa el impacto del manuscrito y la historia de Metodio se va diluyendo, Sylvain vuelve a ganar enteros y regresa al lector con más fuerza, dejando atrás su síndrome de Peter Pan y alcanzando una madurez que le conducirá hacia un camino seguro. 



El amor es tema común en esta novela como se puede intuir desde el título. Sylvain vive enganchado a Heike a la que encuentra en Madrid y el manuscrito de Metodio nos habla del amor que él empezó a sentir desde pequeño por su profesora Silvia y que aún perdura. ¿Qué les ocurrirá a estos dos personajes? ¿Conseguirá Sylvain recuperar el amor de Heike? ¿Se hará realidad la fantasía de un alumno al desear casarse con su profesora? La vida da muchas vueltas. Los trenes pasan y, o los pillas en marcha o continúan hacia otra estación. Sylvain y Metodio lo saben bien y el título de esta novela tendrá su respuesta en el párrafo final. 

La sinopsis dice que estamos ante una novela romántica y ya veis que el amor está siempre presente, pero también es una novela de reencuentros y desencuentros, de relaciones entre padres e hijos, de búsquedas de uno mismo, de segundas oportunidades, ... 

lunes, 23 de septiembre de 2013

POR SI SE VA LA LUZ de Lara Moreno.



Autor

Lara Moreno nació en Sevilla en 1978 y creció en Huelva. Ha publicado los libros de relatos Casi todas las tijeras (Quórum, 2004) y Cuatro veces fuego (Tropo, 2008) y los poemarios La herida costumbre (Puerta del Mar, 2008) y Después de la apnea (Ediciones del 4 de agosto, 2013). Sus cuentos están recogidos en numerosas antologías, entre las que se encuentran Siglo XXILos nuevos nombres del cuento español actual (Menoscuarto, 2010) y Antología del microrrelato españolEl cuarto género narrativo (Cátedra, 2012). Actualmente vive en Madrid, donde es editoria freelance e imparte talleres de escritura.


Sinopsis

En un pueblo casi sin gente, de repente vuelve la vida para mostrar que nada se acaba de verdad mientras haya un niño haciendo preguntas al mundo.

Entonces, cuando es de noche y Martín posa su mano sobre uno de mis muslos, le pregunto:
¿Hemos venido aquí a ser viejos?

No se llevaron nada, o casi; ni siquiera el gusto por la aventura.  Y cuando llegaron al pueblo, entraron en casa y se echaron encima de un colchón como si la noche no fuera a acabar nunca. Amaneció, y a la luz del sol descubrieron que había más vida allí: unas cuantas casas, unos huertos, hombres y mujeres que hablaban lo justo.

Despacio, Nadia y Martín fueron conociendo a Enrique, el dueño de un bar donde había poco más que libros y vino rancio, a Elena y Damián, dos viejos hechos de pura piedra, y a Ivana, que un buen día apareció acompañada de una niña, hija de todos y de nadie.

¿Qué sentido tenía aquel viaje, y aquella gente, y aquel ir viviendo sin imágenes, sin música, sin mensajes que contestar y solo algo de comida y sexo para aliviar los días? Quizá se tratara de llegar a viejos ahora que ya no quedaba nadie en las ciudades, quizá buscaran una manera de ser y de hacer algo digno en ese tiempo que aun les quedaba antes de que se apagara la luz. Quién sabe.

Como todos los grandes libros, Por si se va la luz no se anda con respuestas, sino con buenas preguntas. Lara Moreno es una mujer que empieza y tiempo le queda para decir lo suyo, pero con esta primera novela nos entrega ya literatura con mayúsculas.


–—˜™–—˜™–—˜™–—˜™–—˜™–—˜™–—


La semana pasada os presenté la entrevista a la novelista Lara Moreno en la que nos habló de su primera novela en un tono cercano (puedes leer la entrevista aquí). Hoy corresponde publicar la reseña sobre esta obra que tan impactada me ha dejado. 

Por si se va la luz no es la típica novela que acostumbro a leer, en la que los personajes giran alrededor de unos hechos que se desarrollan entre una introducción, un nudo y un desenlace. Esta novela me ha parecido muy original y novedosa en cuanto a su planteamiento. Según nos cuenta la autora, la idea surgió a raíz de unos titulares informativos sobre las consecuencias del cambio climático al que estábamos asistiendo. Una temática que surgió a la palestra de la actualidad hace algunos años pero de la que ya nos hemos olvidado y no porque haya dejado de existir. El problema sigue estando ahí aunque nuestra atención se fije ahora en otras áreas. Por aquel entonces se hablaba con gran preocupación sobre la escasez de los recursos, el derretimiento de los polos, las lluvias torrenciales,... Hechos todos ellos que indicaban una degradación de la naturaleza y por ende del planeta. 

¿Qué historia recoge esta novela?

Nadia y Martín son una pareja de jóvenes urbanitas que deciden abandonar la ciudad y trasladarse a vivir a un pueblo del que poco sabemos. La mayoría de sus enseres quedan atrás, anclados a su vida pasada, y en su mudanza tan sólo llevarán lo imprescindible, más una vieja máquina de escribir y una cincuenta de libros pendientes de lectura. A su llegada al pueblo nadie los recibe, nadie los ve, ni ellos ven a nadie. Se instalan en una vieja casona que tendrán que ir adecentando con el paso de los días. Descubrirán que como vecinos tan sólo tienen a tres personajes, Enrique que regenta el bar, Damián y Elena. A mitad de la narración se incorporará Ivana, otra joven que va y viene pero que en esta ocasión viene acompañada de una niña de unos diez años, de origen ruso y de nombre Zhenia. Todos ellos componen un collage extraño, una mescolanza que obliga al lector a preguntarse quiénes son estos individuos y qué hacen en ese lugar. 




El pueblo está lleno de casas vacías y con un escaso tránsito entre sus calles lo que confiere a la población un aire de absoluto abandono. ¿Qué motivos pueden tener un grupo de personas para residir en semejante desierto? 

El lector se adentra en un terreno de nadie. Camina dando palos de ciego, sin saber muy bien qué esta ocurriendo. Da la impresión de que esas personas están huyendo de algo o de alguien pero sin llegarse a concretar nada. ¿Qué ocurrió en la ciudad? ¿Por qué Nadia y Martín llegan de forma tan desesperada? No lo sabemos, ni llegaremos a saberlo. Como dice la autora algo con ciertos tintes apocalípticos flota en el ambiente y el lector intuirá pero sin ver.

Dice la sinopsis que «Por si se va la luz no se anda con respuestas, sino con buenas preguntas» y no puedo estar más de acuerdo. Mientras estuve inmersa entre las páginas de esta novela no dejaba de anotar una pregunta tras otra. ¿Por qué parece que huyen? ¿Por qué llora Nadia la primera noche? ¿Por qué Ivana vuelve? ¿Por qué...?  ¿Por qué...?  Se podrá pensar que con tantas incógnitas sin resolver el lector puede terminar por abandonar la lectura, tirar la toalla. Mi experiencia me ha demostrado que la total falta de respuestas en Por si se va la luz no hacía más que fomentar mi curiosidad. Al principio leía con avidez intentando despejar las incógnitas. Cuando me di cuenta de que la autora jugaba fuerte, no desistí porque las sensaciones que me invadían mientras leía conseguían mantener mi atención.

Y las preguntas se siguen sucediendo. Tras la llegada de Nadia y Martín a nuestro pueblo fantasma se esconde una supuesta organización, a la que Nadia terminará por temer y que Martín calificará como un fraude. De nuevo estamos ante el desconocimiento. ¿Quiénes componen esta organización? ¿A qué se dedica? 

Preguntas sin fin.

Por si se va la luz no es una novela de acción. Los que busquéis hechos y agitación no los encontrareis porque estamos ante una novela coral, una novela eminentemente de personajes, donde Nadia, Martín, Enrique y el resto soportarán la carga narrativa. Cada uno de ellos es un mundo en el que lector tendrá que adentrarse.


"Le Passage" de Kay Sage.
Nadia, la artista melancólica, abandona la ciudad en la que hasta ahora vivía sin mayores pretensiones. Su pareja, Martín, le propone dejarlo todo atrás a modo de arrebato contra el mundo y ella seguirá sus pasos con poca convicción pero con muchas dudas. Cambia su paisaje, su entorno, dejando atrás familia y amigos. El trueque no la estimula, más bien todo lo contrario. 

Junto con Damián, un anciano que añora enormemente a su mujer fallecida y que nos ofrece la cara más dulce de la novela, Nadia es el personaje que más me ha gustado. Se muestra frágil y necesita que la comprendan, que la escuchen, se siente desvalida en un entorno austero y sombrío.  Sus palabras, sus pensamientos, su rabia y sus celos consiguieron que empatizara con ella, conduciéndome hacia un final en solitario que me inquietó aún más.

Pero si habéis leído la entrevista previa, sabréis que hay un personaje que me dejó especialmente tocada. Elena, una anciana que vive sola, con una dura historia personal a sus espaldas, una mujer ruda y brusca, entregada al trabajo y con un documento oficial en su poder que le ronda. Nadia no confía en Elena y es que cuesta trabajo llegar hasta una mujer tan agreste cuyo mundo orbita en torno a los animales que cuida y las tisanas y mejunjes que prepara. 

El resto de los personajes, Martín, Enrique, Damián, Ivana y Zhenia, dejaré que los descubráis vosotros mismos.

sábado, 21 de septiembre de 2013

OCTUBRE: MES DEL TERROR EN "TODOS MIS LIBROS"



Parece que Octubre va a venir cargadito de terrores y espantos. Isa de Todos mis libros nos propone también un mes temático y como no hay dos sin tres allá que voy también. Obviamente participaré con los mismos libros que en la iniciativa de Xula y en la de Ines. A saber....




 
 
[Pincha en las cubiertas para leer la sinopsis]


A ver qué tal se nos da. 

Enlaces a las reseñas correspondientes:

1.- Carmilla de Joseph Sheridan Le Fanu.
2.- El juego de los niños de Juan José Plans.
3.- Carnacki el cazafantasmas de W. Hope Hodgson.
4.- El evangelio del mal de Patrick Graham.