jueves, 22 de agosto de 2013

LOS AÑOS DE ESPERA de Fumiko Enchi (Reseña)


Autor

Brillante escritora japonesa, Fumiko Enchi (1905-1986) recibió por Los años de espera (1957) el Premio Noma, el más distinguido de las letras niponas.

Sinopsis

Situada en Japón a finales del siglo XIX, Los años de espera es un admirable y sensible retrato de la condición de las mujeres en un país todavía inmerso en las viejas tradiciones feudales. Educada para cumplir el rol ancestral de su sexo, Tomo no sólo debe soportar las humillantes infidelidades de su marido, sino que incluso debe aceptar con sumisión en encargo de buscarle concubinas y acogerlas bajo su techo. Primero será la quinceañera Suga, luego vendrá la extrovertida Yuri... Esta novela plena de sutileza y de sentimientos contenidos nos presenta una galería inolvidable de mujeres que suscitan admiración por su entereza.



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Desde que apareció Haruki Mirakumi y se comenzó a hablar tanto de sus libros, me sentí tentada por la literatura asiática de la que no sabía absolutamente nada. Para estrenarme decidí hacerlo con el libro que os traigo hoy, de una autora japonesa, Fumiko Enchi, fallecida hace bastantes años. 



De Los años de espera me atraía mucho su cubierta. Cuando os presenté el libro en el blog ya os hablé de las sensaciones que me inspiraba esa mujer en kimono dando la espalda al lector. Su actitud irradiaba cierta impaciencia por la llegada de no se sabe quién. Esas fueron mis impresiones iniciales y tras leer la sinopsis me sentí mucho más atraída por versar sobre una cultura tan característica.

La acción se inicia en Tokio con una conversación entre una madre y su hija, personajes que tendrán poca transcendencia en el desarrollo argumental. Son las encargadas de presentar a la verdadera protagonista, Tomo Shirakawa, y a su familia, - estamos pues ante una saga familiar -, y a través de sus palabras se sientan las bases de la sociedad japonesa a finales del siglo XIX, en cuanto a las relaciones hombre - mujer se refiere.


«Me extraña que una señora casada como ella disponga de tiempo libre para venir a Tokyo tan sólo a hacer turismo. El señor Shirakawa tiene un cargo importante en la administración de la prefectura...» [pág. 11]


Tomo Shirakawa es una mujer casada con un hombre muy influyente en el momento inicial de la novela, abnegada esposa y madre de una niña y un niño poco modélico y bastante problemático, Etsuko y Michimasa respectivamente. Una mujer reservada que vive exclusivamente para su marido y que viaja a Tokio con un propósito bastante peculiar. Por encargo de su propio cónyuge, Tomo emprende la labor de buscarle una concubina.

La relación entre Tomo y su marido, un hombre despótico y tendente al feudalismo, ha quedado diluida con el paso del tiempo. Ella es la señora de la casa, la administradora del hogar y del patrimonio pero ha dejado de ocupar un lugar preferente en el tatami de su esposo. Aunque el encargo de su marido supone una humillación para la mujer, ella lo acepta con resignación. El hombre de posibles en la cultura japonesa de la época gozaba del privilegio social de ser mujeriego sin que eso supusiera un grave problema en el seno conyugal. Se trata de hombres que tienen grandes responsabilidades y que por lo tanto requieren "grandes" distracciones. Es algo con lo que la mujer japonesa nace y por lo tanto, algo que debe aceptar asumiendo su papel en la vida de su esposo y su labor servicial. Para Tomo o para cualquiera de sus coetáneas, lo primero es el marido y la familia, quedando en último plano su propio ser. 

La concubina elegida será una joven de nombre Suga con la que Tomo experimentará por primera vez los celos más oscuros. Tras Suga vendrán otras y la vida de Tomo se convertirá en una continua lucha interior entre lo que siente y lo que se espera de ella. Su marido pasará de amante en amante, con el conocimiento de Tomo en muchas ocasiones y tras la espalda de ella en otras. Aún así ella seguirá desempeñando su papel de fiel guardadora de la familia, adoptando un papel de sumisión ante la galería aunque luchando contra sus propios sentimientos y emociones. El odio, la culpabilidad, la aceptación,... serán sus compañeros de viaje  a lo largo de los años. Incluso su madre le aconseja que adopte una actitud fiel a su marido y no se muestre resentida. Este es el papel de la mujer y al fin y al cabo, Tomo puede sentirse afortunada por haber sido elegida en primer lugar y por ser considerada hoy la señora de la casa, aunque los criados tengan otra opinión y en el corazón de su marido no haya espacio para ella. 




Para la mujer actual leer esta novela provoca bastante escozor. Antes de abrir sus páginas hay que hacer un ejercicio de consciencia e impregnarnos con las peculiaridades de una cultura tan milenaria. Ponerse en el papel de Tomo es fundamental si no quieres acabar lanzando el libro contra la pared y mirando a tu marido con fuego en los ojos (y no precisamente por la pasión). A lo largo de las páginas de Los años de espera aprendemos sobre el estilo de vida, la forma de pensar, la cultura, la tradición,... Todo ello mezclado con los sentimientos de una mujer sometida. 

Su argumento puede provocar rechazo pero no hay que olvidar que lo que se narra es reflejo de una realidad y por lo tanto de la Historia con mayúsculas. Conocer otras culturas siempre resulta curioso y estimulante por muy alarmante que nos parezca hoy en día las actitudes y comportamientos del pasado. 

Por otra parte, no solo del papel de la mujer se habla en esta novela sino también de la situación política del país, aunque este sea un tema al que se le dedica poco espacio. La autora se centra mucho más en el plano sentimental por lo que la novela adquiere un corte intimista. 

La novela con 250 páginas en total, está narrada en tercera persona y presenta una estructura compuesta por tan sólo tres capítulos amplios con subcapítulos titulados. De un capítulo a otro se producen grandes saltos en el tiempo de tal modo que prácticamente asistimos a toda la vida de Tomo y su marido. 

La autora tiene un estilo sencillo que se caracteriza por la fuerte carga emocional, existiendo un equilibrio justo entre narración y diálogo. La novela queda frecuentemente salpicada con términos japoneses que en muchos casos son intraducibles pero que no impiden su total comprensión. 


En definitiva se trata de una obra que me ha gustado por el argumento en general y por ese acercamiento al corazón de su protagonista en particular. Así pues, me gustaría recomendar este libro a todas aquellas personas que muestren interés y fascinación por otras culturas, que gusten de leer sobre sagas familiares y que, tras leer esta reseña, sientan deseos de navegar por las profundidades del alma de una mujer cuyos sentimientos pueden ser equiparados con los de cualquier otra independientemente de su época y de su ubicación.

Además, es interesante destacar que a lo largo de las páginas encuentras piezas de información que te desvelan las singularidades de una sociedad tan especial como la japonesa. Os dejo un ejemplo:  


«El oscuro orificio de la boca, con los dientes teñidos de negro, según la costumbre tradicional de las mujeres casadas, resaltaba todavía más la sensualidad de sus ojos». [pág. 31]

Princesa Masako
Tras leer esta novela me vino a la mente toda la polémica que gira entorno a la esposa del príncipe heredero de Japón, la princesa Masako que desde hace años sufre depresión por la constante presión a la que se ve sometida tras no poder concebir un hijo varón que perpetúe la dinastía y sea legítimo heredero del imperio japonés. A veces he intentado ponerme en el papel de la princesa y siempre termino cuestionándome si realmente el papel de la mujer ha avanzado mucho en la cultura nipona. 

Agradezco el envío del ejemplar a...







Retos: 

29 comentarios:

  1. Me recuerda un poco a "Viento del este, viento del oeste", por esa puerta abierta al rol de la mujer las sociedades asiáticas de siglos pasados. Me lo llevo bien apuntado, me apetece conocer a Fumiko Enchi. Bss.

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  2. Con la litertura japonesa me estrené con Yoko Ogawa y su novela La piscina. Es distinto tipo de narrativa. Esta novela que hoy reseñas me parece más interesante por la temática que toca. Besos.

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    1. Pues no conozco el libro que ocmentas Paco pero es interesante tomar nota de autores que no conozco para futuras lecturas. Besos

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  3. Tengo este libro pendiente, ahora estoy con otro de la misma editorial: "Salvavidas", de Jane Zacharey.

    Escogí también "Los años de espera" porque me gustan los libros que me acercan a culturas y sociedades diferentes. Hace tiempo que superé esa indignación que te provoca leer libros sobre sociedades que someten a las mujeres, es decir que intento leerlos desde su punto de vista (en este caso la mujer oriental) y no desde el mío.

    Tu reseña me sigue animando a leerla ;) Gracias y un saludo!

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  4. Pues sin duda este libro es para mí, tiene todo lo que me gusta y no lo conocía pero sin duda lo buscaré y lo añado a mi interminable lista de sagas familiares
    besos

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    1. Tatty con este libro he aprendido el concepto de saga familiar porque antes tenía otra idea jejeje. Espero que te guste. Besos

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  5. Parece una lectura interesante.
    No he leído nada de literatura asiática y es algo que tengo en mi lista de pendientes.
    Yo creo que las costumbres no han cambiado mucho, solo las han maquillado un poco.
    Besos.

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    1. Yo también creo que en muchos aspectos solo se ha hecho un lavado de cara Inés. Besos

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  6. Hola!

    Me gusta mucho Japón y su cultura; así que supongo que me gustará la novela. Tomo nota.
    Besos

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  7. No conocía esta novela pero quiero leerla, me encanta conocer nuevas culturas y empaparme de sus historias aunque sean durísimas como las de esta protagonista. Creo que no han avanzado demasiado, la mujer sigue relegada a un simple objeto decorativo. Gracias por descubrirme una nueva novela y autora.
    Besos

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  8. No conocía este libro. Y me has tentado, que me gusta mucho conocer otros países, otras culturas a través de sus libros. Así qeu apuntado me lo llevo.
    Besotes!!!

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  9. Ni en la nipona ni en ninguna, Marisa, la mujer no ha avanzado tanto como nos gustaría creer, en ninguna cultura aunque claro, hay algunas que son terroríficas. De todas formas a mí la gente con la vida solucionada que no está a gusto me saca de quicio, pues que lo dejen y se pongan a vivir como los demás, tengo la sensación de que no aprecian lo bueno de su situación.
    A parte, el libro me llamaba mucho, la portada es hipnótica, y me gusta que se haya centrado en lo íntimo. Hala, apuntada está.
    Besitos

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    1. Estoy de acuerdo contigo Norah. Todavía hay mucho camino que andar. Besos.

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  10. Bien dices que provoca como mínimo escozor, es un tema tan lamentable, supeditar una persona a otra por el mero hecho de su sexo. En fin, seguro que es una gran obra, pero debe doler para muchos leerla.
    Un besote mirando por la ventana.

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    1. Es dura Babel pero desde luego merece la pena leerla. Besos

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  11. A mi me gusta, creo que pese a esa sensación de querer estrellar el libro, siempre me parece interesante conocer el papel tan diferente de la mujer. En estos casos la mirada cultural es básica, puede costar digerir ciertas cosas, pero si echamos la vista atrás... en fin, ya lo tenía apuntado sin leer la reseña, ahora subrayado lo dejo. Besos

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  12. Qué buena pinta!!!
    No conocía el libro ni a la autora... me lo llevo apuntado, a ver qué encuentro =)

    Besotes

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  13. Aunque la ambientación no me llama demasiado, he visto otra reseña, y Ana Blsfuemia me habló de él, ahora leo tu reseña, cada vez estoy más tentada...Un besote!!

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    1. Meg es un libro muy interesante y muy bien narrado. Besos

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  14. A la lista que va pero ya, ya y me vene genial que estoy descubriendo literatura nipona, clásica, ya sabes que yo de modernuras no..... Besos :)

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  15. Pues ya me llamó la atención en la entrada en la que nos la presentaste. Tras leer la reseña me llama aún más, aunque eso sí, como bien dices hay que mentalizarse de la época y la cultura que trata.
    Besos

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  16. Que suerte yo llevo dos años diciendo que voy a romper mi deuda pendiente con los autores asiáticos y no termino de cumplirlo

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