Autor
Gregorio León nació en Murcia un día muy caluroso de 1971. Se gana la vida desde hace más de veinte años como periodista de Onda Regional, la emisora autonómica de Murcia. También ha hecho televisión.
Tiene cuatro novelas publicadas: Murciélagos en un burdel (Premio Ciudad de Badajoz), El pensamiento de los ahorcados (Premio Diputación de Córdoba), Balada de perros muertos (Premio Valencia de Novela) y El último secreto de Frida K (Premio Emilio Alarcos Llorach). Igualmente ha recibido el Premio Alfonso Grosso de relatos, o el Miguel de Unamuno, entre otros. Su obra ha sido traducida al francés.
Confiesa que cuando inicia la escritura de una nueva novela siempre persigue un objetivo: escribir una historia fácil de leer, pero difícil de olvidar. Billy Wilder no podía estar equivocado: el primer mandamiento es "No aburrirás". Por eso es mejor no alargar más de la cuenta el texto de una solapa. A esta solo le falta un detalle:
Twitter: @GregorioLeonOR
Sinopsis
En el fastuoso Berlín del Tercer Reich, Sophie Larisson, una espléndida actriz que trabaja para los estudios de la UFA, desaparece misteriosamente de las carteleras. Casi un siglo después, la detective Daniela Ackerman se tropieza con ella cuando intenta resolver su nuevo caso: encontrar un libro encuadernado en piel humana que le regalaron a Hitler en su cumpleaños. Moscú, Berlín, Roma o Brighton esconden algunas piezas de tan extraña misión, pero solo una película pornográfica puede explicarlo todo: La emperatriz de jade.
A caballo entre el género histórico y la novela negra, La emperatriz de jade nos sumerge en los secretos más recónditos del alma humana, cuando el amor se confunde con la obsesión.
«Un thriller que juega muy bien con la historia, de una manera ingeniosa». Le Monde.
«Brillante».. Le Figaro.
Pensaba yo que ya os había traído la última entrevista de la temporada y aquí me tenéis de nuevo. Hoy quiero presentaros a Gregorio León, el autor de la novela La emperatriz de jade. Un libro que me ha gustado muchísimo y del que os hablaré en breve a través de la correspondiente reseña.
Nos citamos en el café cultural La Mercería, sito en la calle Regina, nº 10 en Sevilla, un lugar agradable en el que se puede hablar con tranquilidad de literatura. No en vano tienes la opción de tomarte un café mientras lees algunos de los libros que guardan reposo en las estanterías que adornan las paredes del establecimiento.
Gregorio llegó y tras el saludo inicial me preguntó mi opinión sobre el libro, casi exigiéndome sinceridad absoluta, así, sin miedo. No me ando por las ramas pero en esta ocasión lo tenía bien fácil.
Marisa G.- Gregorio, antes que nada darte las gracias por darnos la oportunidad de hablar contigo. A tu pregunta, por supuesto que te voy a ser sincera. Tu nueva novela sencillamente me ha encantado.
Gregorio L.- Me alegra. Uno intenta hacer las cosas con la mayor dignidad posible para que el lector salga complacido y que al finalizar la lectura piense que ha invertido un tiempo en leer la novela pero que ha merecido la pena.
Gregorio León nació en Murcia un día muy caluroso de 1971. Se gana la vida desde hace más de veinte años como periodista de Onda Regional, la emisora autonómica de Murcia. También ha hecho televisión.
Tiene cuatro novelas publicadas: Murciélagos en un burdel (Premio Ciudad de Badajoz), El pensamiento de los ahorcados (Premio Diputación de Córdoba), Balada de perros muertos (Premio Valencia de Novela) y El último secreto de Frida K (Premio Emilio Alarcos Llorach). Igualmente ha recibido el Premio Alfonso Grosso de relatos, o el Miguel de Unamuno, entre otros. Su obra ha sido traducida al francés.
Confiesa que cuando inicia la escritura de una nueva novela siempre persigue un objetivo: escribir una historia fácil de leer, pero difícil de olvidar. Billy Wilder no podía estar equivocado: el primer mandamiento es "No aburrirás". Por eso es mejor no alargar más de la cuenta el texto de una solapa. A esta solo le falta un detalle:
Twitter: @GregorioLeonOR
Sinopsis
En el fastuoso Berlín del Tercer Reich, Sophie Larisson, una espléndida actriz que trabaja para los estudios de la UFA, desaparece misteriosamente de las carteleras. Casi un siglo después, la detective Daniela Ackerman se tropieza con ella cuando intenta resolver su nuevo caso: encontrar un libro encuadernado en piel humana que le regalaron a Hitler en su cumpleaños. Moscú, Berlín, Roma o Brighton esconden algunas piezas de tan extraña misión, pero solo una película pornográfica puede explicarlo todo: La emperatriz de jade.
A caballo entre el género histórico y la novela negra, La emperatriz de jade nos sumerge en los secretos más recónditos del alma humana, cuando el amor se confunde con la obsesión.
«Un thriller que juega muy bien con la historia, de una manera ingeniosa». Le Monde.
«Brillante».. Le Figaro.
Nos citamos en el café cultural La Mercería, sito en la calle Regina, nº 10 en Sevilla, un lugar agradable en el que se puede hablar con tranquilidad de literatura. No en vano tienes la opción de tomarte un café mientras lees algunos de los libros que guardan reposo en las estanterías que adornan las paredes del establecimiento.
Gregorio llegó y tras el saludo inicial me preguntó mi opinión sobre el libro, casi exigiéndome sinceridad absoluta, así, sin miedo. No me ando por las ramas pero en esta ocasión lo tenía bien fácil.
Marisa G.- Gregorio, antes que nada darte las gracias por darnos la oportunidad de hablar contigo. A tu pregunta, por supuesto que te voy a ser sincera. Tu nueva novela sencillamente me ha encantado.
Gregorio L.- Me alegra. Uno intenta hacer las cosas con la mayor dignidad posible para que el lector salga complacido y que al finalizar la lectura piense que ha invertido un tiempo en leer la novela pero que ha merecido la pena.
M.G.- Si no estoy equivocada, La emperatriz de jade es tu quinta novela. Las anteriores han cosechado muchos premios (Murciélago en un burdel, -Premio Ciudad de Badajoz-, El pensamiento de los ahorcados, -Premio Diputación de Córdoba-, Balada de perros muertos, -Premio Valencia de Novela-, El último secreto de Frida K, -Premio Emilio Alarcos Llorach-). ¿Esta última novela también la presentaste a algún premio antes de ser publicada por Algaida?
G.L.- No, no ha pasado por ningún premio. Cuando presentas una novela a concurso tienes que esperar durante algún tiempo antes de publicarla, pero yo tenía la novela acabada y la quería publicar ya. Llevaba mucho tiempo sin publicar y no quería someterme a un jurado. Muchas veces los premios son aciertos y otras veces no tanto. Tenía la necesidad de volver a tener contacto con los lectores y no espaciar demasiado el tiempo que pasaba entre una novela y otra. Además esta es mi novela más comercial y me parecía que no era una novela para concurso. Deliberadamente yo quería hacer una novela comercial y una novela que ganara muchos lectores. Creo que era mejor coger el camino del atajo y publicarla directamente. Por mi experiencia, creo que las novelas muy comerciales no suelen tener mucha suerte en los concursos.
M.G.- De profesión periodista, actualmente trabajas para Onda Regional de Murcia. He observado que sois muchos los periodistas que se adentran en el mundo de la literatura. ¿El periodismo es un camino para llegar a la literatura o una excusa?
G.L.- Creo que el periodismo lo que proporciona es una herramienta de tal manera que, cuando escribes un artículo o haces una entrevista para la radio, tienes que estar muy pegado a la realidad, mientras que en la literatura tienes que alejarte lo máximo que puedas. Pero el vínculo entre los dos oficios, el periodismo y la literatura, y subrayo lo de oficio, es el lenguaje y por eso creo que tiene mucho que ver el periodismo con la literatura. Siendo dos géneros diferentes hay un punto de conexión que es el lenguaje.
M.G.- Centrándonos en La emperatriz de jade, si no estoy equivocada creo que tenías en mente otro título para tu novela, ¿no es así?
G.L.- Sí. El editor y yo manejamos otros títulos como «La piel marcada» porque precisamente se ajustaba a la historia que cuento, un libro encuadernado en piel humana y una piel marcada en uno de los personajes que explica la historia al final. Pero sin embargo, después me gustó mucho la propuesta del editor y decidimos titularla «La emperatriz de jade», haciendo así referencia a la última película erótica que filmó Erika Stapleton o Sophie Larisson (uno de los personajes) en Berlín. De este modo también se hace homenaje al cine y quería hacerlo a través de un título muy cinematográfico como este.
M.G.- En tu novela me encuentro con un argumento que engancha desde el principio. En los párrafos iniciales, nos topamos con un hombre al que vemos colocarse un hábito de monje pero que al mismo tiempo le da una patada furiosa a una Biblia. Esto es lo que yo llamo un buen inicio. ¿Cómo se consigue empezar una novela con tan buen pie?
G.L.- Pues es muy fácil de conseguir. Tienes que ponerte en la piel de lector. Tú quieres encontrar una historia que te atrape desde el principio. El lector no concede segundas oportunidades y no puedes defraudarlo en un primer capítulo. Posteriormente la tensión se tiene que ir manteniendo pero el primer o segundo capítulo son fundamentales. Cuando escribo siempre estoy pensando en el lector y me pregunto qué le gustaría encontrar. Uno puede meter la pata de forma muy grave en un primer capítulo y es lo que intento evitar.
M.G.- ¿Pero ese inicio lo tienes pensado de ante mano o surge así?
G.L.- Esta novela tiene dos imágenes. Una, la de una señora mayor en un hotel de Berlín que estaba llorando. Imaginé que esa señora había vivido una historia de amor en ese hotel hace setenta años. La otra imagen es la de un nazi escondido en un convento que me viene después de leer un ensayo del periodista José María Irujo de El País. Estas imágenes fueron el motor de la historia. De este modo consigo a los protagonistas principales del romance que cuento en el libro. Lo que cuento, más allá de la Segunda Guerra Mundial, es una historia de amor.
Yo siempre tengo mente y pensamiento de lector porque por encima de escritor soy lector. Cuando estás escribiendo quieres seducir a los lectores.
M.G.- Como bien dices, en tu novela encontramos la Segunda Guerra Mundial como trasfondo, porque principalmente versa sobre el amor. Sin embargo, también nos hablas de esos alemanes que tras la guerra salieron de su país y fijaron su residencia en Argentina o en España. Tenía entendido que muchos de ellos se afincaron en la costa andaluza y levantina pero veo que colocas al nazi Otto Kramer en Santillana del Mar, un pueblecito de la costa cantábrica. ¿Realmente también se pueden encontrar ex nazis por esa zona?
G.L.- Había varias rutas de fuga. Algunas por Andalucía y otras, sobre las que más me he documentado, en Vigo. De allí salieron varios barcos en dirección a América con nazis que huían de los aliados. Haciendo memoria, creo que parte huyó desde Huelva pero la inmensa mayoría lo hizo a través de Vigo,... En la costa levantina lo que hicieron fue quedarse a vivir allí pero el que algunos nazis se escondieran en Santillana del Mar es un hecho documentado.
M.G.- En tu novela hay un constante cambio de escenario. Desde Madrid viajamos a México, Berlín, Moscú, Londres, Brighton, pasando por Alicante, Murcia, Vigo,... ¿cómo controlas tanto cambio de espacio? Describes muchas ciudades y da la impresión de que las conoces de primera mano.
G.L.- Esto puede volver un poco loco al lector pero lo que quiero con la literatura es proponer un viaje. Me hubiera resultado mucho más sencillo hablar de Alicante o de Murcia pero incluso para mí es un desafío y un reto el hecho de que la historia transcurra en Londres o en Brighton, o en Berlín o Moscú. Es como ofrecerle un paisaje distinto al lector en cada capítulo y quieres que el lector te acompañe en esa aventura, que es leer.
M.G.- Pero por las descripciones que das, imagino que conoces todas esas ciudades. Bueno, Alicante y Murcia se entiende que las conozcas porque además tú eres murciano pero el resto...
G.L.- Sí las conozco sí. Por mi trabajo he estado tres veces en Moscú y me conozco bien la ciudad. He estado en Londres, en Berlín,... Brighton es la única que no conozco pero afortunadamente hay vídeos con lo cual la he podido recrear. Es muy importante trabajar las localizaciones y aunque no es esencial, ayuda muchísimo. Le da mucho más realismo a lo que cuentas. Creo que es un trabajo casi obligatorio para el escritor.
M.G.- De todo el entramado que presentas en tu libro, me gustaría saber qué parte es ficción y qué parte tiene base histórica. En mi caso desconocía la existencia de la organización Nakam [*] y su fundador Abba Kovner, o los libros encuadernados en piel... Todo esto es realidad pura y dura pero ¿hasta dónde llega la realidad y dónde comienza la ficción?
[Nakam (Dam Yehudi Nakma, "la sangre judía será vengada") fue una organización extremista judía, fundada por Abba Kovner en 1945, cuyo objetivo primordial era vengarse del Holocausto. Fuente: Wikipedia]
G.L.- La organización Nakam sí tenían realmente el propósito de eliminar a todos los nazis. Haciendo memoria recuerdo que se infiltraron en una panadería para envenenar panes y hacer una escabechina completa. Querían asesinar a cinco o seis mil alemanes de un tirón y para ello pensaron en envenenar un lago que era el que le proporcionaba agua potable a una población, creo que a Düsseldorf. Al final no pudieron llevarlo a cabo porque los cazaron y el plan se frustró. Pero efectivamente Abba Kovner lideró durante muchos años aquella organización. Aprendí muchas cosas mientras me documentaba.
M.G.- Y hablando precisamente de la documentación, ¿cómo ha sido ese proceso?
G.L.- He leído muchísimos libros. Incluso más de la cuenta. Al final tienes que decir stop porque la documentación te puede aguar la trama. Documentación sobre la Segunda Guerra Mundial hay muchísima pero te puedes pasar diez años leyendo y yo tampoco pretendía hacer un ensayo sobre ese episodio de la historia sino escribir una novela ambientada en la Segunda Guerra Mundial, que es algo completamente diferente. Y ya te digo, he aprendido mucho y al final te queda un pozo de conocimiento.
M.G.- Que transmites a los lectores.
G.L.- Claro. Yo creo mucho en la teoría de los vasos comunicantes. Hay libros que te llevan a otros o bien por contagio tú me recomiendas un libro o yo a ti. Por ejemplo, La emperatriz de jade te puede llevar al ensayo de José María Irujo que se titula «La lista negra» sobre nazis escondidos en España. Así la función de una novela como esta es también proponer otras lecturas que tengan que ver con el tema.
M.G.- Y hablando de los personajes, tenemos a Daniela Ackerman a la que ya nos presentaste en tu anterior novela El último secreto de Frida K...
G.L. A ver, como mujer, ¿qué te ha parecido este personaje? Porque es muy complicado ponerse en vuestra piel. Sé sincera.
M.G.- Mira Daniela es una detective muy glamurosa. Conduce un buen coche, acostumbra a inyectarse ácido hialurónico, usa cosméticos de alta gama como el famoso serum Idealist de Estée Lauder,... A simple vista puede resultar un personaje frívolo y superficial pero a lo largo de las páginas vemos que Daniela tiene su corazoncito, que no ha tenido mucha suerte en el amor y eso la humaniza mucho.
G.L.- Sí, sí... Lo hago así para hacerla más humana porque de otro modo sería casi casi una chica de portada y no es así. Lo que esconde esa máscara es una persona profundamente desdichada porque hay un capítulo en la novela en el que viene a decir lo duro que es vivir sin una caricia. Ella, por mucho ácido que se inyecte y por más cremas cosméticas de las más caras que gaste, es una persona infeliz. He pretendido también que, en la medida de lo posible, no se notara que la novela estuviera escrita por un hombre e intentar acercarme así a vuestro modo de pensar que es tan complicado, tan complejo y al mismo tiempo tan estimulante. Para mí ha supuesto un reto. No solamente dibujar una mujer como es por fuera sino también como es por dentro y qué inquietudes, qué sentimientos tiene y por qué sufre y por qué padece. Como contrapeso busqué que fuera una persona infeliz, a pesar de esa imagen frívola que transmite. Daniela es una persona que está sola.
M.G.- Y además tiene un hermano drogadicto que le pesa muchísimo.
G.L.- Efectivamente. Mira ese es un personaje real. Yo tuve una relación con una chica que tenía un hermano drogadicto. Lo que le ocurre al personaje de la novela es lo mismo que le ocurrió al hermano de aquella chica. Lo muestro como una víctima más que otra cosa. Es un personaje bastante humano.
M.G. ¿Y piensas seguir escribiendo sobre Daniela? ¿Estamos ante una saga?
G.L.- Sí porque si creas un detective y no le das continuidad es como llegar a un restaurante y a mitad del primer plato levantarse. Quiero verla crecer, evolucionar y por lo tanto tendrá continuidad. Me gustaría buscarle novio y de hecho más que el siguiente caso que resuelva me gustaría verla crecer como persona.
M.G.- También nos das a conocer a un fotógrafo alemán que trabajó para el partido nazi, Jürgen Honecker. Es uno de esos alemanes que deciden fijar su lugar de residencia en España tras la guerra. A través de sus palabras se intuye que siente arrepentimiento por su vinculación con el partido y por la barbarie que cometió su propio pueblo. ¿Entre todos esos alemanes que aún viven existe también ese arrepentimiento que siente este personaje?
G.L.- Sí, sí, lo que pasa es que siempre buscan como coartada el hecho de que ellos pertenecían a una especie de magma, de un bloque y no podían separarse de él. Ellos consideraban que tenían que cumplir con una obligación, defender el Tercer Reich y estar de acuerdo con la doctrina que marcaba el nacionalsocialismo. Pero claro que se han arrepentido. Hay arrepentimiento incluso por parte de la propia mecanógrafa de Hitler y por parte de gente que ha estado muy próxima a los personajes más fuertes del Tercer Reich. Saben que aquello se hizo mal y que aquello no puede repetirse. En Alemania hay una conciencia muy clara de que aquello fue de los errores más graves que ha cometido la humanidad por eso casi prefieren no hablar de ello. Es un asunto del que hablan poco, sobre todo en Berlín.
A través de Jürgen Honecker también he querido hacer un homenaje a la figura del fotógrafo tan necesaria en el mundo del periodismo que nos da de comer. El texto solo, si no va acompañado de una fotografía pues se queda en poca cosa, no tiene chicha. Entonces quería rendir homenaje a los fotógrafos.
M.G.- Y Víctor Bronski es otro de los personajes. Es un bibliófilo ruso que da pie al inicio de esta historia. Él es un amante de los libros y tiene especial interés en localizar un libro encuadernado en piel humana. En un momento dado, Bronski habla de la batalla actual entre el libro en formato papel y el electrónico. Él piensa que el papel ganará siempre la partida. ¿Qué opinión tienes tú?
G.L.- Yo, como en tantas cosas de la vida, creo en la convivencia. Es decir, tenemos que otorgarle el derecho al lector de elegir el libro electrónico o el libro en papel. Lo que no quiero es que nadie me imponga el libro electrónico porque sí. Yo quiero seguir teniendo derecho a comprar libros y a consumir libros en papel, a leer tumbado en el sofá y a dejar manchas de chocolate en el papel si he tomado Nocilla antes. Eso es lo que yo le pido al editor y lo que le pido a la industria, que no me obligue a leer en formato electrónico. De igual modo, tampoco quiero que se obligue al lector a leer solamente en papel. Aunque soy un firme defensor del libro en el formato en el que lo conocemos desde hace cinco siglos también abro la posibilidad del libro electrónico pero sin que me lo impongan. Yo no he comprado nunca un libro electrónico y pasarán muchos años antes de que compre el primero pero no se puede imponer algo por obligación. De hecho, aunque desaparezcan los libros en papel, siempre habrá librerías de segunda mano en los que se puedan comprar.
De todas maneras creo que un libro es uno de los objetos más bonitos que se puede tener. Yo no me imaginaría una obra escrita por mí y publicada solamente en formato digital. No me lo imagino y además me restaría estímulo a la hora de escribirla. Lo que ocurre es que los que tienen ahora 15 o 20 años no le tienen tanto apego al papel. Ellos se han criado en la cultura digital y por lo tanto tenderán al formato electrónico mucho más que al papel y además el tema de los precios también cuenta.
M.G.- En el capítulo final titulado El origen nos cuentas una situación de la que ya has hablado antes. Estabas en la cafetería del hotel Adlon en Berlín mientras esperabas a Philip Kerr para hacerle una entrevista y ves a una señora mayor llorando y acompañada de una joven. ¿Por qué pensaste en aquel momento que aquella señora lloraba por un antiguo amor?
G.L.- El hotel Adlon es uno de los símbolos de la Alemania del Tercer Reich y me dio por pensar que aquella mujer evocaba algunos momentos del pasado en los que ella había allí cenado con su antiguo amor y que lamentablemente derivó en un romance frustrado. Si todo hubiera ido de maravilla entre ellos no hubiera habido novela. Pero en la relación de una pareja con problemas, con dificultades, discusiones y reconciliaciones ahí sí tienes una historia de amor.
M.G.- Esta situación que describes fue en el año 2008, ¿no?
G.L.- Sí. Ahí empecé a documentarme hasta el año 2010 que empecé a escribir la novela, la terminé en el 2012 y la publiqué este año. Dos años de documentación y de leer mucho sobre los nazis y dos años para escribirla.
M.G.- Gregorio, bajo mi punto de vista, creo que tienes un estilo muy maduro y trabajado. Yo no he leído tus anteriores novelas por lo tanto desconozco si se ha producido una evolución en tu prosa. En tu opinión, ¿cómo definirías tu forma de narrar?
G.L.- Yo soy muy periodístico por eso, siendo muy amante de la novela negra, prefiero a Raymond Chandler que a Patricia Highsmith. Me gusta que aparte de montar una buena trama, un buen andamiaje, me lo cuenten bien. Sin desatender el estilo hay que vestir a los personajes y vestir la trama. Y sin caer en la prosa poética. No puedes olvidar que tienes que contar una historia de manera que sea bella, eficaz pero bella, usando una prosa que en algunos momentos te evoque sin hacerla poética o lírica porque entonces es cuando te puedes cargar la historia. Pero, sin duda, hay que cuidar el estilo. Y cuidarlo a veces implica depurarlo, quitar adjetivos que pueden quedar muy bonitos pero que realmente no transmiten ninguna información y no añaden nada.
M.G.- Como te he comentado al principio La emperatriz de jade es una novela que me ha gustado muchísimo, que me ha sorprendido gratamente. Creo que es muy recomendable porque además he notado que no hay fisuras, ni flecos sueltos ni contradicciones y te confieso que he sido muy mala y que he intentado encontrar algún fallo, pero nada. Esto no debe ser fácil ¿no?, especialmente en una novela de más de 500 páginas. A mayor volumen, mayor posibilidad de error. ¿Cuántas veces has tenido que revisar el texto?
G.L. Es un libro muy trabajado. Tengo un amigo que me ha echado un cable para que no quedara ninguna pieza suelta. Si al montarla queda algo suelto te cargas el trabajo porque el lector, que es inteligente, te pilla. Se nota mucho cuando el autor resuelve la novela con prisas porque siente pereza. A lo mejor cuando lleva escritas 500 páginas se cansa de escribir y mete la pata. Hay que tener un sentido muy elevado de lo que estás haciendo, tanto al principio como al final y en el medio igual. No se puede defraudar a las personas que te van a leer.
M.G.- A mí desde luego no me has defraudado. Yo he disfrutado mucho con tu novela y me gustaría saber con qué nos vas a sorprender la próxima vez.
G.L.- Estoy ahora con una novela ambientada en la Italia fascista pero como fondo para desarrollar la historia en la que dos amigos se pelean por una mujer.
M.G.- El amor siempre está presente.
G.L.- Siempre. Será un triángulo en la Sicilia del año 43. Así que usaré el marco histórico pero para contar otra cosa. Una relación de amor, una traición,... Me interesan mucho las historias de sentimientos porque creo que es lo más importante. En la vida lo que más nos importa es el amor...
M.G.- Tú eres un romántico, ¿eh?
G.L.- Sí, y sin embargo proyecto una imagen de frívolo pero no, no, soy muy romántico. Los sentimientos es lo que hace que nos movamos, actuar, cometer locuras, equivocarnos,..
M.G.- Entonces en la próxima novela vas a dejar descansar a Daniela.
G.L.- Si, yo creo que sí. Hay que buscarle novio y eso no es tan fácil, que está todo muy mal, muy mal.
M.G.- Sí que es verdad. La cosa está muy chunga. Bueno, pues yo te felicito por esta nueva novela, que te reitero que me ha gustado mucho y espero que tengas mucho éxito tanto con esta como con las futuras que vengan. Gracias por atendernos.
G.L.- Me alegro y gracias a vosotros.
Y hasta aquí la entrevista concedida por Gregorio León. Espero que os haya gustado y os parezca interesante lo que cuenta sobre La emperatriz de jade, una novela altamente recomendable.
Saludos,
M.G.- De profesión periodista, actualmente trabajas para Onda Regional de Murcia. He observado que sois muchos los periodistas que se adentran en el mundo de la literatura. ¿El periodismo es un camino para llegar a la literatura o una excusa?
G.L.- Creo que el periodismo lo que proporciona es una herramienta de tal manera que, cuando escribes un artículo o haces una entrevista para la radio, tienes que estar muy pegado a la realidad, mientras que en la literatura tienes que alejarte lo máximo que puedas. Pero el vínculo entre los dos oficios, el periodismo y la literatura, y subrayo lo de oficio, es el lenguaje y por eso creo que tiene mucho que ver el periodismo con la literatura. Siendo dos géneros diferentes hay un punto de conexión que es el lenguaje.
M.G.- Centrándonos en La emperatriz de jade, si no estoy equivocada creo que tenías en mente otro título para tu novela, ¿no es así?
G.L.- Sí. El editor y yo manejamos otros títulos como «La piel marcada» porque precisamente se ajustaba a la historia que cuento, un libro encuadernado en piel humana y una piel marcada en uno de los personajes que explica la historia al final. Pero sin embargo, después me gustó mucho la propuesta del editor y decidimos titularla «La emperatriz de jade», haciendo así referencia a la última película erótica que filmó Erika Stapleton o Sophie Larisson (uno de los personajes) en Berlín. De este modo también se hace homenaje al cine y quería hacerlo a través de un título muy cinematográfico como este.
M.G.- En tu novela me encuentro con un argumento que engancha desde el principio. En los párrafos iniciales, nos topamos con un hombre al que vemos colocarse un hábito de monje pero que al mismo tiempo le da una patada furiosa a una Biblia. Esto es lo que yo llamo un buen inicio. ¿Cómo se consigue empezar una novela con tan buen pie?
G.L.- Pues es muy fácil de conseguir. Tienes que ponerte en la piel de lector. Tú quieres encontrar una historia que te atrape desde el principio. El lector no concede segundas oportunidades y no puedes defraudarlo en un primer capítulo. Posteriormente la tensión se tiene que ir manteniendo pero el primer o segundo capítulo son fundamentales. Cuando escribo siempre estoy pensando en el lector y me pregunto qué le gustaría encontrar. Uno puede meter la pata de forma muy grave en un primer capítulo y es lo que intento evitar.
M.G.- ¿Pero ese inicio lo tienes pensado de ante mano o surge así?
G.L.- Esta novela tiene dos imágenes. Una, la de una señora mayor en un hotel de Berlín que estaba llorando. Imaginé que esa señora había vivido una historia de amor en ese hotel hace setenta años. La otra imagen es la de un nazi escondido en un convento que me viene después de leer un ensayo del periodista José María Irujo de El País. Estas imágenes fueron el motor de la historia. De este modo consigo a los protagonistas principales del romance que cuento en el libro. Lo que cuento, más allá de la Segunda Guerra Mundial, es una historia de amor.
Yo siempre tengo mente y pensamiento de lector porque por encima de escritor soy lector. Cuando estás escribiendo quieres seducir a los lectores.
M.G.- Como bien dices, en tu novela encontramos la Segunda Guerra Mundial como trasfondo, porque principalmente versa sobre el amor. Sin embargo, también nos hablas de esos alemanes que tras la guerra salieron de su país y fijaron su residencia en Argentina o en España. Tenía entendido que muchos de ellos se afincaron en la costa andaluza y levantina pero veo que colocas al nazi Otto Kramer en Santillana del Mar, un pueblecito de la costa cantábrica. ¿Realmente también se pueden encontrar ex nazis por esa zona?
G.L.- Había varias rutas de fuga. Algunas por Andalucía y otras, sobre las que más me he documentado, en Vigo. De allí salieron varios barcos en dirección a América con nazis que huían de los aliados. Haciendo memoria, creo que parte huyó desde Huelva pero la inmensa mayoría lo hizo a través de Vigo,... En la costa levantina lo que hicieron fue quedarse a vivir allí pero el que algunos nazis se escondieran en Santillana del Mar es un hecho documentado.
M.G.- En tu novela hay un constante cambio de escenario. Desde Madrid viajamos a México, Berlín, Moscú, Londres, Brighton, pasando por Alicante, Murcia, Vigo,... ¿cómo controlas tanto cambio de espacio? Describes muchas ciudades y da la impresión de que las conoces de primera mano.
G.L.- Esto puede volver un poco loco al lector pero lo que quiero con la literatura es proponer un viaje. Me hubiera resultado mucho más sencillo hablar de Alicante o de Murcia pero incluso para mí es un desafío y un reto el hecho de que la historia transcurra en Londres o en Brighton, o en Berlín o Moscú. Es como ofrecerle un paisaje distinto al lector en cada capítulo y quieres que el lector te acompañe en esa aventura, que es leer.
M.G.- Pero por las descripciones que das, imagino que conoces todas esas ciudades. Bueno, Alicante y Murcia se entiende que las conozcas porque además tú eres murciano pero el resto...
G.L.- Sí las conozco sí. Por mi trabajo he estado tres veces en Moscú y me conozco bien la ciudad. He estado en Londres, en Berlín,... Brighton es la única que no conozco pero afortunadamente hay vídeos con lo cual la he podido recrear. Es muy importante trabajar las localizaciones y aunque no es esencial, ayuda muchísimo. Le da mucho más realismo a lo que cuentas. Creo que es un trabajo casi obligatorio para el escritor.
M.G.- De todo el entramado que presentas en tu libro, me gustaría saber qué parte es ficción y qué parte tiene base histórica. En mi caso desconocía la existencia de la organización Nakam [*] y su fundador Abba Kovner, o los libros encuadernados en piel... Todo esto es realidad pura y dura pero ¿hasta dónde llega la realidad y dónde comienza la ficción?
[Nakam (Dam Yehudi Nakma, "la sangre judía será vengada") fue una organización extremista judía, fundada por Abba Kovner en 1945, cuyo objetivo primordial era vengarse del Holocausto. Fuente: Wikipedia]
M.G.- Y hablando precisamente de la documentación, ¿cómo ha sido ese proceso?
G.L.- He leído muchísimos libros. Incluso más de la cuenta. Al final tienes que decir stop porque la documentación te puede aguar la trama. Documentación sobre la Segunda Guerra Mundial hay muchísima pero te puedes pasar diez años leyendo y yo tampoco pretendía hacer un ensayo sobre ese episodio de la historia sino escribir una novela ambientada en la Segunda Guerra Mundial, que es algo completamente diferente. Y ya te digo, he aprendido mucho y al final te queda un pozo de conocimiento.
M.G.- Que transmites a los lectores.
G.L.- Claro. Yo creo mucho en la teoría de los vasos comunicantes. Hay libros que te llevan a otros o bien por contagio tú me recomiendas un libro o yo a ti. Por ejemplo, La emperatriz de jade te puede llevar al ensayo de José María Irujo que se titula «La lista negra» sobre nazis escondidos en España. Así la función de una novela como esta es también proponer otras lecturas que tengan que ver con el tema.
M.G.- Y hablando de los personajes, tenemos a Daniela Ackerman a la que ya nos presentaste en tu anterior novela El último secreto de Frida K...
G.L. A ver, como mujer, ¿qué te ha parecido este personaje? Porque es muy complicado ponerse en vuestra piel. Sé sincera.
M.G.- Mira Daniela es una detective muy glamurosa. Conduce un buen coche, acostumbra a inyectarse ácido hialurónico, usa cosméticos de alta gama como el famoso serum Idealist de Estée Lauder,... A simple vista puede resultar un personaje frívolo y superficial pero a lo largo de las páginas vemos que Daniela tiene su corazoncito, que no ha tenido mucha suerte en el amor y eso la humaniza mucho.
G.L.- Sí, sí... Lo hago así para hacerla más humana porque de otro modo sería casi casi una chica de portada y no es así. Lo que esconde esa máscara es una persona profundamente desdichada porque hay un capítulo en la novela en el que viene a decir lo duro que es vivir sin una caricia. Ella, por mucho ácido que se inyecte y por más cremas cosméticas de las más caras que gaste, es una persona infeliz. He pretendido también que, en la medida de lo posible, no se notara que la novela estuviera escrita por un hombre e intentar acercarme así a vuestro modo de pensar que es tan complicado, tan complejo y al mismo tiempo tan estimulante. Para mí ha supuesto un reto. No solamente dibujar una mujer como es por fuera sino también como es por dentro y qué inquietudes, qué sentimientos tiene y por qué sufre y por qué padece. Como contrapeso busqué que fuera una persona infeliz, a pesar de esa imagen frívola que transmite. Daniela es una persona que está sola.
M.G.- Y además tiene un hermano drogadicto que le pesa muchísimo.
G.L.- Efectivamente. Mira ese es un personaje real. Yo tuve una relación con una chica que tenía un hermano drogadicto. Lo que le ocurre al personaje de la novela es lo mismo que le ocurrió al hermano de aquella chica. Lo muestro como una víctima más que otra cosa. Es un personaje bastante humano.
M.G. ¿Y piensas seguir escribiendo sobre Daniela? ¿Estamos ante una saga?
G.L.- Sí porque si creas un detective y no le das continuidad es como llegar a un restaurante y a mitad del primer plato levantarse. Quiero verla crecer, evolucionar y por lo tanto tendrá continuidad. Me gustaría buscarle novio y de hecho más que el siguiente caso que resuelva me gustaría verla crecer como persona.
M.G.- También nos das a conocer a un fotógrafo alemán que trabajó para el partido nazi, Jürgen Honecker. Es uno de esos alemanes que deciden fijar su lugar de residencia en España tras la guerra. A través de sus palabras se intuye que siente arrepentimiento por su vinculación con el partido y por la barbarie que cometió su propio pueblo. ¿Entre todos esos alemanes que aún viven existe también ese arrepentimiento que siente este personaje?
G.L.- Sí, sí, lo que pasa es que siempre buscan como coartada el hecho de que ellos pertenecían a una especie de magma, de un bloque y no podían separarse de él. Ellos consideraban que tenían que cumplir con una obligación, defender el Tercer Reich y estar de acuerdo con la doctrina que marcaba el nacionalsocialismo. Pero claro que se han arrepentido. Hay arrepentimiento incluso por parte de la propia mecanógrafa de Hitler y por parte de gente que ha estado muy próxima a los personajes más fuertes del Tercer Reich. Saben que aquello se hizo mal y que aquello no puede repetirse. En Alemania hay una conciencia muy clara de que aquello fue de los errores más graves que ha cometido la humanidad por eso casi prefieren no hablar de ello. Es un asunto del que hablan poco, sobre todo en Berlín.
A través de Jürgen Honecker también he querido hacer un homenaje a la figura del fotógrafo tan necesaria en el mundo del periodismo que nos da de comer. El texto solo, si no va acompañado de una fotografía pues se queda en poca cosa, no tiene chicha. Entonces quería rendir homenaje a los fotógrafos.
M.G.- Y Víctor Bronski es otro de los personajes. Es un bibliófilo ruso que da pie al inicio de esta historia. Él es un amante de los libros y tiene especial interés en localizar un libro encuadernado en piel humana. En un momento dado, Bronski habla de la batalla actual entre el libro en formato papel y el electrónico. Él piensa que el papel ganará siempre la partida. ¿Qué opinión tienes tú?
G.L.- Yo, como en tantas cosas de la vida, creo en la convivencia. Es decir, tenemos que otorgarle el derecho al lector de elegir el libro electrónico o el libro en papel. Lo que no quiero es que nadie me imponga el libro electrónico porque sí. Yo quiero seguir teniendo derecho a comprar libros y a consumir libros en papel, a leer tumbado en el sofá y a dejar manchas de chocolate en el papel si he tomado Nocilla antes. Eso es lo que yo le pido al editor y lo que le pido a la industria, que no me obligue a leer en formato electrónico. De igual modo, tampoco quiero que se obligue al lector a leer solamente en papel. Aunque soy un firme defensor del libro en el formato en el que lo conocemos desde hace cinco siglos también abro la posibilidad del libro electrónico pero sin que me lo impongan. Yo no he comprado nunca un libro electrónico y pasarán muchos años antes de que compre el primero pero no se puede imponer algo por obligación. De hecho, aunque desaparezcan los libros en papel, siempre habrá librerías de segunda mano en los que se puedan comprar.
De todas maneras creo que un libro es uno de los objetos más bonitos que se puede tener. Yo no me imaginaría una obra escrita por mí y publicada solamente en formato digital. No me lo imagino y además me restaría estímulo a la hora de escribirla. Lo que ocurre es que los que tienen ahora 15 o 20 años no le tienen tanto apego al papel. Ellos se han criado en la cultura digital y por lo tanto tenderán al formato electrónico mucho más que al papel y además el tema de los precios también cuenta.
Hotel Adlon |
M.G.- En el capítulo final titulado El origen nos cuentas una situación de la que ya has hablado antes. Estabas en la cafetería del hotel Adlon en Berlín mientras esperabas a Philip Kerr para hacerle una entrevista y ves a una señora mayor llorando y acompañada de una joven. ¿Por qué pensaste en aquel momento que aquella señora lloraba por un antiguo amor?
G.L.- El hotel Adlon es uno de los símbolos de la Alemania del Tercer Reich y me dio por pensar que aquella mujer evocaba algunos momentos del pasado en los que ella había allí cenado con su antiguo amor y que lamentablemente derivó en un romance frustrado. Si todo hubiera ido de maravilla entre ellos no hubiera habido novela. Pero en la relación de una pareja con problemas, con dificultades, discusiones y reconciliaciones ahí sí tienes una historia de amor.
M.G.- Esta situación que describes fue en el año 2008, ¿no?
G.L.- Sí. Ahí empecé a documentarme hasta el año 2010 que empecé a escribir la novela, la terminé en el 2012 y la publiqué este año. Dos años de documentación y de leer mucho sobre los nazis y dos años para escribirla.
M.G.- Gregorio, bajo mi punto de vista, creo que tienes un estilo muy maduro y trabajado. Yo no he leído tus anteriores novelas por lo tanto desconozco si se ha producido una evolución en tu prosa. En tu opinión, ¿cómo definirías tu forma de narrar?
G.L.- Yo soy muy periodístico por eso, siendo muy amante de la novela negra, prefiero a Raymond Chandler que a Patricia Highsmith. Me gusta que aparte de montar una buena trama, un buen andamiaje, me lo cuenten bien. Sin desatender el estilo hay que vestir a los personajes y vestir la trama. Y sin caer en la prosa poética. No puedes olvidar que tienes que contar una historia de manera que sea bella, eficaz pero bella, usando una prosa que en algunos momentos te evoque sin hacerla poética o lírica porque entonces es cuando te puedes cargar la historia. Pero, sin duda, hay que cuidar el estilo. Y cuidarlo a veces implica depurarlo, quitar adjetivos que pueden quedar muy bonitos pero que realmente no transmiten ninguna información y no añaden nada.
M.G.- Como te he comentado al principio La emperatriz de jade es una novela que me ha gustado muchísimo, que me ha sorprendido gratamente. Creo que es muy recomendable porque además he notado que no hay fisuras, ni flecos sueltos ni contradicciones y te confieso que he sido muy mala y que he intentado encontrar algún fallo, pero nada. Esto no debe ser fácil ¿no?, especialmente en una novela de más de 500 páginas. A mayor volumen, mayor posibilidad de error. ¿Cuántas veces has tenido que revisar el texto?
G.L. Es un libro muy trabajado. Tengo un amigo que me ha echado un cable para que no quedara ninguna pieza suelta. Si al montarla queda algo suelto te cargas el trabajo porque el lector, que es inteligente, te pilla. Se nota mucho cuando el autor resuelve la novela con prisas porque siente pereza. A lo mejor cuando lleva escritas 500 páginas se cansa de escribir y mete la pata. Hay que tener un sentido muy elevado de lo que estás haciendo, tanto al principio como al final y en el medio igual. No se puede defraudar a las personas que te van a leer.
M.G.- A mí desde luego no me has defraudado. Yo he disfrutado mucho con tu novela y me gustaría saber con qué nos vas a sorprender la próxima vez.
G.L.- Estoy ahora con una novela ambientada en la Italia fascista pero como fondo para desarrollar la historia en la que dos amigos se pelean por una mujer.
M.G.- El amor siempre está presente.
G.L.- Siempre. Será un triángulo en la Sicilia del año 43. Así que usaré el marco histórico pero para contar otra cosa. Una relación de amor, una traición,... Me interesan mucho las historias de sentimientos porque creo que es lo más importante. En la vida lo que más nos importa es el amor...
M.G.- Tú eres un romántico, ¿eh?
G.L.- Sí, y sin embargo proyecto una imagen de frívolo pero no, no, soy muy romántico. Los sentimientos es lo que hace que nos movamos, actuar, cometer locuras, equivocarnos,..
M.G.- Entonces en la próxima novela vas a dejar descansar a Daniela.
G.L.- Si, yo creo que sí. Hay que buscarle novio y eso no es tan fácil, que está todo muy mal, muy mal.
M.G.- Sí que es verdad. La cosa está muy chunga. Bueno, pues yo te felicito por esta nueva novela, que te reitero que me ha gustado mucho y espero que tengas mucho éxito tanto con esta como con las futuras que vengan. Gracias por atendernos.
G.L.- Me alegro y gracias a vosotros.
Y hasta aquí la entrevista concedida por Gregorio León. Espero que os haya gustado y os parezca interesante lo que cuenta sobre La emperatriz de jade, una novela altamente recomendable.
Saludos,
No conocía la novela, pero me la llevo apuntada. La entrevista me ha parecido muy interesante. Siempre es bueno saber más sobre los escritores de las novelas que leemos.
ResponderEliminarBesos!
Laura, leer un libro antes o después de hablar con su autor se algo que no tiene color. Me alegro que te haya gustado. Besos.
EliminarEnhorabuena por la entrevista. La novela la tengo pendiente.
ResponderEliminarPues ya me dirás. A mí particularmente me ha gustado mucho,la verdad. Besitos
EliminarUna entrevista muy completa y trabajada, las cuestiones que has planteado me han gustado mucho. Me he quedado con bastantes ganas de leer esta novela, tiene una pinta estupenda
ResponderEliminarbesos
Tatty he sido muy "perversa" al leer la novela. He intentado buscar esas fisuras que a veces encontramos en los libros y en este caso no he encontrado ninguna. El argumento me ha gustado, los personajes también e incluso el estilo del autor me parece muy limpio. Besos
EliminarMe ha gustado la entrevista y me ha sorprendido la franqueza del autor al hablar del tipo de novela que ofrece, la publicación, su opinión sobre libros en papel, etc. También el que te pida en todo momento tu sinceridad respecto a tus impresiones. Me has dejado con curiosidad por el libro, a ver que más nos dices en la reseña pero parece que no quedará otra, jeje.
ResponderEliminarPor cierto, se te ve guapísima Marisa y no es orgullo de madrina ;)
Besos
Madrina, Gregorio quería oír la verdad. Así me lo hizo saber nada más entrar por la puerta del café y la verdad le conté. Creo que es un libro que merece la pena leerlo. Pensé que se me haría largo y nada de nada. He disfrutado mucho con él.
EliminarCon respecto a como se me ve.... ¡¡qué vergüenzaaaaaaaaaaa!! No sé ni como me atrevo a poner fotos mías con lo poco fotogénica que soy al margen de que como mujer soy del montón pero por abajooooo jejeje. Besos.
Anda ya!!! del montón de la sonrisa puesta, cosa que no todas pueden decir. Los cánones de belleza los ponen los ojos que miran y hay cosas que se transmiten o no se transmiten. Guapísima he dicho :)
EliminarHola guapa!!!
ResponderEliminarUna gran entrevista, ha sido muy interesante :D Muy buen trabajo ^^
Un besote!!
Gracias Freyja, besines.
EliminarMuy buena si señor espero que la mía te guste por lo menos la mitad de lo que me ha gustado a mi la tuya. Felicidades
ResponderEliminarEstoy convencida que la tuya será magnífica.
EliminarUna entrevista muy currada, enhorabuena! Cuando me presentaron el libro creía que iría por otros derroteros y no quise leerlo, pero ya veo que merece mucho la pena. 1beso!
ResponderEliminarA mí me gustó muchísimo Tizire. Besos.
EliminarMerece mucho la pena leerlo, sí. :)
EliminarGenial, como siempre. A la novela ya le tenía echado el ojo...entre esa sinopsis y esa portada...llama la atención.
ResponderEliminarUn beso!
Pues si Lensicele y lo mejor es que la historia está muy bien tejida. Besos.
EliminarNo conocía la novela, pero tras leer la entrevista (me ha encantado), me la anoto, porque expone muchas razones por las que no podría perdérmela.
ResponderEliminarUn beso.
Yo me llevé una grata sorpresa con este libro. No pensé que fuera tan bueno. Besos.
EliminarQue no sea la última entrevista del año, te salen muy bien. La novela la he visto en novedades, me parece interesante.
ResponderEliminarUn beso.
Tiene una trama muy bien urdida Enzo. No le pude pillar ni un sólo fallo y eso que fui muy mala jejeje. Besos.
EliminarBuenísima entrevista. Me ha gustado conocer a este autor y sus comentarios sobre su última novela, que la tengo esperando en la estantería y me parece que va a esperar ya poquito.
ResponderEliminarBesotes!!!
Ya me dirás cuando la leas Margari. Besos.
EliminarUna entrevista muy interesante; algo había escuchado del libro, pero no sabía nada del autor y ha sido un gusto conocerlo. Gracias, te ha quedado genial.
ResponderEliminarBesos.
Gracias Aglaia. Besitos.
EliminarTengo la novela pendiente de lectura aunque tal y como se iba desarrollando la entrevista me enganchaste por completo a ella. Un buen trabajo y da gusto hablar con autores que te facilitan el trabajo. Y el marco en el que se celebró la entrevista, ideal. Felicidades, Marisa. Besos.
ResponderEliminarDisfruto mucho conociendo a los autores. Espero seguir teniendo más oportunidades como esta. Besos Paco.
EliminarQué buena entrevista, y qué guapa la entrevistadora. Me llevo la novela más que apuntada, que pinta de lujo. :-)
ResponderEliminarUn beso shakiano!!!
Gracias Shaka. A ver si te gusta tanto como a mí. Besitos.
EliminarLa entrevista me ha gustado mucho, les sacas mucha información a tus víctimas, jaja, lo que se ha perdido la CIA contigo. Sin embargo segunda guerra no es lo mío. Esta vez no me convence.
ResponderEliminarBesos
Jejeje lo que me he reído con tu comentario jejeje. Besitos Norah
EliminarMe fusta mucho lo que dice el autor y también como lo dice, un tipo listo y una entrevistadora hábil, te lo digo siempre, se te da bien esto. un beso Marisa :)
ResponderEliminarDisfruto mucho haciéndolo Yossi. Gracias. Besos.
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