FRASES CÉLEBRES DE NIÑOS de Pablo Motos.

¿Qué tal si comenzamos la semana con un poco de humor? 

Hace unos meses se publicó Nuevas frases célebres de niños de la editorial Aguilar, y por tal motivo se me ocurrió traeros esta entrada y mostraros así la genialidad de la que gozan los más pequeños. 

Para quien no lo sepa, estos libros recogen las frases más ocurrentes salidas de bocas infantiles, que padres y madres envían al programa de Cuatro llamado El Hormiguero, conducido por Pablo Motos y cuyos beneficios obtenidos por su venta van destinados a la Federación Española contra la Fibrosis Quística. 

Esos locos bajitos, como los llamaba Serrat, pueden sorprender al más «pintao» con sus ocurrencias y es que los niños son una verdadera fuente de sabiduría que hay que tener muy en cuenta y de la que los adultos deberíamos beber asiduamente.

Cuando mi sobrina Ana tenía apenas unos años, me pasaba horas escuchándola hablar. Tanto me divertían sus disertaciones que decidí grabar alguna de aquellas conversaciones para conservarlas de cara al futuro. Con los años, he vuelto a oír aquellas cintas (sí cintas, hablo del año 1994-1995) y siguen provocándome las mismas carcajadas. Recuerdo un día que, cuando contaba apenas 3 años, tras la siesta una tarde de verano, comencé a vestirla porque su madre iba a llegar de un momento a otro para recogerla. Mientras le colocaba la falda, me soltó muy segura de sí misma:

- Tita, tú termina de vestirme que yo ahora bajo sola y espero a mamá jugando en la calle.

- ¿Que te vas a ir tú sola a la calle? -le pregunté con sorna. 

Ni corta ni perezosa y con muchísimo desparpajo me respondió: ¡¡Pero si mamá me deja!!

No pude evitar reírme mientras ella me miraba incrédula. No era por la conversación en sí sino por la forma de expresarse, por esa seguridad abrumadora. No pretendía convencerme de nada, simplemente era  inocencia. 

Ocurrencias de este estilo son las que tanto me divierten de los pequeños y precisamente diversión a raudales es lo que he encontrado leyendo estos simpáticos libros en los que te encuentras de todo: la consideración y la sinceridad por encima de todas las cosas, la preocupación por el futuro, grandes ideas de marketing, la expansión de la economía asiática, la difícil tarea del deletreo, la lucha contra la naturaleza, el amor eterno, clases de anatomía, los problemas que conlleva el sexo, el milagro de la maternidad, los siniestros (diestros) y los absurdos (zurdos), el misterio de la vida,... Un amplio recorrido por diversos temas sin importar su gravedad o su grandeza. Ellos pueden con todo. 

Pero si nos paramos a pensar un poco, nos damos cuenta de que los niños utilizan su raciocinio de una manera no exenta de lógica por muy absurdas que nos puedan parecer sus reflexiones. Sus mentes son puras y limpias, se dejan llevar sin las ataduras a las que los adultos nos vemos sometidos ya sea por cuestiones sociales o morales. Precisamente ahí reside la brillantez de estos pensamientos infantiles. Luego, con los años perdemos más de lo que creemos al llegar a la edad adulta. Nos volvemos aburridos, predecibles, faltos de imaginación... En definitiva que es un rollazo ser mayor. ¡¡Viva la infancia!!

Así pues, recomiendo la lectura de estos libros porque pasareis un rato muy divertido y os permitirá ahondar en la psique de estos duendecillos que no dejan de sorprenderme y, como dije al principio, de los que se puede aprender mucho. Pero eso sí, si os animáis a leerlo, hacedlo despacio, no os saturéis porque una lectura pausada y lenta os hará disfrutar mucho más. 

¡¡Feliz lunes!!