Autor
Stephan Zweig (Viena, 1881 - Petrópolis, Brasil, 1942) fue un escritor enormemente popular, tanto en su faceta de ensayista y biógrafo como en la de novelista. Su capacidad narrativa, la pericia y la delicadeza en la descripción de los sentimientos y la elegancia de su estilo lo convierten en un narrador fascinante, capaz de seducirnos desde las primeras líneas. En Acantilado se ha publicado la mayor parte de su obra narrativa y ensayística.
Sinopsis
"Sólo quiero hablar contigo, decírtelo todo por primera vez. Tendrías que conocer toda mi vida, que siempre fue la tuya aunque nunca lo supiste. Pero sólo tú conocerás mi secreto, cuando esté muerta y ya no tengas que darme una respuesta; cuando esto que ahora me sacude con escalofríos sea de verdad el final. En el aso de que siguiera viviendo, rompería esta carta y continuaría en silencio, igual que siempre. Si sostienes esta carta en tus manos, sabrás que una muerta te está explicando aquí su vida, una vida que fue siempre la tuya desde la primera hasta la última hora".
Carta de una desconocida no es un obra baladí. Sus 66 páginas pueden hacerte pensar que es liviana y que en cuestión de una hora todo está zanjado. No te equivoques. Esta obra de Zweig requiere una calma propia, un sosiego continuo para deslizarte por sus líneas con parsimonia. Carta de una desconocida debe robarte un par de días sin lecturas intercaladas para disfrutar del regusto que dejan sus páginas. Hay que paladearla, dejar que se asiente, que eche raíces. Es necesario.
Como siempre, comencé a leer esta novela de Stefan Zweig con lápiz en la mano para extraer de entre sus líneas toda la esencia que sabía que contenía. Habían sido muchas las reseñas que había leído sobre este libro y muchas las recomendaciones. Era consciente de lo que me iba a encontrar. Pero el lápiz me estorbaba. Interrumpir la lectura a cada poco tiempo para anotar emociones y sensaciones era un freno al fluir de la buena literatura. Este libro no permite obstáculo, así que abandoné el lápiz a un lado y comencé de nuevo. Ya habría tiempo de volver a releerlo y hacer las anotaciones pertinentes.
Estamos ante 120 grms (pesados) de literatura convertidos en una tonelada de emotividad.
La sinopsis no deja muy claro qué historia contiene. Todo se inicia cuando el famoso novelista R (esa será la única pista que sabremos sobre su identidad) de 41 años recibe una carta sin remite ni firma. En el sobre, 25 folios cargados de sentimientos enviados por una mujer de la que desconocemos su nombre.
Tras la apertura del sobre y la lectura de las primeras líneas...
...novelista y lector pasan a formar parte del mismo círculo, el de los curiosos que necesitan saber quién se esconde detrás de esa caligrafía "femenina, nerviosa y desconocida".
Carta de una desconocida es toda una declaración de amor y aunque la literatura está llena de ellas, jamás leí una de tal calibre. La primera línea de la carta ya te somete a una profunda zozobra, te agarra el pecho, lo aprieta, te imaginas la escena. Duele. Porque en esta carta no sólo hay ternuras, afectos y amor sino también mucho dolor, quizás el más profundo que exista, el que provoca la muerte de un hijo que al mismo tiempo será el detonante de la explosión sentimental que padece el personaje femenino.
¿Cuánto puede amar una persona? ¿Durante cuánto tiempo? En Carta de una desconocida se nos enseña que el amor es una de las fuerzas más intensas que existen aunque pueda terminar por volverse dañino para uno mismo y es ahí precisamente donde quisiera incidir más tarde, en ese lado oscuro del que goza en ocasiones un sentimiento intenso.
La carta que recibe el novelista R es la constatación de un hecho que se remonta a la época en la que la remitente tenía 13 años cuando ambos se conocieron, o sería más factible decir cuando ella lo conoció a él. A partir de entonces, el novelista ha sido una constante en la vida de ella sin que él se percatara de ello, existiendo además dos encuentros íntimos. No quiero contar mucho más del argumento porque a Zweig hay que descubrirlo en un bis-a-bis a través de su desconocida mujer.
Dos son los personajes que encontramos en esta novela. Aparecen algunos más pero el epicentro de este terremoto emocional engloba sólo al novelista y a la remitente. A través de los ojos de ella vislumbraremos a un hombre feliz, joven, guapo, esbelto y elegante, al que dirige apelativos cariñosos -amor mío, querido,...-. Ella también se convierte en una mujer bella que atrae a los hombres aunque ninguno de ellos pueda suplir al novelista. Tanto él como ella me provocan un conflicto interior. ¿Con quién empatizo? ¿Qué personaje me gusta más?
El novelista es un hombre que si bien al principio vive ajeno a todo y no puede ser culpado de nada, posteriormente es responsable de sus actos. Sabemos desde el principio que es un conquistador, un noctámbulo rodeado de hermosas mujeres, al que no le gustan las complicaciones. Su figura no queda muy bien parada bajo el punto de vista de esta lectora pero aún así ni autor ni fémina lo juzgan. Sólo el lector queda en posición de catalogar su actitud y comportamiento.
Pero es ella la que más me escuece. El amor es una fuerza maravillosa que a veces arrasa a su paso. Desde adolescente idealiza al novelista hasta cotas insospechadas incluso antes de conocerlo, de saber cómo es. El amor que siente es fervoroso, obsesivo, excesivamente generoso, de única dirección, platónico,... En un principio la visión que ella tiene de él encajaría perfectamente en una figura paterna de la que ella carece al ser huérfana. Más tarde, en su transformación de niña a mujer, ese amor muta y se convierte en otro de cariz diferente, siendo entonces cuando aparecen los celos. Son muchos los detalles que conducen al lector a esta conclusión.
El final me ha sentado mal, la verdad. No os voy a desvelar qué ocurre pero me he sentido indignada por la actitud del novelista. Fue como despertar de un hermoso sueño y comprobar que la realidad es cruel. Dan ganas de gritar, de abofetearlo a él y de zarandearla a ella. «¿Por qué? ¿Por qué?», me he preguntado mil veces. «Toda una vida consagrada a un amor inmerecido». Pero la vida no se siempre justa.
Carta de una desconocida posee una estructura simple compuesta por un párrafo introductorio, seguido de la hermosa carta y concluido con un párrafo final que cierra el bucle. Al lector se le introduce de manera inmediata en la historia en el que son frecuentes los flashbacks. Al mismo tiempo Zweig ofrece una prosa sosegada y a la par cargada de tensión en los momentos puntuales, perfilado como un maestro a la hora de elegir las palabras idóneas. El autor no nos da tregua, no hay interrupción posible en la que descansar nuestro corazón y nuestro anhelo por conocer el final nos conduce vertiginosamente hacia la siguiente página.
En ciertos momentos, los acontecimientos resultan predecibles pero en ningún caso este hecho resta belleza al texto, quizás porque la historia es lo de menos. Según mi criterio, lo más importante es el torrente de emociones y sentimientos que se desborda, un torrente en el que el lector se pierde, dejándose llevar e incapaz de encontrar asidero.
Creo que esta reseña no está a la altura de este libro. Se me quedan muchas emociones en el tintero pero, o bien desvelarlas sería contraproducente o bien no encuentro la forma de hacerlo. Sólo puedo decir que es un libro de obligada lectura por la intensidad emotiva tan brutal que despliega, a la que hay que acercarse con tiempo de sobra para poder saborearlo hasta en sus comas. Mil veces podrás leer esta obra y otras mil veces te estremecerá.
Indagando sobre este autor austriaco que se suicidó en 1942, encuentro las palabras que Klaus Mann (escritor alemán, 1906-1949) le dedicó en su obra El condenado a vivir:
«Con la muerte de Stefan Zweig no sólo desaparece una de las figuras más representativas de la literatura moderna, sino también un hombre eminente y muy bien informado, un mecenas, y un auténtico enamorado de las letras (...)».
Y sobre su suicidio dijo:
«Los que no se van quedan abrumados y desorientados por completo. Algunos critican en secreto al maestro por su falta de valor. Otros, al contrario, piensan que su acto es heroico y sienten admiración. ¡Qué simples y arrogantes son nuestros juicios frente a la aplastante realidad de la muerte, al drama inefable del suicidio! ¿Tuvo "razón" al desprenderse de su propia vida? ¿Era un derrotista? ¿Su suicidio afecta la validez de su obra? Y si la respuesta es sí, ¿en qué medida? ».
[Puedes seguir leyendo en Elpais.com]
Por último, un apunte. Me sorprende gratamente comprobar que existen dos adaptaciones cinematográficas a las que pienso doblegarme en breve. Por un lado, la de Max Ophüls protagonizada por Joan Fontaine y Louis Jourdan (1948). Y por otro, una curiosa versión asiática mucho más moderna, de 2004, dirigida por Xu Jinglei.
Lo dicho, no te puedes perder esta joya de la literatura.
Retos:
Carta de una desconocida no es un obra baladí. Sus 66 páginas pueden hacerte pensar que es liviana y que en cuestión de una hora todo está zanjado. No te equivoques. Esta obra de Zweig requiere una calma propia, un sosiego continuo para deslizarte por sus líneas con parsimonia. Carta de una desconocida debe robarte un par de días sin lecturas intercaladas para disfrutar del regusto que dejan sus páginas. Hay que paladearla, dejar que se asiente, que eche raíces. Es necesario.
Como siempre, comencé a leer esta novela de Stefan Zweig con lápiz en la mano para extraer de entre sus líneas toda la esencia que sabía que contenía. Habían sido muchas las reseñas que había leído sobre este libro y muchas las recomendaciones. Era consciente de lo que me iba a encontrar. Pero el lápiz me estorbaba. Interrumpir la lectura a cada poco tiempo para anotar emociones y sensaciones era un freno al fluir de la buena literatura. Este libro no permite obstáculo, así que abandoné el lápiz a un lado y comencé de nuevo. Ya habría tiempo de volver a releerlo y hacer las anotaciones pertinentes.
Estamos ante 120 grms (pesados) de literatura convertidos en una tonelada de emotividad.
La sinopsis no deja muy claro qué historia contiene. Todo se inicia cuando el famoso novelista R (esa será la única pista que sabremos sobre su identidad) de 41 años recibe una carta sin remite ni firma. En el sobre, 25 folios cargados de sentimientos enviados por una mujer de la que desconocemos su nombre.
Tras la apertura del sobre y la lectura de las primeras líneas...
«Mi hijo murió ayer. Durante tres días y tres noches he tenido que luchar con la muerte que rondaba a esa pequeña y frágil vida. Permanecí sentada al lado de su cama cuarenta y ocho horas, mientras la gripe agitaba su pobre cuerpo ardiente (...)». [pág. 6]
...novelista y lector pasan a formar parte del mismo círculo, el de los curiosos que necesitan saber quién se esconde detrás de esa caligrafía "femenina, nerviosa y desconocida".
Carta de una desconocida es toda una declaración de amor y aunque la literatura está llena de ellas, jamás leí una de tal calibre. La primera línea de la carta ya te somete a una profunda zozobra, te agarra el pecho, lo aprieta, te imaginas la escena. Duele. Porque en esta carta no sólo hay ternuras, afectos y amor sino también mucho dolor, quizás el más profundo que exista, el que provoca la muerte de un hijo que al mismo tiempo será el detonante de la explosión sentimental que padece el personaje femenino.
¿Cuánto puede amar una persona? ¿Durante cuánto tiempo? En Carta de una desconocida se nos enseña que el amor es una de las fuerzas más intensas que existen aunque pueda terminar por volverse dañino para uno mismo y es ahí precisamente donde quisiera incidir más tarde, en ese lado oscuro del que goza en ocasiones un sentimiento intenso.
La carta que recibe el novelista R es la constatación de un hecho que se remonta a la época en la que la remitente tenía 13 años cuando ambos se conocieron, o sería más factible decir cuando ella lo conoció a él. A partir de entonces, el novelista ha sido una constante en la vida de ella sin que él se percatara de ello, existiendo además dos encuentros íntimos. No quiero contar mucho más del argumento porque a Zweig hay que descubrirlo en un bis-a-bis a través de su desconocida mujer.
Dos son los personajes que encontramos en esta novela. Aparecen algunos más pero el epicentro de este terremoto emocional engloba sólo al novelista y a la remitente. A través de los ojos de ella vislumbraremos a un hombre feliz, joven, guapo, esbelto y elegante, al que dirige apelativos cariñosos -amor mío, querido,...-. Ella también se convierte en una mujer bella que atrae a los hombres aunque ninguno de ellos pueda suplir al novelista. Tanto él como ella me provocan un conflicto interior. ¿Con quién empatizo? ¿Qué personaje me gusta más?
El novelista es un hombre que si bien al principio vive ajeno a todo y no puede ser culpado de nada, posteriormente es responsable de sus actos. Sabemos desde el principio que es un conquistador, un noctámbulo rodeado de hermosas mujeres, al que no le gustan las complicaciones. Su figura no queda muy bien parada bajo el punto de vista de esta lectora pero aún así ni autor ni fémina lo juzgan. Sólo el lector queda en posición de catalogar su actitud y comportamiento.
Pero es ella la que más me escuece. El amor es una fuerza maravillosa que a veces arrasa a su paso. Desde adolescente idealiza al novelista hasta cotas insospechadas incluso antes de conocerlo, de saber cómo es. El amor que siente es fervoroso, obsesivo, excesivamente generoso, de única dirección, platónico,... En un principio la visión que ella tiene de él encajaría perfectamente en una figura paterna de la que ella carece al ser huérfana. Más tarde, en su transformación de niña a mujer, ese amor muta y se convierte en otro de cariz diferente, siendo entonces cuando aparecen los celos. Son muchos los detalles que conducen al lector a esta conclusión.
«Me entregué ciegamente a mi destino como quien se lanza a un abismo». [pág. 17]
El final me ha sentado mal, la verdad. No os voy a desvelar qué ocurre pero me he sentido indignada por la actitud del novelista. Fue como despertar de un hermoso sueño y comprobar que la realidad es cruel. Dan ganas de gritar, de abofetearlo a él y de zarandearla a ella. «¿Por qué? ¿Por qué?», me he preguntado mil veces. «Toda una vida consagrada a un amor inmerecido». Pero la vida no se siempre justa.
Carta de una desconocida posee una estructura simple compuesta por un párrafo introductorio, seguido de la hermosa carta y concluido con un párrafo final que cierra el bucle. Al lector se le introduce de manera inmediata en la historia en el que son frecuentes los flashbacks. Al mismo tiempo Zweig ofrece una prosa sosegada y a la par cargada de tensión en los momentos puntuales, perfilado como un maestro a la hora de elegir las palabras idóneas. El autor no nos da tregua, no hay interrupción posible en la que descansar nuestro corazón y nuestro anhelo por conocer el final nos conduce vertiginosamente hacia la siguiente página.
En ciertos momentos, los acontecimientos resultan predecibles pero en ningún caso este hecho resta belleza al texto, quizás porque la historia es lo de menos. Según mi criterio, lo más importante es el torrente de emociones y sentimientos que se desborda, un torrente en el que el lector se pierde, dejándose llevar e incapaz de encontrar asidero.
Creo que esta reseña no está a la altura de este libro. Se me quedan muchas emociones en el tintero pero, o bien desvelarlas sería contraproducente o bien no encuentro la forma de hacerlo. Sólo puedo decir que es un libro de obligada lectura por la intensidad emotiva tan brutal que despliega, a la que hay que acercarse con tiempo de sobra para poder saborearlo hasta en sus comas. Mil veces podrás leer esta obra y otras mil veces te estremecerá.
Indagando sobre este autor austriaco que se suicidó en 1942, encuentro las palabras que Klaus Mann (escritor alemán, 1906-1949) le dedicó en su obra El condenado a vivir:
«Con la muerte de Stefan Zweig no sólo desaparece una de las figuras más representativas de la literatura moderna, sino también un hombre eminente y muy bien informado, un mecenas, y un auténtico enamorado de las letras (...)».
Y sobre su suicidio dijo:
«Los que no se van quedan abrumados y desorientados por completo. Algunos critican en secreto al maestro por su falta de valor. Otros, al contrario, piensan que su acto es heroico y sienten admiración. ¡Qué simples y arrogantes son nuestros juicios frente a la aplastante realidad de la muerte, al drama inefable del suicidio! ¿Tuvo "razón" al desprenderse de su propia vida? ¿Era un derrotista? ¿Su suicidio afecta la validez de su obra? Y si la respuesta es sí, ¿en qué medida? ».
[Puedes seguir leyendo en Elpais.com]
Por último, un apunte. Me sorprende gratamente comprobar que existen dos adaptaciones cinematográficas a las que pienso doblegarme en breve. Por un lado, la de Max Ophüls protagonizada por Joan Fontaine y Louis Jourdan (1948). Y por otro, una curiosa versión asiática mucho más moderna, de 2004, dirigida por Xu Jinglei.
Lo dicho, no te puedes perder esta joya de la literatura.
Retos:
Lo tengo en la lista de pendientes y has hecho que tenga ganas de empezarlo ahora mismo aunque no va a poder ser.
ResponderEliminarJejeje no lo demores mucho Albanta. Estoy segura de que te encantará. Besos.
EliminarUna reseña impresionante!! Hace poquito que leí el libro y disfruté muchísimo de su lectura. Una lectura más rápida y otra más pausada para envolverme de la historia y saborearla mejor. Una historia muy emotiva y dura que debería leer todo el mundo.
ResponderEliminarBesotes
Hiciste lo mismo que yo (dos lecturas a distinta velocidad). Estoy de acuerdo contigo. Un libro que todo el mundo tiene que leer. Besitos.
Eliminar¿Cómo que la reseña no está a la altura del libro? A mí me ha gustado mucho. Tengo pendiente este libro, pero me da un poco de miedo leerlo porque mi novela favorita de Zweig es 'Novela de ajedrez' y me da miedo que deje de serlo... Una tontería, ya lo sé, pero es así. Pero la leeré.
ResponderEliminarUn beso
Dorothy es que este libro es tan intenso que desconozco si transmití toda esa intensidad. Esa novela que mencionas no la conozco pero dado que el autor me ha gustado tanto, volveré a catarlo. Besitos.
EliminarZweig es un maestro en esto del estudio del alma humana. Esta novela me recuerda también la historia de Veinticuatro horas en la vida de una mujer. Una novela que también os recomendaría. La que hoy traes habrá que anotarla y se ve que en tan solo 120 páginas sabe trasladarnos una verdadera obra de arte. Muy buena reseña. Besos.
ResponderEliminarFrancisco, muy acertada tu apreciación. Maestro del estudio del alma humana. Me ha gustado mucho. Besitos.
EliminarTo lo que cae en mis manos de Zweig lo devoro. Esta la anoto que no la puedo dejar pasar.
ResponderEliminarUn beso.
Yo tengo que probar con otras obras suyas Enzo. Me gustó mucho y quiero volver a leer algo suyo. Besos.
EliminarQue buena reseña!!el libro me da un poco de respeto,lo dejo para más adelante,besotes
ResponderEliminarOk Susana, cuando tú lo necesites. Besitos.
EliminarMe hice con ella hace unos tres meses tras todas las recomendaciones.
ResponderEliminarA ver si la adelanto.
Un beso!
Lesincele no te vas a arrepentir si la adelantas. Es una belleza. Besos.
EliminarPues yo tengo pendiente esta faceta más epistolar de Zweig, y también ponerme con alguna más de sus historias, porque "Mendel el de los libros" me dejó con un muy buen sabor de boca.
ResponderEliminarA mí me ha encantado tu reseña, esté o no a la altura del libro :)
Besotes!
Gracias Rober. Quiero citarme con Mendel bien pronto. Besos.
EliminarEste es un autor que tengo todavía pendiente y este el libro con el que tengo intención de estrenarme, todavía no he visto ninguna reseña que no lo recomiende
ResponderEliminarbesos
Tatty tienes que acercarte a Zweig. Conociéndote a través de tus reseñas, este autor te va a encantar. Besos.
Eliminar¡¡Hola guapa!!
ResponderEliminarBuena reseña, no he leído nada de este autor, aunque se que es un autor que antes o después caerá porque tod@s le ponéis por las nubes.
Besos.
No lo demores mucho Susana, ya verás como te gusta. Besos.
EliminarHola guapetona!!!!
ResponderEliminarSi no recuerdo mal lo tengo apuntado :D Miraré a ver, por si tengo que fiarme de mi memoria lo llevo claro jajajaja
Un besote!!! ^^
Jejeje yo sin papel y boli no soy nadie Freyja jeje. Besos
EliminarMe queda ver su adaptación al cine. Es de lo mejor que he leído nunca, menuda forma de entrar en el alma y corazón de una mujer que ama durante toda su vida sin ser correspondida. Una maravilla. Un besote!
ResponderEliminarLa adaptación de Max Ophuls pierde mucho después de leer el libro. No es que la película está mal no, pero si la ves teniendo como referencia el libro, notarás que el director traiciona mucho el texto original. Besos Meg.
EliminarLo leeré mañana o pasado. Me he puesto con Zweig a saco y he seguido, no empezado, eso fue hace tiempo y mal, por Mendel el de los libros, que creo qe comparte mucho con esta obra que nos tres y que te gustará muchísimo. Un beso :)
ResponderEliminarPues ya me dirás Yossi. Seguro que le sacas mucho jugo. Besos
EliminarDescubrí a este autor hace dos años y creo que esta fue mi primera lectura suya. Me quedo con Mendel el de los libros.
ResponderEliminarBesines,
Lo probaré también Carmen. Besos.
EliminarEste es un libro para leer a solas sin nada ni nadie que te moleste, no vale para llevar en el bus ni a la sala de espera. Cada frase tiene mucho valor. He visto la adaptación asiática y está muy bien pero frente al libro...
ResponderEliminarTengo que hacerme con la clásica a ver qué tal.
Besotes
La asiática no la ví. No creo que la vea. En cuanto a la de Ophüls.. ya me dirás. No te desvelo nada pero a mí no me supo igual. Besos Norah.
EliminarHabrá que echarle un ojo a alguna reseña más, pues la tuya es la primera y parece que el libro está bastante bien.
ResponderEliminarUn saludo.
Hay un montón Isabel. Bichea por la red. Besitos.
EliminarUna magnífica reseña (me quito el sombrero) para un magnífico autor. Este libro lo tengo pendiente, porque aunque sea corto hay que saborearlo despacito.
ResponderEliminarGracias por la reseña (te ha salido de chapeau!) Un saludo!
Gracias Ana. Besotes.
EliminarPrimero, gracias por el correo con ese asunto tan bonito, jajaja :-)
ResponderEliminarMira, respecto al libro, la trama en sí es de las que generan impresiones diferentes, con una amiga lo hablaba, un amor-obsesivo nunca es "sano" y ella puede producir empatía o antipatía por ser tan "víctima". Genial poner al.lector en la tesitura.
En cuanto al estilo, me gusta mucho por su claridad, sencillez y elegancia. Me parece que pocos pueden hacerlo, me da igual lo que me cuente, solo leer a Zweig ya me gusta. Pero de lo leído hasta ahora este y Mendel son magníficos. Yo quiero leer todo suyo, hace poco cayó ¿fue él? Y me impresiona como siempre consigue transmitir sobre todo emociones, por lo.menos a mi me llegan.
La reseña es fabulosa Marisa, yo cuando hablé de este libro me quedé sin saber muy bien que decir pero se instaló a Zweig entre mis debilidades. Me alegra muchísimo que lo hayas vivido con esa intensidad, tenía la corazonada de que era un libro que a ti te llegaría.
Perdón por la extensión del comentario :)
Un besote!!
PD Los platos estoy casi segura de que también te gustará mucho cuando le llegue el turno.
Gracias a ti por hacérmelo llegar madrina. Figuraba en mi lista de pendientes pero probablemente hubiera tardado más en leerlo si no me lo llegas a enviar. En cuanto a esos platos maravillosos, no le quito ojo. Caerá pronto (espero). Ah! Zweig, aunque tuyo, te lo tomaré prestado de vez en cuando. Hablaré con Mendel a ver si se viene unos días conmigo jejeje. Besotes.
EliminarAnte esta fabulosa reseña no cabe negativa alguna. Muchas son las recomendaciones que he leído y de momento me he resistido con la intención de hacerle un favor a mi larga lista de pendientes, pero no recuerdo ninguna reseña tan entusiasta. Apuntada queda.
ResponderEliminarBesos,
Trotalibros creo que, tratándose de Zweig, tus pendientes te lo perdonarán. Besos.
EliminarEste hombre, si me lo permites, es un crack. Escribe genial. Si te gusto este te recomiendo algo mas gordito de Zweig: El mundo de ayer. Yo lo disfruté muchísimo y es Zweig en toda su esencia. Un besote Marisa, fantástica reseña.
ResponderEliminarDespués de leer este libro a Zweig no le quitaré ojo Igone. Volveré a él pero quiero hacerlo en otoño. Me apetece más con un tiempo más fresco y gris. Besitos Igone.
EliminarUn libro que de primeras no me llamaba la atención has conseguido pintármelo bastante atractivo...
ResponderEliminarBesos.
Caminante.. ¡¡no te lo puedes perder!! Besotes.
EliminarMe gustó el libro. Sin buscar sentirme identificada ni que me cayera bien o mal, creo que refleja a la perfección el punto en que se idealiza el amor hasta quedar cerca de la obsesión.
ResponderEliminarEs de mis autores favoritos
Besos
A mí me ha encantado Silvia. Leeré más obras suyas. Besos.
EliminarCómo me gusta este libro!!!
ResponderEliminarEs precioso, aunque no comparto esa obsesión de la protagonista, pero oye...
Me descubres la versión asiática, no la conocía, la otra sí y es bastante recomendable =)
Besotes
La versión asiática no la veré porque ya he visto la otra. Está bien aunque, a mi juicio, traiciona el texto original en detalles importantes. Besos
EliminarQué extraordinaria reseña, muchas gracias. Tengo el libro y no sé qué he estado esperando para leerlo, lo haré tan pronto como me sea posible, sé que lo amaré, aunque es posible que sufra por ese final que mencionas.
ResponderEliminarBesos.
Es duro Aglaia y lo es desde el principio pero también las cosas tristes tienen su belleza. No te lo pierdas. Besos.
EliminarFantástica reseña! Porque ya he leído el libro, que si no iba derecha a mi estantería para leerlo. Pero no descarto releerlo, que Zweig siempre se disfruta.
ResponderEliminarBesotes!!!
Yo me voy a decantar por leer otras obras suyas Margari. Este libro me lo leí dos veces para impregnarme bien de él. Me gustó muchísimo. Besos
EliminarExcelente reseña, gracias por ella.
ResponderEliminarGracias a ti, besotes.
EliminarEn un principio este autor es el que he elegido yo para el reto con la Z
ResponderEliminarLas pocas veces que he leído a Zweig me ha dejado totalmente apabullada, derrotada ante el derroche de sentimientos, argumentos entre líneas y trasfondos bien trabajados que me dejan pensando en sus libros mucho tiempo después de haberlos leído. De hecho, tengo pendiente una reseña de Novela de ajedrez porque he sido incapaz de enfrentarme ante la magnitud de tan pequeña obra... La que hoy nos traes ni que decir tiene que la leeré, eso sí, cuando le llegue su momento oportuno. 1beso!
ResponderEliminarNo he leído nada de este autor, y es que me quedan muchos de los grandes por descubrir.
ResponderEliminarNo es la primera reseña que leo de este corto libro y mi interés va en aumento. Aunque le tengo cierto respeto a Zweig, o será miedo...
Besitos.
No me he estrenado aún con Zweig pero un amigo mío me habló maravillas de su obra en su día (él es un incondicional de este autor). Tarde o temprano acabaré cediendo, lo se...
ResponderEliminarSaludos