Autor
Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944) hizo posible un doble y delicado equilibrio: entre la inmediatez de la experiencia vivida y el distanciamiento de la reflexión; entre la libre fantasía de una imaginación sin barreras y el preciso análisis de sensaciones y sentimientos minuciosamente registrados.
De un lado, la acción y la literatura constituyeron el anverso y el reverso de un único proyecto vital, que precisaba para su realización tanto del azar y la emoción del vuelo (piloto civil de líneas comerciales en África y Sudamérica, voluntario en las fuerzas aéreas de la Francia libre, Saint-Exupéry encontraría la muerte en una misión bélica) como de la meditación sobre el significado último de una existencia comprometida en la aventura. De otro lado, los libros que trasmutan los recuerdos de los viajes aéreos en profundas meditaciones líricas y este maravilloso cuento infantil que El Principito protagoniza superan sus evidentes particularidades genéricas gracias al pulso estilístico en un horizonte común. El sentido de la acción, el valor de la amistad, el heroísmo como meta, la felicidad como cumplimiento del deber y la responsabilidad como motor de la vida moral -los grandes temas de una obra con insospechadas virtualidades pedagógicas- parecen encontrar su raíz última y su meta final en el mundo de la infancia, el añorado planeta del que todos los hombres han sido exiliados y al que sólo mediante la fabulación pueden regresar. La publicación de este volumen se inscribe en la línea editorial de rescatar de los estrechos límites de la llamada literatura infantil obras que rebasan ampliamente ese angosto género.
El Principito de Antoine de Saint-Exupéry está de enhorabuena pues el pasado 6 de abril cumplió 70 años desde que vio por primera vez la luz. A su edad, aún tiene una salud de hierro.
Mirando información sobre su gestación descubro que su autor lo escribió estando alojado en un hotel de Nueva York. Dicho así, da la impresión de que fue un libro que surgió sin más y con poca meditación, algo que, en caso de ser cierto, resultaría significativo por su repercusión posterior, pues estamos ante una obra que ha sido traducida a 180 lenguas y dialectos.
Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944) hizo posible un doble y delicado equilibrio: entre la inmediatez de la experiencia vivida y el distanciamiento de la reflexión; entre la libre fantasía de una imaginación sin barreras y el preciso análisis de sensaciones y sentimientos minuciosamente registrados.
De un lado, la acción y la literatura constituyeron el anverso y el reverso de un único proyecto vital, que precisaba para su realización tanto del azar y la emoción del vuelo (piloto civil de líneas comerciales en África y Sudamérica, voluntario en las fuerzas aéreas de la Francia libre, Saint-Exupéry encontraría la muerte en una misión bélica) como de la meditación sobre el significado último de una existencia comprometida en la aventura. De otro lado, los libros que trasmutan los recuerdos de los viajes aéreos en profundas meditaciones líricas y este maravilloso cuento infantil que El Principito protagoniza superan sus evidentes particularidades genéricas gracias al pulso estilístico en un horizonte común. El sentido de la acción, el valor de la amistad, el heroísmo como meta, la felicidad como cumplimiento del deber y la responsabilidad como motor de la vida moral -los grandes temas de una obra con insospechadas virtualidades pedagógicas- parecen encontrar su raíz última y su meta final en el mundo de la infancia, el añorado planeta del que todos los hombres han sido exiliados y al que sólo mediante la fabulación pueden regresar. La publicación de este volumen se inscribe en la línea editorial de rescatar de los estrechos límites de la llamada literatura infantil obras que rebasan ampliamente ese angosto género.
El Principito de Antoine de Saint-Exupéry está de enhorabuena pues el pasado 6 de abril cumplió 70 años desde que vio por primera vez la luz. A su edad, aún tiene una salud de hierro.
Mirando información sobre su gestación descubro que su autor lo escribió estando alojado en un hotel de Nueva York. Dicho así, da la impresión de que fue un libro que surgió sin más y con poca meditación, algo que, en caso de ser cierto, resultaría significativo por su repercusión posterior, pues estamos ante una obra que ha sido traducida a 180 lenguas y dialectos.
Al mismo tiempo, también parece increíble que un pequeño librito como éste, de tan solo 116 páginas, ocupe un lugar tan importante en la literatura. Si reuniéramos todas las palabras que se han escrito sobre él se podrían maquetar un montón de volúmenes de Principitos.
A pesar de su escasa longitud, El Principito no es un libro para leer a la ligera ni con prisas porque dice más de lo que cuenta y si no te paras un poco a pensar, corres el riesgo de terminarlo en un suspiro sin haber entendido nada.
Bajo mi punto de vista es un cuento para adultos. No concibo que sea catalogado como un libro infantil o juvenil. No sé hasta que punto este colectivo de lectores tiene madurez suficiente para extraer las enseñanzas que se recogen en cada capítulo porque es un libro que está lleno de lecciones vestidas de metáforas, una tras otra, de principio a fin.
Al inicio nos encontramos con un narrador adulto que cuenta ciertas experiencias que tuvo con los adultos siendo un niño. En estas palabras se perfila una crítica total al comportamiento de las personas que dejaron su niñez atrás, a las "personas mayores" como se las denomina en el texto. Y aunque esa voz que nos narra desde las páginas del libro provenga de un hombre, percibo un trasfondo infantil.
Me gusta muchísimo todas las reflexiones que hace sobre las personas mayores, como si el narrador no lo fuera, como si no se considerara como tal. Hay frases que son dignas de anotar en hoja aparte para guardarla en un lugar cálido.
Porque las personas mayores (yo tampoco me incluyo porque en el fondo me considero aún una niña) quedan reflejadas como seres de otro planeta, aburridas, sin imaginación, que no son capaces de ver más allá de sus narices, que son materialistas, que no sueñan,... porque como el zorro advierte al Principito:
De manera inesperada aparece delante del narrador un personaje al que se describe como un ser extraordinario, un niño de cabellos dorados, que se siente incomprendido, muy preguntón que a veces resulta un poco impertinente... Éste comienza a narrar el origen de su procedencia, el motivo por el que emprende un viaje por los distintos planetas y cómo llega a la Tierra.
En su paseo estelar encuentra a distintos personajes que representan características del ser humano. Así, el rey será el reflejo de la autoridad, el vanidoso simboliza el egoísmo, el borracho supone la falta de voluntad del ser humano, el hombre de negocios representa el materialismo,... y así sucesivamente. Advierto que no siempre es fácil extraer la lección que Saint-Exupéry quiere dar.
Página a página vamos viendo la intención del autor que no es otra que reflejar todos esos defectos que nos caracterizan, de ahí que dijera más arriba que este libro recoge una crítica en toda regla. El paso de la niñez a la madurez supone la pérdida de muchos de los atributos que poseen los niños: la imaginación, los sueños, la inocencia... Así pues, llegar a la edad adulta no siempre es una suerte pues dejamos en el camino muchas cualidades positivas.
La edición que presento hoy viene acompañada de ilustraciones realizadas por el propio autor que ayudan a contextualizar la narración. Como suele ocurrir con los libros ilustrados se disfruta mucho haciendo parada en cada dibujo.
Bajo mi punto de vista es un cuento para adultos. No concibo que sea catalogado como un libro infantil o juvenil. No sé hasta que punto este colectivo de lectores tiene madurez suficiente para extraer las enseñanzas que se recogen en cada capítulo porque es un libro que está lleno de lecciones vestidas de metáforas, una tras otra, de principio a fin.
Al inicio nos encontramos con un narrador adulto que cuenta ciertas experiencias que tuvo con los adultos siendo un niño. En estas palabras se perfila una crítica total al comportamiento de las personas que dejaron su niñez atrás, a las "personas mayores" como se las denomina en el texto. Y aunque esa voz que nos narra desde las páginas del libro provenga de un hombre, percibo un trasfondo infantil.
Me gusta muchísimo todas las reflexiones que hace sobre las personas mayores, como si el narrador no lo fuera, como si no se considerara como tal. Hay frases que son dignas de anotar en hoja aparte para guardarla en un lugar cálido.
«Las personas mayores nunca comprenden nada por sí solas y es cansador para los niños tener que darles siempre y siempre explicaciones.» [pág12]
Porque las personas mayores (yo tampoco me incluyo porque en el fondo me considero aún una niña) quedan reflejadas como seres de otro planeta, aburridas, sin imaginación, que no son capaces de ver más allá de sus narices, que son materialistas, que no sueñan,... porque como el zorro advierte al Principito:
«...no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos». [pág. 87]
De manera inesperada aparece delante del narrador un personaje al que se describe como un ser extraordinario, un niño de cabellos dorados, que se siente incomprendido, muy preguntón que a veces resulta un poco impertinente... Éste comienza a narrar el origen de su procedencia, el motivo por el que emprende un viaje por los distintos planetas y cómo llega a la Tierra.
En su paseo estelar encuentra a distintos personajes que representan características del ser humano. Así, el rey será el reflejo de la autoridad, el vanidoso simboliza el egoísmo, el borracho supone la falta de voluntad del ser humano, el hombre de negocios representa el materialismo,... y así sucesivamente. Advierto que no siempre es fácil extraer la lección que Saint-Exupéry quiere dar.
Página a página vamos viendo la intención del autor que no es otra que reflejar todos esos defectos que nos caracterizan, de ahí que dijera más arriba que este libro recoge una crítica en toda regla. El paso de la niñez a la madurez supone la pérdida de muchos de los atributos que poseen los niños: la imaginación, los sueños, la inocencia... Así pues, llegar a la edad adulta no siempre es una suerte pues dejamos en el camino muchas cualidades positivas.
Para terminar, solo deciros que es un libro que me ha dejado una sensación ambivalente porque ni me ha gustado como para tirar cohetes, a pesar de ser un libro muy recomendado a lo largo y ancho de este mundo, ni tampoco me ha disgustado. Me ha parecido simpático. Pero creo entender el motivo de mis sensaciones.
Dándole vueltas, he llegado a la conclusión de que El Principito no es de lectura única. Con esto no me refiero a que cada uno puede darle una interpretación distinta, algo que efectivamente ocurre, sino que es un libro que requiere un segundo acercamiento para disfrutar de él y entender toda su sabiduría. He tardado 43 años en leer estas escasas páginas. No tardaré tanto en darle una segunda oportunidad.
Dándole vueltas, he llegado a la conclusión de que El Principito no es de lectura única. Con esto no me refiero a que cada uno puede darle una interpretación distinta, algo que efectivamente ocurre, sino que es un libro que requiere un segundo acercamiento para disfrutar de él y entender toda su sabiduría. He tardado 43 años en leer estas escasas páginas. No tardaré tanto en darle una segunda oportunidad.
Si jamás lo has leído pero te apetece escucharlo puedes escucharlo aquí (la voz es preciosa).
Retos:
Retos:
Pues este no lo leí hace mucho y me gustó pero me desencanté un poco. Quizás me pasó como a tí.
ResponderEliminarYo no le saqué todo lo que se supone que hay que sacarle para ser un libro que tiene tanto renombre pero no descarto leerlo alguna que otra vez. Besos Albanta.
EliminarPues este libro y yo tenemos una mala relación; tuve que leerlo con 14 años o intentarlo, porque encima estaba en francés, y la verdad no puedo con él. No sé si me pierdo algo interesante pero podré con ello jejeje
ResponderEliminarJejej a veces pasa que ciertas lecturas no son infantiles y/o juveniles y nos obligan a leerlas a temprana edad. Lo único que consiguen es ponernos en contra. Besotes
EliminarYo cuando lo leí... yo creo que hace ya unos 12 años xD. Y vaya no me disgustó como a ti, pero tampoco me enamoró....simplemente me gustó el mensaje que trae.
ResponderEliminarSeguramete si lo leyera ahora cambiaría como dices, de opinión al darle quizá otra interpretación diferente.
Un beso!
Yo creo que es un libro que invita a reflexionar. No nos podemos quedar en una primera lectura o bien leerla y dejar la historia aparcada.. No sé,.. es mi impresión. Besitos Lesincele.
EliminarViendo el nombre de mi blog, queda bastante claro que "El principito" me encanta. Me gusta releerlo de vez en cuando. Siempre suelo tenerlo a mano
ResponderEliminarBesos
Un bonito homenaje el que le haces a este libro con el nombre de tu blog. Besitos.
EliminarEste es uno de mis libros favoritos: leerlo ha sido una de las mejores cosas que me ha pasado. Yo tampoco creo que sea un libro infantil: es probable que muchos niños y adolescentes no entiendan parte del trasfondo que hay detrás y coincidimos en que es un libro con muchas lecturas: cada vez que te acerques a él encontrarás nuevos matices. 1beso!
ResponderEliminarTizire, no sé por qué se empeñan en que se lea este libro a edades poco adecuadas para enfrentarse a esta lectura... Una pena, porque así, no se le da el valor que merece. Besos
EliminarLo leí hace muchos años y no me acuerdo prácticamente de nada. Tengo que volver a leerlo.
ResponderEliminarUn beso :)
Noelia pues con lo breve que es, en un plis plas lo lees de nuevo. Besitos.
EliminarHola guapa!!!
ResponderEliminarUn de mis lecturas pendientes desde hace años :( No sé por qué no le saco un hueco, con las ganas que tengo de leerlo. Son esas cosas que dejas pasar... y nada, se olvidan XD Pero lo leeré, sin duda ;)
Un besote!
A mí me pasaba igual Freyja hasta que me he puesto. Se lee en un momento aunque te recomiendo que lo hagas con tranquilidad. Besos.
Eliminarte agradezco la reseña y las interpretaciones del contenido de éste clásico. Yo lo he intentado en dos ocasiones y no he logrado terminarlo, puede que a la tarcera vaya la vencida. Un Besote!
ResponderEliminarMeg hay que ponerse un poco en la piel del autor y entender el mensaje que él nos quiere transmitir. Aún así, hay que leerlo más de una vez para sacarle la esencia. Besitos.
EliminarHola Marisa!! Cuando era pequeña recuerdo que me fijaba en que todo el mundo tenía un ejemplar de El principito en su casa, de lo cual deduje que tenía que ser, cuanto menos, interesante.
ResponderEliminarLo empecé a leer pero me acuerdo que no entendía nada, así que lo dejé. Unos años después lo volví a coger y me encanto.
A mi sí que me dejó una sensación más agradable me parece. Lo disfruté mucho y aún así pienso que no lo acabé de entender del todo. Ahora con tu reseña me han dado ganas de volver a cogerlo.
Me parece una lectura muy interesante y recomendada a todos los adultos (como tú bien dices) porque nos recuerda algunas cosas que sin querer olvidamos.
Cuando entramos en primero de carrera también nos lo recomendaron para explicarnos varias cosas que son sin duda la base de una buena arquitectura.
Un besito Marisa.
Claro Igone es que, de pequeños, no entendemos nada y solo nos quedamos en el cuento sin llegar a comprender las explicaciones que este libro tiene detrás. Me alegro que te gustara. Yo intentaré darle una segunda oportunidad pronto. Besos.
EliminarEste libro tardé en leerlo demasiado, pensaba que era muy infantil, craso error. Me fascinó y tengo que volverlo a leer por lo menos una vez cada dos años.
ResponderEliminarUn beso.
De infantil nada Enzo... no comprendo por qué se empeñan en catalogarlo así. Besitos.
EliminarEs de varias lecturas, a mi me gustó mucho pero como todo, a veces la insistencia hastía. Un besote ahijada
ResponderEliminarPD: Voy a tener que volver para escuchar la voz preciosa, es que estoy en el trabajo
Es verdad Marilú, la manía de meter las cosas por los ojos termina por resultar cansino. Besitos.
EliminarEn mi caso lo escuché una vez (es posible que fuese ese mismo audio que nos dejas), pero no lo aproveché en absoluto porque apenas me acuerdo. Tengo pendiente leerlo y extraer de él más jugo. Hay una versión cinematográfica musical y hace relativamente poco la pusieron en la tele. Vi algún fragmento y me emocionó mucho uno en que salía el zorro... La verdad es que estaba en un momento sensible, pero me entraron ganas de leer el libro.
ResponderEliminarUn beso!
Versiones televisivas o musicales no he visto ninguna y no creo que lo haga. Leer de nuevo el libro no lo descarto. Besitos caminante.
EliminarDos veces, dos... Fui El Principito en obras de teatro y eso que soy moreno. Me lo sé de memoria y no puedo leer la última frase sin que se me haga un nudito en la garganta :) Un beso Marisa :)
ResponderEliminarjejeje Yossi no conocía tu faceta de actor de teatro jejeje. Besitos.
EliminarUno de mis libros favoritos. Como bien dices, no es lectura para niños. Hay que leerlo de adulto para captar todos los mensajes que encierra cada frase. Y es de esos libros que se merecen una relectura, porque siempre aparecen cosas nuevas que no apreciabas antes.
ResponderEliminarBesotes!!!
Pues tendré que releerlo de nuevo Margari. Besitos.
Eliminartodavía no he leído este libro aunque sí que tengo muchas ganas pero puede que espere demasiado y me ocurra como a ti, aún así tengo que ponerme con él para descubrir esta historia
ResponderEliminarbesos
Ya nos contarás cuando lo leas Tatty. Besitos.
EliminarLo lei hace tanto que no lo recuerdo creo que deberia releerlo a lo mejor lo entiendo de otra forma, un besote.
ResponderEliminarCreo que cada vez que lo leas encontrarás algo nuevo Rocío. Besos.
EliminarJusto el mes pasado lo he vuelto a releer, me encanta este libro =)
ResponderEliminarTengo la reseña programada ejejej
Besotes
¡Qué casualidad Shorby! Jeje Besos.
EliminarQué buenos recuerdos me trae el libro del que hoy nos hablas, Marisa!
ResponderEliminarEs de los que piden relectura y coincido contigo: no es un cuento infantil. Es un relato que sólo podemos aproximarnos a entender en toda su magnitud cuando ya hemos madurado más. Si no, hay mucho, muchísimo, entre líneas y tras lo aparente.
Un besote y feliz domingo!!
Tienes toda la razón Rober, coincido contigo. Besos.
EliminarLo leí en sexto curso y me encantó.
ResponderEliminarAún conservo mi ejemplar, aunque esta bastante manoseado.
Besitos, guapa.
Jejeje el que hay en casa está igual Inés, aunque es de mi chico. Yo nunca tuve uno. Besos.
EliminarCoincido contigo en que es un cuento para adultos. A mí me encanta, creo que encierra mucha sabiduría disfrazada de metáforas. Yo recomiendo su lectura y su "relectura", pues creo que es de esas historias que dependiendo del momento vital en el que te encuentres te aportan algo diferente ;)
ResponderEliminarUn besin
A mí me gustó pero creo que como dice mucha gente es un libro para leer en varias etapas de la vida y saborearlo con la edad. Yo lo leí hace unos pocos años por primera vez y se hace raro que sea una lectura juvenil pero no puedo opinar sobre lo que se obtiene en esa edad. Yo también tengo una edición ilustrada y es una preciosidad.
ResponderEliminarBesotes
Lo leí de adolescente y me gustó muchísimo. Lo he leído varias veces y siempre me ha gustado igual. Esta edición se la regalé a un amigo cuando se mudó, porque me pareció preciosa.
ResponderEliminarUn besazo
Es un pecado, lo sé... simplemente es una lectura que tengo pendiente desde hace demasiado...
ResponderEliminarYo no creo que sea un libro ni infantil ni adulto, es uno de esos maravillosos libros que en función de la edad en que lo lees le sacas un partido o otro al igual que "El caballero de la armadura oxidada" o "La princesa que creía en los cuentos de hadas".
¡¡Nos leemos!!
Para mi gusto un libro que no puede faltar en ninguna casa
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