Año: 2012.
Nacionalidad: Española.
Director: Patricia Ferreira.
Reparto: Marina Comas, Álex Monner, Albert Baró, Aina Clotet, Ana Fernández, Eduardo Velasco, Mercè Pons, Xavier Ripoll,....
Premios: 3 nominaciones a los Goya (Mejor Actor, Mejor Actriz Revelación y Mejor Canción); Festival de Málaga (2012): Mejor película, Mejor guión, Mejor Actriz de Reparto (Clotet).
Género. Drama. Adolescencia.
Sinopsis: Álex, Gabi y Oki, tres adolescentes que viven en una gran ciudad, son unos perfectos desconocidos para sus padres, para sus profesores y para sí mismos. Su aislamiento emocional, llevado al límite, tendrá inesperadas y terribles consecuencias que sacudirán a la sociedad.
La gala de los Goya me sirve para acercarme al cine que se me ha pasado por alto, quizás por no retumbar tanto. Con lápiz y papel en mano voy anotando aquellas cintas que se me han escurrido entre las manos y que no quiero dejar pasar. Els nens salvatges ha sido una de ellas, cuya directora, Patricia Ferreira, la conocemos por trabajos anteriores como Sé quién eres (2000), El alquimista impaciente (2002), Para que no me olvides (2005).
El título de esta película ya dice mucho de sí misma pero, ¿en plan irónico? Nos muestra a tres adolescentes cuya vida, generación, relaciones, psique,... lo que sea, les hace perder los papeles. ¿Reflejo de la realidad? De eso hablaremos más tarde.
Estamos ante 100 minutos justos que comienzan con graffitis para dar paso a problemas escolares, expulsiones, botellonas, peleas, enfrentamiento con los padres, incomprensión, huida... y de ahí a un desenlace que duele por lo inverosímil, no porque no sea creíble sino porque te gustaría no creértelo.
El hilo argumental no sigue una línea recta. Avanzamos y retrocedemos sin perdernos. En primer lugar se nos presenta a cada uno de los chicos (Àlex, Oki y Gabi) que componen este trío y alternando con las escenas de sus vidas, un interrogatorio policial que ya nos pone en antecedentes de que algo ha ocurrido y de que la cosa no va a acabar bien.
Àlex (Àlex Monner) es quizás el más problemático. Para sus padres es un quebradero de cabeza que ni estudia ni trabaja. Para sus profesores es un estorbo en clase con los que sus ausencias permiten a los educadores respirar tranquilos. La relación con sus padres, quienes no tienen tampoco una vida fácil, es nefasta. No hay entendimiento. Àlex tiene una habilidad que podría servirle de escape, pero las puertas no se las cierra la sociedad sino él mismo.
Gabi (Albert Baró) es un joven al que le gustan las artes marciales. Practica Kick-boxing en el gimnasio que regenta su padre, con quien tampoco está demasiado unido. Es el más influenciable de todos. La rebeldía que siente termina por dar la cara en su entorno familiar de la manera más mezquina.
Oki (Marina Comas) tiene cara de niña buena. ¿Las apariencias engañan? Pero desde primer momento el espectador nota un tufillo extraño en el ambiente que rodea la relación paterno-filial. De clase acomodada, puede permitirse lujos que sus dos compañeros de andanzas ni sueñan. Ella es el vértice más fuerte de este triángulo.
Bajo mi punto de vista, la película no es gran cosa. Es cierto que refleja una parcela de la realidad, que afortunadamente pienso que sigue siendo extrema (espero no equivocarme), pero real al fin y al cabo.
A veces nos topamos en los informativos con historias como la de estos adolescentes que hacen llevarte las manos a la cabeza. Uno de esos sucesos es lo que nos trae Ferreira y que provoca irritación, rabia, ganas de alzar la mano pero que la razón y la conciencia te obligan a bajar. Yo tengo que confesar que estos adolescentes me han crispado. Y mucho. Porque yo también he sido adolescente. Yo también he tenido que estudiar aunque no me gustara tener obligaciones. Yo también he tenido unos padres que no han gozado precisamente de una economía relajada por lo que yo también he tenido que renunciar a un sin fin de caprichos. Sentí igualmente la misma rebeldía que ellos y de igual modo pensé que los equivocados eran ellos. El error estaba de mi parte.
A veces nos topamos en los informativos con historias como la de estos adolescentes que hacen llevarte las manos a la cabeza. Uno de esos sucesos es lo que nos trae Ferreira y que provoca irritación, rabia, ganas de alzar la mano pero que la razón y la conciencia te obligan a bajar. Yo tengo que confesar que estos adolescentes me han crispado. Y mucho. Porque yo también he sido adolescente. Yo también he tenido que estudiar aunque no me gustara tener obligaciones. Yo también he tenido unos padres que no han gozado precisamente de una economía relajada por lo que yo también he tenido que renunciar a un sin fin de caprichos. Sentí igualmente la misma rebeldía que ellos y de igual modo pensé que los equivocados eran ellos. El error estaba de mi parte.
En cuanto al trabajo interpretativo no hay mucho que destacar. Ninguno de los actores o actrices, algunos de ellos bien conocidos por series televisivas, hacen un papel estelar. Los diálogos (especialmente entre los jóvenes) son muy flojos, no ya por el contenido sino por la forma. Están demasiado estudiados. No fluyen con naturalidad.
Poco más puedo aportar sobre la cinta de Ferreira, quizás mencionar que al tratarse de una película rodada en catalán, el doblaje al castellano chirría bastante y resulta de escasa calidad.
Reflexión muy personal.
No sé si se me habrá notado mucho que no comulgo con una parte de la juventud de hoy. No termino de encontrarle sentido a sus actuaciones o a sus comportamientos, a su forma de pensar... No es una cuestión generacional. Que va. La cosa es bastante más seria.
Muchos sabéis que no tengo hijos y eso podría suponer un handicap a la hora de hablar de estos temas pero también puede resultar una ventaja por la posición objetiva en la que me encuentro.
Muchos sabéis que no tengo hijos y eso podría suponer un handicap a la hora de hablar de estos temas pero también puede resultar una ventaja por la posición objetiva en la que me encuentro.
He mantenido muchas conversaciones con los adultos de mi entorno, padres y madres todos ellos. A muchos los he escuchado quejarse de sus hij@s porque llega un momento que sienten que son incapaces de seguir desempeñando el papel de progenitores. Se sienten perdidos y hagan lo que hagan creen encaminarse al fracaso. Educar es tarea complicada, está claro, como también es obvio que no solo compete a los profesores.
Desde el lugar en el que me sitúo, miro a mi alrededor y veo a jóvenes que no son capaces de apreciar lo que tienen, que no agradecen los esfuerzos económicos o de cualquier otra índole que hacen sus padres, que solo piden y si tienen que dar a cambio lo hacen a regañadientes, (eso si lo hacen). Pero también veo a unos padres que solo saben decir «sí» desde que sus hij@s nacen, que terminan claudicando y eso termina por pasarles factura. Entiendo que deseen dar a sus hij@s todo lo que ellos no tuvieron. Una actitud muy loable. Pero todo tiene unos límites y si los propios padres transgreden esos límites, ¿cómo no van a hacerlo sus descendientes?
Es probable que solo esté diciendo tonterías, que me esté equivocando en mis razonamientos pero sólo es mi opinión personal que nace de lo que veo a mi alrededor. Y lo que veo es que hay mucha reticencia a negarles ciertas cosas a los adolescentes por temor a disgustarlos, por herirlos, por ¿traumatizarlos? Recibir negativas es parte del bagaje educacional que una persona debe adquirir y es algo con lo que hay que saber vivir y convivir.
Por poner un ejemplo real como la vida misma, a un adolescente se le regala la PSP2 que salió en su día. Todos contentos. Pero posteriormente sale la PSP3 y surge el problema. Para contentar al chavalín, se claudica y se le proporciona la consola recién salida al mercado, cuando la anterior funciona a las mil maravillas. Es puro capricho. Y así sucesivamente. ¿Qué valores adquiere ese niño? Todo lo que pide se le otorga con inmediatez y lo mismo da que sus padres sean solventes o no. Obviamente tiene mucho más delito si la familia pasa estrecheces económicas pero la cuestión no es esa. Es otra bien distinta. No aprenden a valorar nada, a sentirse satisfechos con lo que tienen (sea material o no), a contentarse cuando algo no sale como ellos quieren,... no ven el esfuerzo que sus progenitores hacen. Nada.
En fin, yo no soy quién para decirle a nadie cómo debe educar a sus hijos pero el problema, en más de una ocasión, no radica solo en la juventud sino que, a veces, también procede del lado adulto.
Y para no aburriros más con mis divagaciones os dejo con la puntuación que le otorgo a esta película...
... y el trailer.
Desde el lugar en el que me sitúo, miro a mi alrededor y veo a jóvenes que no son capaces de apreciar lo que tienen, que no agradecen los esfuerzos económicos o de cualquier otra índole que hacen sus padres, que solo piden y si tienen que dar a cambio lo hacen a regañadientes, (eso si lo hacen). Pero también veo a unos padres que solo saben decir «sí» desde que sus hij@s nacen, que terminan claudicando y eso termina por pasarles factura. Entiendo que deseen dar a sus hij@s todo lo que ellos no tuvieron. Una actitud muy loable. Pero todo tiene unos límites y si los propios padres transgreden esos límites, ¿cómo no van a hacerlo sus descendientes?
Es probable que solo esté diciendo tonterías, que me esté equivocando en mis razonamientos pero sólo es mi opinión personal que nace de lo que veo a mi alrededor. Y lo que veo es que hay mucha reticencia a negarles ciertas cosas a los adolescentes por temor a disgustarlos, por herirlos, por ¿traumatizarlos? Recibir negativas es parte del bagaje educacional que una persona debe adquirir y es algo con lo que hay que saber vivir y convivir.
Por poner un ejemplo real como la vida misma, a un adolescente se le regala la PSP2 que salió en su día. Todos contentos. Pero posteriormente sale la PSP3 y surge el problema. Para contentar al chavalín, se claudica y se le proporciona la consola recién salida al mercado, cuando la anterior funciona a las mil maravillas. Es puro capricho. Y así sucesivamente. ¿Qué valores adquiere ese niño? Todo lo que pide se le otorga con inmediatez y lo mismo da que sus padres sean solventes o no. Obviamente tiene mucho más delito si la familia pasa estrecheces económicas pero la cuestión no es esa. Es otra bien distinta. No aprenden a valorar nada, a sentirse satisfechos con lo que tienen (sea material o no), a contentarse cuando algo no sale como ellos quieren,... no ven el esfuerzo que sus progenitores hacen. Nada.
En fin, yo no soy quién para decirle a nadie cómo debe educar a sus hijos pero el problema, en más de una ocasión, no radica solo en la juventud sino que, a veces, también procede del lado adulto.
Y para no aburriros más con mis divagaciones os dejo con la puntuación que le otorgo a esta película...
... y el trailer.
Que una peli te de para reflexionar ya es mucho.
ResponderEliminarA mí también me cuesta entender a los adolescentes de ahora, la verdad. Una vez, en una entrevista, un psicólogo me dijo que era una generación que no tenía tolerancia al 'no' porque a todo se les había dicho siempre que sí y que un 'no' hacía que se les cruzaran los cables. Tengo pendiente ver esta película, que me apetece mucho. Yo, por suerte, la veré sin doblar.
ResponderEliminarUn besazo
La película la voy a ver, porque puede servirme para los adolescentes con los que trabajo y me genera curiosidad, pese a que pueda ser floja.
ResponderEliminarEn cuanto a tus opiniones, interesantísimas. Tampoco tengo hijos pero trabajo con chicos y chicas cuyas familias "fallan" por unas u otras razones y al final llega a resultar muy frustrante el tipo de pautas que los "chavales" establecen con la vida y con las relaciones, pero en el lado opuesto, los que viven con sus padres no lo tienen mucho mejor. Siempre he dicho que nunca trabajaría en un instituto (también que no trabajaría con niños... ups!) me horroriza lo que he llegado a oír de más de un padre y de dos. Y esto hoy por hoy no pinta mucho mejor... aunque casos hay de todo tipo, esta conversación me encantaría tenerla largo y tendido ahijada.
Besos
Trabajo con adolescentes y no es que no los entienda a ellos, Marisa, es que no entiendo a sus padres/madres y su modo de educar en la cultura del sí a todo.
ResponderEliminarBesos,
Yo creo que no la veré, tampoco comulgo con determinadas cosas de hoy dia, entiendo que unos jñovenes se puedan ver marcados por determinadas circunstancias excepcionales, pero no que por cualquier cosa se sientan víctimas del sistema, del mundo y de todo...Seguro que me crispa también, asi que la dejo pasar. Un beso!
ResponderEliminarDe la película paso, me da que parece un capítulo de Hermano mayor. Ya no digo que no haya jóvenes así y situaciones extremas pero también hay mucha gente normal.
ResponderEliminarLo que sí me gusta es tu reflexión final. Yo también creo que no es adecuada esa cultura que hay hoy de "es que me lo merezco todo porque sí", o "esto no lo hago porque no soy feliz",me dan ganas de gritar. Ahora por lo visto tienes que dormir con tu bebé en la cama porque así le va a parecer que le quieres más, o darle la teta hasta que vaya al instituto, pues bien, lo único que vas a hacer es fomentar la dependencia y la madurez. Claro que hay que darles cariño, por supuesto, y el contacto es importantísimo y fomentar la confianza en uno mismo, pero es igual de importante enseñar el respeto, el esfuerzo, aprender a ser independices y como dice Chavela Vargas en una canción "enseñar a amar".
Hala qué rollo, pero es un tema que me preocupa mucho.
Besos
Como iPad escribe lo que quiere yo quería poner inmadurez junto a dependencia. Y no quería tampoco poner independices sino independientes. iPad y yo vamos a acabar mal.
EliminarBesos
Jejeje.. te entendí perfectamente. Besines
EliminarNo conocía la película, pero estoy de acuerdo en lo que comenta Carmen, la mayoría de las veces, la gran culpa la tienen los padres con su forma de educar y consentir a los hijos.
ResponderEliminarBesos.
Yo tampoco comprendo la manera de educar a los jóvenes de hoy en día. Los padres creen que diciendo sí a cada capricho del niño les están ayudando cuando yo creo que todo lo contrario. Hay una generación (con sus honrosas excepciones, claro está) que se piensa que el mundo está hecho para satisfacer sus caprichos y cuando se dan cuenta de que no es así... el batacazo es monumental.
ResponderEliminarBueno, que la peli, que es de lo que se trata, no me atrae demasiado esta vez. No creo que la vea :)
Un beso shakiano!!
No es una película que me llame la atención, la verdad, así que la dejo pasar. Sobre tu reflexión creo que el problema con los adolescentes no proviene en la mayoría de los casos de ellos mismos, sino de su entorno, especialmente de sus padres: es evidente que hoy en día hay una cultura del sí a todo que hace que los jóvenes sean intolerantes a la frustración. Afortunadamente todavía hay adolescentes que saben valorar lo que tienen, aunque no sean una mayoría apabullante. 1beso!
ResponderEliminarEstuve dudando antes de irme de vacaciones si verla o no...y tiré hacia el no...y vaya la verdad es que por trama, diálogos o así no me atrae demasiado...pero si por tu relfexión y ver lo que pensaría yo sobre los adolescentes de la peli.
ResponderEliminarSobre los adolescentes de hoy en día...vaya es que a mi mis padres me enseñaron a valorar el dinero y sobre todo el esfuerzo que cuesta ganarlo, y de hecho yo siempre he sido como una hormiguilla ahorradora (excepto con mis libros, que es mi único capricho mensual). Y lo malo es que esa etpa adolescente....para mi gusto cada vez abarca más edades...
Yo por ejemplo tengo 25, por suerte (más que nada debido a la economía actual) trabajo (no de lo mío claro está xD) y estoy independizada pero si mis padres me hubieran dado otro tipo de educación...dudo que hubiera logrado eso, porque TOD@S mis amigos viven aún de los padres, sin importarles el gastar en fiesta, ropa...
Y yo por ejemplo como nunca me ha ido ese rollo...ahora que me he independizado y tengo menos tiempo para salir, pues vaya, se nota la diferencia de pensamiento cada vez más y el distanciamiento.
Y bueno paro ya, que he desvariado y ya no sé ni lo que quería decir.
Un beso!
La película no la conocía pero tampoco me llama especialmente la atención por lo que no creo que me anime. Respecto a la reflexión que expones estoy de acuerdo en que hoy en día no se valoran las mismas cosas aunque también pienso que mucha culpa la tienen los padres, en mi caso no tengo la responsabilidad de educar aún a nadie pero por lo que veo a mi alrededor, se les da todo lo que quieren y tienen tanto que es difícil que lo valoren
ResponderEliminarbesos
Hola Marisa,
ResponderEliminarCasi más que la película me atrae el análisis que has redactado. La película la veré para hacer las paces con el cine español que ya sabes que no me llevo demasiado bien con él pero me interesa más la opinión que has escrito. Es algo generacional, yo ya tengo una edad, tengo 32años y lo que veo venir difiere mucho de donde yo salí. Un beso :)
"Ya tengo una edad, 32 años" anda que ya te vale...
EliminarPerdona Marisa, es que no lo he podido evitar,
Un beso ( para Marisa, desde luego)
No la conocía, pero me gusta lo que comentas. Y mucho. Tal vez porque he leído algo que se me antoja en esta línea no hace mucho y salí fascinada. Pero tengo que buscar este título.
ResponderEliminarBesos y gracias por el descubrimiento
Albanta, ésta sin duda te hace pensar.
ResponderEliminarDorothy, creo que aquel psicólogo tenía mucha razón. Totalmente de acuerdo.
Marilú, conversación aplazada. Estoy segura de que tú tienes mucho que aportar por tu entorno laboral. Yo no sé si serviría para trabajar con jóvenes y eso que me encanta la docencia y que me preparé para ello; no ejerzo ahora pero hace veinte años sí lo hice y me encantó la experiencia pero hoy en día.. ufff.. Tengo un amigo profesor que cuenta horrores.
Carmen, es eso mismo, la cultura del sí.. Tremendo.
Meg, estos jóvenes adolecen de victicismo.. Lo veo con mis propios sobrinos.
Norah así es. Estoy totalmente de acuerdo. Lo de dormir con el bebé hasta que el bebé tenga pelo en las piernas no lo había oído pero hay mucha tontura alrededor de estos temas con los adolescentes y me lo creo todo..
Susana, yo también lo veo así.
Shaka piensan que se les facilita el camino pero lo que consiguen es hacerlos comodones y que piensen que tienen que tenerlo todo simplemente por el hecho de existir.
Tizire, gracias a Dios hay adolescentes de todo tipo. Incluso los hay que siendo unos "niñatos" (entendedme el concepto) con 15-16-17 años, cuando tienen 20 abren los ojos y maduran y cambian. Otros se quedan estancados que la adolescencia.
Lesincele, me gusta lo que dices. Que tus padres te enseñaron a valorar el dinero. ¡¡Importantísima cuestión!! Eres un ejemplo a seguir por muchos jóvenes que conozco.
Tatty, es que no valoran nada porque como lo tienen todo... ¡¡Ancha es Castilla!!
Yossi no es tanto generacional como cultural. Mira los de mi generación salíamos a las 9 o 10 de la noche (y lo seguimos haciendo) y nos recogíamos a las hora X. Hoy mi sobrina sale a las 12 de la noche y se recoge a las 7 de la mañana... Eso sí es generacional. La juventud de ahora tiene otros hábitos pero el respeto a los padres y al prójimo, darle el justo valor a las cosas es algo que se debe de enseñar y aprender.. Aquí el problema es de educación, de inculcar cultura, principios, valores.. En mi vida se me ocurriría alzar la voz a mis padres o faltarle el respeto a un abuelo.. y casos de este tipo, créeme, se dan a diario.
Silvia, si la ves, ya me dirás.
Gracias a todos por vuestros comentarios. Pensé que mi reflexión levantaría ampollas pero no, veo que todos más o menos tenemos la misma opinión.
Besotes miles a todos.
Interesante reflexión, me gusta el debate que ha creado. Ahora faltaría la opinión de uno de esos adolescentes, jeje.
ResponderEliminarLos amigos influyen mucho, pero la educación de los padres es la base de todo, no se puede decir a todo que sí, porque entonces no valoran el esfuerzo que cuestan las cosas, y pasa lo que pasa.
Tal vez me anime a ver la película, a ver qué opino de los protagonistas, aunque me parece que no va a ser muy distinta a la tuya.
Un beso.
Ya nos dirás si la ves Teresa. Besitos.
EliminarPues no te veo demasiado entusiasta esta vez, así que creo que la dejaré un poco pasar :) Aunque sí me gusta esa reflexión a la que te ha dado lugar la película, porque estoy totalmente de acuerdo con ella. Cuando era crío no entendía a veces porqué esas negativas constantes a algunas cosas, cosa que ahora sí que entiendo perfectamente. Creo que uno de los problemas (uno de tantos de los de la juventud de hoy en día) es que han crecido sin ese no, y consiguiendo todo lo que se proponían con relativo poco esfuerzo. En ese consentimiento está buena parte del problema.
ResponderEliminarRecuerdo que cuando era crío y quería realmente algo, algo posible (aquí tampoco hemos estado precisamente sobrados económicamente) me lo tenía que currar. ¿Quieres esto? Pues tienes que hacer tu cama, ayudar a tu madre con la comida, poner la mesa cuando llegues de clase, limpiar tu cuarto el fin de semana... son pequeñas cosas, pero al menos me inculcaron perseverancia, y no conformismo. Aquello de que si persigues algo con fuerza, encuentras premio. Después vas dándote cuenta de que no siempre es así, pero es la única manera de lograrlo.
Un besote!
Rober, estamos de acuerdo. Lo que hicieron tus padres es, bajo mi punto de vista, lo correcto. Nada de darlo todo hecho, nada de hacer tareas que bien podría hacer el adolescente.. Hay que inculcar y no tanto regalar. Besos
EliminarEsto es un tema que se va repitiendo generación tras generación con las mismas bases pero distintas voces.
ResponderEliminarYa veo por los comentarios, que todos culpais a los padres de las actitudes de los hijos, pero no puedo por menos que intervenir para exponer otra idea. Yo sí soy madre, y no voy a negar que a veces, sobre todo cuando mi hija rondaba los 13-15 años, me hubiera gustado matarla y me hubiera quedado tan tranquila, pero no nos engañemos, estos jovenes de hoy en dia no son tan distintos de los jovenes que fuimos nosotros alguna vez, ellos son frutos de su tiempo como nosotros lo fuimos del nuestro, es verdad que entonces podiamos vivir sin un movil o sin un ordenador, pero seguiamos queriendo cosas, las que hubiera entonces, un equipo de musica, el ultimo disco del cantante de moda o una gafas degradadas, yo que se!!, la mayoria de la juventud sólo tiene un defecto, y es el ser joven, pero ese defecto tambien se cura con el tiempo, hay mucho joven comprometido, con sueños, con ganas de trabajar, no como los protagonistas de esa pelicula, que creo no vería nunca. Los padres hacemos lo que podemos, nos equivocamos mil veces, pero siempre con la esperanza de acertar. les damos a nuestro hijos lo que podemos y lo que tenemos, Procuramos darles amor y enseñarles a ser personas buenas, y en eso consiste educar.
ResponderEliminarReyes, he leído tu comentario sin ubicarte. Ahora sé quién eres. Comprendo que su tiempo es distinto al nuestro y que tiene otras prioridades pero en todos los tiempos debe existir ciertos límites. Es verdad que también en aquellos tiempos queríamos cosas y yo sé que tú y yo nos quedamos sin muchas de las que queríamos. Y ahí no acaba la cosa También dejamos de hacer cosas que hubiéramos querido. ¿Por qué? Entre muchas de las razones (justificadas o no) por el dinero (y esta razón sí está justificada). Seguimos estando de acuerdo en que ser padres no es fácil. Lo mismo por ese motivo yo he sido cobarde y no me he querido arriesgar pero también te digo que mi posición me deja ver las cosas desde un punto de vista distinto. Lo que no es de recibo es que antes de que abran la boca tengan todo lo que quieran para terminar todo arrumbado. La mayoría de las veces caprichos. Me estoy acordando de una caja de resonancia que en mi caso no sé, pero en el caso de mi compañera de trabajo le sirve de mesita de noche. También me estoy acordando de una guitarra que no regalé pero sí un afinador eléctrico,... Y lo de peor del caso, no es que sean caprichos, todos los tenemos. Lo peor del caso es que jamás valoran nada y lo sabes. Y eso duele y lo sabes. Ahí es donde está la madre del cordero. Si das sin hacerles entender el tremendo esfuerzo que supone terminan por pensar que el dinero llueve de los árboles y que es tu obligación. Sé que con los años se cambia (gracias a Dios por la parte que me toca) pero también sé lo mal que lo pasan algunos padres a veces. No es fácil. Sois unos valientes pero no seáis débiles. Besos
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