Autor
Nació en Alburquerque (Badajoz) en 1948. Licenciado en filología hispánica por la Universidad Complutense, en la actualidad es profesor de literatura en la Escuela de Arte Dramático de Madrid. Tras su espectacular debut literario con Juegos de la edad tardía, Landero se ha confirmado como uno de los mejores narradores de la literatura reciente, con novelas como Caballeros de fortuna, El mágico aprendiz y El guitarrista. También es autor de Entre líneas: el cuento o la vida y del libro de artículos ¿Cómo le corto el pelo, caballero? Ligera, velocísima, con mucho humor, pero también oscura y trágica, es Hoy, Júpiter, la más reciente y esperada novela de Landero tras cinco años de silencio.
Sinopsis
Los anhelos de una vida amorosa e intelectual inquieta que Gregorio alimentó en su juventud se han esfumado cuando, convertido ya en un oficinista gris, conoce un día por teléfono a Gil, hombre modesto, maduro también, quien, tras largos años de exilio, acabó idealizándolo todo en mitos anacrónicos. Gil necesita a toda costa a un héroe-artista al que adherirse y, lentamente, consigue resucitar en Gregorio sus sueños juveniles y el deseo de convertirse en esa figura simbólica. Y tiene lugar la metamorfosis de Gregorio en Faroni, personaje que ninguno de los dos nunca logró ser -ingeniero y poeta, triunfador, culto, políglota, apuesto, audaz en el amor, "progre"-, pero también patética caricatura del artista trasnochado. Cuando Gil va por fin a conocer a Gregorio, éste ya no puede volver atrás: ambos han emprendido juegos demasiado peligrosos.
De nuevo os traigo una lectura del Club de los lunes. Juegos de la edad tardía, primera novela de Luis Landero, es uno de esos libros con los que he arriesgado. Os cuento. Comencé a leerlo con buen ánimo, como siempre, sin embargo tras el primer capítulo (sólo el primer capítulo ¿eh?, ¡tela!) me vine abajo totalmente. Me rondó por la cabeza mil pensamientos que me llevaban al mismo punto (abandonar) pero tras comentarlo en el trabajo, un compañero me dijo que el libro estaba bastante bien, que lo había cogido de la biblioteca y que posteriormente había decidido comprárselo. Me convenció su argumentación y opté por darle más tiempo.
Lo que encontré tras ese primer capítulo no cambiaba mucho mi parecer inicial. Me sentía aburrida, enfrentándome a un texto con escasez de diálogo que se hacía denso con demasiadas divagaciones y personajes que, a primera vista, resultaban insulsos.
La cosa cambia, sí, pero no lo hace hasta la página 110, momento en el que surge otro personaje de nombre Gil. A partir de este punto mi interés comienza a ascender pues este nuevo personaje agiliza la lectura e introduce grandes fragmentos dialogados que amenizan mucho el libro.
Aún así no creáis que el camino se hizo fácil. Seguían apareciendo capítulos y pasajes que se eternizaban pero si tengo que dar una opinión en general, no puedo decir más que el libro me ha gustado. Lo justo, eso sí. ¿Para leerlo otra vez? Pues no, mire usted.
La historia se resume en pocas palabras. Dos hombres cuyo transitar por la vida transcurre sin pena ni gloria, que sus vidas no son más que sombras de lo que hubieran deseado, pero el destino no quiso ser benévolo con ellos. Así que, uno se inventa una vida paralela llena de aventuras y emociones y el otro hace del primero su héroe particular, a través de cuyos ojos vive la vida que siempre soñó. El resultado no será otro que un tremendo lío del que cada vez es más difícil salir y que nos arrancará una sonrisa en más de un ocasión por lo estrambótico de las situaciones que se presentan.
¿Qué tipo de personajes encontramos en esta novela? Al margen de personajes muy secundarios y otros pseudo-secundarios, toda la trama se centra en Gregorio y en Gil. Ambos no son más que dos ciudadanos mundanos, pobres diablos que tienen una existencia gris.
Gregorio se siente desilusionado con la edad adulta que le ha tocado vivir. De joven tuvo grandes sueños que luego se quedaron en nada. Siempre deseó ser alguien en la vida, un genio, sentir la admiración de los demás. Es verdad que no ha conseguido ser un Einstein, ni un Newton, ni un Pasteur,... pero me atrevería a decir que Gregorio goza de bastante genialidad. Su mente es lo suficientemente ingeniosa como para crearse una vida paralela (adoptando la personalidad de un poeta llamado Augusto Faroni) tan distinta a la real como la noche se distingue del día. Las historias que salen de su cabeza y que adornan su anodino día a día no pueden surgir de una sesera cualquiera sino de una mente muy imaginativa. Lamentablemente no es lo suficientemente brillante como para librarse de los líos en los que se mete con tanta mentira, sino todo lo contrario, cada vez se inserta más en la boca del lobo y sus trolas adquieren tanta dimensión que terminan por estallarle en la cara.
Pero bajo mi punto de vista Gregorio no es más que la víctima de una situación que se le escapa de las manos, regada por ese sueño infantil de convertirse en alguien cuyo paso por este mundo deje huella. En cierto sentido, será Gil, su compañero de andanzas, quien lo induce a convertirse en un embustero convulsivo, con unas apreciaciones que Gregorio no tiene tiempo de desmentir.
Y Gil es precisamente el otro desgraciado que se ve condenado a un triste paso por en el mundo. Su vida es tan monótona que incluso su nombre aburre a las ovejas. ¿Qué se puede esperar de un hombre que se llama Gil Gil Gil? Aún así es inevitable encariñarse con su personaje. Él también sueña con ser alguien importante y como dice el refrán, «a falta de pan, buenas son tortas», porque para él Gregorio es un «hombre moderno, culto, joven, idealista, y que consigue siempre lo que quiere. En una palabra: un triunfador», pero Gregorio, en sus propias palabras, no es más que un hombre «bajito, feo, viejo, cínico y anónimo».
Cuando leía a Gil me era inevitable acordarme de aquellos dibujos animados de Hanna-Barbera llamados Leoncio y Tristón. ¿Os acordáis? Los que tengáis una edad sí os acordareis. Os pongo una foto para refrescaros la memoria. Leoncio, el león, era el optimista que metía en un sin fin de problemas al pobre Tristón, la hiena, caracterizado por su especial pesimismo y que siempre se estaba quejando de su mala suerte. Sus frases favoritas eran: ¡Oh, cielos!, ¡Qué horror!, ¡Santo cielo! [Puedes ver un capítulo pinchando aquí]
Al margen de Gregorio y Gil, también tenemos otros personajes como son la esposa de Gregorio (Angelina), que al principio se muestra como una mosquita muerta pero que más tarde, cuando las extrañas excusas de su marido pierden toda credibilidad, comienza a asomar su vena irascible. La suegra de Gregorio es un auténtico esteriotipo. Al principio de la relación entre los jóvenes, ella se muestra solícita con su futuro yerno, amable hasta decir basta pero una vez que han pasado por la vicaria, las tornas cambian e increpa a su yerno constantemente.
A su alrededor, otros personajes como Antón, el cuponero, Paquita, la encargada de la pensión o Isaias, el vecino,.. entre otros, completarán el dramatis personae.
Lo más curioso de estos personajes es que, a poco que lo pienses, te das cuenta de que no son tan ficticios como parecen sino que nos los podemos encontrar a diario. No es tan poco frecuente toparse con personas que viven a disgusto con el lugar que les ha tocado en la vida y que para sentirse mejor comienzan por pequeñas mentiras que terminan en historias increíbles.
En cuanto a las cuestiones técnicas, el libro está narrado en tercera persona y presenta retrocesos (analepsis) y avances (prolepsis) en el tiempo presente pues la acción se inicia la mañana del domingo 4 de octubre. En ocasiones, este recurso provoca la sensación de una prosa serpenteante. Además, se da el caso de que hacia la mitad de la novela se completa un círculo pues lo que se había comenzado a narrar en la página 1 se vuelve a retomar en la página 317.
La estructura no es precisamente simple. Cuenta con un prólogo (al que volveré en breve) y 24 capítulos divididos en tres partes siguiendo el siguiente esquema:
* Primera parte del capítulo I al V.
* Segunda parte del capítulo VI al XV.
* Tercera parte del capítulo XVI al XXIV.
Se pone fin con un epílogo más un apéndice que recoge la edición de Tusquets, en el que se incluye un fragmento inédito del capítulo XV.
La lectura del largo prólogo es cuanto menos, interesante. Landero nos desvela mucha información que no hace otra cosa más que enriquecer la lectura. El autor nos revela que, años después de escribir este libro, encontró inconscientes tintes autobiográficos. Nos explica en qué personaje podemos encontrar a su padre y cuál otro a sí mismo e incluso a otros personajes de la obra. Siempre se recomienda leer los prólogos antes de adentrarse en el libro propiamente dicho. Lo suelo hacerlo al revés, y el resultado no me disgusta. Sea como fuere, resulta imprescindible su lectura.
Como conclusión, deciros que, a pesar de mis desencuentros iniciales, Juegos de la edad tardía es un libro que recomendaría a lectores perseverantes porque, aunque la historia es bastante buena, cuesta trabajo llegar al meollo de la cuestión, por lo tanto no es una lectura apta para todos los públicos.
Finalizo con una frase que me hizo reír durante un buen rato tras leerla:
Retos:
Lo que encontré tras ese primer capítulo no cambiaba mucho mi parecer inicial. Me sentía aburrida, enfrentándome a un texto con escasez de diálogo que se hacía denso con demasiadas divagaciones y personajes que, a primera vista, resultaban insulsos.
La cosa cambia, sí, pero no lo hace hasta la página 110, momento en el que surge otro personaje de nombre Gil. A partir de este punto mi interés comienza a ascender pues este nuevo personaje agiliza la lectura e introduce grandes fragmentos dialogados que amenizan mucho el libro.
Aún así no creáis que el camino se hizo fácil. Seguían apareciendo capítulos y pasajes que se eternizaban pero si tengo que dar una opinión en general, no puedo decir más que el libro me ha gustado. Lo justo, eso sí. ¿Para leerlo otra vez? Pues no, mire usted.
La historia se resume en pocas palabras. Dos hombres cuyo transitar por la vida transcurre sin pena ni gloria, que sus vidas no son más que sombras de lo que hubieran deseado, pero el destino no quiso ser benévolo con ellos. Así que, uno se inventa una vida paralela llena de aventuras y emociones y el otro hace del primero su héroe particular, a través de cuyos ojos vive la vida que siempre soñó. El resultado no será otro que un tremendo lío del que cada vez es más difícil salir y que nos arrancará una sonrisa en más de un ocasión por lo estrambótico de las situaciones que se presentan.
¿Qué tipo de personajes encontramos en esta novela? Al margen de personajes muy secundarios y otros pseudo-secundarios, toda la trama se centra en Gregorio y en Gil. Ambos no son más que dos ciudadanos mundanos, pobres diablos que tienen una existencia gris.
Gregorio se siente desilusionado con la edad adulta que le ha tocado vivir. De joven tuvo grandes sueños que luego se quedaron en nada. Siempre deseó ser alguien en la vida, un genio, sentir la admiración de los demás. Es verdad que no ha conseguido ser un Einstein, ni un Newton, ni un Pasteur,... pero me atrevería a decir que Gregorio goza de bastante genialidad. Su mente es lo suficientemente ingeniosa como para crearse una vida paralela (adoptando la personalidad de un poeta llamado Augusto Faroni) tan distinta a la real como la noche se distingue del día. Las historias que salen de su cabeza y que adornan su anodino día a día no pueden surgir de una sesera cualquiera sino de una mente muy imaginativa. Lamentablemente no es lo suficientemente brillante como para librarse de los líos en los que se mete con tanta mentira, sino todo lo contrario, cada vez se inserta más en la boca del lobo y sus trolas adquieren tanta dimensión que terminan por estallarle en la cara.
Pero bajo mi punto de vista Gregorio no es más que la víctima de una situación que se le escapa de las manos, regada por ese sueño infantil de convertirse en alguien cuyo paso por este mundo deje huella. En cierto sentido, será Gil, su compañero de andanzas, quien lo induce a convertirse en un embustero convulsivo, con unas apreciaciones que Gregorio no tiene tiempo de desmentir.
Y Gil es precisamente el otro desgraciado que se ve condenado a un triste paso por en el mundo. Su vida es tan monótona que incluso su nombre aburre a las ovejas. ¿Qué se puede esperar de un hombre que se llama Gil Gil Gil? Aún así es inevitable encariñarse con su personaje. Él también sueña con ser alguien importante y como dice el refrán, «a falta de pan, buenas son tortas», porque para él Gregorio es un «hombre moderno, culto, joven, idealista, y que consigue siempre lo que quiere. En una palabra: un triunfador», pero Gregorio, en sus propias palabras, no es más que un hombre «bajito, feo, viejo, cínico y anónimo».
Cuando leía a Gil me era inevitable acordarme de aquellos dibujos animados de Hanna-Barbera llamados Leoncio y Tristón. ¿Os acordáis? Los que tengáis una edad sí os acordareis. Os pongo una foto para refrescaros la memoria. Leoncio, el león, era el optimista que metía en un sin fin de problemas al pobre Tristón, la hiena, caracterizado por su especial pesimismo y que siempre se estaba quejando de su mala suerte. Sus frases favoritas eran: ¡Oh, cielos!, ¡Qué horror!, ¡Santo cielo! [Puedes ver un capítulo pinchando aquí]
Al margen de Gregorio y Gil, también tenemos otros personajes como son la esposa de Gregorio (Angelina), que al principio se muestra como una mosquita muerta pero que más tarde, cuando las extrañas excusas de su marido pierden toda credibilidad, comienza a asomar su vena irascible. La suegra de Gregorio es un auténtico esteriotipo. Al principio de la relación entre los jóvenes, ella se muestra solícita con su futuro yerno, amable hasta decir basta pero una vez que han pasado por la vicaria, las tornas cambian e increpa a su yerno constantemente.
A su alrededor, otros personajes como Antón, el cuponero, Paquita, la encargada de la pensión o Isaias, el vecino,.. entre otros, completarán el dramatis personae.
Lo más curioso de estos personajes es que, a poco que lo pienses, te das cuenta de que no son tan ficticios como parecen sino que nos los podemos encontrar a diario. No es tan poco frecuente toparse con personas que viven a disgusto con el lugar que les ha tocado en la vida y que para sentirse mejor comienzan por pequeñas mentiras que terminan en historias increíbles.
En cuanto a las cuestiones técnicas, el libro está narrado en tercera persona y presenta retrocesos (analepsis) y avances (prolepsis) en el tiempo presente pues la acción se inicia la mañana del domingo 4 de octubre. En ocasiones, este recurso provoca la sensación de una prosa serpenteante. Además, se da el caso de que hacia la mitad de la novela se completa un círculo pues lo que se había comenzado a narrar en la página 1 se vuelve a retomar en la página 317.
La estructura no es precisamente simple. Cuenta con un prólogo (al que volveré en breve) y 24 capítulos divididos en tres partes siguiendo el siguiente esquema:
* Primera parte del capítulo I al V.
* Segunda parte del capítulo VI al XV.
* Tercera parte del capítulo XVI al XXIV.
Se pone fin con un epílogo más un apéndice que recoge la edición de Tusquets, en el que se incluye un fragmento inédito del capítulo XV.
La lectura del largo prólogo es cuanto menos, interesante. Landero nos desvela mucha información que no hace otra cosa más que enriquecer la lectura. El autor nos revela que, años después de escribir este libro, encontró inconscientes tintes autobiográficos. Nos explica en qué personaje podemos encontrar a su padre y cuál otro a sí mismo e incluso a otros personajes de la obra. Siempre se recomienda leer los prólogos antes de adentrarse en el libro propiamente dicho. Lo suelo hacerlo al revés, y el resultado no me disgusta. Sea como fuere, resulta imprescindible su lectura.
Como conclusión, deciros que, a pesar de mis desencuentros iniciales, Juegos de la edad tardía es un libro que recomendaría a lectores perseverantes porque, aunque la historia es bastante buena, cuesta trabajo llegar al meollo de la cuestión, por lo tanto no es una lectura apta para todos los públicos.
Finalizo con una frase que me hizo reír durante un buen rato tras leerla:
«Hijo, tú nunca leas novelas, nunca caigas en ese vicio, porque ya lo dice la palabra: novelas, no velas, es decir, no verlas, y así debían llamarse, noverlas, con la advertencia de la erre. ¿Me estás escuchando, hijo?».
Retos:
Me había llamado ya la atención este autor aunque no me he decido aún a ponerme con él
ResponderEliminarYo leí en su día El mágico aprendiz y creo que para empezar es mejor que éste. Besos albanta.
Eliminarjajaja me ha hecho gracia la última frase!
ResponderEliminarDe todas formas esta no es para mi.
Un beso!
Lo apunto a la lista de libros pendientes de ller.
ResponderEliminarGracias por compartirlo.
Ok Miguel. Gracias por comentar.
EliminarBueno, soy perseverante pero creo que voy a dejar pasar esta lectura.
ResponderEliminarBesitos.
Jajajajajaja, empiezo por el final porque la frase me ha recordado un chiste que mi padre repite hasta la saciedad, pero no te lo cuento porque no es ni bueno.
ResponderEliminarA lo que vamos, la novela, me dejas ne ascuas, por un lado me llama mucho por otro tu experiencia personal me tira atrás. Puedo ser perseverante pero si me compensa. Ay! no sé, dime algo ahijada de mis amores!!
Besos
Madrina, voy a ser muy clara y directa. Tienes que leerla. Conociéndote literariamente como te conozco, vas a sacarle mucho más partido que yo. Besotes.
EliminarHola, Marisa!
ResponderEliminarEste lo dejo pasar.
Un besazo!!
La leí hace bastantes años y aunque no recordaba cual era el argumento si tenía la sensación de que me había gustado. Después de recordar el argumento con tu reseña me reafirmo.
ResponderEliminarUn beso.
A mí también me gustó Enzo aunque hay que cogerle el punto. Besitos
EliminarTu reseña es de lo más disuasoria, más de cien páginas tediosas para arrancar, mejora pero no demasiado. La historia no me llama nada tampoco, ni los personajes, a ver si con el próximo hay más suerte. Y a la frase final ¡ni caso!
ResponderEliminarBesos
Norah sí... el principio se hace muy cuesta arriba la verdad, pero al final encuentras partes muy interesantes. Besitos
Eliminar¿Y yo qué hago Marisa? A mí me ha encatado como la has descrito, ese encuentro, esa renovación, me gusta mucho pero luego leo tus impresiones y no sé. me lo tomo casi más como una advertencia de que no es una novela sencilla jejej, a mí me ha llamado la atención. Besos :)
ResponderEliminarYossi.. tú sí tienes que leerlo!! A otras personas no se lo recomendaría porque tienen otro estilo pero a ti síiii!!! Lo mismo dí una impresión errónea porque no es un libro que condene al descarte sino todo lo contrario. Cuesta cogerle el punto pero al final te alegras. Besos
EliminarUys,que este libro me tentaba... No me desanimo, pero sí bajo las expectativas, por si acaso.
ResponderEliminarBesotes!!!
Pues sí te tienta.. adelante Margari! No tienes nada que perder. Besos
Eliminaruff creo que con este no me voy a animar y eso que yo soy de las que libro que empieza libro que termina por mucho que me cueste, pero sabiendo que me puede costar creo que lo descarto ya de entrada. Qué recuerdos los dibujos de Hanna-Barbera, me encantaban :)
ResponderEliminarbesos
Síiiii aquellos dibus de entonces jejejej. Besos Tatty.
EliminarJajajjaa me parto con la última frase, muy lograda. Yo creo que lo voy a apuntar, pero para más adelante. Soy una lectora perseverante, sí, pero ahora mismo me apetecen lecturas más ligeras, que no se pierdan tanto en divagaciones :)
ResponderEliminarUn beso shakiano!!!
Me parece bien shaka un besote!!
EliminarPues tengo anotado este libro desde hace tiempo y a pesar de tus "peros" a mí me apetece mucho...
ResponderEliminarBesines,
Adelante Carmen que ni mis peros ni mis manzanas te desanimen jejeje. Besos
EliminarCompletamente de acuerdo contigo: hay que ser muy perseverante para leer a este autor.
ResponderEliminarYo con dos he tenido bastante, y éste fue uno de ellos.
Besindios.
Me alegra que coincidamos Montse. Besos
EliminarPues yo también tengo dudas, esperaré otras opiniones. Un beso Marisa
ResponderEliminarAunque no soy de las que se rinden facilmente ante un libro hostil este libro no me lo apunto, un beso
ResponderEliminarLa sinopsis no me llamaba demasiado la atención y después de ver lo difícil de entrar en materia y que es una lectura lenta la descarto.
ResponderEliminarBesitos
No sé, me has dejado indecisa. Ya veré si me animo o no con él.
ResponderEliminarUn beso!
Recuerdo este libro por el trabajo que me costó ubicarme, y la pereza que me daba leerlo. No leerlo, porque me gustaba.. pero si ponerme con él. Y luego lo he recomendado porque me parece, sobre todo, satisfactoria
ResponderEliminarBesos
Pienso igual que tú Silvia.. ¿A que es un libro recomendable para Yossi? jejejej. Besos
EliminarJajajajaja me ha hecho gracia la frase que has elegido! xD
ResponderEliminarBesotes
100 páginas son demasiadas para aguantar una lectura que no me satisface, por mucho que mejore al final. Así que no lo tendré en cuenta. 1beso!
ResponderEliminarGracias a todos por vuestros comentarios. Besos miles.
ResponderEliminarEs un escritor magnífico,con ese uso del lenguaje tan rico. No soy una lectora empedernida pero me gusta. Ahora estoy empezando El guitarrista. También leí Caballero de fortuna y me gustó.
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