LA LUZ QUE OCULTA LA NIEBLA de José Guadalajara.

Autor

José Guadalajara es autor de las novelas históricas Signum (2004), Testamentum (2005), La reina de las tres muertes (2009) y La maldición del rey Sabio (2009), en las que predomina el rigor histórico, una intriga de tipo detectivesco y un exquisito cuidado por el estilo.

Como máximo especialista en la materia, ha dedicado dos libros al mito del Anticristo y el fin del mundo: Las profecías del Anticristo en la Edad Media (1996) y El Anticristo en la España medieval (2004). Ha escrito numerosos artículos en revistas de divulgación y publicaciones especializadas.

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Sinopsis

La llegada de un sobre inesperado mantiene a la protagonista de esta novela en un estado de incertidumbre. Los recuerdos y todo su pasado amoroso comienzan a aflorar en su mente.

Su relación con Mateo, un reputado arqueólogo, es la pieza clave de esta singular historia. Desde que, a partir de una foto, se enamoró de él, la existencia de esta mujer, a la que empieza a preocupar en exceso el paso del tiempo, ha cambiado de forma decisiva.

Sin embargo, el sobre que acaba de recibir, y cuya apertura ha pospuesto durante todo el día, contiene una noticia que la conmueve hasta sus raíces.

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Ocurre a veces que llegan a nuestras manos libros de autores desconocidos o con cierta trayectoria pero sin renombre, respaldados por editoriales que tampoco suenan con bombo y platillo, con una cubierta que no requiere de grandes artificios y con un título que a veces tampoco aporta demasiado (aunque no es el caso).

La luz que oculta la niebla llegó a mi vida con sigilo, colándose entre los resquicios de mi existencia literaria, haciéndose hueco despacio, sin prisas pero sin pausa, y quedando a la espera con mucha paciencia. Para semejante humildad, no sabéis la impronta tan profunda que me ha dejado.

«Son las siete de la tarde y estoy a punto de rasgar el sobre que hay dentro de ese viejo cofrecillo. Sin embargo, me detengo. No me decido a levantar su tapa, lo dejo otra vez encima de la mesa y continúo viendo fotografías». [pág. 9]

Las primeras líneas de este libro hurgan en la curiosidad del lector despertándolo de un posible letargo. La existencia de un sobre al que la narradora no se atreve a hacer frente, debatiéndose entre mil dudas, nos deja un nimbo de misterio que nos acompañará a lo largo de toda la trama. Nuestra curiosidad solo quedará saciada en el ocaso de la novela. ¿Qué contiene el sobre? ¿Quién es su emisor? ¿...? Mil preguntas nos bombardean y la necesidad imperiosa de obtener respuesta nos lanzan a una lectura desenfrenada para devorar el libro con impaciencia. 

El amor es una de las fuerzas más poderosas que mueve el mundo. Por amor se han cometido los actos más bellos y las atrocidades más espantosas, se ha llenado la vida de risas y de lágrimas, subes a los cielos o te hundes en los infiernos. Este libro está cargado de amor, intenso y poderoso, pero, como todo en la vida, amores hay de  muchos tipos. Algunos te transforman en cisne y otros te anulan por completo. 

«Noté entonces, cuando me llamó por mi nombre al despistarme en una calle, que su voz era de agua y que resbalaba de sus labios como un arroyo diáfano». [pág. 54]

La voz narradora de esta novela pertenece a Estela, una mujer, entrada en la cincuentena, que presenta en primera persona su juventud, su época de estudiante, las costumbres que reinaban su vida en aquella época, sus primeros escarceos amorosos, sus relaciones sexuales,... El hilo conductor sigue un orden cronológico pasando a sus primeros trabajos en una academia cuyo director, Fermín, será el nexo de unión entre nuestra protagonista y Mateo, un arqueólogo joven y guapo que sin pretenderlo consigue enamorar a Estela. 

¡Ay, Mateo, Mateo,...! Muchas mujeres han tenido un Mateo en su vida. Un ser, mucho más que un hombre, que nubla la visión, cuya disertación consigue que se pare el tiempo, que obnubila, que conduce a la obsesión. Nuestro Mateo provoca tsunamis en el corazón de Estela. Una mujer que siempre se ha conducido con independencia,  que nunca ha querido atarse a nada ni a nadie y a la que una flecha de Cupido turba su existencia, desorientándola con unos sentimientos que hasta la fecha desconocía. Sumida en los designios de su corazón, une su destino al de Mateo, y permanece a su lado sin estar junto a él durante casi 20 años. 

«Así es la vida mía, Manuel: luz envuelta en jirones de niebla». [pág. 64]

Me gusta el personaje de Estela, especialmente en su primera faceta en la que hace gala de la autosuficiencia con la que pasea por la vida. Vive sola, tiene relaciones esporádicas, es inteligente y culta, económicamente libre,... incluso me sigue gustando cuando Mateo entra en su vida y permite que el amor desequilibre su existir. Pero llega un momento en el que comienzo a tener desavenencias con ella porque Estela se obliga a sí misma a no ser feliz sin Mateo, se autoflagela, y tontamente se condena a la soledad. Sé de la existencia de grandes amores, arrolladores, que convierten al ser humano en harapos, pero no comulgo con el auto-ostracismo.

Fermín es ese típico amigo que vive adosado a la costilla de una mujer con la esperanza de que los ojos de ella se dignen a fijarse en su presencia. Rechazado mil veces, permanecerá a su lado y siempre estará ahí aunque se distancien con el tiempo. Es el personaje al que más cariño le he cogido  a pesar de ser un chistoso, un don juan y un mujeriego pero cuyo corazón destila un amor que no será correspondido  y por eso precisamente es por lo que siento empatía con él. Para Estela, Fermín es simplemente "el director de la academia, un amigo gracioso con el que conversar y andar de broma y el jefe que me abonaba todos los meses el sueldo". [pág. 71]

En cuanto a Mateo, un catedrático de Historia Antigua en la Universidad Complutense, que viaja aquí y allá, que conoce mundo, que comparte profesión y lecho con Amalia, ... queda dibujado como un ser exquisito, fino, deportista, y apuesto. Entra y sale de la vida de Estela como Mateo por su casa (nunca mejor dicho) y al final terminé por sentir aberración hacia su persona, por cogerle tirria,... incluso por odiarlo. Se porta como un auténtico egoísta que sólo piensa en sí mismo. 

«Y la noche fue espesa, una luz oculta en la niebla, pero las palabras amanecieron teñidas de realismo». [pág. 74]

El autor tiene un estilo que me ha gustado muchísimo. Su prosa es pura y limpia, precisa y ajustada a la norma sin que por ello pierda belleza. Cubre a Estela de una ironía fina y llena las páginas de frases cargadas de poesía, algunas de las cuales os he ido mostrando en la reseña. 

Por otra parte, son múltiples las referencias a una de mis películas preferidas, Memorias de África, como si el autor quisiera establecer comparaciones entre el amor que siente Karen por Denis y el amor de Estela por Mateo. En mi caso particular, el uso de estas referencias han servido para unirme mucho más al libro.

Dos cuestiones curiosas. Una. Me llama la atención el hecho de desconocer el nombre de la narradora hasta prácticamente la mitad del libro. Dos. Pero más llamativo me resulta aún el hecho de que uno de los personajes, casi secundario, sea reflejo de un ser de carne y hueso. 

Manuel es un profesor de lengua y literatura que trabaja en el mismo centro en el que Estela imparte clases. También hace sus pinitos como escritor y es el confidente  de nuestra protagonista. Pero Manuel traspasa los límites de la ficción para convertirse en Manuel Finisterre, con idéntica profesión que su reflejo, y  quien curiosamente administra un blog titulado La luz que oculta la niebla. Podéis leer sus impresiones sobre esta novela y alguna que otra curiosidad pinchando aquí. Os recomiendo su lectura.

Para finalizar solo puedo deciros que La luz que oculta la niebla es un libro que me ha gustado muchísimo más de lo que esperaba. Me ha sorprendido la historia, me ha gustado el dibujo de los personajes, la fuerza que destila Estela, el devenir de la vida de este grupo de personajes que son tan mortales,... En definitiva, todo. Y me ha gustado tanto, tanto que hasta el final me ha sabido a poco. No me queda otra más que recomendaros su lectura. 

«La opacidad, la niebla, lo invisible ocultan siempre una luz encriptada que la pupila tiene que descubrir». [pág. 167]

Puedes leer las primeras páginas aquí.

Agradezco el envío del ejemplar a Vanessa, a José Guadalajara y a...

Retos: