BRUTAL: LA PASIÓN DE CRISTO.

Año: 2004.

Nacionalidad: E.E.U.U.

Director: Mel Gibson.

Reparto: James Caviezel, Monica Bellucci, Maïa Morgenstern, Francesco Cabras, Rosalinda Celentano,...

Género: Drama. Religión.

Sinopsis: Año 30 de nuestra era. En la provincia romana de Judea, un misterioso carpintero llamado Jesús de Nazareth comienza a anunciar la llegada del "reino de Dios" y se rodea de un grupo de humildes pescadores: los Apóstoles. Durante siglos, el pueblo judío había esperado la llegada del Mesías - personaje providencial que liberaría su sagrada patria e instauraría un nuevo orden basado en la justicia-. Las enseñanzas de Jesús atraen a una gran multitud de seguidores que lo reconocen como el Mesías. Alarmado por la situación, el Sanedrín, con la ayuda de Judas Iscariote, uno de los doces Apóstoles, arresta a Jesús. Acusado de traición a Roma, Cristo es entregado a Poncio Pilatos, quien, para evitar un motín, lo condena a morir en la cruz como un vulgar criminal.

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A la vista de los días que se avecinan he vuelto a visionar esta película que ya me impresionó en su momento. Brutal es el adjetivo con el que he decidido calificarla pero en ningún momento he querido darle un significado peyorativo. Otros se han atrevido a definirla como sanguinolenta, virulenta, antisemita, de dureza innecesaria, cruda, violenta, desagradable, gore,...

Todos sabemos de qué trata esta cinta pues es la historia que más veces ha sido llevada al cine. Son múltiples las películas que recogen la vida de Jesús desde distintos enfoques: Jesús de Nazareth (Franco Zeffirelli, 1977), Rey de Reyes (Nicholas Ray, 1961), La historia más grande jamás contada (George Stevens y otros, 1965), La última tentación de Cristo (Martin Scorsese, 1988),... Pero en esta cinta no importa tanto el qué sino más bien el cómo. 

«Fue traspasado por nuestras rebeldías, triturado por nuestras culpas; por su llagas hemos sido sanados». [Isaías 53-700 a.C.]

¿Cómo es esta película? Dejando al margen el impacto visual que causan algunas escenas, lo primero que se me viene a la cabeza es el término original. Que yo sepa, hasta la fecha nadie se había atrevido a rodar una película en lenguas tan singulares como el latín, el hebreo y el arameo (lengua que hablaba Jesús, según los eruditos). Por una vez, el inglés queda desterrado de la meca del cine americano y no deja de ser llamativo la elección y apuesta que hace Gibson por una película subtitulada. Para mí es un gran punto a favor tanto para el director como para los actores y actrices, que a la dificultad que debe suponer asumir una personalidad distinta y aprenderse un guión, tienen que añadir interpretar en un idioma tan ajeno. 

Centrémonos. La película no arranca desde la infancia de Jesús sino justo en el momento previo al prendimiento en el Huerto de los olivos (Getsemaní), con motivo de la traición de Judas. Gibson ha querido centrarse en las últimas horas que dura el calvario de Cristo, retrocediendo al pasado en pocas ocasiones y siempre mediante recuerdos en forma de flashbacks tanto del mismo Jesús, como de María Magdalena y de su madre. Los recuerdos de esta última se muestran en escenas llenas de ternura que reflejan un pasado feliz. 

La tensión arranca desde el minuto cero. Con los primeros fotogramas se palpa el sufrimiento de Cristo, sabiéndose conocedor de lo que se le avecina, acompañado de una fotografía preciosa en la que prevalece el negro y el azul. Las sombras, el discurrir de las nubes sobre una luna llena, el silencio previo,... crean una atmósfera tan sobrecogedora que engancha irremediablemente.

En esta película todo está cuidado al mínimo detalle. Gibson ha hecho una labor magnífica al rodearse de un equipo que ha sabido captar la esencia de una historia, una época y sus costumbres. El vestuario es justo y preciso, es decir, ni existe ostentación en los ropajes de Poncio Pilatos y su mujer Claudia, ni en las armaduras de los soldados romanos ni en los miembros del Sanedrín, ni tampoco se ofrece una imagen harapienta de los judíos. Se podría apreciar más pompa y boato en el caso del rey Hérodes y su "corte" pero no es más que una manera de mostrar una imagen caricaturizada del personaje. 

La labor de dirección es brillante. Destaca el encuadre de las escenas, la belleza de los planos superiores incluso en las escenas más crudas, la lentitud con la que se rueda durante escasos segundos,... Todo ello con el fin de imprimir dramatismo y reforzar la tensión del momento. Y algo que siempre me gusta especialmente, rodar una misma escena con multitud de cámaras a la vez ofreciendo una perspectiva desde varios ángulos del tal modo que el espectador tenga una visión global del momento. Para mí, esta película está muy, muy bien rodada. 

En cuanto a la interpretación,... me quito el sombrero. De todo el elenco de actores y actrices que actúan en la cinta tan solo conocía a Monica Bellucci. Indagando sobre los actores me doy cuenta de que a James Caviziel lo he visto en otros trabajos (Frecuency, Mirada de ángel, La fuerza del valor, Déjà vu,...) pero su caracterización como Jesús de Nazareth me tenía totalmente despistada. Magistral es su interpretación en todo momento y especialmente en las escenas de mayor crudeza pero también en aquellas en las que muestra su lado más humano, asustado por el destino que la vida le depara.

Monica Bellucci (María Magdalena) tiene poco texto pero no le hace gran falta más pues solo con su lenguaje no verbal lo dice todo. Y en cuanto a Maïa Morgenstern (María), tengo que decir que era una actriz totalmente desconocida para mí pero que, al igual que sus compañeros, hace un papel maravilloso. 

No hay ni una sola interpretación que me haya parecido artificial y poco convincente. Desde los romanos que se mofan hasta la saciedad del sufrimiento que infringen, pasando por un Poncio Pilatos cauto y reflexivo, su temerosa y prudente esposa Claudia,... todos hacen un papel que roza la perfección, incluso el mismo demonio sobrecoge con su mirada fría como el hielo. ¡De 10!

Y unido a la escenografía se podría decir que la música es una protagonista más. Las piezas de John Debney son absolutas y fundamentales, con fuerza y con garra en las escenas más duras, con ternura y suavidad en las más sensibles. La partitura se adapta a la perfección a cada secuencia, enriqueciendo la escena y completándola.

La película fue rodada en la ciudad de Matera, al sur de Italia. Un pueblo enclavado en un montaña y característico por su casas de piedra. La localización es otro acierto de Gibson pues no cuesta ningún esfuerzo ver reflejada en las calles de este pueblo a la vieja Jerusalem. Matera es considerada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1993.

Sé que es una película dura, que tiene muchas escenas que hieren, que sobrecogen, que la sangre ocupa buena parte de la cuota de pantalla, que te pone el corazón en un puño, que te hace llorar, que a veces tienes que mirar hacia otro lado, ... Se sufre, sí, pero es un trabajo magnífico en el que, incluso la historia llega a ser lo de menos..... Bajo mi punto de vista, esta película no solo se mereció sus tres nominaciones a los Oscars (mejor fotografía, maquillaje y banda sonora), sino que debió ser nominada en otras categorías y por supuesto, llevarse alguna estatuilla, hecho que no ocurrió. Para mí se merece la mayor puntuación y así se la doy.

Os dejo con el trailer.