TRECE HISTORIAS DE FANTASMAS de M.R. James.

Autor

Montague Rhodes James (1862 - 1936), anticuario, medievalista y escritor británico de cuentos de terror. Nació en la rectoría de Goodnestone (Kent), lugar donde su padre ejercía de coadjutor. Desde los seis años sintió una gran afición a la literatura antigua y la bibliofilia. Se educó en el elitista "Eton College", pasando posteriormente a Cambridge, al "King's College", siendo con el tiempo director y vice-director de ambos. 

Su vida fue la de un anticuario preocupado por la continua investigación del pasado, entre viejos manuscritos, clases y reuniones docentes, visitas a antiguas ruinas, bibliotecas polvorientas e iglesias dejadas de la mano de Dios. No contrajo nunca matrimonio ni tuvo hijos. [1]

Sinopsis

Con M.R. James (1862 - 1936) llega a su apogeo el cuento de fantasmas clásico de la era victoriana; la normalidad cotidiana sustituye a los escenarios románticos, y un cierto tono irónico trata de jugar en dos planos con la contradicción íntima del ciudadano ilustrado: su incredulidad racionalista y su necesidad de lo numinoso. 

Como indica en la introducción de este libro Rafael Llopis -prologuista también de los volúmenes de relatos de H.P. Lovecraft, quien personifica precisamente la ruptura con la "ghost story"- da una correlación entre esa mutación dentro de la literatura de terror y los cambios sociales y económicos de la época: al toparse con una público potencial más refinado y menos asustable "el cuento se hace realista, humorista, y se afina para jugar contra el escepticismo del lector y utilizarlo contra él". La propia personalidad del autor de este volumen es ya índice de la transformación del género; director de Eton, latinista y filólogo, sus cuentos están escritos por puro divertimiento y se hallan penetrados de erudición, sentido del humor y gusto por la expresión elusiva. Estas Trece historias de fantasmas - seleccionadas y traducidas por Francisco Torres Oliver- constituyen un perfecto ejemplo de su fórmula literaria: la creación de una atmósfera adecuada, la habiliadad para conseguir un "crescendo" en el relato y el empleo de una técnica realista para mejor provocar el escalofrío. [Editorial Alianza]

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Lo primero de todo es hacer una aclaración para no inducir a equívocos. No confundir Trece historias de fantasmas de M.R.James con Trece cuentos de fantasmas de Henry James. Tanto el título de la obra como el apellido de los autores pueden llevarnos a cometer algún error. Hecha la aclaración, procedamos.

En Trece historias de fantasmas encontramos trece relatos en los que lo fantasmagórico ocupa el centro de atención. Sin embargo no penséis que son relatos sobrecogedores y que os impedirán conciliar el sueño. Nada de eso. Este terror, propio de las novelas góticas, es tan liviano para mi gusto, que apenas puedo catalogarlo como tal.

Os dejo la relación de títulos:

1. El álbum del canónigo.
2. El grabado.
3. ¡Silba y acudiré!
4. Una historia escolar.
5. La rosaleda.
6. El sitial del coro.
7. El sr. Humphreys y su herencia.
8. La residencia de Whitminster.
9. Historia de apariciones y desapariciones.
10. Ocho devocionarios poco comunes.
11. Panorama desde la colina.
12. Cuando anoche en el parque.
13. Cuentos que he intentado escribir.

Ilustración del relato. Catedral de Saint
Bertrand de Comminge.

El primero transcurre dentro de la catedral de Saint Bertrand de Comminge en 1883. Hasta ella se desplaza un inglés con el objeto de visitar la riqueza interior del templo. Allí un sacristán nervioso y huidizo hará las veces de guía. Lo que se supone una visita turística agradable acabará por desvelar el secreto que oculta un libro antiguo repleto de textos misteriosos y hermosas ilustraciones y que, a su vez, despertará el ser que se esconde entre sus páginas. 

«Es él..., él y nadie más que él; la puerta está cerrada». [pág. 33]

El segundo relato es, sin lugar a dudas, mi favorito. La adquisición de un grabado antiguo que, aparentemente muestra la imagen campestre de una casa solariega, mantendrá en vilo a su nuevo comprador, el señor Williams, director del Museo de Arte, y  a sus colegas. La historia que oculta dicho grabado otorga vida propia al mismo.

En los restantes relatos podemos hallar criaturas venidas del más allá que acuden al sonido de un silbato encontrado entre ruinas arqueológicas, figuras talladas en madera y que adorna el coro de una iglesia que adquieren vida propia, personajes que conspiran contra otros para ocupar su cargo y a los que sus actos se vuelven en su contra, unos gemelos que dejan ver mucho más de lo que la realidad ofrece, un laberinto que en nada tiene que envidiar al del Fauno, búhos que hablan,... Diversidad de temas que te harán pasar un rato agradable pues incluso los textos de James no están exentos de una cierta dosis de humor. 

Biblioteca de Cambridge.

Cuando estamos ante un libro de relatos como este, siempre me decanto por leerlos con parsimonia. No vale atiborrarse de un relato tras otro porque con ello sólo conseguiremos empacharnos sin disfrutar de la lectura. En este caso, es altamente recomendable la lectura tranquila, dejándose absorber por la ambientación tan maravillosa que recrea James.

La versión que ofrece Alianza viene adornada con un extenso prólogo obra de Rafael Llopis, quien es considerado un experto en la obra de James. En dicho prólogo Llopis hace un repaso de las distintas etapas por las que han pasado los cuentos de miedo, la época victoriana como telón de fondo de este tipo de historias, el nacimiento de la ghost story,... Así hasta llegar a un estudio más profundo de los fantasmas de M. R. James, al que cataloga como: «un tipo curioso de puro banal. Como persona, no tuvo nada que ver con las torturadas figuras de Poe, Maupassant, de Le Fanu o de otros escritores de cuentos de horror. Al contrario, fue un hombre normalísimo, apacible, lúcido, equilibrado, rutinario y dotado de un agudísimo sentido del humor. Siempre fue un perfecto escéptico y un guasón que, como dice Louis Vax, se dedicó a imaginar, en frío y casi como broma, cuentos para asustar a los demás». [pág. 24 -25]

M.R. James es de pluma elegante y un maestro de la redacción otorgando al texto de armonía y equilibrio, con un estilo limpio y puro. Aunque he leído lo contrario, para mí es un autor que tiende a la precisión de detalles en las descripciones con lo que facilita muchísimo al lector la composición de lugar. Mientras leía los distintos relatos he llegado a sentir cómo el texto tiraba de mí hacia el fondo de la historia, atrapándome en una atmósfera oscura e inquietante pero sin acelerar mi corazón. Se trata de una narración que engancha y que te incita a seguir sumergido en sus páginas. 

Temple Grove. Escenario de su relato Una historia escolar

Por regla general los relatos son de corta extensión, salvo los últimos que se alargan algunas páginas más de lo normal. Narrado en tercera persona y con alusiones directas al lector me resulta curioso la cantidad de veces que el propio autor insiste en su intención de no entretenerse en acontecimientos superfluos que nada aportan a la narración, ni en personajes secundarios que lo único que harían sería desviar la atención del lector. Pero esto no es la impresión que he tenido como lectora, sino que es el mismo autor quien te lo aclara de su puño y letra: 

«Como pueden ustedes suponer, el que acababa de hablar era una persona interesada en la arqueología, pero, puesto que sólo aparece en el preámbulo, no hace falta que enumere sus títulos». [pág. 60-61]

«No hace falta que me entretenga en describirle, lo que importa es que llegué a conocerle bastante bien». [pág. 86]

La impresión que causa un relato u otro no es siempre la misma. Obviamente algunos están mucho más elaborados mientras que otros no llegan a impactar. Entre los que no me gustaron especialmente están: Historia de apariciones y desaparaciones, Ocho devocionarios poco comunes, y Cuando anochece en el parque. Pero el hecho de que no produzcan más que una ligera inquietud no quiere decir que no existan frases o pasajes que no sean realmente turbadores. Atención a la siguiente: «Y la historia de aquella mujer que, al encerrarse en su dormitorio, en una casa extraña, oyó una voz tenue entre los cortinajes que le susurraba: "Ahora vamos a pasar la noche tú y yo, aquí encerrados"». [pág. 85]. Imaginarse la escena eriza el espinazo.

En definitiva se trata de un libro que hará las delicias de los lectores de novela gótica, cargada de una atmósfera amenazadora en algunos casos que sugiere más que muestra y en la que la imaginación del lector juega un papel fundamental.

Os dejo con un vídeo que recrea uno de los relatos de terror de este autor: El fresno (The Ash Tree). Lamentablemente, todo el material que he encontrado está en inglés. 

Existe una película rodada en 1957 y titulada La noche del demonio. Está basada en el relato de este autor que lleva por nombre El maleficio de las runas. Aunque la cartelería no es muy buena (recordemos que se trata de una película de finales de los 50), las críticas son bastante aceptables por lo que habrá que hacerle un hueco. 

Retos: 

Fuentes:

[1] wikipedia
Imágenes
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