Autor
María del Carmen Aranda, nacida en Madrid el primero de agosto de 1958 se define como una pensadora de los comportamientos humanos, sus deseos, miedos e inquietudes. Ha viajado por Europa, Asia, África y América. Las experiencias adquiridas le han ayudado a plasmar los sentimientos y experiencias de otras personas.
Sinopsis
Enfrentarse a las vicisitudes de la posguerra no es tarea fácil, y menos aún para una niña huérfana de 7 años que no tuvo más remedio que utilizar su coraje y su sueño de esperanza, a pesar de los obstáculos, para infundir el espíritu de superación en una familia de once miembros.
La historia transcurre en Madrid, donde el afán por vivir de una niña coraje no dejará indiferente a nadie que lea este libro.
María del Carmen Aranda ha sabido plasmar todo lo que le pasó a esta niña de una manera que no deja nada a la imaginación del lector. Poderosa, real, intrigante, y divertida, se involucrará en esta historia.
Ya conocéis mi atracción por cierto periodo de la historia de España y también mi "dejarme llevar" por las cubiertas de los libros que a veces tiran más de mí que las sinopsis. Si a eso le sumamos que estamos ante una novela testimonial, el resultado es obvio.
Flores entre los escombros es una obra que bien serviría de anexo a cualquier libro escolar de Historia de España. Con un título bastante ilustrativo, que te hace pensar en un campo de cardos en el que sobresale la imagen de una amapola fresca y bella, esta breve historia (tan sólo ochenta páginas más una galería de fotos) se abre con una dedicatoria a la madre de la autora -Concepción Fernández Segura- la protagonista de esta pequeña novela, y posteriormente con una cita que bien recuerda a aquellas tan célebres de Tagore.
Los que tengáis ya una edad, seguro que habréis escuchado a vuestros padres o abuelos relatar cómo era la vida durante la guerra civil o, más concretamente, durante la postguerra. Si es así, cerrad los ojos e imaginad que estáis en una comida familiar en cuya sobremesa, al calor de la chimenea, asistís a una tertulia en la que los mayores dejan boquiabiertos a los más jóvenes con el relato de unos años duros como la piedra. Este tipo de tertulia es la que encontramos en Flores entre los escombros.
Fue precisamente así como a María del Carmen Aranda se le ocurrió escribir este libro por marzo de 2006, después de oír a su madre relatar las penurias que pasaron en aquellos tiempos. Se trata de un homenaje que esta autora desea hacer a su progenitora para que quede constancia del valor y amor a la vida que ella derrochó en unos años en los que la lucha por la supervivencia era el pan nuestro de cada día.
A través de sus páginas conocemos de primera mano el nacimiento de la protagonista y narradora a principios de 1932, sabremos de la multitud de hijos que tuvieron sus padres, Antonia y Catalino, cómo era la vida en aquellos barrios humildes en el que numerosas familias se hacinaban en escasos metros cuadrados sin apenas intimidad. Infinitud de experiencias y sinsabores que convirtieron a aquella generación en huesos duros de roer.
Imagino que sabréis que por aquellos años muchos niños fueron separados de sus padres y enviados al extranjero, a Rusia en algunos casos. Aranda, por boca de su madre, nos cuenta cómo se vivían aquellas situaciones dantescas en la que los pequeños eran arrancados del regazo de su madre. Ese pasaje me hizo recordar una película española protagoniza por Carlos Iglesias y titulada Ispansi (2011) que os recomiendo sí o sí.
Imagino que sabréis que por aquellos años muchos niños fueron separados de sus padres y enviados al extranjero, a Rusia en algunos casos. Aranda, por boca de su madre, nos cuenta cómo se vivían aquellas situaciones dantescas en la que los pequeños eran arrancados del regazo de su madre. Ese pasaje me hizo recordar una película española protagoniza por Carlos Iglesias y titulada Ispansi (2011) que os recomiendo sí o sí.
Son numerosos los detalles que nos revelan estas páginas y que para mí eran totalmente desconocidos, como la costumbre de hacer bautizos colectivos, el término «cien gramitos» que aplicaban a los gobernadores civiles, los trucos para saltarse las restricciones de las cartillas de racionamiento o las distintas maneras que ideaban los niños para estafar a la trapera a la que le vendían las cosas más inverosímiles con tal de obtener algunas perras que le permitieran obtener el dinero suficiente para poder llevarse algo a la boca.
Al pasar de cada página, he visto a nuestra Concha deambular de un sitio a otro buscando aquí y allá cualquier cosa que le permitiera hacer un trueque. Da la impresión de que, tanto para ella como para sus amigos, todos de corta edad, aquella vida no solo estaba llena de penas y amarguras sino también de pequeñas aventuras que los niños veían como juegos en los que invertir días e incluso noches. La inocencia de la infancia se convertía entonces en una bendición que impedía tener una conciencia real de la situación.
Al pasar de cada página, he visto a nuestra Concha deambular de un sitio a otro buscando aquí y allá cualquier cosa que le permitiera hacer un trueque. Da la impresión de que, tanto para ella como para sus amigos, todos de corta edad, aquella vida no solo estaba llena de penas y amarguras sino también de pequeñas aventuras que los niños veían como juegos en los que invertir días e incluso noches. La inocencia de la infancia se convertía entonces en una bendición que impedía tener una conciencia real de la situación.
Aranda luce una prosa poética para desgranar una narración que engancha por su feroz realismo aunque en alguna ocasión adolezca de falta de fuerza.
A pesar de que la historia es sincera, humilde, cercana para muchos y tremendamente instructiva, también posee algunas aristas que requieren pulimento. Algún acento mal colocado, cambios en estructuras de oraciones que dejan atrás algún artículo perdido, una falta de ortografía de cierta magnitud,... detalles que restan belleza a una historia hermosa y realista y que deberían ser revisados.
Por otra parte, Aranda nos ofrece diversas notas al pie que nos ayudan a entender mejor el texto pero creo que en su afán de ser clara se excede en demasía pues hace aclaraciones de términos demasiado comunes como sabañones o escapulario, que bajo mi punto de vista sobran.
En cuanto al final se me quedó corto. La autora remata perfectamente la historia de su madre Concha y deja claro lo que le deparó el destino, sin embargo me deja lagunas porque también me hubiera gustado saber qué ocurrió con el resto de sus hermanos y con su padre enfermo. Quizá la autora quiso quedarse en ese homenaje a su madre, sin más, sin ahondar demasiado y de ahí la brevedad de la novela y la interrupción de una historia que aún podía haber dado más de sí.
Cartilla de racionamiento |
Podéis leer algunas páginas de esta novela aquí.
«La realidad es dura pero tiene muchos colores y yo elegí el de una flor». [pág. 53]
Es un periodo que me parece muy interesante y quizás le de una oportunidad a la novela.
ResponderEliminarPues ya me contarás albanta. besos.
EliminarMe ha gustado el titulo,la portada y la historia que cuenta,es muy interesante este periodo de nuestra historia , mis abuelos y mis padres tambien nos cuentan historias de ese periodo tan dificil.
ResponderEliminarBesos
Siiii los abuelos y en mi caso mis padres,.... también me han contado historias muy interesante de esos años. Besitos Manuela.
EliminarLa verdad q me gusta leer sobre esa época y la dureza de la misma. Tiene buena pintaaa aunque me hecha para atrás que no termine de contar lo que le sucede a algunos de los personajes, aún así creo k me la apunto!!!!
ResponderEliminarSaludos
Bueno Zeno, sobre la protagonista principal sí que cuenta el final. Besitos.
EliminarPues la tendré en cuenta, a pesar de que en este momento no es que me apetezcan lecturas tristes o duras, porque me parece muy interesante la historia de esta niña.
ResponderEliminarBesos
Ok Dorothy.... Besitoss
EliminarBuena reseña, me has dejado con ganas de leerla, porque a mí el periodo y la localización también me llena de recuerdos,
ResponderEliminarbesucus
Pues espero que la disfrutes porlomenix. Besos
EliminarNormalmente no suelo leer novelas testimoniales, porque al final no deja de ser un genero muy crudo y hay veces que acaba afectandome. Pero este libro me ha llamado la atencion, asi que lo apuntaré para futuras revisiones. Besos!
ResponderEliminarOk Xula... pues a leer. Besotes.
EliminarUn periodo histórico interesante y del que no conozco demasiado pese a tratarse de nuestro país. Tomo nota. Un beso!
ResponderEliminarOk Meg... Un besito
EliminarMe pasa con libros y películaS que cuando tienen ese aire de hecho real más me siento atraída. Anoto como posible, aunque este periodo no es del que más frecuento. Besos
ResponderEliminarA mí me pasa igual que a ti Marilù.... Besitos
EliminarA mi tambien me encanta este tema de a guerra civil y la postguerra (todos los libros que he leido a cerca de estos hechos me han gustado) Asi que seguramente lea este tambien n.n
ResponderEliminarun beso!
Pues espero que lo disfrutes HellCat. Besos.
EliminarUna estupenda reseña, tomo nota del libro.
ResponderEliminarBesitos.
Muchas gracias Inés. Besos
EliminarSegún empecé a leer la reseña pensé en esas anécdotas y vivencias que a mí, como a todos nos han contado de pequeños. Igual por eso me resulta difícil leer sobre aquella época, más aún, si la historia en concreto es real, como es este caso. No me la apunto pero me gustó mucho la reseña. El sábado intenté ver Pan Negro y la tuve que dejar.
ResponderEliminarBesos
Pan Negro la vi en su día y me gustó. No me resulta duro leer sobre este periodo, es parte de nuestra negra historia, pero entiendo lo que dices y mucho. Besotes Norah.
EliminarMe gusta ese periodo histórico. Además está escrito por lo que veo en tu reseña por alguien de mi quinta, motivo añadido para que pueda engancharme.
ResponderEliminarEspero que te guste Pedro. Besos
EliminarMe gusta lo que cuentas. Me gusta también el período de la historia que abarca y que nos hable de un personaje real. Así que me lo llevo muy bien apuntado.
ResponderEliminarBesotes!!!
Me alegro Margari. Besos
EliminarNo conocía este libro pero me llevo la recomendación porque es un periodo que me atrae mucho así que no me importaría leer el libro, tiene buena pinta
ResponderEliminarbesos
Espero que te guste Tatty, besotes
EliminarPara la lista ahora mismo, me encanta todo lo que, la época, las diferencias culturales, los sentimientos... todo. Me quedo con la parte instructiva que resaltas también. Un beso y feliz semana :)
ResponderEliminarEspero que la disfrutes Yossi. Besos
EliminarAl contrario que a ti, a mi me cuestan este tipo de historias. Eso sí, lo que me encanta es que mi abuela me cuente batallitas de su juventud. Alguna vez hasta me han dado ganas de escribir una novela con ellas (sí, de esas que luego no leo...).
ResponderEliminarBesos!=)
Caminante seguro que tu abuela puede aportarte material muy valioso para esa novela. Besitos
EliminarNo conocía este libro, pero reconozco que me ha picado la curiosidad con tu reseña, así que estaré atenta por si lo puedo pillar. 1beso!
ResponderEliminarOk Tizire. Besines
EliminarMe ha gustado tu reseña y el libro pero seria para leerlo en el futuro ya que ahora ando leyendo algo de la misma epoca. Besos.
ResponderEliminarOk Rocío para otra ocasión entonces. Besos.
EliminarLa Historia, cuando se toca casi de primera mano o bebe de experiencias reales, tiene una fuerza muy especial en las novelas. Y aunque esos aspectos a mejorar echen un poco para atrás (especialmente el tema ortográfico y demás), me ficho la novela, que además no conocía :)
ResponderEliminarUn besín!
Los detalles que menciono deslucen un poco la historia pero bueno es una lectura muy agradable. Besos.
EliminarTienes un premio en mi blog: http://milirio.blogspot.com.es/2013/02/premio-stupendous-blog.html
ResponderEliminarUn besazo.
Gracias Susana... paso a verlo. Besos.
EliminarA mi me encantaba sentarme con mis abuelos a que me contaran cosas de la postguerra , no porque fueran buenos tiempos sino por el tono y lo que aprendía con ellas.
ResponderEliminarBatallitas de mayores... a mí también me gustan. Besos.
EliminarAunque ahora estoy en una etapa de parón de lecturas de género histórico no descarto este libro, tiene muy buena pinta.
ResponderEliminarBesos,
Ok Trotalibros si lo lees ya me contarás. Besos.
EliminarNo se yo, entre los pequeños peros y que el tema no termina de llamarme creo que este no me lo voy a apuntar. Ya he pasado por varios sobre esta temática el pasado año
ResponderEliminarBesos
Ok mientrasleo pues a otra cosa. Besos
EliminarMarisa, me ha conquistado tanto tu reseña, como el libro. Yo también siento debilidad por esta época y curiosamente por las portadas, ¡qué casualidad ! Me la apunto sin dudarlo. Gracias y un beso
ResponderEliminarOk Silvia espero que te guste. Besos.
EliminarNo acaba de llamarme el tema y al no ser una novela redonda, tiene sus 'peros' por lo que comentas, creo que no la anotaré...
ResponderEliminarBesos,
Ok Carmen. Besos.
EliminarMe gusta leer sobre esa época y es verdad que muchas veces hemos oído hablar a nuestros abuelos o familiares sobre lo que pasó. Aunque no fuera algo agradable si lo es el escuchar a la gente e imaginarnos lo que tuvieron que vivir.
ResponderEliminarUn besito
Es verdad Marga, y a veces ellos hablan de esa época con mucho orgullo porque se sienten así después de haber luchado tanto. Besos
EliminarGracias por tu reseña Marisa
ResponderEliminarDecidí contar su historia cuando vi a mi madre con ojos llorosos escuchando una noticia en TV. Es un libro de emociones a flor de piel, como tú muy bien has descrito, en el cual la piedad se contrapone al odio y por eso pueden encontrarse "Flore entre escombros".