Autor
Antonio Mingonte nació en Sitges en 1919, hijo de un músico. Aprendió a dibujar de forma autodidacta y con veintisiete años empezó a colaborar con la revista La Codorniz. Dos años más tarde publicó su primera novela, Las palmeras de cartón, y en 1953 comenzó una colaboración, que no se ha interrumpido desde entonces, con el diario ABC. A partir de 1955 compaginó su trabajo en el diario con la dirección de la revista de humor Don José, en la que publicaron escritores y dibujantes hoy muy reconocidos en España.
Ha publicado numerosos libros de humor gráfico, como Los inevitables políticos, Las fiestas nacionales, Historia del traje, El conde Sisebuto, La venganza de Don Mendo, entre otros muchos. También ha ilustrado El Quijote en una edición única publicada en Planeta y ¡Viva la ciencia!, con José Manuel Sánchez Ron, publicada en Crítica. Pero como se demuestra en este libro, escribir le gusta tanto como dibujar. Ha escrito una segunda novela, titulada Adelita en su desván, numerosos libretos para revistas musicales y guiones para series de televisión. Desde 1987 es miembro de la Real Academia Española de la Lengua. En 2008 publicó en Planeta la edición definitiva de su obra maestra, Hombre solo.
Sinopsis
Al genial humor de los dibujos de Antonio Mingote se une aquí su sorprendente capacidad para narrar en menos de un folio. Y es que en la mayoría de los cuentos de este volumen, el autor no ha necesitado más de doscientas palabras para hacer sonreír al lector. Unas veces con rima, otras con un sencillo diálogo, siempre con una ironía fina y cierto toque de surrealismo, Mingote nos lleva a su particular mundo donde prevalece la mordacidad, pero no falta la reflexión sobre el sentido de la vida.
Por este mundo son ya unos pocos genios los que han pasado, han dejado su impronta y se han marchado arrastrando un vacío irrellenable. Antonio Mingote fue uno de ellos. Un genio genial que nos dejó no hace todavía un año.
Supo ver lo malo y lo bueno de esta vida desde su crítico lapicero y aún en las situaciones más desastrosas consiguió sacarnos una sonrisa.
¿Quién se puede resistir a leer el título de la obra que traigo hoy sin notar que sus labios se curvan hacia arriba? Es tarea imposible. La primera vez que vi esta cubierta en los anaqueles de la biblioteca, me reí muchísimo y desde entonces se me quedó la breva tras la oreja hasta que al final cayó en mis redes.
El caer de la breva es una recopilación de pequeños relatos ilustrados en los que se combina el dibujo unido a una capacidad de narrar igualmente ingeniosa. Consta de 72 pequeñas historias, algunas resueltas con mayor agudeza y otras con simple gracia, pero todas ellas dignas de ser leídas y disfrutadas. No todas están tituladas, algunas simplemente comienzan sin más, sin que les anteceda un rótulo que identifique lo que vamos a leer. Lo que decía, genial.
Cuesta trabajo seleccionar algunas porque todas ellas gozan de una calidad magnífica pero por hacer un pequeño barrido os resumiré algunas.
#1 El caer de la breva.
Historia que da título a la obra, en la que Polimnia, la musa de la poesía lírica anda queriéndose enamorar y coloca sus miras en el mortal Ramón Pelegrín, pero a Ramón las artes de Cupido le traen sin cuidado porque sus mientes intentan averiguar por qué es buena cosa que la breva caiga; así que sentado bajo una higuera, cual Newton con la manzana, espera por ver si la breva cae y la luz se hace.
# 7 Atila a su madre, en Panonia.
Atila está enfadado. Dicen las malas lenguas que por donde pasa su caballo no crece la hierba y claro, a él le preocupa que tales habladurías lleguen a oídos de su madre y la pobre mujer se disguste. Así que decide escribirle una carta dejándole clarito que él es un buen chico.
# 18 Cumplida la condena por el último asesinato.
Uno se pasa la vida cometiendo fechorías, que si hoy mata a uno, que si hoy mata a otro, y así le va la vida, salvando el pellejo una y otra vez. Pero llega un día en que se levanta con buenos ánimos y precisamente cuando realiza una buena acción, llega la vieja de la guadaña y le corta el gaznate.
[Relato completo]
El amor y los enamorados son objeto de análisis en estas páginas. Esas incertidumbres que acechan a los jóvenes al pensar que el motivo de sus desvelos cambiará de la noche a la mañana, que algún hecho fuera de su alcance romperá sus sentimientos y sufren, sufren muchísimo. O también nos topamos con esa amante, que exige a su amado que sea un poquito más original en sus disertaciones amorosas.
Luego son varios los episodios históricos que Mingote versiona: El caballo de Troya, las bodas de Caná, el arca de Noé, las Mil y una noches,...
Y personajes famosos también tienen cabida. Velázquez no es pintor de la corte. Que no. Que Velázquez hace retratos robots de delincuentes para la policía y el pobre lo hace tremendamente mal y si se sienta a pintar una gran obra (Los borrachos), los modelos le salen charlatanes y camorristas. Séneca será otro de los personajes que mantiene correspondencia con su progenitora de nombre Justina y residente en Córdoba. Blancanieves nos ha salido un poco promiscua y queda embarrada su imagen angelical del cuento. Einstein, Don Juan Tenorio, Adán y Eva, entre otros completarán el repertorio.
Como veis, situaciones que arrancan la sonrisa del lector, por su ironía, comicidad, por ser hilarantes y originales. Una perspectiva diferente sobre lo divino y lo humano que amenizará unas pocas horas de nuestro tiempo.
El vocabulario de Mingote es maleable. Se adapta a la perfección a la historia que nos presenta, con un lenguaje fresco y coloquial o erudito según las circunstancias.
[Relato completo]
No todo es lo que parece.
He disfrutado mucho con esta lectura que se me ha hecho corta y me ha dejado tan buen sabor de boca, tanto que me apetece muchísimo seguir leyendo el resto de sus obras con la promesa de pasar un rato divertido. Desde luego, Mingote, sus textos y su prosa es una buena alternativa para dar con la puerta en las narices al lado más amargo de la vida.
Por este mundo son ya unos pocos genios los que han pasado, han dejado su impronta y se han marchado arrastrando un vacío irrellenable. Antonio Mingote fue uno de ellos. Un genio genial que nos dejó no hace todavía un año.
Supo ver lo malo y lo bueno de esta vida desde su crítico lapicero y aún en las situaciones más desastrosas consiguió sacarnos una sonrisa.
¿Quién se puede resistir a leer el título de la obra que traigo hoy sin notar que sus labios se curvan hacia arriba? Es tarea imposible. La primera vez que vi esta cubierta en los anaqueles de la biblioteca, me reí muchísimo y desde entonces se me quedó la breva tras la oreja hasta que al final cayó en mis redes.
El caer de la breva es una recopilación de pequeños relatos ilustrados en los que se combina el dibujo unido a una capacidad de narrar igualmente ingeniosa. Consta de 72 pequeñas historias, algunas resueltas con mayor agudeza y otras con simple gracia, pero todas ellas dignas de ser leídas y disfrutadas. No todas están tituladas, algunas simplemente comienzan sin más, sin que les anteceda un rótulo que identifique lo que vamos a leer. Lo que decía, genial.
Cuesta trabajo seleccionar algunas porque todas ellas gozan de una calidad magnífica pero por hacer un pequeño barrido os resumiré algunas.
#1 El caer de la breva.
Historia que da título a la obra, en la que Polimnia, la musa de la poesía lírica anda queriéndose enamorar y coloca sus miras en el mortal Ramón Pelegrín, pero a Ramón las artes de Cupido le traen sin cuidado porque sus mientes intentan averiguar por qué es buena cosa que la breva caiga; así que sentado bajo una higuera, cual Newton con la manzana, espera por ver si la breva cae y la luz se hace.
# 7 Atila a su madre, en Panonia.
Atila está enfadado. Dicen las malas lenguas que por donde pasa su caballo no crece la hierba y claro, a él le preocupa que tales habladurías lleguen a oídos de su madre y la pobre mujer se disguste. Así que decide escribirle una carta dejándole clarito que él es un buen chico.
# 18 Cumplida la condena por el último asesinato.
Uno se pasa la vida cometiendo fechorías, que si hoy mata a uno, que si hoy mata a otro, y así le va la vida, salvando el pellejo una y otra vez. Pero llega un día en que se levanta con buenos ánimos y precisamente cuando realiza una buena acción, llega la vieja de la guadaña y le corta el gaznate.
[Relato completo]
Carta a Samuel Levinstein, desde el Sinaí, a Pipho Pirámido, en Tebas.
Querido amigo Pipho:
Recordarás que prometí matarte en cuanto te viera, cosa que no ha sido posible debido a la precipitación con que tuvimos que salir de Egipto camino de la Tierra Prometida.
Pues te diré que, tras largas jornadas por el desierto, hemos llegado al pie del monte Sinaí, y ha subido al monte Moisés, que es quien nos dirige, como sabes, y al cabo del tiempo ha bajado con unas tablas de piedra donde Yahvé ha dejado escritos unos mandamientos que son como el reglamento para nosotros los judíos. Y has de saber que el quinto mandamiento dice "No matarás", así que no te extrañes de que, en cuanto te eche la vista encima, te pegue una bofetada en lugar de matarte como había prometido. Aunque espero que sea una bofetada de la que te acuerdes toda la vida.
Este que lo es,
Samuel Levinstein
No pongo la fecha porque en este desierto cualquiera sabe. [pág. 45]
El amor y los enamorados son objeto de análisis en estas páginas. Esas incertidumbres que acechan a los jóvenes al pensar que el motivo de sus desvelos cambiará de la noche a la mañana, que algún hecho fuera de su alcance romperá sus sentimientos y sufren, sufren muchísimo. O también nos topamos con esa amante, que exige a su amado que sea un poquito más original en sus disertaciones amorosas.
Luego son varios los episodios históricos que Mingote versiona: El caballo de Troya, las bodas de Caná, el arca de Noé, las Mil y una noches,...
Y personajes famosos también tienen cabida. Velázquez no es pintor de la corte. Que no. Que Velázquez hace retratos robots de delincuentes para la policía y el pobre lo hace tremendamente mal y si se sienta a pintar una gran obra (Los borrachos), los modelos le salen charlatanes y camorristas. Séneca será otro de los personajes que mantiene correspondencia con su progenitora de nombre Justina y residente en Córdoba. Blancanieves nos ha salido un poco promiscua y queda embarrada su imagen angelical del cuento. Einstein, Don Juan Tenorio, Adán y Eva, entre otros completarán el repertorio.
Como veis, situaciones que arrancan la sonrisa del lector, por su ironía, comicidad, por ser hilarantes y originales. Una perspectiva diferente sobre lo divino y lo humano que amenizará unas pocas horas de nuestro tiempo.
El vocabulario de Mingote es maleable. Se adapta a la perfección a la historia que nos presenta, con un lenguaje fresco y coloquial o erudito según las circunstancias.
[Relato completo]
Tropezaron, ella al entrar y él al salir del ascensor.
—Perdón —dijo él, pensando que acababa de chocar con una de esas cretinas atolondradas que se precipitan a la peluquería con la pretensión, una vez bien peinadas, de seducir a un idiota y vivir a su costa para siempre.
—No es nada —dijo ella, lamentando la abundancia de hombres presuntuosos, como ése, probablemente homosexual y sin más aspiraciones que la de llegar a tiempo para disfrutar el partido de fútbol bebiendo cerveza frente a la tele.
Y siguieron su camino, él al quirófano donde operaba aquella tarde, y ella a la biblioteca a consultar unos datos sobre la memoria histórica que estaba escribiendo.
No sabían que habían nacido el uno para el otro, que, juntos, habrían sido felices toda la vida.
No volvieron a encontrarse en ningún otro lugar del universo. [pág. 23]
No todo es lo que parece.
He disfrutado mucho con esta lectura que se me ha hecho corta y me ha dejado tan buen sabor de boca, tanto que me apetece muchísimo seguir leyendo el resto de sus obras con la promesa de pasar un rato divertido. Desde luego, Mingote, sus textos y su prosa es una buena alternativa para dar con la puerta en las narices al lado más amargo de la vida.
Reto:
No soy de este tipo de lectura pero me ha hecho mucha gracia el título.
ResponderEliminarBesitos.
El título es buenísimo Inés. Besos
EliminarEsta vez no me llevo anotada tu recomendación ya que no soy aficionada ni a los relatos ni a los libros ilustrados, por lo que no me atrae especialmente
ResponderEliminarbesos
Ok Tatty, besitos.
EliminarQué buen libro el que nos traes hoy, Marisa! Desde luego, Mingote es un genio y su obra no causa más que buenas sensaciones. Yo me apunto tu recomendación de hoy como impepinable. 1beso!
ResponderEliminarMingote es magnífico Tizire. Un besote.
EliminarSe agradece que nos saquen una sonrisa hoy en día. Será un libro a tener en cuenta.
ResponderEliminarBesos
Norah, tal y como está el patio hay que rodearse de cosas que te hagan reír y con este libro he echado mis buenas carcajadas. Besos
EliminarLa verdad es que siempre se asoma una sonrisa con las historias de este hombre. Puede ser agradable e interesante este libro que nos traes. Le echaré una ojeada para uno de estos días en que necesitas algo que te haga sonreír.
ResponderEliminarBss.
Seguro que con este libro te ríes Nieves. Besos
EliminarMe has dejado con ganas de libro. Hacer sonreir en tan pocas palabras no es cosa fácil
ResponderEliminarNo lo es Pedro, pero Mingote lo consigue. Besos
EliminarUy, Mingote. Ya solo con oir su nombre uno sonríe. Qué buenos recuerdos tengo de este genio, de este artista del lapicero. Leyendo los dos relatos me has alegrado el día porque esto es lo que nos hace falta últimamente, que alguien nos alegre el día, que vaya tela. Besos.
ResponderEliminarTienes toda la razón Francisco. Me alegro que te hayas reído. Un beso.
EliminarEstá claro que con este libro, te echas unas risas, tan necesarias con los tiempos que corren, que parece que todo son malas noticias. Un saludo!
ResponderEliminarAsí es Teresa, por eso es mejor rodearse de cosas alegres. Besos.
EliminarEste libro no lo he leído, pero con la consideración que tengo por Mingote y por otras cosas que he leído de él, sólo puedo decir que me parece un genio en su trabajo.
ResponderEliminarUn beso.
Auténtico genio, Enzo. Besos
EliminarBueno, bueno, buenooooooooooo ¡qué sorpresón! Soy fan de La Codorniz y eso que por edad y por geografía, no estaba en este país, no la he conocido pero una vez me encontré una en una librería de segunda mano de Granada y me puse a investigar y a conseguir números. Ahora ya solo queda la versión web, Kodorniz con K pero este libro me lo traigo a casa en cuanto lo vea. Un beso Marisa y buena semana :)
ResponderEliminarEspero que lo disfrutes mucho Yossi. Besos
EliminarNo sabes el descubrimiento que me acabas de hacer. A mi abuelo le encanta Mingote de siempre y se acerca su cumpleaños (88 años ya) y llega un momento en que es imposible regalar. Estoy segura que esto le encantará y le sacará varias sonrisas. ¡Gracias de verdad!
ResponderEliminarMuchos besos
Isabel, me alegra haberte ayudado a elegir regalo y espero que tu abuelo disfrute mucho con este libro. Besotes y gracias a ti.
Eliminar¡¡Ays!! me has convencido, no lo he leído pero con tu conclusión creo que me vendría bien un libro como este ahora. Besos
ResponderEliminarPues adelante Marilú... a leer cosas divertidas. Besos
EliminarPues los relatos que nos has dejado me han gustado. No he leído nada de Mingote, pero lo tendré en cuenta a partir de ahora. Un beso.
ResponderEliminarSilvia, tampoco había leído nada de Mingote hasta ahora pero me he quedado con ganas de mucho más. Besos.
EliminarMe encaaaaaaanta Mingote =)
ResponderEliminarBuena entrada!
Besotes
Gracias Shorby. Besos
EliminarEs uno de los dibujantes con los que he ido creciendo, incluso una vez me dio por coleccionar sus viñetas cómicas. Un genio sin lugar a dudas
ResponderEliminarUn genio total Fesaro.
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