LOS WATSON de Jane Austen.

Autor

Jane Auste (Stevenson 1775 - Winchester, 1817). Novelista británica. Séptima hija de una familia de ocho hermanos, su padre se encargó personalmente de su educación. En 1801, los Austen se trasladaron a Bath y luego a Chawton, un pueblo de Hampshire, donde la escritora redactó la mayoría de sus novelas. Apacible, sereno y equilibrado es su modo de escribir, y describe con sutil ironía el ambiente de la clase alta rural del sur de Inglaterra. El interés de sus obras reside en los diferentes matices psicológicos de sus personajes, y en la descripción, con una buena dosis de crítica, del ambiente social en que sitúa a sus protagonistas, que no es otro que le suyo propio, el de la burguesía acomodada.

Sinopsis

Emma Watson asiste a su primer baile. Su belleza e ingenuidad harán que todas las miradas se centren en ella. ¿Es eso la felicidad para una joven en la Inglaterra previctoriana...? Con este pretexto, Jane Austen nos habla de nuevo de la condición de la mujer de su época, de su limitado papel en la sociedad y de su falta de recursos propios.

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Para mí leer a Jane Austen es siempre un placer, aunque he de reconocer que Los Watson, de la que se conserva el manuscrito original, no es la obra que más me haya gustado de esta autora. 

La historia comienza con el regreso de Emma Watson al hogar tras haber pasado muchos años al amparo de una tía de buena posición que le ha proporcionado una educación más refinada que la que poseen sus familiares. Su tía contrae nuevas nupcias con un irlandés y con motivo de su traslado a Irlanda no podrá hacerse cargo de su sobrina. En la casa paterna, Emma retoma sus relaciones con su padre (enfermo) y sus hermanos, especialmente con su hermana mayor Elizabeth, quien, ante la inminente celebración del baile de invierno al que Emma asistirá, pretende instruirla sobre la forma de comportarse y sobre los distintos invitados a la fiesta.


Si hay algo que me gusta de las obras de Jane Austen es ese ambiente lleno de "festividad" que se respira en sus novelas.  Constantemente hay bailes, "horas del té", reuniones sociales, picnics... y las señoritas distinguidas invierten las jornadas en clases de canto, música, pintura,... Un mundo paradisíaco para mí si no fuera por el papel tan ninguneado que jugaba la mujer en aquella época y que, tal y como se dice en la sinopsis, Los Watson resalta. 

Sobre la posición de la mujer y su meta final encontramos auténticas perlas en el texto:

«—No ciertamente; pero ya sabes que no tenemos más remedio que casarnos.» [pág. 12]

No tenemos más remedio que casarnos... porque de otro modo, ¿en qué nos convertimos? En solteronas solitarias con poca vida social y a las que todo el mundo mira de soslayo. Una auténtica desgracia para las coetáneas de Emma.

A su vez, el hombre también busca un buen casamiento, a ser posible con una dama que aporte una buena dote a su patrimonio, pero por supuesto no todos lo tienen fácil. En Los Watson, Samuel, el hermano de Emma,  vive enamorado de la Srta. Edwards, perteneciente a una familia adinerada pero....

«—¡Oh, no! Los Edwards aspiran a mucho más. Sus padres nunca lo consentirían. Sam no es más que un médico... » [pág. 23]

Ahí es nada. Todo se reduce a lo mismo. Los bailes no son meros entretenimientos sociales, sino que su función va mucho más allá. Es el lugar en el que uno se exhibe como si de un escaparate se tratara y dependiendo del éxito o fracaso que un individuo tenga su vida se encaminará en una dirección u otra. En los bailes se potencian las relaciones que pueden llegar a concluir en bodas, y que a su vez pueden desembocar en riqueza.

Jane sabía bien de lo que hablaba. A lo largo de su vida fue cortejada en varias ocasiones pero ni ella ni su hermana Cassandra (la única hermana que tenía y con quien compartía confidencias) llegaron a contraer matrimonio. A los 20 años de edad, Jane se comprometió con Thomas Lefroy pero el galán tuvo que romper el compromiso al comprobar que no contaba con capital suficiente como para mantener a una esposa. 

Se sabe que esta novela está inconclusa. Comenzó a escribirla entre 1803 -1804. Los motivos por los que Austen no le puso final son de diversa índole. Algunos entendidos lo achacan al fallecimiento de su padre (1805), triste acontecimiento que comparte con la protagonista de la novela, y que la sumió en una profunda pena pues estaba muy unido a él. Por otro lado, también se baraja como posibilidad el hecho de que existiera demasiada similitud entre la vida real de la escritora y la ficticia de su protagonista. 

Pero si hoy conocemos una especie de final se debe a la labor de su sobrina Catherine Anne Hubback, hija de Francis Austen. Cassandra y Emma, como únicas hermanas en el seno familiar, estaban muy unidas y, tal y como he comentado antes, se hacían confidencias. En una de esas ocasiones, Emma reveló a Cassandra cuál sería el final de Los Watson. De este modo, Cassandra narró a su vez la historia a sus sobrinos y definitivamente fue Catherine la que se atrevió a ponerle punto y final, aunque ella decidió titular la obra como The Younger Sister.

El hecho de que Austen no acabara la obra de su puño y letra, dejó el camino abierto para que otros lo hicieran. Su sobrina Catherine fue un ejemplo de ello pero hubo otros tantos: 

John Coates
(1957)

Joan Aiker
(1996)

Helen Baker
(2008)

Mientras leía este libro, me pareció curioso que Austen decidiera denominar Emma a la protagonista principal. ¿Acaso la autora tenía predilección por este nombre? 

Al margen de la obra en sí, quisiera destacar la preciosa edición que nos presenta Nórdica Libros y Sara Morante con sus ilustraciones. Podéis verlas, así como otros trabajos que ha realizado Sara, visitando su blog.

Y para finalizar el booktrailer con el precioso tema "Potato Picking" de Mark Knopfler como fondo musical y...

... una de esas frases que tanto nos gusta leer en los libros:

«Cuando dejó libre la imaginación para contrastar el pasado y el presente, volvió agradecida a un libro, pues la lectura es lo único que puede ejercitar la mente y ahuyentar los pensamientos desagradables el final.» [pág. 119-121])

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Fuentes

Nórdica Libros