Autor
La primera luz que vi fue la del cielo vizcaíno a mediados de la década de los sesenta. Aprendí a leer en Bilbao y a escribir en Portugalete. Tras realizar mis últimos cursos de Bachillerato en Alicante y Don Benito, estudié Derecho en Salamanca donde unos inquietos universitarios fundamos la revista Res Nullius en la que redacté mi primer artículo.
Como fruto de mi afición por la fotografía, publiqué Villalpando, paisajes y rincones (2002) en homenaje al pueblo zamorano de mis padres. Desde entonces, he realizado algunas exposiciones y he colaborado en la revista Paisajes.
Un accidente que me obligó a permanecer inmóvil durante casi dos meses fue la causa que me empujó a retomar mi pasión olvidada de escribir. La obtención de algunos premios con mis relatos me animó a emprender la aventura de mi primera novela: La sangre de los crucificados (2007), protagonizada por el doctor Zúñiga, un peculiar investigador del siglo XVII, que también sería el personaje central de mi siguiente obra: Muerte dulce (2009). Con La ciudad de los ojos grises regreso a mis raíces para crear una emotiva historia que me ha llevado escribirla más de dos años... y una vida.
Sinopsis
Tras varios años viviendo en París, Alfredo Gastiasoro regresa a Bilbao cuando se entera de que Izarbe ha muerto. Su retorno pretende ser el último homenaje a la mujer que amó, pero pronto se convertirá en una pesquisa sobre las inquietantes circunstancias que rodearon su muerte.
Alfredo tendrá que enfrentarse a su propio pasado, reviviendo una historia de amor que coincide con la época en que Bilbao deja de ser una población casi rural para convertirse en una de las ciudades más prósperas del Viejo Continente.
Magníficamente ambientada en los primeros años del siglo XX, y a medio camino entre novela negra, el género histórico, el relato sentimiental y hasta el de viajes, La ciudad de los ojos grises es, sobre todo, una bella historia de suspense y nostalgia, de amor por una mujer y una ciudad.
A estas alturas, cuando aproximadamente una veintena de bitácoras (y las que suman y siguen) han reseñado esta obra de manera muy positiva, todo hay que decirlo, en gran parte debido a la lectura conjunta que Tatty organizó en su blog El Universo de los Libros, vengo yo ahora a daros mi impresión aunque presiento que ya está todo dicho y que poco o nada nuevo voy a aportar.
A pesar de que la novela obraba en mi poder desde hace unos meses, he tardado mucho en sentarme a disfrutarla y eso que la cubierta estaba ejerciendo sobre mí un efecto hipnotizador con esa mujer pensativa de mirada perdida. Pero necesitaba encontrar el momento idóneo porque, procediendo de las manos que procede, estaba segura de que me iba a gustar y quería otorgarle la máxima concentración por mi parte. Decir que he leído sus casi 400 páginas sería quedarme corta. Más que leerla, la he estudiado con los codos clavados en la mesa y la cabeza varada en los puños de mis manos. Silencio. Que nadie se mueva.
A mi modo de ver, La ciudad de los ojos grises se apoya sobre dos ejes. En primer lugar, y dando apertura a la novela, encontramos la relación entre Alfredo Gastiasoro e Izarbe Campell. La noticia de la muerte de esta última publicada en un diario bilbaíno de la época, El Noti, en la Nochebuena de 1914 será el motor que dé inicio a la trama. En segundo lugar, y como si de un satélite se tratara, el crecimiento y la transformación de la ciudad de Bilbao que gira alrededor de la trama medular.
Alfredo e Izarbe.
Alfredo Gastiasoro será la voz principal. Profesor de arquitectura residente en París confiesa que hay ciertos obstáculos que le impiden volver a su Bilbao natal o a su Botxo como él la llama en alguna ocasión de manera cariñosa. El término, que se puede traducir como agujero, alude a la ubicación de la ciudad enclavada entre montañas (para saber más pincha aquí)
Alfredo es un soñador, un nostálgico al que le gusta contemplar la lluvia, viéndola repiquetear en los cristales, que disfruta con los paseos, observando a cada paso lugares y rincones y que siente admiración por la pintura, la fotografía y la literatura. A través de sus recuerdos y palabras el lector puede vislumbrar que Alfredo adoraba a su madre y que la relación materno-filial era especial, de ahí que la evoque con frecuencia, recordándola siempre con nostalgia aunque sea portadora de noticias inesperadas.
En muchos de los aspectos que configuran la personalidad de Alfredo se me antoja ver el reflejo del autor, como si éste hubiera querido volcar parte de su ser, como si hubiera querido vestir a Alfredo con pinceladas autobiográficas. No en vano es el propio autor quien nos desvela que es su trabajo más personal e íntimo.
Alfredo resulta un hombre encantador. Se le aprecia cálido y taciturno, sincero y honesto y aunque es un personaje al que se le coge cariño desde primer momento por ese amor perdido, debo confesar que por quién he sentido verdadera debilidad ha sido por Izarbe.
Izarbe Campell Olalde, nacida de un inglés y una mujer vizcaína de origen humilde es una luchadora, una idealista, ferviente defensora de los derechos de los más desfavorecidos, de las causas perdidas, tenaz paladín de la mujer frente al hombre en una sociedad eminentemente machista. Izarbe es una mujer independiente e incapaz de tolerar las injusticias del mundo. Una mujer que se adelanta a su época, que piensa por sí misma y posee unos principios férreos. Me resulta del todo imposible no sentir afinidad y empatía con Izarbe por su forma de pensar, por su forma de actuar sin tener en cuenta las posibles consecuencias posteriores si sus actos bien merecen la pena. Una mujer que ha despertado mi admiración y con la que me siento totalmente identificada.
En muchos de los aspectos que configuran la personalidad de Alfredo se me antoja ver el reflejo del autor, como si éste hubiera querido volcar parte de su ser, como si hubiera querido vestir a Alfredo con pinceladas autobiográficas. No en vano es el propio autor quien nos desvela que es su trabajo más personal e íntimo.
Alfredo resulta un hombre encantador. Se le aprecia cálido y taciturno, sincero y honesto y aunque es un personaje al que se le coge cariño desde primer momento por ese amor perdido, debo confesar que por quién he sentido verdadera debilidad ha sido por Izarbe.
Izarbe Campell Olalde, nacida de un inglés y una mujer vizcaína de origen humilde es una luchadora, una idealista, ferviente defensora de los derechos de los más desfavorecidos, de las causas perdidas, tenaz paladín de la mujer frente al hombre en una sociedad eminentemente machista. Izarbe es una mujer independiente e incapaz de tolerar las injusticias del mundo. Una mujer que se adelanta a su época, que piensa por sí misma y posee unos principios férreos. Me resulta del todo imposible no sentir afinidad y empatía con Izarbe por su forma de pensar, por su forma de actuar sin tener en cuenta las posibles consecuencias posteriores si sus actos bien merecen la pena. Una mujer que ha despertado mi admiración y con la que me siento totalmente identificada.
En cuanto al resto de los personajes, todos y cada uno de ellos están bien trabajados, tanto si se trata de aquellos por los que tenemos que sentir aprecio como a los que hay que mostrar nuestra reticencia. Fernando Zumalde -el eterno amigo de la infancia-, Javier Gastiasoro -su sangre avinagrada-, Andrés Muniategi -y su alter ego-, Raimunda Amandarain -o Aurori o La Sultana-, Margaretha -la holandesa de armas tomar-,... Algunos aparentemente son secundarios, sin embargo serán rescatados para colocarlos en el punto de mira de la acción. Todos estos personajes interactúan de un modo u otro con numerosas personalidades del ámbito político, intelectual, artístico, de los que hablaremos más tarde, pero por si no lo sabéis, Alfredo Gastiasoro e Izarbe no son personajes propiamente dicho, sino personas de carne y hueso, aunque imagino que con una trayectoria personal y profesional bien distinta. En el blog del autor, encontramos el relato en el que nos descubre el momento en el que decide bautizar a los protagonistas principales con estos nombres. Alfredo Gastiasoro fue un antiguo compañero de pupitre del autor e Izarbe, la mujer de dicho compañero. Un encuentro casual después de muchos años que solventó algunas de las lagunas que el autor tenía pendiente. Puedes leer esta curiosa historia completa aquí.
Bilbao, un antes y un después.
Bilbao es otra de las grandes protagonistas de la novela. Cuenta el autor que tenía en mente una historia sobre la evolución y el auge industrial de la ciudad y por otro, una historia de amor. Decidió unir ambas historias y así surge La ciudad de los ojos grises.
Pero hagamos un rápido repaso a la Historia. A Bilbao se le otorgó el título de Villa en el año 1300. Fue Don Diego López de Haro, señor de Bizkaia -mencionado en la obra- quien le regaló tal distinción. Poco a poco fue adquiriendo una fuerte posición comercial lo que conllevó el crecimiento de la ciudad. Ya en el siglo XV, la Villa es un pequeño entramado de calles, tan pequeño que su casco viejo recibió el nombre de las "Siete Calles". El avance será lento pero seguro hasta la llegada del siglo XIX que significó el estallido definitivo de su economía. Si hasta la fecha no era más que una zona casi rural con una población de 18.000 habitantes, con el hallazgo de hierro en sus minas se potenció la industria siderúrgica, lo que conllevó más empleo y por lo tanto el crecimiento de la inmigración desde otras regiones de España hasta que la densidad demográfica alcanzó la cifra de 100.000 habitantes. Surgieron así las ferrerías y las fábricas con sus chimeneas humeantes que llenaron los cielos bilbaínos de tonos grisáceos. Algo que en principio puede echar para atrás, no deja de tener un corte romántico si pensamos que ese mismo color inunda los ojos de Izarbe.
Al mismo tiempo que la industria de la Villa crece a buen ritmo, la red ferroviaria se extiende por el país llegando a Bilbao. El propio subtitulo de la novela deja constancia de este hito: Una historia de trenes perdidos en la Belle Époque.
Los años finales del siglo XIX y principios del XX fueron clave en cuanto a la transformación de la ciudad. No sólo en lo que se refiere al desarrollo económico-financiero sino también al urbanístico. La ría del Nervión dividirá la ciudad en dos mitades. A un lado la zona más antigua que seguirá manteniendo su belleza. Al otro, una zona más moderna que se extiende inexorablemente hacia Abando.
Bilbao recibe dos apodos cariñosos en la narración. Por un lado Bocho, Botxo, Bochito tal y como se ha explicado más arriba. Por otro, tacita de plata. Reconozco que tal conocimiento me dejó perpleja. Estamos tan acostumbrados a que la única tacita de plata sea la andaluza que resulta evidente mostrar sorpresa al conocer que este apelativo se le asignó anteriormente a la ciudad de Bilbao. Del por qué no he podido averiguar mucho. Quizá ocurra igual que en el caso de Cádiz, en el que se dice que tal denominación deriva de la forma de la bahía. En cualquier caso, si tenéis interés, podéis leer más información aquí.
La narración nos lleva por infinidad de calles tanto de Bilbao y Portugalete como de París o San Sebastián, por lo que se nos permitir hacer un recorrido turístico por los rincones más emblemáticos de estas ciudades. Numerosos lugares se dan cita en la narración. Ese tilo del Arenal que fue testigo del nacimiento del amor entre Izarbe y Alfredo y que ya hoy ha desaparecido, el edificio de la Sociedad Bilbaina y el Café Boulevard en Bilbao, el Hotel d'Anglaterre y la Place du Tertre en París,... entre otros muchos ejemplos.
La técnica
Pero hagamos un rápido repaso a la Historia. A Bilbao se le otorgó el título de Villa en el año 1300. Fue Don Diego López de Haro, señor de Bizkaia -mencionado en la obra- quien le regaló tal distinción. Poco a poco fue adquiriendo una fuerte posición comercial lo que conllevó el crecimiento de la ciudad. Ya en el siglo XV, la Villa es un pequeño entramado de calles, tan pequeño que su casco viejo recibió el nombre de las "Siete Calles". El avance será lento pero seguro hasta la llegada del siglo XIX que significó el estallido definitivo de su economía. Si hasta la fecha no era más que una zona casi rural con una población de 18.000 habitantes, con el hallazgo de hierro en sus minas se potenció la industria siderúrgica, lo que conllevó más empleo y por lo tanto el crecimiento de la inmigración desde otras regiones de España hasta que la densidad demográfica alcanzó la cifra de 100.000 habitantes. Surgieron así las ferrerías y las fábricas con sus chimeneas humeantes que llenaron los cielos bilbaínos de tonos grisáceos. Algo que en principio puede echar para atrás, no deja de tener un corte romántico si pensamos que ese mismo color inunda los ojos de Izarbe.
Al mismo tiempo que la industria de la Villa crece a buen ritmo, la red ferroviaria se extiende por el país llegando a Bilbao. El propio subtitulo de la novela deja constancia de este hito: Una historia de trenes perdidos en la Belle Époque.
Los años finales del siglo XIX y principios del XX fueron clave en cuanto a la transformación de la ciudad. No sólo en lo que se refiere al desarrollo económico-financiero sino también al urbanístico. La ría del Nervión dividirá la ciudad en dos mitades. A un lado la zona más antigua que seguirá manteniendo su belleza. Al otro, una zona más moderna que se extiende inexorablemente hacia Abando.
Mapa Proyecto Ensanche Bilbao s. XIX [Zona gris - las "Siete Calles" o casco viejo Zona rosa - Ensanche o área moderna] |
Bilbao recibe dos apodos cariñosos en la narración. Por un lado Bocho, Botxo, Bochito tal y como se ha explicado más arriba. Por otro, tacita de plata. Reconozco que tal conocimiento me dejó perpleja. Estamos tan acostumbrados a que la única tacita de plata sea la andaluza que resulta evidente mostrar sorpresa al conocer que este apelativo se le asignó anteriormente a la ciudad de Bilbao. Del por qué no he podido averiguar mucho. Quizá ocurra igual que en el caso de Cádiz, en el que se dice que tal denominación deriva de la forma de la bahía. En cualquier caso, si tenéis interés, podéis leer más información aquí.
Tilo del Arenal frente a la Iglesia de San Nicolás. |
Place du Tertre |
La técnica
Estructurada en 50 capítulos y un epílogo esclarecedor, la novela se narra principalmente en tercera persona hasta que se produce un giro al final pasando a una narración directa de la boca de Alfredo. Imagino que el autor quiso acortar distancias entre el protagonista y el lector y dar un toque de efecto final a la obra.
La narración, que se mueve entre el presente y el pasado, es como un viaje en el tiempo en el que los recuerdos de Alfredo nos llevarán a su infancia y adolescencia, a su partida hacia Madrid para estudiar arquitectura, a su retorno a Bilbao... y de este modo seremos conscientes del desarrollo de los hechos.
La sinopsis cataloga este libro como un compendio de novela negra, histórica, romántica,... Tenemos la mala costumbre de ponerle etiquetas a todo pero es cierto que la novela tiene tintes de todos esos géneros, lo cual es una ventaja ya que de este modo cubrirá un amplio abanico de gustos literarios.
El texto queda salpicado aquí y allá de palabras y expresiones vascas (egunon, zorionak, agur, amatxo,...) para dar más veracidad a la narración. No son ningún lastre a la hora de comprender los diálogos pues todo queda suficientemente preclaro en el contexto.
Sus páginas están colmadas de un vocablo precioso y preciso, en algunas ocasiones incluso poco al uso. A medida que iba leyendo, me iba sorprendiendo al encontrarme con palabras verdaderamente poéticas. Me gustó especialmente ese vuelapluma tan evocador.
Los capítulos tienen la longitud justa. Ni demasiado largos ni demasiado cortos y siempre acaban dejándonos con una intriga tal que nos obliga a pasar con ansia a la siguiente página, para encontrarnos que ese nuevo capítulo corretea en otra dirección igualmente interesante. Es como estar montado en una montaña rusa. Subes, bajas, giras a la derecha, a la izquierda,... pero jamás te mareas.
La prosa teje con hilo fino que ni fuerza ni recarga, pero que sí ofrece mucha musicalidad. Es algo que se aprecia especialmente cuando el autor metaforiza o cuando algo despierta sus sentidos. Frases del tipo «Esta tarde, el sol bostezaba sobre nubecillas ruborizadas,...» [pág. 88], «Unos versos que se habrían borrado de la arena, pero que perdurarían indelebles en la playa de los recuerdos de Alfredo» [pág.133] o «Quizás, le resultase imposible tratar de contener la hemorragia de nostalgia derramada a base de vendas impregnadas de ayer» [pág. 189] estimulan al poeta que algunos llevan dentro. Tal y como una vez le oí decir, al autor no le gusta la simplicidad de las metáforas como «se puso rojo como un tomate», sino que busca algo menos manido, algo que sea mucho más expresivo y que transmita con más belleza.
La narración, que se mueve entre el presente y el pasado, es como un viaje en el tiempo en el que los recuerdos de Alfredo nos llevarán a su infancia y adolescencia, a su partida hacia Madrid para estudiar arquitectura, a su retorno a Bilbao... y de este modo seremos conscientes del desarrollo de los hechos.
La sinopsis cataloga este libro como un compendio de novela negra, histórica, romántica,... Tenemos la mala costumbre de ponerle etiquetas a todo pero es cierto que la novela tiene tintes de todos esos géneros, lo cual es una ventaja ya que de este modo cubrirá un amplio abanico de gustos literarios.
El texto queda salpicado aquí y allá de palabras y expresiones vascas (egunon, zorionak, agur, amatxo,...) para dar más veracidad a la narración. No son ningún lastre a la hora de comprender los diálogos pues todo queda suficientemente preclaro en el contexto.
Sus páginas están colmadas de un vocablo precioso y preciso, en algunas ocasiones incluso poco al uso. A medida que iba leyendo, me iba sorprendiendo al encontrarme con palabras verdaderamente poéticas. Me gustó especialmente ese vuelapluma tan evocador.
Los capítulos tienen la longitud justa. Ni demasiado largos ni demasiado cortos y siempre acaban dejándonos con una intriga tal que nos obliga a pasar con ansia a la siguiente página, para encontrarnos que ese nuevo capítulo corretea en otra dirección igualmente interesante. Es como estar montado en una montaña rusa. Subes, bajas, giras a la derecha, a la izquierda,... pero jamás te mareas.
La prosa teje con hilo fino que ni fuerza ni recarga, pero que sí ofrece mucha musicalidad. Es algo que se aprecia especialmente cuando el autor metaforiza o cuando algo despierta sus sentidos. Frases del tipo «Esta tarde, el sol bostezaba sobre nubecillas ruborizadas,...» [pág. 88], «Unos versos que se habrían borrado de la arena, pero que perdurarían indelebles en la playa de los recuerdos de Alfredo» [pág.133] o «Quizás, le resultase imposible tratar de contener la hemorragia de nostalgia derramada a base de vendas impregnadas de ayer» [pág. 189] estimulan al poeta que algunos llevan dentro. Tal y como una vez le oí decir, al autor no le gusta la simplicidad de las metáforas como «se puso rojo como un tomate», sino que busca algo menos manido, algo que sea mucho más expresivo y que transmita con más belleza.
Les Deux Magots |
Me gusta la habilidad que posee el autor para mantener el suspense. Ese primer encuentro entre Alfredo e Izarbe, esa espera impaciente por contemplar el rostro de la niña de las coletas; la melodía suena y el lector siente la misma impaciencia de Alfredo. Me veía sentada junto a él, en aquel banco de la Iglesia, contemplando la nuca de la pequeña y esperando, esperando ese giro de cabeza que me hiciera contemplar la belleza anticipada.
Decía antes que los personajes cohabitan con un amplio elenco de personalidades de distintos ámbitos. En política nos topamos con Indalecio Prieto, Pablo Iglesias, Sabino Arana,... Entre los artistas de la época conocemos a Francisco Durrio, Paul Gauguin y el malagueño Picasso,.. Un jovencísimo Maurice Chevalier hace las delicias de su audiencia en un café parisino mientras que Julián Gayarre deja atónitos a los parroquianos bilbaínos. Estos son solo un ejemplo de las muchas celebridades que desfilan por las páginas de la novela, pasando por María de Maeztu, Unamuno y la mismísina Mata-Hari. ¡Ahí queda eso! Con semejante alfombra roja se puede llegar a pensar que están metidos con calzador pero chapó por el señor Modroño que es capaz de mezclar a tan ilustres dignatarios con tremenda naturalidad. Todos y cada una de estas personalidades pasan por la novela de forma justificada, sin mácula alguna, de tal manera que al lector no le sorprende toparse con ninguno de ellos.
Hay algunos guiños que me gustaría destacar. Por ejemplo ese camarero vasco que no se deja amilanar por una gripe porque como él dice «no hay quien pueda conmigo» y de este modo volvemos a ese esteriotipo de hombre curtido y duro, de los chicarrones del norte [pág. 12]. Otro, cuando se habla con detalle de las imposiciones de la Caja de Ahorro Municipal quizás como evidencia del bagaje profesional del autor [pág. 15].
Pero también ampliamos nuestros conocimientos y encontramos anécdotas curiosas, como cuando se nos relata que los taxis parisinos llevaban a los reservistas casi a la primera línea de combate, o cuando se nos explica el origen del grito «Aliron» con el que los hinchas del Athletic animan a su equipo [pág. 198], o las firmas de prendas de vestir (Barbour and Sons), o la diferencia de anchura de las vías francesas y las vías españolas, algo que me pareció incomprensible. También aprendemos sobre las peculiaridades del reglamento de la policía municipal, o de aquella bebida amarronada que se estaba poniendo de moda o del invento del Licor del Polo [pág. 230]. Todo ello denota el profundo trabajo de documentación e investigación. Basta con echar un vistazo a las estanterías del autor para comprender la tarea titánica que hay tras esta novela (puedes verlo aquí). Los libros sobre la ciudad de Bilbao se cuentan por docenas y versan sobre las materias más dispares, desde guías gastronómicas o crónicas históricas hasta usos y costumbres de la época. El autor es extremadamente fiel a la cronología histórica. Por poner un ejemplo, efectivamente el Teatro Arriaga se incendió el día 22 de diciembre de 1914, tal y como se recoge en la trama, aunque también hubo incendios anteriores con sus correspondientes reconstrucciones.
Pero también ampliamos nuestros conocimientos y encontramos anécdotas curiosas, como cuando se nos relata que los taxis parisinos llevaban a los reservistas casi a la primera línea de combate, o cuando se nos explica el origen del grito «Aliron» con el que los hinchas del Athletic animan a su equipo [pág. 198], o las firmas de prendas de vestir (Barbour and Sons), o la diferencia de anchura de las vías francesas y las vías españolas, algo que me pareció incomprensible. También aprendemos sobre las peculiaridades del reglamento de la policía municipal, o de aquella bebida amarronada que se estaba poniendo de moda o del invento del Licor del Polo [pág. 230]. Todo ello denota el profundo trabajo de documentación e investigación. Basta con echar un vistazo a las estanterías del autor para comprender la tarea titánica que hay tras esta novela (puedes verlo aquí). Los libros sobre la ciudad de Bilbao se cuentan por docenas y versan sobre las materias más dispares, desde guías gastronómicas o crónicas históricas hasta usos y costumbres de la época. El autor es extremadamente fiel a la cronología histórica. Por poner un ejemplo, efectivamente el Teatro Arriaga se incendió el día 22 de diciembre de 1914, tal y como se recoge en la trama, aunque también hubo incendios anteriores con sus correspondientes reconstrucciones.
Para darle un toque de humor y un puntito de guasa (como decimos aquí) a esta reseña quiero rescataros una escena que me pareció de lo más divertida. En un momento determinado, el autor me ha demostrado una vez más que en todas las épocas la mujer siempre ha sido más espabilá que el hombre. Preciosa la trucuñuela que le hacen las niñas a los niños en la Iglesia. Aquellos, junto a la puerta de la parroquia, esperando la entrada de las chicas, con la clara intención de colocarse en los últimos bancos para tener el control de todo lo que ocurriera dentro del recinto. Angelitos, las chicas se habían adelantado y ya ocupaban esos bancos con la misma intención.
En fin, embarcarse en la lectura de esta novela es todo un placer, no sólo por la trama en sí, sino también por la forma en la que el autor se acerca al lector y lo atrapa. Es una lectura ágil y a la vez pausada, con la que se disfruta de los avatares de una vida y una época. Quizás hay algo que he echado en falta. A veces me ocurre que cuando leo una historia en la que los personajes deambulan de un punto a otro de una ciudad me gusta recurrir a un plano que me permita ver el caminar del protagonista por las calles. Sin embargo, alguien me ha dado una gran lección recientemente al hacerme comprender que los autores no tienen por qué darle todo hecho al lector, que es necesario que los que estamos ante la obra nos impliquemos y pongamos de nuestra parte. Tiene razón.
Ahora que he terminado esta lectura, y la maduro, me pregunto si el autor no se le ha pasado alguna vez por la cabeza la idea de que esta novela encajaría perfectamente en la gran pantalla. Quién sabe si algún día no la veremos traspasando la frontera del papel. Desde luego, como libro es una maravilla. Llegan las Navidades, una época que tiene su pros y sus contras si no fuera por esta sociedad consumista y tan manipulada y manipuladora. Es preferible quedarse con la parte positiva, con esa ilusión de dar y recibir y que mejor presente que regalar una historia hermosa que endulce los sinsabores que a veces nos salpican. La ciudad de los ojos grises es una buena opción y desde luego, yo que soy tan asidua a invadir las librerías en busca de regalos, la tendré en cuenta para las fechas venideras.
Ya va por su segunda edición, si no me equivoco, algo con lo que el autor soñaba y estoy convencida de que le abrirá las puertas aún más a sus otras dos hermanas pequeñas: La sangre de los crucificados y Muerte Dulce.
Dicen que el primer amor verdadero jamás se olvida, que perdura en la memoria con detalle, que es imposible huir de unos pensamientos que nos retrotraen a unos brazos, a unos labios, a un corazón acelerado. Todos tenemos guardado en nuestro interior una historia y todos hemos sufrido algún que otro desengaño amoroso. Alfredo es un exponente más de esa realidad. Él también permanece anclado al pasado, lleva consigo un estigma a modo de fotografía en su bolsillo y vivirá para siempre con una luz que lo ilumine bajo las estrellas.
Ya va por su segunda edición, si no me equivoco, algo con lo que el autor soñaba y estoy convencida de que le abrirá las puertas aún más a sus otras dos hermanas pequeñas: La sangre de los crucificados y Muerte Dulce.
Os dejo con esta entrevista para acercaros un poco más al autor.
[ Entrevista a a Félix G. Modroño en Canal 8 de Castilla y León]
P.D: ¿¿Dónde narices estaba yo el pasado 9 de abril de 2012??
Fuentes:
www.zonu.com
www.elcorreo.com
www.bilbao.net
www.mariaariasespacio.blogspot.com.es
http://laciudaddelosojosgrises.blogspot.com.es
http://www.euskonews.com
Es un libro del que solo he podido hablar bien después de leerlo. La ternura con la que describe Bilbao, el mimo con el que cuida la historia hacen de ella una novela inolvidable.
ResponderEliminarEs una novela preciosa y muy recomendable albanta. Un beso.
EliminarMe ha encantado tu reseña y el libro me apetece bastante. Le tendré en cuenta.
ResponderEliminarBss.
Muchas gracias Nieves.. Anímate. Te va a encantar. Un beso.
EliminarUna reseña muy entusiasta, este libro se lleva la palma de reseñas este año, he leído muchísimas, casi todas positivas. Me gusta lo que nos cuentas de la recreación de ambientes, has indagado bastante más en esto... y me ha hecho mucha gracia lo de las trucuñuelas, tengo que leerlo jeje. Un beso marisa y feliz semana :)
ResponderEliminarJejeje gracias Yossi.. No te lo pierdas, te va a gustar muchísimo. Un beso.
EliminarJo y decías que ya no te quedaría nada que contar, pues te ha quedado una reseña completísima que porque ya he leído el libro que sino imposible resistirse... Para mí es una de las mejores lecturas de este año, es un libro con una buena historia, bien documentado, bien escrito, vamos que no le encuentro ningún pero
ResponderEliminarMe alegro de que también te haya gustado
besos
Tienes toda la razón Tatty. Es un libro estupendo. Desde hace mucho tiempo sigo el blog del autor y él ha ido dando muchos detalles de la obra a medida que se forjaba y posteriormente, tras su publicación. De ahí que sepa el trabajo que hay detrás. Un beso.
Eliminar¡Pedazo de reseña! Y hasta ahora este libro creo que está haciendo pleno, que no he leído ninguna reseña negativa. Y es que el libro lo merece. Una gran novela.
ResponderEliminarBesotes!!!
Has dado en el clavo Margari. Es un pleno al 15!. Un beso.
EliminarImpresionante reseña, con la que coincido punto por punto. La historia de Alfredo e Izarbe ha sido, sin duda, una de mis mejores lecturas de este año. Yo también estoy pensando regalarla en Navidades :)
ResponderEliminarUn beso shakiano!!!
Pues shaka, estoy segura de que la persona que reciba este libro como regalo en Navidades te lo va a agradecer. En mi caso, también caerá algún ejemplar jeje. Un beso.
EliminarTodo el mundo tiene algo que aportar, cada lector encuentra algo diferente así que tú también.
ResponderEliminarRespecto al libro, es uno de los más bonitos que he leído este año, el momento de la iglesia con la música de fondo es precioso. A mí me pareció toda la novela como una de esas pelis clásicas de Hollywood.
Me alegro mucho por el autor por las ventas.
Besos
Norah a mí me pasó que mientras leía era como ir viendo la trama fotograma a fotograma. Creo que es una obra estupenda para el cine, muy al estilo clásico, como tú bien dices. Un beso.
EliminarVaya pedazo de reseña: enhorabuena! Yo no lo he leído, pero ganas no me faltan, ya que aún no he leído una crítica negativa. 1beso!
ResponderEliminarEl libro está teniendo una acogida estupenda Tizire, yo no hago más que leer reseñas estupendas por estos rincones y fuera de ellos solo escucho alabanzas. La historia bien se lo merece. Un beso.
EliminarGracias, Marisa. Me ha encantado tu reseña. Especialmente, esas reflexiones sobre la trastienda de la novela y de su autor :)
ResponderEliminarUn afectuoso saludo.
Gracias a ti Félix. No olvides la pluma y el papel (¡ni a Zúñiga! ;)Saludos
Eliminar¡Vaya reseña! He leído algunas y en todas ellas se habla muy bien de esta novela que, siendo sincera, no me atraía nada. Al revés que a ti, la portada no me hipnotiza, si no todo lo contrario. Si a todos os ha gustado tanto, tendré que superar eso y lanzarme. ¿no?
ResponderEliminarUn beso
Dorothy, yo sinceramente te la recomiendo. Con esto no te garantizo al 100% que te guste tanto como a mi pero me atrevo a poner la mano en el fuego y creo que, al menos, no te decepcionará. Un beso.
EliminarUna reseña fantástica! Espero leerlo muy pronto que sólo leo reseñas muy buenas sobre esta historia.
ResponderEliminarBesos
Ánimo Marga... Es una historia preciosa. Un beso.
EliminarA este paso le rompemos la agenda a Félix porque no va a tener sitio en ella para tanto café pendiente por reseña hecha jejeje. Rendido a tus pies quedo con la reseña, pero lo que mas me ha gustado es que he aprendido muchisimas cosas que no sabía y que hacen que valore mucho mas esta obra.
ResponderEliminarGracias Fesaro... Me alegra saber que he ayudado a ampliar tus conocimientos jejeje.
EliminarQué interesante te ha quedado y que completa! Y más para mi que muchos de esos datos ni los conocía jeje. Bilbao si...pero de estudiar allí jeje.
ResponderEliminarPues la novela me llegó a casa hace unos días, y va a ser mi siguiente lectura, así que imagínate con que ganas me has dejado! Ya tengo ganas de conocer a esos dos personajes jeje
Un beso!
Pues ya verás cómo la vas a disfrutar Lesincele. Y si conoces Bilbao, más cercana aún te va a parecer. Un besito.
EliminarMadre mia nena... que reseña !! Me has picado muchisimo la curiosidad... fijate que yo no habia oido hablar del libro pero creo que acaba de ganarse un lugar en mi larguisima lista de pendientes... Me parece que todas comentais muy bien sobre el y me apetece bastante echarle el guante... ademas, se nota que te has currado muchisimo la reseña Marisa.. super completa, detallada y ampliando conocimientos... vaya tela!!
ResponderEliminarGracias Raquel. En cuanto al libro, no lo dudes... creo que te gustará. Cuando un libro recibe tantas opiniones buenas será por algo. A mí me ha gustado mucho. Un besote
EliminarBueno todo el mundo habla tan bien de este libro que debe de estar genial. Pedazo reseña enhorabuena como siempre... Besos.
ResponderEliminarGracias Isa. Un besito.
EliminarMaravillosa novela y maravillosa reseña. Yo colgaré la mía en diciembre y sí que no tendré nada que añadir después de este estupendísima reseña tuya...
ResponderEliminarBesos,
Pues Carmen estaré pendiente a todo lo que nos cuentes sobre la obra. Como decía Norah más arriba, todos tenemos nuestro punto de vista y todos tenemos algo que aportar. Un besote.
EliminarEnhorabuena por tu reseña, de verdad, gran trabajo!!! un abrazo!!!
ResponderEliminarMuchas gracias Ismael. He pasado por tu blog y grande sí que es tu trayectoria, Ya con tu segunda novela en marcha. Un saludo!
EliminarEnhorabuena por la reseña he leido muchas opiniones de este libro y la tuya es de las más completas no le falta un detalle. Besos guapa.
ResponderEliminarMuchas gracias Rocío. Hay muchas reseñas interesantes sobre este libro, todas tienen algo que aportar. Un besote.
EliminarBuena reseña!!
ResponderEliminarTengo muchas ganas de leerlo, a ver cuándo cae =)
Besotes
Ánimo Shorby. Para las Navidades es ideal. Un beso.
EliminarTodo el mundo me lo recomienda y yo sin acercarme a él. Lo sé: imperdonable. Felicidades por tu reseña, muy completa y bien estructurada!!
ResponderEliminarPD: tengo una propuesta para ti, espero que te guste :)
http://eltrotalibros.blogspot.com.es/p/reto-roald-dahl.html
Besos!
Cachis Trotalibros... pon remedio ya! jejeje.. Me paso ahora mismo por tu blog que seguro que algo interesante se cuece por allí. Un beso.
EliminarHola Marisa, te confieso que no he leído la reseña porque justo me ha llegado el libro esta semana y quiero leerlo prontito y prefiero disfrutar de tus impresiones a posterior, pero ya veo por los comentarios que la reseña es fantástica (volveré) qué bien se habla de este libro, qué ganas!! Un besote!
ResponderEliminarClaro Marilú... ya la leerás. A mí me pasa igual. Si quiero leer el libro reseñado prefiero esperarme para no tener ningún tipo de interferencia. Un besito!.
EliminarImpresionante reseña, y mira que he leído unas cuantas de este libro, hasta el punto que ya lo tengo en casa, esperando su turno.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias Kayena. Besos
EliminarCon esta reseña pocas dudas me quedan de que esta novela no puedo dejar de leerla,
ResponderEliminargracias Marisa
besucus
No te defraudará porlomenix. Besos
EliminarLo tengo en la estantería esperando turno, y me has dado unas ganas remendas de soltar todo lo que tengo entre manos y meterme con ella,lástima que no sea posible y que tampoco sea el momento más adecuado para leerla
ResponderEliminarPues en cuanto puedas.. adelante, Carmina! Besos
EliminarGran reseña merys, dan ganas de leerla!!! me la apuntoi
ResponderEliminarOk Antonio. Besos
EliminarVaya reseñón! Poco más se puede decir.
ResponderEliminarA mí la novela me encantó, es una de las lecturas que más he disfrutado este año
Besos
Sí que es buena Laky. A mí también me gustó mucho. Besotes.
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