Autor
Herman Koch (Ahrnhem, 1953) es en la actualidad uno de los escritores más destacados de los Países Bajos. Ampliamente conocido por sus libros, sus columnas periodísticas y su trabajo de actor en televisión, Koch debutó en 1985 con la colección de relatos De voorbijganger. El salto a la fama llegó con La cena (Salamandra, 2010), sorpresa editorial del año 2009 en Holanda, escogido Libro del Añor y galardonado con el Premio del Público. Casa de verano con piscina ha sido recibida con el mismo entusiasmo por el público y la crítica, que ha destacado la honestidad y el coraje con que Koch aborda temas de compleja ambigüedad, convirtiéndolo en uno de los autores europeos más provocadores y estimulantes del momento.
Sinopsis
Herman Koch vuelve con otra estimulante historia de suspense donde una trama tejida a la perfección es el soporte para explorar sin ambages temas tan actuales como la ética profesional, la falsedad de las relaciones sociales o la difícil comunicación entre padres e hijos, así como los límites de la libertad sexual o el sentido de culpa en el seno de una sociedad permisiva y autocomplaciente.
Próspero médico de cabecera en Ámsterdam, Marc Schlosser ejerce su profesión con cierta dosis de cinismo. Su nutrida clientela valora especialmente el tiempo que dedica a las consultas, pero esta aparente generosidad esconde unas intensiones menos nobles, que Marc disimula con habilidad.
Cuando uno de sus pacientes, el famoso actor Ralph Meier, lo invita a pasar unos días de verano junto a su familia, Marc acepta pese a las reticencias de Caroline, su esposa, molesta por la arrogante vulgaridad de Ralph y su actitud de seductor irresistible. Así, los Schlosser y los Meier, con sus respectivos hijos adolescentes, compartirán con un maduro director de Hollywood y su novia, cuarenta años más joven, una casa con piscina a pocos kilómetros de una playa mediterránea. Los días transcurren con apacible monotonía, entre comidas, paseos, largas conversaciones de sobremesa, excesos con el alcohol y flirteos más o menos inocentes, hasta que una noche se produce un grave incidente que interrumpirá las vacaciones y cambiará para siempre la relación entre las dos familias.
Casa de verano con piscina es una novela apasionante en la que nadie es del todo inocente, ni siquiera quienes parecen más frágiles e inofensivos. Herman Koch logra que el lector quede atrapado ante una incómoda encrucijada moral, que lo mantiene en vilo hasta la última página.
Casa de verano con piscina, título más que sugerente para los calurosos días de verano, es el cierre de un trilogía que Herman Koch dedica a la burguesía y sus aderezos y que según el autor ha realizado de manera inconsciente. La primera novela de esta saga, no publicada en España y titulada Odessa Star, versa sobre un padre, de vida mediocre que se deja seducir por un antiguo compañero de colegio, ahora convertido en un gánster con mucho poder y conexiones en cuyo círculo introduce a su hijo de 15 años [1].
La segunda novela, La cena, obtuvo una magnífica acogida entre los lectores españoles. Koch escribió esta novela tomando como inspiración el terrible suceso que ocurrió en Barcelona en el año 2005, cuando una mendiga (María del Rosario Endrinal Petit) que dormía en un cajero de una entidad bancaria, fue brutalmente asesinada por un par de jóvenes barceloneses de clase acomodada, sin escrúpulos ni moral, que rociaron a la víctima con un disolvente y le prendieron fuego. Aquella señora falleció victima del salvajismo de unas mentes retorcidas. Con esta novela, Koch hace un crítica feroz al sistema educativo y a la educación que reciben los jóvenes tanto de profesores como de padres. Que a un joven se le pase por la cabeza hacer algo así y encima ponerlo en práctica es para cuestionarse hacia dónde se dirige la juventud y que se está haciendo mal con la educación que reciben.
En cuanto a Casa de verano con piscina engloba una temática amplia. Por un lado, una crítica mordaz contra el sistema sanitario holandés, la falsedad en las relaciones que conducen a las apariencias y a la hipocresía en su punto más álgido, el deseo vinculado al sexo puro y duro, la culpa, la venganza y de paso, la falta de comunicación entre padres e hijos adolescentes. Pero de todos estos temas, me quedo con tres por ser los que más han captado mi atención: la crítica al sistema sanitario, la hipocresía y las apariencias y el deseo y la venganza.
Está claro que el mundo, la sociedad, el ser humano,... tiene rincones oscuros, los cuales se intentan mantener ocultos a los ojos del prójimo. Una cosa es nuestra actitud de cara a la galería y otra muy distinta lo que transita por nuestro pensamiento. Todos nos hemos encontrado alguna vez con una persona, alguien cercano a nosotros y con quien tenemos una relación diaria (un padre, una madre, un hermano, una hermana, un marido, una esposa, un compañero de trabajo, un vecino,...), del que habremos dicho, "¡Jamás lo hubiera pensado!", al enterarnos de algún episodio escabroso. Marc Schlosser, el médico de cabecera protagonista de esta historia de Herman Koch, es esa persona. Es un médico de renombre, pues su consulta está llena de pacientes, algunos bastante famosos, que le permiten gozar de cierto prestigio dentro de la profesión. También es un marido modélico que adora a su esposa Caroline, con quien mantiene un vinculo marital fuerte y además es un padre ejemplar, protector incansable de sus dos hijas, Julia y Lisa.
Marc Schlosser es todo eso, en apariencia. Esa es la imagen que los demás ven de él, la que ofrece a su público, pero Schlosser guarda secretos. ¿Quién no?
Las primeras páginas del libro me dejaron perpleja y a partir de ese momento no he dejado de hacerme preguntas. Koch pone frente a los ojos del lector a un personaje que por su profesión debería ser sincero, considerado, amable, profesional, respetuoso... Todos esos atributos que hacen de un médico la persona en la que los enfermos depositan toda su confianza y esperanza. Sin embargo, nos encontramos ante un individuo cuyo cinismo alcanza cotas inimaginables. La dedicación que ofrece a sus pacientes no es más que el humo de un cigarrillo del que, tanto paciente como médico, obtienen un gran beneficio. Por un lado, un paciente que es atendido por un periodo de 20 minutos pensará que es importante para su médico, que lo escucha, que lo entiende, que se preocupa por su bienestar. A nadie le gusta ser despachado en 5 minutos, así que si tu médico te dedica 20 minutos de su tiempo, sales más satisfecho y seguro de la consulta, al mismo tiempo que aumenta el prestigio del doctor. Por otro, mientras más tiempo dedica el médico a cada paciente, menos pacientes tendrá que atender al día. Esta fácil ecuación es el pilar de la profesionalidad de Schlosser.
A Marc Schlosser no le gusta su profesión. Le repugna tener que oír las quejas de sus pacientes, tener que examinarlos, tocar distintas partes de su cuerpo y a la vez, disfruta examinando los rostros de los enfermos al experimentar incertidumbre, miedo, pánico,... Confesiones de este tipo son las que fluyen de la mente de este personaje a lo largo de todo el libro y en relación a diversos temas. En principio, los pensamientos de Schlosser pueden producir rechazo pero en mi caso despertaba aún más curiosidad. "¿Hasta dónde puede llegar la desfachatez de este tipo?", me preguntaba. No quisiera estropear el final pero cuando lees la última página te das cuenta de que este individuo puede llegar muy, muy lejos, pero no sólo como consecuencia de su cinismo sino como consecuencia de otros muchos atributos que conforman su carácter. Y vuelven las preguntas: Yo, en su lugar, ¿qué hubiera hecho? Si os decidís a leerlo, os haréis la misma pregunta.
Otro de los personajes que llaman la atención es Stanley Forbes. El autor confiesa en una entrevista concedida a la agencia Efe que en principio su única idea clara era que quería "tener a un médico como protagonista que se siente humillado o maltratado por un círculo de pacientes artísticos, arrogantes y pedantes"[2]. Pero en aquel momento saltó la noticia de la detención de Roman Polanski en Suiza perseguido por haber mantenido relaciones sexuales con una menor en los años setenta. Aquella noticia dio un vuelco a la historia e introdujo nuevas variantes en la temática: la violación y la pederastia. Así también surgió el personaje de Stanley Forbes, un director de cine con bastantes años encima y que mantiene una relación con una jovencita de apenas 20 llamada Emmanuelle.
El otro personaje masculino Ralph Meier te revuelve un poco el estómago. Auténtico ejemplo de viejo que verde que se le van los ojos tras cualquier falda que se mueva, que cualquier roce con las féminas le puede, que aprovecha cualquier ocasión para arrimarse, ... El típico tío al que no le quitas el ojo de encima, por si acaso.
La carga narrativa recae sobre los protagonistas varones de la novela. Los personajes femeninos, tales como Lisa, la hija pequeña de Schlosser, apenas tienen relevancia y eso me hace pensar si no se tratará de un machismo intencionado.
En definitiva, Casa de verano con piscina es un libro que debes leer si quieres tener una perspectiva ajena de la realidad que te rodea. Te abre los ojos y te obliga a creer con más fuerza en el dicho "No es oro todo lo que reluce". Desde luego, después de leer este libro no podré evitar mirar a mi alrededor con las "orejas tiesas" para tener la seguridad de que la persona que tengo enfrente y me habla, lo hace de forma sincera y sin pensamientos truculentos.
En cuanto a mi médico de cabecera, hasta ahora he pensado que es una profesional magnífica pero visto lo visto, o mejor dicho, leído lo leído, seré yo quien la analice a ella con ojo clínico, buscando en su mirada si realmente está prestando atención a la descripción de mis males o bien está pensando en la lista de la compra.
La lectura de esta novela ha sido un verdadero descubrimiento y ha despertado mi interés por este autor, así que muy probablemente me sumerja a medio plazo en La cena.
Fuentes:
[1] www.cultural.elpaís.com
[2] www.lavanguardia.com
La segunda novela, La cena, obtuvo una magnífica acogida entre los lectores españoles. Koch escribió esta novela tomando como inspiración el terrible suceso que ocurrió en Barcelona en el año 2005, cuando una mendiga (María del Rosario Endrinal Petit) que dormía en un cajero de una entidad bancaria, fue brutalmente asesinada por un par de jóvenes barceloneses de clase acomodada, sin escrúpulos ni moral, que rociaron a la víctima con un disolvente y le prendieron fuego. Aquella señora falleció victima del salvajismo de unas mentes retorcidas. Con esta novela, Koch hace un crítica feroz al sistema educativo y a la educación que reciben los jóvenes tanto de profesores como de padres. Que a un joven se le pase por la cabeza hacer algo así y encima ponerlo en práctica es para cuestionarse hacia dónde se dirige la juventud y que se está haciendo mal con la educación que reciben.
En cuanto a Casa de verano con piscina engloba una temática amplia. Por un lado, una crítica mordaz contra el sistema sanitario holandés, la falsedad en las relaciones que conducen a las apariencias y a la hipocresía en su punto más álgido, el deseo vinculado al sexo puro y duro, la culpa, la venganza y de paso, la falta de comunicación entre padres e hijos adolescentes. Pero de todos estos temas, me quedo con tres por ser los que más han captado mi atención: la crítica al sistema sanitario, la hipocresía y las apariencias y el deseo y la venganza.
Está claro que el mundo, la sociedad, el ser humano,... tiene rincones oscuros, los cuales se intentan mantener ocultos a los ojos del prójimo. Una cosa es nuestra actitud de cara a la galería y otra muy distinta lo que transita por nuestro pensamiento. Todos nos hemos encontrado alguna vez con una persona, alguien cercano a nosotros y con quien tenemos una relación diaria (un padre, una madre, un hermano, una hermana, un marido, una esposa, un compañero de trabajo, un vecino,...), del que habremos dicho, "¡Jamás lo hubiera pensado!", al enterarnos de algún episodio escabroso. Marc Schlosser, el médico de cabecera protagonista de esta historia de Herman Koch, es esa persona. Es un médico de renombre, pues su consulta está llena de pacientes, algunos bastante famosos, que le permiten gozar de cierto prestigio dentro de la profesión. También es un marido modélico que adora a su esposa Caroline, con quien mantiene un vinculo marital fuerte y además es un padre ejemplar, protector incansable de sus dos hijas, Julia y Lisa.
Marc Schlosser es todo eso, en apariencia. Esa es la imagen que los demás ven de él, la que ofrece a su público, pero Schlosser guarda secretos. ¿Quién no?
Las primeras páginas del libro me dejaron perpleja y a partir de ese momento no he dejado de hacerme preguntas. Koch pone frente a los ojos del lector a un personaje que por su profesión debería ser sincero, considerado, amable, profesional, respetuoso... Todos esos atributos que hacen de un médico la persona en la que los enfermos depositan toda su confianza y esperanza. Sin embargo, nos encontramos ante un individuo cuyo cinismo alcanza cotas inimaginables. La dedicación que ofrece a sus pacientes no es más que el humo de un cigarrillo del que, tanto paciente como médico, obtienen un gran beneficio. Por un lado, un paciente que es atendido por un periodo de 20 minutos pensará que es importante para su médico, que lo escucha, que lo entiende, que se preocupa por su bienestar. A nadie le gusta ser despachado en 5 minutos, así que si tu médico te dedica 20 minutos de su tiempo, sales más satisfecho y seguro de la consulta, al mismo tiempo que aumenta el prestigio del doctor. Por otro, mientras más tiempo dedica el médico a cada paciente, menos pacientes tendrá que atender al día. Esta fácil ecuación es el pilar de la profesionalidad de Schlosser.
A Marc Schlosser no le gusta su profesión. Le repugna tener que oír las quejas de sus pacientes, tener que examinarlos, tocar distintas partes de su cuerpo y a la vez, disfruta examinando los rostros de los enfermos al experimentar incertidumbre, miedo, pánico,... Confesiones de este tipo son las que fluyen de la mente de este personaje a lo largo de todo el libro y en relación a diversos temas. En principio, los pensamientos de Schlosser pueden producir rechazo pero en mi caso despertaba aún más curiosidad. "¿Hasta dónde puede llegar la desfachatez de este tipo?", me preguntaba. No quisiera estropear el final pero cuando lees la última página te das cuenta de que este individuo puede llegar muy, muy lejos, pero no sólo como consecuencia de su cinismo sino como consecuencia de otros muchos atributos que conforman su carácter. Y vuelven las preguntas: Yo, en su lugar, ¿qué hubiera hecho? Si os decidís a leerlo, os haréis la misma pregunta.
Otro de los personajes que llaman la atención es Stanley Forbes. El autor confiesa en una entrevista concedida a la agencia Efe que en principio su única idea clara era que quería "tener a un médico como protagonista que se siente humillado o maltratado por un círculo de pacientes artísticos, arrogantes y pedantes"[2]. Pero en aquel momento saltó la noticia de la detención de Roman Polanski en Suiza perseguido por haber mantenido relaciones sexuales con una menor en los años setenta. Aquella noticia dio un vuelco a la historia e introdujo nuevas variantes en la temática: la violación y la pederastia. Así también surgió el personaje de Stanley Forbes, un director de cine con bastantes años encima y que mantiene una relación con una jovencita de apenas 20 llamada Emmanuelle.
El otro personaje masculino Ralph Meier te revuelve un poco el estómago. Auténtico ejemplo de viejo que verde que se le van los ojos tras cualquier falda que se mueva, que cualquier roce con las féminas le puede, que aprovecha cualquier ocasión para arrimarse, ... El típico tío al que no le quitas el ojo de encima, por si acaso.
La carga narrativa recae sobre los protagonistas varones de la novela. Los personajes femeninos, tales como Lisa, la hija pequeña de Schlosser, apenas tienen relevancia y eso me hace pensar si no se tratará de un machismo intencionado.
En definitiva, Casa de verano con piscina es un libro que debes leer si quieres tener una perspectiva ajena de la realidad que te rodea. Te abre los ojos y te obliga a creer con más fuerza en el dicho "No es oro todo lo que reluce". Desde luego, después de leer este libro no podré evitar mirar a mi alrededor con las "orejas tiesas" para tener la seguridad de que la persona que tengo enfrente y me habla, lo hace de forma sincera y sin pensamientos truculentos.
En cuanto a mi médico de cabecera, hasta ahora he pensado que es una profesional magnífica pero visto lo visto, o mejor dicho, leído lo leído, seré yo quien la analice a ella con ojo clínico, buscando en su mirada si realmente está prestando atención a la descripción de mis males o bien está pensando en la lista de la compra.
La lectura de esta novela ha sido un verdadero descubrimiento y ha despertado mi interés por este autor, así que muy probablemente me sumerja a medio plazo en La cena.
Fuentes:
[1] www.cultural.elpaís.com
[2] www.lavanguardia.com
De este autor tengo anotada desde hace tiempo para leer La cena, no tenía ni idea de que estaba dentro de una trilogía, me imagino que serán historias independientes, yo creo que leeré La cena y en función del resultado repetiré quizás con ésta
ResponderEliminarbesos
Sí Tatty, son historias independientes. En España solo está a la venta LA CENA y éste que traigo aquí. Yo tengo un interés tremendo por leer LA CENA después de saber de qué va y conociendo tan buenas críticas. A ver si adelanto lectura y me pongo a ello. Besos
EliminarPues la verdad es que a medida que te iba leyendo has conseguido que mi interés por la novela creciese más y más. No conocía al autor, pero la historia me parece de lo más interesante.
ResponderEliminarUn beso.
Jeje la historia es muy muy interesante... te hace pensar. Ya me dirás si te animas. Un besito
EliminarPues no conocía esta novela, pero me dejas con ganas. Pero no iría yo a la consulta de este médico...
ResponderEliminarBesotes!!!
Uff.. ese médico tiene guasa... Imagino que en esa profesión habrá de todo, pero como te toque un médico como éste.. Besos!
Eliminar¿Cómo puedes decir que tu reseña no es tan buena como la mía? es perfecta, has sacado -a mi torpe parecer- la esencia de la novela, muy completa y magníficamente explicado -cosa que a mi a veces me cuesta horrores-.
ResponderEliminarEse detalle de tu médico de cabecera me gusta, jeje, yo como últimamente me veo con más especialistas y siempre son los mismos, los tengo más "calaos" que un melón barato; a pesar de que todos querríamos a un doctor así lejos de nuestras vidas tu seguro que te diste cuenta del porqué de la vuelta de ese paciente gay con SIDA después de esa consulta tan desastrosa y ese motivo si es un motivo para tenerle cierto aprecio a tan "desconsiderado" galeno.
"La cena" a mi me pareció mejor novela o quizás fue por el primer impacto con Koch.
Un saludo y te apunto.
Lo del paciente gay bien podría responder al refrán que dice "Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer". Al menos, ya sabía de que pie cojeaba el Dr. Schlosser. A ver si hago hueco entre la decena de libros que tengo pendiente de leer y me lanzo sobra La Cena. Un saludo y gracias!
EliminarMarisa no había oído hablar de este libro pero tras tu reseña me lo anoto, que me has despertado el interés. Siempre resulta interesante echar una mirada crítica sobre aquellas cosas que te pueden pasar desapercibidas.
ResponderEliminarUn saludo.
Antonio, este libro me ha sorprendido mucho porque me ha despertado sentimientos dispares.. mucha curiosidad, y a la vez un cierto rechazo al toparte con personajes tan crudos.. Me quiero leer La cena que tambíén me han dicho que es estupendo. Gracias mil por comentar. Un saludo
ResponderEliminarEste parece un libro de los que sacude y te dice ¡despierta! Aveces no queremos eso pero otras es muy necesario.
ResponderEliminarNo la tomes con tu médica, pobre, qué culpa tendrá. Jeje.
Un beso
Jeejeje... es cierto, ¿¿pero y si está pesando en otra cosa en vez de en mis males?? jejeej.. Noo.. es buena profesional. Un besooooo y gracias por comentar.
EliminarLo había visto por la red y no me había llamado la atención, hasta ahora que he leído tu reseña y me ha intrigado; me gustan las novelas con crítica social y un poco de ironía, hacen que sonría y pase un buen rato,
ResponderEliminarbesucus
Gracias por venir y quedarte. He pasado por tu blog y veo que te gusta un género cinematográfico muy concreto. Será bueno aprender nuevas cosas. En cuanto a este libro, si tienes la posibilidad no dejes de leerlo. Tiene su miga. Besos.
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