lunes, 23 de julio de 2012

NUBA

Lord Byron [1]
George Gordon Byron, o Lord Byron como comúnmente se le conoce, nació el 22 de enero de 1788 en Londres y falleció el 19 de abril de 1824 en Messolonghi, Grecia. Famoso por ser uno de los poetas más reconocidos del Romanticismo escribió obras tales como La profecía de Dante, El sueño, Cielo y Tierra, etc. Sin embargo, hoy no pretendo adentrarme en cuestiones literarias ni en valoraciones sobre la poesía de este autor. Si lo saco a relucir en esta reseña de nombre tan breve es porque quisiera sacar a la luz algo que quizás muchas personas no conocen de este poeta y que a mí, sinceramente, me ha impresionado. 

Lord Byron sentía un verdadero amor por los animales, lo que le llevó a criar y cuidar de un cachorro de raza Terranova al que bautizó con el nombre de  Boatswain (Contramaestre) y con el que tuvo un vínculo muy especial. En una ocasión y mientras realizaba un viaje marítimo, su perro cayó al agua, Lord Byron pidió al capitán de la embarcación detener la nave para poder rescatar a su perro, algo a lo que el capitán se negó por lo que, ni corto ni perezoso, el mismo poeta se lanzó por la borda para rescatarlo por sus propios medios.

Cuando contaba con cinco años de edad, Boatswain contrajo la rabia pero a pesar de lo que se pueda pensar,  Lord Byron no se separó de él ni un sólo momento, cuidándolo sin preocuparse de las consecuencias que la enfermedad de su perro podría provocar en su propia salud o de los ataques involuntarios que podría sufrir por parte del animal, motivado por la enfermedad que éste padecía. Lamentablemente su perro falleció, y como si de un miembro más de su familia, Byron lo honró con verdaderas pompas fúnebres. 
Monumento funerario [2]



En los jardines de su mansión de Newstead Abbey (Notthingham), erigió para él un monumento funerario en el que colocó el epitafio que sigue.

Epitafio [3]









Os hago un zoom de la primera parte del epitafio para que, aquellos que sepáis inglés, personalmente podáis apreciar mejor las palabras que Byron dedicó a su fiel amigo. 

Primera parte epitafio [4]
Y para los que aún se os resista la lengua de Shakespeare, aquí va una traducción:

"Aquí yacen los restos de alguien que poseyó Belleza sin Vanidad, Fuerza sin Insolencia, Coraje sin Ferocidad y todas las virtudes del hombre sin Vicios. Este elogio, que sería Adulación inmerecida inscrito sobre las cenizas humanas, es un justo tributo en memoria de BOATSWAIN, un PERRO, que nació en mayo de 1803 en Terranova y murió el 18 de noviembre de 1808 en Newstead".

En este enlace podéis seguir leyendo el resto del epitafio que termina con la siguiente frase: "Estas piedras se levantan para señalar los restos de un amigo; sólo uno conocí y aquí yace".

A Lord Byron se le atribuye la frase "Mientras más conozco al hombre, más quiero a mi perro", aunque por ahí circula la convicción de que no fue el autor de estas palabras sino que más bien se hizo eco de las palabras del filósofo Diógenes. 

En fin, todo esta historia sirve como introducción para presentar a otro can por el que mi familia y yo sentimos verdadera devoción.

Se trata de un Labrador, hembra, que nació en noviembre de 2004 y desde entonces comparte nuestras vidas. 




Cuando nació no era más que un peluche del tamaño de una mano, tan suave y blandita que daban ganas de comérsela. Fue un regalo que sus padres le hicieron a mi sobrina Ana, quien la bautizó con el nombre de Nuba y quien confiesa que es el mejor regalo que le han hecho nunca. Desde luego, Nuba es un ser querido y adorado, que devuelve con creces aquello que recibe de las personas de su entorno.


La recuerdo en sus primeros días indefensa y temblorosa, más por miedo que por frío. Imagino que al igual que cualquier ser humano, se sentía temerosa de lo desconocido. Pero ha tenido mucha suerte, y desde el mismo día en que nació, su vida ha estado llena de cuidados y mimos.

Ha ido creciendo con los años y su comportamiento siempre ha sido ejemplar. Atenta a todo lo que ocurría a su alrededor, ha consolado a su manera alguna que otra tristeza, y ha alegrado la vida de los que conviven con ella. Nunca ha hecho ningún estropicio (salvo comerse el riego por goteo que mi padre había instalado XD), pero tras cualquier trastada y alguna que otra reprimenda te ofrecía esa mirada lánguida de cabeza semi-inclinada y total arrepentimiento que terminaba por conquistarte el corazón.

Con Nuba hemos jugado y nos hemos reído en muchas ocasiones. Me viene a la mente aquella vez que vio la nieve por primera vez, olfateando desde la puerta de la cocina el frío y los copos, sin atreverse a poner una de sus patas en el exterior y resbalando inevitablemente al intentar dar algún paso. O aquella vez que descubrió el mar un ventoso día de enero de 2010. Así de dispuesta iba en el coche en dirección a las playas de Huelva para encontrarse con un ruido (el de las olas) que no sabía muy bien de dónde venía, con la arena húmeda en la que se hundían sus patas y con las conchas que olisqueaba absolutamente concentrada.



Dormilona, juguetona, buena, cariñosa, más noble que cualquier persona que jamás haya conocido, te recibe con tal movimiento de rabo que a veces pienso que le va a salir disparado. Sus únicas preocupaciones son dormir, comer y que la acaricien. Para el resto de las cosas serias ya nos preocupamos nosotros por ella. 

En su última revisión, le han detectado principio de cataratas. Cuesta entender, que como cualquier ser vivo, se va haciendo vieja con el paso del tiempo. Su andar se vuelve más lento y pausado, su cuerpo se ensancha y a veces ha tenido algún que otro achaque pero siempre tendrá a su lado las mismas manos que durante estos últimos ocho años la han cuidado y la han acariciado.

El sábado pasé el día en su compañía. De regreso a casa, invadida por el cariño que ella que me había profesado, recordé la película sobre el perro Hachi-ko, "Siempre a tu lado", protagonizada por Richard Gere y estrenada en 2009. Quise volver a verla, aún sabiendo que eso supondría tener que echar mano a la caja de Kleenex y acabar con los ojos llorosos y la nariz como un pimiento. Cuando acabó me decidí a hacer esta entrada porque soy de las que piensa que el amor y el cariño hay que demostrarlo  siempre en vida. 

Este es mi pequeño homenaje a Nuba. Esta es mi forma de confesar que soy amante de los animales, al menos de este animal, del que yo digo: No es más que una buena persona encerrada en cuerpo de perro.


Para terminar, tres cosas:

1.- A los que no hayáis visto la película "Siempre a tu lado (Hachi-ko)", os dejo mi reseña aquí
2.- Mientras escribía este post, también se me ha venido a la cabeza todos esos casos en los que adultos y niños son atacados por perros. Me pregunto si los ataques no serán reflejo y fruto de la actitud y comportamiento de sus dueños.
3.- Os dejo un enlace a un artículo publicado en El País y titulado "El perro de Lord Byron" en el que, entre otras cosas ya mencionadas por aquí, se recoge el curioso caso del perro Yako. No te lo pierdas. 





Fuentes:





–—˜™–—˜™–—˜™–—˜™–—˜™–—˜™–—



Si te gustó la entrada: ¡Comparte, Participa o Únete!



4 comentarios:

  1. Me han emocionado tus palabras, al igual que a la niña. Es verdad todo lo que dices, es verdad todo lo que Nuba nos ha llenado, es verdad que es el mejor regalo que nunca he tenido o que nunca he hecho, es verdad que jamás me he arrepentido, ni yo ni nunguno de nosotros de que esta perra forme parte de nuestra familia, aunque me pase el tiempo recogiendo pelos o pasando la aspiradora dos veces al dia, sobre todo el invierno, porque las alfombras la vuelven loca. Es verdad que el amor hay que demostrarlo en vida, quizás a ella sea a la única que no me cueste trabajo decirle que la quiero, porque siempre me responde olisqueandome la nariz. Las personas por el contrario, no siempre estamos preparados para escuchar una declaración de sentimientos, porque se está cansado, decepcionado o simplemente porque se tiene un mal día, o porque no se está preparado para recibir un te quiero o un afecto. Pero ella todo lo acepta con la misma alegría, da igual que lleve un cuarto de hora sin verte o cuatro días, su alegría es infinita y sincera, hasta tal punto que en las contadas ocasiones en que nos hemos idos unos dias y la hemos dejado al cuidado de mis padres, se ha pasado todo el tiempo sin comer, con la sensación de que la hemos abandonado y con la orejas erguidas esperando oir el coche para salir corriendo a recibirnos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro de que os haya gustado. Ya sabes los sentimientos que Nuba despierta en mi casa y no me pude reprimir. Esta mañana me han hecho una pregunta: ¿Cómo podemos devolverle todo lo que ella nos da? No he sabido responder. A mi modo de ver, ella nos da mucho más de lo que nosotros somos capaces de devolver con nuestro egoísmo. Un beso a las dos.

      Eliminar
  2. Yo soy una de las personas que ha tenido la suerte de conocer a Nuba, y de ser admitido en su círculo de personas queridas. Todo lo que tiene de "pesada" para que le acaricien (despertarte si es preciso), lo tiene de bondadosa y fiel y, viéndola cómo nos hace la vida más fácil, no entiendo cómo todavía hay personas que los abandonan en la carretera (sobre todo en estas fechas) porque el "juguete" creció... El cariño de ellos es ilimitado y desinteresado, de lo cual Nuba es la mejor representante, y no debería de pasar un día sin que aprendiéramos algo de ellos, en lugar de ser nosotros los que intentamos enseñarles cosas para nuestra propia satisfacción. Por todo y por más, gracias Nubita!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jejeje.. recuerdo aquel día que por más que yo intentaba dar una cabezadita tras el almuerzo, tuve que dejarlo por imposible. Hasta tres veces me despertó dándome hocicazos!!! Sin embargo, cuanto te mira con esos ojos como pidiéndote perdón es imposible enfadarte con ella.

      Eliminar