Autor
Clara Sánchez nació en Guadalajara pero pasó su infancia en Valencia. Posteriormente se traslada a Madrid, su actual lugar de residencia, donde estudió Filología Hispánica en la Universidad Complutense. Fue profesora universitaria y colaboradora en distintos medios de comunicación, así como en el programa de TVE Qué grande es el cine.
Clara Sánchez se está convirtiendo en una de mis escritoras preferidas. La descubrí por casualidad, ojeando la revista del Círculo de Lectores y en aquella ocasión, como ya he comentado en otra entrada, me decanté por su libro "Lo que esconde tu nombre". Me gustó tantísimo que no me lo pensé dos veces y he vuelto a repetir con esta autora. No me arrepiento.
"Entra en mi vida" es su décimo trabajo, tras ganar el Premio Nadal de Novela en 2010 con su obra "Lo que esconde tu nombre".
Clara Sánchez se está convirtiendo en una de mis escritoras preferidas. La descubrí por casualidad, ojeando la revista del Círculo de Lectores y en aquella ocasión, como ya he comentado en otra entrada, me decanté por su libro "Lo que esconde tu nombre". Me gustó tantísimo que no me lo pensé dos veces y he vuelto a repetir con esta autora. No me arrepiento.
"Entra en mi vida" es su décimo trabajo, tras ganar el Premio Nadal de Novela en 2010 con su obra "Lo que esconde tu nombre".
Sinopsis
En los años ochenta, cuando Verónica tiene diez años, descubre en la vieja cartera de su padre la fotografía de una niña que jamás ha visto antes, una foto acerca de la cual su intuición le dice que mejor no preguntar. Tras ese episodio, ha vivido siempre con la percepción de que la tristeza, las discusiones y los silencios en casa escondían algo de lo que nadie quería hablar. Años después, la enfermedad de la madre enfrenta a una Verónica adolescente cara a cara con un pasado del que desconoce casi todo, un pasado robado que la acerca más y más a esa niña de la fotografía. [Sigue leyendo aquí]
En los años ochenta, cuando Verónica tiene diez años, descubre en la vieja cartera de su padre la fotografía de una niña que jamás ha visto antes, una foto acerca de la cual su intuición le dice que mejor no preguntar. Tras ese episodio, ha vivido siempre con la percepción de que la tristeza, las discusiones y los silencios en casa escondían algo de lo que nadie quería hablar. Años después, la enfermedad de la madre enfrenta a una Verónica adolescente cara a cara con un pasado del que desconoce casi todo, un pasado robado que la acerca más y más a esa niña de la fotografía. [Sigue leyendo aquí]
La historia tiene como trasfondo toda la polémica generada por el caso de los bebés robados. Recién nacidos que fueron separados de sus padres, mientras médicos y enfermeras certificaban defunciones falsas, y los entregaban a sus nuevas familias tras pagar grandes cantidades de dinero. Todo un negocio en el que estaban involucrados desde sanitarios hasta monjas y por el que muchas madres sufrieron la pérdida de sus hijos al nacer. Ahora, tras años de lucha incansable, todo este "tinglado" sale a la luz.
Tal y como me ocurrió la otra vez, esta novela engancha desde la primera línea. Sánchez posee una narrativa llena de suavidad, frescura y al mismo tiempo cálida, que te atrapa en una tela de araña de la que es difícil escapar. Posee una gran capacidad para ir desvelándote poco a poco aquello que ligeramente puedes intuir y si bien no has terminado de leer la última línea, comienzas a sentir la necesidad urgente de pasar la página hacia la siguiente.
Los buenos libros son una gran competencia frente a la televisión. Hoy en día, no hay mejor forma de fomentar la lectura que las "tropecientas" cadenas de televisión con su correspondiente pésima programación. Con esta novela ni se te pasa por la cabeza sentarte ante la caja tonta, sino más bien todo lo contrario, deseas tener un ratito libre o que caiga la noche para tumbarte en tu habitación, arropado por tus objetos personales y perderte entre sus páginas.
Las dos protagonistas principales, Verónica y Laura, se alternan en su narración para ir desgranando la historia. Resulta difícil distinguir cuando nos habla una u otra si no fuera porque poseen vidas y entornos muy distintos. Ambas nos hablan con el mismo tono de voz, con la misma emoción, como si Sánchez quisiera de este modo hacer visible la unión que existe entre ellas, esa cercanía, ese vínculo sanguíneo.
Tal y como me ocurrió la otra vez, esta novela engancha desde la primera línea. Sánchez posee una narrativa llena de suavidad, frescura y al mismo tiempo cálida, que te atrapa en una tela de araña de la que es difícil escapar. Posee una gran capacidad para ir desvelándote poco a poco aquello que ligeramente puedes intuir y si bien no has terminado de leer la última línea, comienzas a sentir la necesidad urgente de pasar la página hacia la siguiente.
Los buenos libros son una gran competencia frente a la televisión. Hoy en día, no hay mejor forma de fomentar la lectura que las "tropecientas" cadenas de televisión con su correspondiente pésima programación. Con esta novela ni se te pasa por la cabeza sentarte ante la caja tonta, sino más bien todo lo contrario, deseas tener un ratito libre o que caiga la noche para tumbarte en tu habitación, arropado por tus objetos personales y perderte entre sus páginas.
Las dos protagonistas principales, Verónica y Laura, se alternan en su narración para ir desgranando la historia. Resulta difícil distinguir cuando nos habla una u otra si no fuera porque poseen vidas y entornos muy distintos. Ambas nos hablan con el mismo tono de voz, con la misma emoción, como si Sánchez quisiera de este modo hacer visible la unión que existe entre ellas, esa cercanía, ese vínculo sanguíneo.
Me gustaría extraeros un fragmento con el que me quedé pillada por la carga emocional tan intensa. Tras leerlo, caí dormida con un profundo pesar dentro de mí, me hizo recordar todas aquellas personas que ya no están y a la que no dije todo lo que hoy me hubiera gustado:
"Incineramos a mi madre una mañana de finales de septiembre en que los pájaros trinaban a pleno pulmón. El sol era más brillante que nunca, las ramas de los árboles teñían el aire de verde y amarillo, a algunos se les empezaban a caer las hojas. Mis amigos iban a la universidad, otros ayudaban a sus padres en sus negocios o estaban buscando trabajo.La vida había cambiado para todos, pero para mí había acabado. [...]
Llegamos con el coche hasta la entrada de un bosque y dormimos al raso, bajo las estrellas. La luna estaba casi llena y todas las sombras traían una palabra de mi madre, todos los animales que había por allí traían una palabra de mi madre. Sentí con absoluta claridad, como cuando uno se enamora, como cuando uno odia, que mi madre estaba allí".
"Incineramos a mi madre una mañana de finales de septiembre en que los pájaros trinaban a pleno pulmón. El sol era más brillante que nunca, las ramas de los árboles teñían el aire de verde y amarillo, a algunos se les empezaban a caer las hojas. Mis amigos iban a la universidad, otros ayudaban a sus padres en sus negocios o estaban buscando trabajo.La vida había cambiado para todos, pero para mí había acabado. [...]
Llegamos con el coche hasta la entrada de un bosque y dormimos al raso, bajo las estrellas. La luna estaba casi llena y todas las sombras traían una palabra de mi madre, todos los animales que había por allí traían una palabra de mi madre. Sentí con absoluta claridad, como cuando uno se enamora, como cuando uno odia, que mi madre estaba allí".
Clara Sánchez |
Es una historia preciosa que recomiendo 100%. Si puedes, no te la pierdas. Te va a gustar.
Para finalizar, me quedo con una de las mejores frases del libro y que tanto me ha hecho pensar: "La vergüenza también es miedo, miedo a que no te quieran, a no gustar".
Para finalizar, me quedo con una de las mejores frases del libro y que tanto me ha hecho pensar: "La vergüenza también es miedo, miedo a que no te quieran, a no gustar".
Yo también leí Lo que esconde tu nombre y me encantó la forma de escribir de Clara. No tengo duda de que leeré este nuevo libro.
ResponderEliminarCreo que te gustará aunque la temática de esta historia es muy muy distinta a la que leímos en "Lo que esconde tu nombre". Ya me contarás.
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